(9)- Miedos.
La lluvia se transformó en una furia en forma de precipitación con la intensidad torrencial. Las calles están empapadas, formando unos "ríos" implacables.
El entrenamiento estaba a mitad de terminarse, Po ya llevaba más de 30 vueltas, los demás ya estaban muy adelantados.
La unión hace la fuerza, decían. Po siente una soledad inseparable al ver el cielo gris, su cuerpo decía que pare, pero él no quería, su voluntad era más fuerte, era.
De un momento a otro cae de rodillas, debía de descansar, sino las consecuencias no tardarían en llegar.
El panda frena, se apoya sobre la pared de una casa, cierra los ojos, sintiendo una satisfacción tras dejar de trabajar su cuerpo.
Las gotas de sudor caen desde su cabeza, encajando con las de la lluvia. Pasan minutos, pero el cansancio sigue presente, así que decide descansar un poco más.
No 5, ni tampoco 10, ni 15, sino 20 minutos se queda allí parado. Ahora sí, las piernas dejan de temblarle.
- Creo que es momento de empezar, vamos - Dice para sí mismo.
Comienza a trotar, suelta un intenso suspiro, deberá de aguantar decenas de vueltas.
Pensando, se da cuenta del gran progreso que ha hecho, antes no podía ni subir las escaleras del palacio sin acabar casi exhausto, ahora las puede subir normalmente. Dar 30 vueltas seguidas al valle, sin parar, ya es una gran hazaña de por sí.
Pasan varios intervalos de minutos, otra vez el cansancio se hace notar en el cuerpo de Po.
- Vamos, me queda poco.
Po está frente a las escaleras, ya había terminado las vueltas, aunque no es lo único difícil del entrenamiento. Al subir, ve a todos sus compañeros haciendo los ejercicios, flexiones, abdominales.
- ¡Po! Ahora mismo, 120 abdominales - Ordena Shifu.
- Enseguida.
Po se posiciona en el suelo boca arriba, cruza sus brazos detrás de su cuello, junta sus piernas flexionando las rodillas.
- Te has tardado más de lo esperado, a la próxima que llegues 15 minutos tarde harás más que los demás.
Las advertencias le llegan al fondo a Po, que con cada abdominal se supera a sí mismo, en las ultimas semanas ha adquirido más resistencia debido a su entrenamiento.
Po se cansa a mitad del proceso, Shifu lo observa, con una cara retadora, así que el panda vuelve a los abdominales.
Tigresa y los demás ya terminaron las flexiones, yéndose, bajando las escaleras, aunque uno de ellos se queda.
- Zhen, ve con los demás, ya terminaste - Dice Shifu, viendo a la zorra parada a un lado de Po.
- Déjeme un momento, maestro, por favor.
Po da leves quejas debido al esfuerzo de su cuerpo al hacer cada ejercicio, no está acostumbrado para nada. Al mirar hacia un lado, ve a Zhen mirándolo.
- ¿Es difícil, no? Yo estoy exhausta - Comenta Zhen, susurrando.
- Es m-muy c-cansador - Dice Po mientras su voz se desestructura debido al esfuerzo que está haciendo.
- Si, lo sé. Quiero descansar un poco, pero Shifu se daría cuenta, por eso te estoy susurrando también - Explica Zhen.
- Ya terminé - Dice mientras jadea, ahora le quedan las flexiones.
- Bueno, tengo que volver, suerte, amigo.
Zhen se retira, dejando a Po tan pensativo como tanta veces. Aquella frase, "amigo" le da una motivación extra para hacer las flexiones.
...
Debido al ataque de Zhandou, Lin y sus demás compañeros quedan gravemente heridos, haciendo que Rekishi los tenga que auxiliar. Al aplicar todos los medios curativos, Lin y Han quedan mejor.
- Bien, debemos de salir de aquí, ese guerrero está desatado con su gran locura de por medio - Dice Rekishi, que está preocupada por sus amigos.
- Está bien, yo no creo poder caminar, no sé cómo harás - Responde Lin, que tiene el vendaje en X hecho por todo su torso.
- Yo te puedo levantar, no estoy tan herido como tú, sólo recibí unos golpes, algo cotidiano - Propone Han.
Lin asiente y el oso polar lo carga, deciden irse lejos, lo más lejos posible, ya el destino decidirá hacia donde pararán.
