Una chica de 14 años estaba sentada en un árbol, tenia unos largos cabellos castaños con un moño azul que lo adornaba. Estaba sentada en una rama alta con los ojos cerrados y la luz se filtraba por las hojas del gran árbol, de vez en cuando abría los ojos para contemplar el paisaje de su enorme patio trasero y a su pequeño hermano, un niño robusto de cabello negro y ojos azules, jugar con lodo, para luego luego volver a cerrarlos. 

Un mechón rizado rebotaba sobre su frente al ritmo de su respiración. En ese momento su madre salía apresurada por la puerta de la cocina con un delantal, el cual se notaba a simple vista que en el pasado tenía un pato cocinando lombrices, pero estaba deslavado y sus colores se habían perdido. La mujer se parecía poco a su hija, tenía los ojos azules y cabello negro al igual que su hijo, pero su largo cabello aún guardaba parecido con el de la niña. 

La mujer gritó "Eider" unas tres veces antes de que la chica abriera sus ojos, grandes y negros, y bajara habilidosamente del árbol, le dijo a su hermano con un ademán que fuera hacía ahí, el niño obedeció y los tres se encaminaron a la casa. La casa tenía un aspecto agradable, estaba toda pintada por dentro de color amarillo muy claro, los muebles se debatían entre negro y morado, a un lado de la cocina habían unas grandes escaleras con un barandal negro con varias abolladuras con las que se accedía al segundo piso, en el cual se encontraban tres habitaciones.

Fueron al comedor, estaba ubicado junto a una ventana hacia el patio trasero, mostrando el gran árbol y el tapete de pasto verde. 

-¿Qué hay de cenar mami?- preguntó el niño impaciente mientras se sentaba torpemente en una silla.

-Come y calla- musitó Eider al tiempo que jugaba con un tenedor- yo no tengo hambre.

-Vamos debes cenar algo-su madre entró por la cocina con un recipiente que contenía algo anaranjado y de aspecto apetitoso- no puedes irte a dormir con el estomago vacío.

-No está vacío- la chica bostezo, se levanto de la silla y se encaminó  a las escaleras- debo dormir temprano, mañana Ryan Chansey y su pandilla van a golpear a unos chicos y no quiero ser parte de ellos.

-Vale hija, que duermas bien-Dijo su madre y se fue de regreso a la cocina.

-Buenas noches Eider- gritó desde la otra habitación su hermano.

-Buenas noches engendro, huele bien guárdame una porción.

-¿Por que vas a dormir?-gritó su hermano con insistencia- ¡Aún es de día y hay sol!

-Si y mañana no quiero ser golpeada por ese mal nacido, debo irme.

La chica subió las escaleras, había una puerta con un paisaje pintado y otras dos completamente blancas, la chica abrió la puerta pintada y, sin ponerse la pijama, se hecho a dormir en la obscuridad, tras ella la puerta se cerró sola.

(la parte 3 del primer capitulo siempre es la más perrona) (se acepta crítica constructiva y SOLO constructiva)