(8)- Sueños y visiones.

Es de mañana, un rotundo "BONG" resuena en todo el Valle. Nuestros guerreros despiertan, saliendo de sus habitaciones y parándose rectos ante la presencia de Shifu.

- ¡Alumnos! Hoy llegó el día en que me demostrarán su fortaleza. Coman algo así están llenos, los espero en la entrada del palacio.

Tras el discurso, Shifu se va. Todos los demás se dirigen a la cocina, deben de comer liviano, pues bajarían demasiado rápido la comida con el entrenamiento, y no es favorable tener mucha en el estómago.

- Po, te ayudo.

Mono últimamente se ha ofrecido como ayudante de Po en la cocina. El panda asiente.

- Alcánzame los ingredientes de allá.

Po señalaba, hacía gestos y daba órdenes, era de las pocas veces que su forma de actuar era autoritaria.

- Bien, Po. ¿Algo más?

- No. Ya puedes sentarte, gracias.

Po corta ingredientes, agrega condimentos y aditivos: finalmente queda una sopa de fideos, no había adicionado muchas cosas, debían de estar sin comer tanto antes de los entrenamientos. Po coloca los tazones en la mesa, ordenados por persona.

- Sírvanse. Espero disfruten, hay que estar con energías - Comenta Po, intentando sonar positivo, mientras una sonrisa se forma en su rostro.

- Gracias, Po. Veremos si me sorprende - Dice Víbora.

- Tiene un sabor distintivo a todas tus recetas anteriores. Me sabe bien - Añade Tigresa.

Todos prueban la sopa, notando otro tipo de gusto, no eran los tradicionales fideos de Po. Era algo combinado con un condimento que... le agregaba otro toque, especial.

- Claramente gracias a mí ha tenido el sabor que tuvo, excelente - Decía Mono, con su tono irónico que haría reír a cualquiera.

- Si fuera así la sopa estaría apestosa - Bromea Grulla. Todos se ríen, a excepción de Mono... y Tigresa, que sigue con su actitud fría, nunca la ha cambiado.

Todos están tranquilos en la cocina, se levantan, yendo a sus habitaciones, preparándose para el entrenamiento.

...

Shifu observa el cielo, está más gris y nublado que nunca, él sabe que lloverá. La primera gota cae en su cabeza, la segunda en su hombro, y así comienza a llover más y más fuerte.

El ambiente del cielo casi negro da la impresión de que es el fin del mundo, rayos caen y se ven, los pueblerinos se refugian en sus casas, etc.

Shifu escucha un par de pasos detrás de él, cualquiera pensaría que serían sus alumnos, pero...

- Mirar la lluvia, es algo típico de usted, maestro - Dice una voz, una que Shifu reconoce a la perfección.

- No puede ser... ¿Cómo es posible? ¿Cómo regresaste? Tai Lung.

- En el reino de los espíritus se aprender muchas cosas. Cosas que tú no sabes - Tras decir eso, Tai Lung se abalanza contra Shifu, que está intentando hacer lo que puede.

La fuerza de Tai Lung es demasiada para alguien como Shifu, no tenía la misma habilidad y técnica que cuando era joven.

- Ha perdido sus movimientos, maestro - Tai Lung se reía, mientras que Shifu se esforzaba por seguir de pie.

Cuando Shifu estaba por caer, una patada salvadora llega, era Tigresa, que había llegado con los demás.

- ¡Maestro! ¿Está bien? - Pregunta preocupada Tigresa, que observa a Tai Lung, en el suelo.

- Es muy fuerte. Tienen que avisar a todo el pueblo, no sabemos de qué es capaz.

- Está bien, maestro. ¡Escuchen, Mono y Grulla, vayan a evacuar a los pueblerinos, llevenlos hacia las afueras, que queden seguros - Ordena la felina.

Mono y Grulla se van corriendo hacia el pueblo, mientras que Po, Víbora y Tigresa ayudarán a Shifu.

Tai Lung ya se había reincorporado, los demás lo observan, ¿cómo había podido salir del reino de los espíritus?