Mientras tanto Zhandou vaga por el bosque, buscando cualquier cosa que se mueva para desquitar su ira incontrolable.
- ¡Todo el tiempo que invertí en salir de ese mundo! - Lamenta Zhandou.
Él no puede creer, Oogway muerto, todo su plan de venganza se echó abajo, no tiene ningún propósito seguir allí.
Pasó cientos de batallas en el reino de los espíritus, muchas cosas, aprendiendo de cada error que cometía, hasta encontrar el antídoto.
El cortaba los árboles que encontraba, su filosa espada hacia tajos incomprensiblemente fuertes y precisos, capaz de cortar cualquier objeto.
Los árboles caían, dejando un rastro de ellos por todo el bosque.
- ¡Mataré a todo lo que vea en mi camino, todo, absolutamente todo! - Grita el cocodrilo, pensando que alguien lo escucharía.
Lin y los demás escucharon aquel grito, ya sabían que Zhandou estaba cerca, debían de ser silenciosos.
- Han, pon a Lin en el suelo, nos camuflaremos como podamos - Ordena Rekishi.
Han suelta a Lin, posteriormente para ocultarlo, Rekishi lo llena de hojas, camuflandolo con el entorno que lo rodea.
- Bien, ahí estarás bien, Lin. Han, debemos de encontrar un escondite.
- No tengo la más mínima idea, y supongo que tú tampoco.
- Tienes razón, pero debemos de buscar uno, o quedarnos donde Lin, detrás del árbol.
- Mejor nos quedamos detrás del árbol, además no creo que ese cocodrilo esté tan cerca - Explica Han, que junto a Rekishi se apoyan sobre el árbol.
- Debemos de escuchar la voz de él, según donde esté, es donde debemos escondernos, como una rotación - Dice Rekishi.
Los dos se quedan escondidos, sin hacer el más minúsculo ruido.
El ambiente es totalmente silencio, nada ni nadie se escucha, a excepción del canto de los pájaros.
Suspenso es lo único que pensaba Han, ¿y sí Zhandou estaba cerca o lejos? Cualquier opción no es buena.
Un sonido de movimientos se escucha en los alrededores, los arbustos se mueven, esto lo notan Lin y compañía, manteniéndose al tanto de quién está allí.
Inesperadamente Zhandou aparece, caminando, los demás lo observan, el nerviosismo subió, Rekishi y Han comienzan a temblar, mientras que Lin mira de reojo, ya que las hojas en su rostro no permiten poder observar al 100%.
Lin se mueve levemente, estaba incómodo y le dolía el brazo, pero al moverse, una hoja hace un crujido, llamando la atención de Zhandou, que al revisar, encuentra a Rekishi y Han.
Los dos se ponen en guardia, esperando recibir los ataques del cocodrilo.
- Ustedes de nuevo, que lástima haberlos encontrado - Se burla Zhandou, que se acerca poco a poco hacia los dos.
- Vete, no te hemos hecho nada, monstruo - Reclama Han, que se mueve con lentitud debido a los golpes recibidos anteriormente.
- ¿Nada? De no haberme confiado, tú amigo me habría herido, ¿a eso le llamas nada? - Cuestiona Zhandou, cada vez más enojado con aquel grupo.
Lin no sabía que hacer, ¿debía de salir de su escondite y tratar de distraer a Zhandou? De momento está indeciso.
- Me parece que ustedes son una buena excusa para que yo me desahogue en mi furia - Dice Zhandou.
Han y Rekishi ya saben a lo que se refiere el cocodrilo, los quiere asesinar para vaciar la locura que llevaba dentro.
- Rekishi, corre, lo más lejos posible - Dice Han, que se pone frente a Zhandou, encarándose cara a cara.
- ¿Te animas a desafiarme? - Cuestiona Zhandou, que mira fijamente al oso polar.
- No te tengo miedo, eres una escoria, de las que no se ven todos los días.
- De valientes está lleno el cementerio, lamentablemente.
Zhandou le da un golpe en el rostro a Han, haciéndolo caer al suelo. Aprovecha la situación para desenfundar su espada. Han se reincorpora y agarra su mazo que llevaba en la espalda.
Dos armas letales, una más que otra, una batalla se desencadena, aunque Zhandou logra ganar debido a la rapidez con la qu atacaba, y sumado a la lentitud de Han por el peso de su mazo, lo condenaron.
