Capítulo 35
JiMin POV
El suave y rítmico sonido de la respiración de JungKook me hizo compañía mientras yacía envuelto a su alrededor en el suave capullo de sus sábanas y edredón, viendo caer la nieve afuera.
Fue el final perfecto para una noche no ─tan─ perfecta, pero cuando JungKook se acurrucó contra mi pecho, supe que no lo habría cambiado por nada del mundo.
Estaba enamorado, profundo e inequívocamente enamorado de Jeon JungKook.
¿Cuándo en el mundo había pasado eso? Hacía sólo semanas que pensaba que iba a terminar con mi yerno. Pensar en eso ahora era simplemente insondable, cómo este hermoso hombre escondía un lado tan importante de sí mismo. Fue desgarrador, y algo que necesitábamos discutir más a fondo si íbamos a tener una oportunidad de hacer algo más.
Besé los suaves mechones de su cabello y me liberé suavemente de sus brazos, sin querer despertarlo. No era que no pudiera dormir, más bien que no confiaba en mí mismo.
¿Era posible sentirse inquieto y tranquilo al mismo tiempo? No estaba seguro. Pero la idea de que podría despertar y descubrir que todo esto era un sueño, o que estaba en medio de una crisis de la mediana edad y que JungKook, el hombre dulce y hermoso en mis brazos, no era realmente mío, me impedía conciliar el sueño.
Me levanté de la cama, cogí mis pantalones de vestir, y me los puse. Tal vez un trago ayudaría con el insomnio, ciertamente no podía hacer daño, y yo sabía que JungKook tendría algún tipo de licor en este lugar.
Con una última mirada a la cama, me dirigí a la sala de estar del condominio y agradecí las luces de la ciudad que iluminaban el espacio. Lo último que necesitaba era alertar a alguien de mi presencia encendiendo una lámpara, así que estaba agradecido por la cobertura de oscuridad mientras me metía en la cocina.
Dios, estaba husmeando por el apartamento de un chico universitario.
Por supuesto, era un apartamento de un multimillonario, y no un dormitorio en Norwesthern University. Pero, aun así, estaba husmeando, y eso era otra cosa de lo que JungKook y yo íbamos a hablar. Si algo me había enseñado el fin de semana era que odiaba no poder decirle a la gente con quién salía. Yo era un adulto, por el amor de Dios, y también JungKook. Necesitábamos poder vivir así.
Sin embargo, eso era más fácil decirlo que hacerlo. Había muchos obstáculos que teníamos que superar antes de que pudiéramos entrar en público en una habitación tomados de la mano. Pero si eso era lo que él quería, si yo era lo que él quería, entonces yo estaría allí con él, en cada paso del camino.
No importaba lo complicado que se pusiera.
Abrí el congelador, apostando al vodka, y sabes qué, victoria, había dos botellas heladas de Beluga Gold dentro al lado de un par de cajas de leche de plátano. Agarré un vaso y derramé una generosa cantidad, y justo cuando estaba a punto de tomar un sorbo, oí la puerta del condominio abrirse y cerrarse.
Se me congeló la mano a medio camino de la boca mientras miraba a mi alrededor en busca de algún lugar donde esconderme, pero estaba jodido. Para volver a la habitación de JungKook tenía que pasar por la puerta principal, lo que significaba que quien acabara de entrar iría a la habitación de enfrente, que estaba justo al lado de la cocina.
Sabía que JungKook y sus amigos vivían juntos aquí en Lotte Hotel, y estaba seguro de que él y Yejin habían mencionado con quién vivía en algún momento. Pero que me condenen si pudiera pensar en quién era en ese momento.
Entonces Min Yoongi apareció a la vuelta de la esquina, y los coloridos comentarios de Yejin sobre su estilo de vida de playboy me vinieron a la cabeza.
Que Dios me ayude.
Yoongi estaba a punto de quitarse la chaqueta cuando me vio por el rabillo del ojo. Se detuvo a la mitad de hacerlo, giró la cabeza en mi dirección y se quedó boquiabierto.
─Señor Park.
Podría haberme reído del saludo formal si no hubiera estado de pie en su cocina medio desnudo. Pero mientras sus ojos maquillados viajaban hacia mi pecho desnudo y el botón abierto de mis pantalones, pareció recuperarse de la conmoción y sonrió.
─Señor Park, ─repitió mientras tiraba su chaqueta en el sofá y se dirigía a la encimera de la cocina─. Es tan agradable verlo de nuevo... a todo... usted.
De todos los amigos de JungKook, por supuesto tenía que ser el que vivía con exceso de sexo y cachondo. Pero yo había tratado con mi parte justa de hombres sobreexcitados en el pasado. Yoongi no me intimidó en lo más mínimo.
─Buenas noches, Yoongi. ─Tomé un sorbo de mi bebida y miré el reloj en la pared. Las tres de la mañana ─llegas tarde a casa.