Dejan de lado las preguntas y se ponen en posición de pelea.

- Po y Víbora, lucharé con él, ustedes traten de poder noquearlo o atraparlo entre todos - Comenta Tigresa.

- Vaya, vaya... me acuerdo de ti, aquella peleadora que fue mi reemplazo. Lamentablemente, Shifu ya sabía que no me llegarías ni a los talones, ya eras un caso perdido - Aquellas palabras hirieron a Tigresa, que se contenía de atacar, un aura negra llenaba su corazón, estaba sucumbiendo a las provocaciones del leopardo.

Una mano toca su hombro, no sabe quién es, pero siente como toda aquella aura negra se contenía y no llenaba su corazón por completo.

- No lo escuches. Tú sabes, yo sé, que eres la mejor guerrera que ha tenido el valle, sin tí nada sería igual, tienes mucho valor - Susurra Po, con su voz entonada.

Esas palabras llegaron al interior de Tigresa, que siente como su corazón está más vivo que nunca, sintiendo... alegría y amor.

- Bien, es momento de luchar. Estén alerta, no es cualquier enemigo - Advierte Tigresa, que sigue esperando los movimientos de Tai Lung.

- ¿No vas a hacer nada? Cobarde, estás más blanda, frágil, tus sentimientos no son los mismos que cuando me enfrenté a tí por primera vez. Eres tan deficiente - Provocaba Tai Lung, cada palabra la decía con obvias razones, hacer que Tigresa ataque primero.

- La negatividad abunda en tí, ya entiendo porque Oogway no vio nada en ti, sólo alguien vacío - Responde Tigresa.

Tai Lung se enoja, bastante, no querían que le hagan recordar esos temas que le fastidiaban tanto. Trata de contenerse, él era de enojarse fácil, pero no lo demostraba a menudo.

Ninguno atacaba, nadie se movía, el tiempo se paraliza. Energía oscura yacía en Tai Lung, Po lo veía, sentía maldad y un corazón negruzco. Decide que si nadie da el primer paso, él lo dará.

Po en un movimiento rápido se avalancha contra Tai Lung, tirándolo al suelo. De la nada, su visión comenzó a nublarse, parecía que iba a desplomarse en el suelo, los demás le gritaban, pero él no reaccionaba. Ya veía todo negro, cada vez escuchaba menos las voces de sus amigos, todo... desapareció.

Po despierta, está frente a un túnel, oscuro y con mucha profundidad. Atrás suyo había un mundo horrible, llamas y almas perdidas habitaban allí. En el intento de alejarse, entra al túnel, corre y corre, pero unas manos lo jalan.

Observa y ve a unos sujetos, encapuchados, como la misma muerte. Lo están llevando a ese mundo, no sabe para qué ni por qué. Una vez que entran al lugar, nota que hay toda una ola de llamas, con personas quemándose dentro. Cuando lo sueltan, ve el juicio, una entidad, con dos cuernos, y cara demoníaca lo estaba mirando, decidiría su futuro.

- Bienvenido al infierno - Su voz sonó excesivamente gruesa, malvada.

Po no sabe qué hacer, solo observa a toda la gente que hay allí, gente que nunca se imaginaría que estuviesen allí.

Gente como el Maestro Rinoceronte, Maestro Ardilla, Maestro Elefante y aunque suene loco, también estaba Oogway. Ve a Grulla, Víbora, Mono, Mantis y a Tigresa. También al Maestro Güey, Cocodrilo, y por último, se ve a sí mismo.

- Te quedarás aquí, en el infierno. Tus pecados se cobrarán con el paso del tiempo. Ahora, arde en llamas - Dice aquel demonio, que con un martillo, da dos golpes a la mesa.

Tras eso, su cuerpo desciende hacia el fuego, acercándose a su final. Gritos se escuchan, probablemente de todas aquellas personas que sufrieron el mismo destino que Po.

Entra en las llamas, un dolor incontrolable comienza a sentir, el calor es mucho, se quema a más no poder. Se mueve en las llamas, ve más y más gente que pareciera que son buenas, pero en el fondo algo hicieron para estar allí.