Han se encuentra en el suelo, casi inconsciente, lo único que puede ver es a Zhandou, mirándolo, para después cerrar los ojos, desmayándose.
Rekishi se encuentra cerca, sabe que Han no tiene oportunidad con Zhandou, y eso es un peligro para Lin. Se mueve entre los árboles, haciendo el más mínimo sonido.
Mientras se mueve, Zhandou comienza a mirar a sus alrededores, cada detalle del lugar.
- Sé que hay alguien más aquí, no dudes en seguir escondiéndote, que te encontraré cuando menos te lo esperes - Advierte Zhandou, mirando y mirando, esperando encontrar a alguien.
Rekishi no sabe qué hacer, justo en el árbol donde se escondieron estaba Lin y también Zhandou, no podía ir a buscarlo porque sino la pillarían, sólo faltaba esperar.
Zhandou comienza a caminar, alejándose del árbol, revisando los arbustos y árboles.
Rekishi sigue alerta, Zhandou está cerca, y el peligro también.
Al intentar moverse, Rekishi tropieza con un palo, casi cayéndose, pero manteniendo el equilibrio gracias a un árbol que tenía en frente.
Zhandou escuchó y se dirige hacia allí.
- Ya te pillé - Dice aquella voz maligna.
Rekishi sale corriendo, Zhandou la sigue, es mucho más rápido que ella, así en cuestión de segundos la atrapa.
Lo peor esperaba para aquella ave que en lo que parecía una aventura en busca de nuevos retos, terminó siendo el mismo infierno, aunque ella no lo sabría hasta ese entonces.
Zhandou está encima de Rekishi, que se encuentra sin salida.
- ¿Creíste que yo no podría atraparlos? Mira bien con quien te metes, eso lo aprendí a punta de golpes.
Zhandou noquea a Rekishi, para después llevársela consigo.
...
Po no podía seguir, su cuerpo estaba casi por desplomarse, y lo peor es que estaba delante de Shifu. ¿Qué pasaría si muestra cansancio frente a su maestro? Se llevaría un castigo severo.
- ¿Po? No te encuentras bien - Susurra Tigresa, para que Shifu no los escuche.
- Estoy muy cansado, no puedo seguir - Responde Po, con una voz irreconocible.
- Estás muy mal, descansa un poco.
- Pero Shifu... - Tigresa le toca el hombro, haciendo que el panda la mire a ella.
- Lo sé, pero es mucho mejor que te lleves un reto, a que te lesiones, ¿y si te pasa algo? No quiero verte así.
Po reflexiona, Shifu sería capaz de ponerle el peor castigo posible, todos lo saben. Piensa y piensa, mira a Tigresa, que está mirándolo a él.
Po decide decirle a Shifu.
- Le diré. No estoy hecho para perder frente a mis miedos, tengo que ser valiente - Le dice a Tigresa, que sigue serena, no sabe cómo reaccionaria Shifu.
Todos estaban frente al palacio, haciendo las flexiones y abdominales, excepto Po, que se acercaba lentamente a Shifu.
- ¿Qué pasa Po? Ve a hacer los abdominales, vamos - Ordena el maestro, pero Po no hace caso.
- Maestro, no puedo seguir - Todos escucharon, un silencio rodea el ambiente, Shifu mira a Po, con la mirada más intimidante posible - Creo que este entrenamiento no es apto para mí, me he cansado y mi cuerpo pide a gritos que pare.
Po traga saliva, Shifu sigue mirándolo, seguramente responderá enfadado, pensaba.
De repente, Shifu comienza a aplaudir, una sonrisa se forma en su rostro. Nadie entendía nada, ni Tigresa ni Po.
- ¿No se va a enfadar? - Pregunta el panda, confundido.
- No, para nada.
Shifu se mueve alrededor de Po, con sus brazos cruzados en la espalda.
- Todos ustedes, dejen de hacer esos ejercicios tontos, vengan - Ordena.
Tanto Mantis, como Mono, Víbora, Grulla y los demás dejan de hacer abdominales, igual de desconcertados que Po.