─Lo siento, papi. ─Yoongi se apoyó contra el mostrador y se lamió los labios─. ¿Quieres azotarme?
Cerré los ojos y reí. ─¿Cuánto tiempo has estado esperando para decir eso?
─Desde el momento en que te vi a ti y a JungKook besándose en el evento de caridad.
─¿Eh? ─Parecía que JungKook tenía que dar algunas explicaciones. Aparentemente sus amigos sabían mucho más de lo que yo sabía. Primero Mingyu y ahora Yoongi. ¿Cuánto tiempo llevaban todos informados?
─¿Y qué?─. Yoongi arqueó una ceja malvada─. ¿Quieres hacerlo?
─Gracias por la oferta, pero ─...tomé la botella de Beluga Gold y me acerqué a él...─ prefiero a los chicos buenos.
Yoongi actuó como si le hubiera clavado una daga en el pecho mientras daba vueltas para verme pasar por delante de él. ─Me estás matando, Zaddy Jimin.
¿Zaddy Jimin? ¿Qué diablos significaba eso? No tenía ni idea, pero no pensaba preguntar tampoco.
─Vamos, ─dijo Yoongi─. Estoy seguro de que, si le preguntas a JungKook, él estaría más que feliz de dejar que me una.
─Estoy seguro de que no le preguntaré a JungKook. Buenas noches, Yoongi, ─le dije, riendo por todo el pasillo. Tuve que darle puntos al chico por intentarlo.
─Tú te lo pierdes, Daddy Filth.
Cuando entré en la habitación de JungKook y cerré la puerta, lo encontré despierto y de lado con la sábana alrededor de sus caderas y la cabeza apoyada en su mano.
Sus ojos soñolientos vagaron sobre mí, y mi polla tuvo una reacción muy instantánea y real.
─Por favor, dime que no acabas de encontrarte con Yoongi con ese aspecto.
─Bueno, no me encontré con Yoongi con este aspecto.
Los labios de JungKook se fruncieron. ─¿Me estás mintiendo?
─No. ─Cerré la puerta y caminé hacia la cama─. No estaba sosteniendo esta botella de vodka cuando me encontré con él.
─¿Y se supone que eso me hace sentir mejor? ─ JungKook cayó de espaldas─. Yoongi es...
─No es mi tipo. ─Puse la botella y el vaso en la mesita de noche y alcancé mi cremallera.
JungKook giró la cabeza sobre la almohada y se mordió el labio.
─¿No?
─Nop. ─Enganché mis pulgares en el borde del material y lo empujé fuera de mis caderas, y mientras mis pantalones caían al suelo, JungKook miró mi erección.
─Entonces, ¿cuál es tu tipo?
Puse una rodilla en el colchón y me desplacé sobre la cama, extendiendo la mano para tocar las sábanas junto a su cintura. Un segundo después, se las quité de encima para poder ver completamente lo que era mío.
─¿Mi tipo? ─pregunté. La bonita polla de JungKook se endureció bajo mi atenta mirada─. Un chico muy guapo y elegante que hace que mi corazón lata tan fuerte como mi polla.
JungKook arrastró sus dientes a través de su labio inferior mientras me movía sobre él. ─¿Quieres saber mi tipo?
Me reí y puse una mano a ambos lados de su cabeza, mientras me metía entre sus muslos. ─No lo sé, dímelo.
Asintió, pasando sus piernas por encima de las mías. ─ Es inteligente, guapo y tiene unas arrugas muy sexys junto a los ojos por lo mucho que sonríe. Es el tipo de hombre que sé que me dará esas mismas sonrisas en, como... ─el coqueto burlón me guiñó un ojo y sonrió...─ ¿diez años?
Resoplé. ─¿Se supone que eso me haga sentir bien conmigo mismo?
─¿Qué planeo estar contigo por diez años? Diablos, sí.─JungKook se levantó para besarme con fuerza y rapidez. Pasé la lengua por el dulce interior de su boca, provocando un gemido bajo, y él se arqueó sobre la cama y frotó su cuerpo firme y ágil contra el mío. Rodé hacia un lado y lo puse encima de mí.
JungKook me siguió, como si hubiéramos estado haciendo esto durante años, y cuando puso sus manos en mi pecho y se sentó en mi regazo, apenas podía creer que era mío.
─Maldita sea, eres algo para mirar.
Pasó sus manos por mi pecho, girando sus dedos a través del vello corto de allí. ─Mira todo lo que quieras. Soy tuyo.
Mi estómago dio un vuelco ante sus palabras. Quería que fueran verdad. Pero yo no era un hombre joven e ingenuo. Sabía que las emociones podían salirse de control rápido en el calor del momento, y necesitaba saber que JungKook entendía lo que estaba diciendo. Que entendía lo que yo quería de él.
