Con el problema del agua solucionado calculé un aproximado de dónde estaba el agujero, debía encontrarlo fácil ya que antes de irme cree un pequeño pilar de tierra al cual llegué con la noche detrás mío.

— ¡¿Otra vez de noche?! En el juego con esos diez minutos ya tenía construido una base decente.

Bajé con cuidado por el agujero hasta que llegué a la piedra, levanté el pico y empecé a picar, consiguiendo mis primeros tres bloques de piedra regresé lo más rápido posible a la superficie para crear una hacha de piedra, con la cual terminé de talar el árbol flotante, mis demás ítems habían desaparecido en mi caminata, aunque no fueron gran cosa, un par de bloques de tierra, una pluma y palos.

— Solo tener dos ítems a la vez es una gran desventaja, y este ciclo de día de veinte minutos… calculé que deben de pasar treinta y seis días aquí para igualar un día normal. Si asumo que entré aquí a la misma hora que perdí mis recuerdos más el tiempo pasado aquí, debe ser aproximadamente las dos y media de la tarde —Suspiré mientras volvía con la mesa de trabajo, todos esos cálculos los había hecho la noche anterior— ahora para no perder mis ítems… —rodeé con madera los cuadros exteriores de la mesa y un pequeño cofre fue formado— Esto servirá.

Algunos conocimientos del juego habían sido borrados de mis recuerdos pero esto se me hacía tan natural que casi no tenía que recordarlo, simplemente lo sabía.

La noche por fin terminó de cubrir el horizonte por lo que volví al agujero a la vez que cubrí parcialmente la entrada igual que el día anterior, llegando a la zona con piedra agrandé el espacio para guardar mejor mis cosas. Un cofre, una mesa de trabajo y por último, igual que con el cofre pero con piedra, creé un horno. Lo básico y necesario para considerar esto una base, guardé toda la piedra restante y la madera no sin antes crear un pico de piedra.

— Vine aquí bien almorzado así que todavía no tengo hambre, tengo los ítems básicos pero con esto todavía no es suficiente para considerar llamarlo un avance.

Miré mis manos, estas dolían y estaban adormecidas, si seguía las heridas se volverían abrir. Un día de descanso en la vida real son treinta y seis aquí, es perder demasiado tiempo en el juego. Además había algo más que no consideré.

— …¡Ya me cansé! Jugar es una cosa pero hacer cada una de las cosas del juego es agotador, tan solo desplazarme a todos lados subiendo los bloques de un metro es cansado.

La verdad es que todo mi cuerpo está entumecido, no solo mis manos, mis brazos, piernas, abdomen, espalda, todo me dejé caer sobre mis piernas y esperé a que el sol salga. Descansar diez minutos no haría mal. Empecé a pensar que trabajar un día sí y descansar el siguiente no estaría nada mal.

— Otra vez la desventaja aquí es mi cuerpo humano, si esto sigue así no duraré mucho…

Si quiero sobrevivir aquí necesito fortalecer mi cuerpo.