- ¡No! - Gritaba Po, que se levanta de golpe, era casi mitad de la noche, todo había sido un sueño.

Un sueño raro, muy único, nunca había experimentado algo como así, sintió de verdad que estaba en el infierno, siendo condenado a sufrir lentamente para la eternidad.

Una voz dice "Po" mientras que tocan la puerta.

- ¿Quién es? - Pregunta el panda, observando la puerta.

- Tigresa. ¿Estás bien? Te escuché gritar.

- Nada, sólo fue un sueño.

- ¿Puedo pasar?

- Claro.

Tigresa entra a la habitación, mientras cierra la puerta. Se sienta al lado de Po, que está pensando tanto en ella como en su sueño

- ¿Fue una pesadilla? Gritaste, aunque la parecer no despertó a los demás - Dice Tigresa, que quiere saber qué soñó su amigo.

- Fue algo muy extraño. Soñé que era un día normal, que empezábamos el entrenamiento nuevo, pero antes de eso, Tai Lung volvía, atacaba a Shifu, y comenzaba una pelea - Explica Po, que hace una pausa.

- ¿Tai Lung? Raro.

- Sí. Después de eso caí desmayado. Aparecí en un pasillo o túnel, detrás mío estaba el infierno. Unos sujetos vinieron y me llevaron allí, al mundo maldito. Allí habían personas que son inocentes, pero que hicieron algo malvado para estar en aquel lugar. El maestro Oogway estaba allí - Explica, mientras los escalofríos suben, imaginando todo ese escenario de nuevo.

- ¿Soñaste con el infierno? Eso no pasa todos los días, pero te entiendo.

- ¿Me entiendes?

- Escucha, no le cuentes a nadie más ésto.

Tigresa exhala - Shifu nunca fue expresivo conmigo, siempre me corregía, nada más, cada día era lo mismo, de allí sale mi inexpresiva personalidad, lo acepto. Cómo cualquier persona, tenía emociones, inseguridades, pero a menudo no lo mostraba.

Tigresa para, está nerviosa, observa a Po, que está con una sonrisa, diciéndole "Sigue" con la mirada.

- Desde que a tí te conocí, he podido liberar más mis emociones. La felicidad, la tristeza, el enojo, el miedo, todo. Tú desbloqueaste el potencial que tanto había ocultado, ésto no sólo afectó a mi actitud, a ésto venía. Una vez, era de noche, me había dormido rápido, estaba cansada; ya estaba en el sueño, vi un lugar que me atormentó, parecía el mismo infierno, todo cubierto de llamas, rocas y magma por todos lados, lo único que vi fue el fuego rodeando mi cuerpo, sentía el ardor, todo pareció tan real, que cuando me desperté, me toque el rostro, pecho y piernas esperando no estar quemada. Suena irónico, pero entiendo tu miedo y preocupación, a veces los dueños indican el futuro, y es una advertencia sobre que pasará y desiciones deberás tomar.

- Igual que yo. Lo sentí como si estuviera allí, las quemaduras, todo, fue horrible - Decía Po, la voz se le quebró en la última frase.

"Fue horrible" resonaba en la cabeza del panda, el saber que vivió eso como si fuera en carne propia, le atemorizaba.

- Tranquilo - Intentaba calmar Tigresa, que habló con una voz fina, leve. Se acerca más a Po, así puede estar más cerca, casi pegado a él.

- Que vida loca - Dice irónicamente Po.

Tigresa muestra una sonrisa - ¿Tú crees? La vida da muchas vueltas, de un día para otro te enteras de algo que nunca te hubieras imaginado que sucedería.

- Ojalá hubiera felicidad en cada día que pase, en todos siempre hay algo en lo que deba de preocuparme de más - Añade Po, mirando a Tigresa con cierto deseo.

- Siempre tienes razón, Po. No fallas en nada - Comenta la felina.

- Gracias. Tus comentarios siempre son positivos, eso es algo bello de tí.

- ¿Estás listo para mañana? - Pregunta Tigresa, intentando sacar algo de conversación.