Le acaricié los muslos con las palmas de las manos, masajeando el fuerte músculo mientras lo miraba a los ojos.
─Sabes lo que eso significa para mí, ¿verdad? No quiero esconderme más, JungKook. Este fin de semana fue...
─Horrible. ─Parpadeó y asintió─. Lo sé. Durante mucho tiempo he seguido el ridículo plan de mis padres. He seguido el camino que me marcaron y no me he molestado en desviarme de él. Nunca tuve una razón para hacerlo... hasta ti.
Mi corazón se rompió por la tristeza de su voz. Comprendí lo difícil que debió haber sido mantener esta parte de sí mismo en secreto durante tanto tiempo. Pero saber que finalmente estaba listo para liberarse, que estaba dispuesto a darse a sí mismo ─y a nosotros─ la oportunidad de explorar realmente lo que habíamos encontrado entre nosotros, me hizo feliz.
─Verte con otra persona esta noche... ─Se encogió─. Fue... lo odié. Nunca pensé que fuera del tipo celoso, pero todo lo que quería hacer era pararme en una de esas mesas elegantes y decirle a todo el mundo que eras mío. ─Esbozó una sonrisa de autocrítica─. Bastante inmaduro, ¿eh?
─Eh, no. Eso es bastante caliente, en realidad. Probablemente te habría arrastrado fuera del salón de baile por encima de mi hombro.
La boca de JungKook se abrió. ─¿En serio? Quiero decir, siempre podríamos interpretarlo más tarde hoy. Las mesas siguen ahí.
Casi tuve la tentación de aceptar la oferta, pero desafortunadamente yo había sido el que organizó el equipo de limpieza, y sabía que vendrían temprano esta mañana.
─JungKook, ¿de qué estamos hablando aquí? ¿Nosotros, haciendo pública nuestra relación? Eso no va a ser fácil.
─Lo sé, y mis padres probablemente van a...
─¿Cazarme con una escopeta?
─Iba a decir amenazarte o chantajearte, pero tienes razón, una escopeta es más probable.
─Solo estoy diciendo que esto probablemente se va a poner complicado. ¿Estás listo para eso?
Se inclinó sobre mí y frotó sus labios sobre los míos.
─Siempre supe que algún día tendría que decirles, y mientras estés conmigo...
─Lo estaré.
─Entonces estoy listo. Quiero esto. Te amo.
Deslicé una mano por su espalda hasta llegar a su cuello y sujetarlo, atrayéndolo hacia mí. ─Te amo.
─Yo también te amo. ─JungKook me besó con fervor, con sus manos en mi cabello para sujetarme en mi lugar mientras se sumergía y destrozaba cada rincón de mi boca. Fue un beso lleno de deseo. Un beso lleno de necesidad. Fue un beso lleno de amor y aceptación y el valor de perseguirlos a ambos, y lo sentí hasta el fondo de mi alma.
Acaricié la suave piel de su espalda, y los ojos de JungKook brillaron con picardía. ─¿Crees que te preguntarán si estás embarazado?
Su comentario estaba tan fuera de lugar y era tan completamente ridículo, que no pude evitar reírme mientras le pellizcaba una de sus deliciosas nalgas.
─¿Embarazado? ¿Terminaste con tus bromas, listillo?
─¿Qué? Mi padre tiene bebés en el cerebro. Esa será la pregunta más fácil de responder, así que pensé que podríamos dar un paso adelante.
─Oh, ¿cómo decirles a tus amigos que estamos juntos?
Los ojos de JungKook se abrieron.
─Ni siquiera lo intentes. Mingyu y Yoongi ya han confirmado esta noche que tú tienes la boca suelta.
─No... ─negó con la cabeza y se sentó, pero yo lo rodeé con mis brazos, manteniéndolo cerca─. Eso no es lo que pasó.
─Ajá, ¿y qué pasó?
─Bueno...
─¿Sí?
─Es tu culpa.
Apoyé mi cabeza en la almohada. ─¿Mi culpa?
─Sí. Si no me hubieras dejado un enorme chupetón morado en el cuello, ninguno de ellos habría sabido de nosotros.
Abrí la boca para refutar eso, pero no tenía nada que decir.
─Quiero decir, eso y el hecho de que me atraparon en una mentira sobre salir con Yejin cuando había estado contigo, y en realidad todo fue un completo accidente que lo descubrieran.
Entrecerré mis ojos en la cara llena de culpa de JungKook.
─Así que no fue mi culpa.
Arrugó la nariz y rozó su erección contra la mía. ─Fue algo así como tú culpa.
─¿Estás usando tu cuerpo contra mí ahora mismo?
─Eso depende. ¿Está funcionando?
─Tal vez. ─Me incliné hasta que nuestros labios se tocaron y susurré: ─Pero ¿qué tal si me usas un poco más solo para asegurarte?
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