- Les diré la verdad, lo del entrenamiento y eso es todo mentira. Fue como una prueba para ustedes, ¿creen que dar vueltas al valle, hacer varios ejercicios y mucho más les hará ser mejores? Seguramente habrán creído que sí, y ese es el problema - Mediante va explicando, todo va encajando - Todo fue una prueba para ver sí se daban cuenta, no digo que me contradigan, ni me alzen la voz, pero tenían que por lo menos tomar consciencia de la tontería que estaban haciendo. En resumen, el único que tuvo el valor de decirle la verdad fue Po, que gracias al cansancio, pudo superar su miedo a decirme la verdad, lo felicito.
- ¿Osea que lo que hemos hecho hasta ahora fue para nada? - Pregunta Grulla.
- En resumen.
- No me había dado cuenta, no se me pasó por la cabeza - Decía Víbora.
- Lo que teníamos que haber hecho era haberle dicho que el entrenamiento no servía, no era eficiente, pero por miedo a que nos castigue nadie le dijo - Explica y resume Tigresa, que sigue sorprendida por la "prueba" que nadie pudo conseguir pasar.
- Les pido disculpas si alguien terminó muy exhausto, aparte de tí, Po. Sé que pensarán que fue una estupidez lo que hice, pero aquel que es valiente, tiene el valor para hacer algo que los demás no pueden hacer, la valentía es vencer el miedo, y usarlo como motivación para dar más de lo que puedes dar. Es necesario que les quede grabado en la mente aquellas frases, les servirá en un futuro.
- Usted es muy sabio, que quiere que le diga, maestro - Añade Po.
- Eso me lo enseñó Oogway, él es alguien... no puedo explicarlo, va más allá de las palabras. Cambiando de tema, mañana seguirán con los mismos entrenamientos en la sala de formación, después veré si haremos cosas más variadas. Pueden descansar por un par de horas.
Todos se van al cuartel de los estudiantes, unos para comer algo, otros para descansar, etcétera.
Po entra a su habitación, la lluvia seguía y seguía, las gotas chocaban contra el tejado del cuartel.
- ¿Qué podría hacer ahora? - Se preguntaba Po, aburrido.
- Cuando uno está aburrido, la mente puede ser más creativa de lo que piensas - Dice Tigresa, en la puerta de la habitación.
- Tigresa, ¿cómo estás? No te había visto.
- Escuché que tenías aburrimiento, yo también.
- Es un día en el que no se puede hacer nada, nada más que descansar - Dice Po mientras se recuesta en su cama, dando un largo bostezo.
Tigresa entra del todo en la habitación, sentándose en el suelo, al lado de la cama del panda.
- ¿Qué opinas de lo que hizo Shifu? - Pregunta Tigresa.
- No lo sé, siento que está bien, supongo que nos enseñó algo bueno.
- Te quedaste exhausto, nunca te había visto tan cansado.
- Ya me parecía extraño, ese "entrenamiento" no concordaba con mi tipo. ¿Cómo alguien como yo podría dar 60 vueltas al valle? - Plantea Po.
- No se me había pasado por la cabeza de que fuera una prueba, sinceramente me tomó por sorpresa, a todos.
- Hace bastante que no tenemos una misión, como ir a detener a unos bandidos, o algo por el estilo - Dice Po.
- Sí, se extrañan esos momentos. Aunque es raro, fue como un parón, sin más.
- Debe de ser por ese tal Zhandou, el guerrero del que nos habló Shifu.
- Es una novedad, cuentan las malas lenguas que fue alguien realmente fuerte, su defensa, ataque, ingenio dentro de sus batalla, todo era perfecto, no tenía puntos débiles. Hasta que peleó con Oogway - Explica Tigresa.
- Sí, leí acerca de eso.
- No recuerdo bien por qué se había peleado con Oogway, pero fue desterrado al mundo de los espíritus, aunque cuentan algunos testigos que volvió por venganza. Pero sólo son algunos cuentos, quizás sean verdad o no - Termina Tigresa.
- Cada día es algo nuevo.
- Pues vaya que sí.
Algunas palabras iban e iban, pero en un momento repentino el silencio se adueñó de la habitación. Los dos se quedan sin nada que decir, una incomodidad comienza a sentirse, por parte de los dos.
Tigresa mira a Po, y viceversa, quedándose con su contacto visual por varios segundos, hasta que el panda decide batir el silencio.
- Bueno... yo me iré a dormir.
- Está bien, yo me voy. Cualquier cosa que necesites, estoy en frente, nos vemos.
Tigresa se va, dejando a Po sólo.
- Nos veremos... - Últimas palabras antes de quedar profundamente dormido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top