HASHIBIRA INOSUKE» WEAKNESS

— ¿Qué estás comiendo, Inosuke? — pregunta con falso tono inocente, asomándose por encima de uno de los hombres del hermoso chico de cabellos azulados con la esperanza de tener un vistazo de ese contenido que devora con tanto vigor.

Reaccionando de la misma manera en que Nyoko tenía presupuestado, el joven da un gran brinco del susto al ser tomado con la guardia baja por la chica y, de inmediato, salta dando una voltereta en el aire para alejarse tan rápido de ella como lo haría un gato espantado — sin olvidar de llevar consigo mismo su comida, claro está—. Siguiendo el mismo protocolo ya conocido de memoria por Nyoko, Inosuke se pone en guardia como si la chica fuera un depredador a punto de lanzarse al cuello de su presa.

— ¡¿CÓMO ES QUE HACES ESO?! — grita sin poder comprender en lo más mínimo el por qué no es capaz de percibir su presencia como suele suceder con otros seres vivos.

Para él, Osaki Nyoko es como un fantasma. Un jaque mate a su radar interno que la convierte en algo insoportablemente poderoso para el chico que, hasta cierto punto, se le hace frustrante. Es un enigma con lindos ojos y cabello con aroma a vainilla que, si bien sabe que no lo lastimará, se le figura muy similar a lo que sería ese boss final en cualquier videojuego que todavía no sabe cómo superar. Y como si lo anterior no fuera suficiente por sí solo, también existe el hecho de que la espadachina, además de aparecer y desaparecer como si del mejor ninja se tratara, trae consigo esa abrumadora y repentina sensación que nació como por arte de magia dentro de su pecho. Acelera su corazón sin permiso, aún después de que los sustos bobos han pasado. A veces, con solo hablarle, su corazón le da por enviar una bomba de adrenalina que lo hace permanecer alerta y apaga, en ocasiones, ese comportamiento tan explosivo que lo suele destacar desde que tiene uso de razón.

Nyoko es una debilidad inusual y como a Inosuke no le gusta sentirse débil, cada vez que se encuentran la invita a un duelo para medir sus fuerzas y reafirmar ese orgullo tamaño mañana que posee.

No es como que ella acepte. Ser más fuerte o débil que el chico jabalí le da igual. Pero a pesar de ello, existieron un par de ocasiones únicas en las que ambos debieron combatir. Fueron durante algunos entrenamientos y, con todo el dolor del mundo, Hashibira admite que la balanza va inclinada a favor de la chica que, si bien no posee la misma fuerza bruta que él, tiene una mente hábil que la ha ayudado a salir adelante en cada combate.

Nyoko es una estratega innata y tanto sus superiores como el mismo Inosuke, la han halagado por ello a su particular manera.

— ¡¿Eh?! ¡¿Qué te pasó?! ¡Estás sangrando! — exclama Hashibira apenas repara en las heridas que cubren el cuerpo de la joven que acaba de regresar de una misión bajo el mando de Sanemi Shinazugawa, el pilar del viento.

Si bien Nyoko sabe que los cortes y golpes que decoran su cuerpo no son mortales, también es consciente de que deben ser tratados para que no empeoren, raciocinio que también utilizó su superior a cargo cuando le ordenó ir a la finca mariposa para recuperarse lo antes posible. E iba en dirección a la enfermería para encontrarse con las ayudantes de Shinobu en busca de un par de vendas, cuando Inosuke se cruzó en su vista periférica y no pudo evitar desviarse del camino para ir a fastidiarlo un poco.

— Oh... No es nada de qué preocuparse — dice con una sonrisa, restándole importancia con un vago gesto de manos.

— ¡¿Ah?! ¡Tienes que recuperarte para que podamos pelear! ¡No dejaré que combatas en ese estado! ¡El rey de las montañas no necesita ventaja! — gruñe, tomándola por la muñeca sin aviso previo y comenzado a jalar de esa misma en un gesto tosco que lo caracteriza. No me pregunta, solo ordena.

Si bien esa acción le hubiera fastidiado a Nyoko viniendo de cualquier persona, por alguna razón no le molesta que Inosuke lo haga. Es más, incluso puede percibir que a pesar de toda es brusquedad animal que lo envuelve, aun así, la toma con la amabilidad suficiente para que sea notoria para ella. No estrangula su extremidad con su fuerte mano ni avanza a un ritmo apresurado que se le sea dificultoso de seguir a Osaki, quien por el dolor y agotamiento que pesan en su cuerpo, avanza más lento de lo normal.

— Tienes que recuperarte. Sanarte.... Y no morir — le dice sin siquiera darse la vuelta para mirarle, dejando salir lo que piensa y siente sin siquiera procesarlo. — ¡Tienes prohibido morir, Nyoko! ¡No sin antes verme triunfar! ¡Tienes que estar ahí!

Dentro de esas palabras, dos cosas son las que resuenan más dentro de Nyoko. La primera, es que por primera vez desde que se conocen, pronuncia su nombre como es debido. No hay falla. Y la segunda, es la importancia que él le ha aportado a su vida, esa misma que ni ella apreciaba en lo más mínimo y razón por la que ha tenido que oír los regaños de su maestro en más de una ocasión.

Sonríe, de forma tierna y silenciosa. Para sí misma.

— Está bien. Te veré triunfar y luego moriré.

— ...

— ¿Está bien así?

— No. Tienes que seguir viviendo incluso después de que triunfe... ¡Te lo ordeno! — chilla, sacándole una carcajada que alivia ese posible enojo que en otra ocasión hubiera salido a flote al escuchar las palabras "te lo ordeno".

— Está bien... Se intentará — promete, dejándose guiar, con el ánimo recuperado. 

Bueno, comenzamos esto con el lindo de Inosuke para la buena suerte y porque es uno de mis personajes fav por lejos. Gracias por el apoyo y por leer 💙

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