- Si hablas del entrenamiento, no sé cómo haré para aguantar tantas vueltas. Un milagro me salvará - Explica Po.

- Mañana lo lograrás, lo lograremos todos, lo sé.

- Tienes razón. Hay que tener autoconfianza en uno mismo y en todos..

- Nos vemos, me iré a dormir. Descansa bien, panda.

Po y Tigresa se despiden, cada uno en su habitación. Po se tira en la cama, tiene sueño, bastante, así que ni bien cierra los ojos, cae dormido.

...

Lin y Hun estaban heridos, el único que los podía auxiliar era su compañera Rekishi, que estaba viendo qué podía hacer.

- Ayuda a Lin primero, se está por morir - Decía Hun, con la voz notablemente cambiada, gracias a las heridas que tiene debido a Zhandou.

Rekishi observa el cuerpo de Lin, tiene que encontrar la manera de frenar la hemorragia. Saca un paño limpio de su bolsillo, lo deja a un lado; procede a retirarle la túnica a Lin, así puede ver la herida de cerca.

Una vez con el pecho descubierto, utiliza el palo limpio y lo pone encima de la hemorragia, aplicando presión en ella. Debía de contar bien, unos 10-15 minutos estarían bien. Rekishi saca un frasco de agua de un mediano bolso que tenía en la cintura. Aplica un poco de agua en la herida, intentando limpiarla.

Con el paso de los minutos la preocupación y desesperación se nota más en Rekishi, que no sabe si lo que está haciendo ayudará a Lin correctamente. Al pasar 15 minutos, coge una venda de su bolso, haciendo un vendaje en su torso circular.

Pasan minutos y la sangre absorbe el vendaje, así que Rekishi utiliza más, así la hemorragia no traspasa y retiene la sangre en las vendas.

Ahora que Lin está un poco mejor, decide ver a Hun. Al observarlo ve que tiene tiene lesiones, por golpes, moretones.

- No es tan grave. Necesitaré hielo o algo parecido así se pasa.

- No duele tanto, creería poder seguir así sin problemas.

- Bien. Aguantaremos aquí lo necesario, tenemos todo el tiempo.

...

Un nuevo día llegaba, el tan repetitivo "BONG" resonaba por todo el valle.

- ¡Alumnos! - Decía Shifu.

Todos los que estaban dormidos ahora se levantaron, saliendo de sus habitaciones y parándose frente a ellas.

- Llegó el día. Veré quién es capaz de pasar el entrenamiento, sé que pueden, quizá uno más que otro, pero la importancia queda en que puedan completar el objetivo. Vayan a la entrada del palacio, ¡vamos!

Todos acatan la orden, yendo al palacio. Po está seguro de que se caerá del cansancio ya en la primera vuelta, aunque lo intentará una y otra vez.

Po camina, sólo, él era el único que no había llegado al palacio. Sus pasos eran lo único que se escuchaba. Un par de gotas caen en su nariz, mira hacia arriba, el clima está nublado, una pequeña lluvia comienza a caer.

El pelaje del panda está mojado, una gota cae de su rostro salpicando en el suelo, marcando el principio de la prueba.

Al llegar, todos están en una fila, frente al maestro Shifu.

- Bien. Cómo ya saben, bajan las escaleras y dan 65 vueltas al pueblo. ¡Háganlo y regresen al palacio, les diré lo siguiente que harán! - Ordena.

Todos bajan las escaleras a trote. Po está en desequilibrio, está a punto de caerse, pero logra mantenerse estable y sigue bajando.

Al rato Po ya está totalmente cansado, las piernas comienzan a dolerle, el sudor y la respiración agitada se hacen notar.

La lluvia es leve, pocas gotas caen, Po mira el pueblo, el valle en su totalidad. El cansancio le complicaba seguir, ya casi las energías estaban agotadas.

- Vamos, Po. Sé que lo lograrás, ¡tú puedes! - Anima Tigresa, mientras lo rebasa.

"Gracias" agradece para sí mismo. Aquellos apoyos morales le hacían tener más ganas de seguir hasta el final, caer y volver a levantarse. Hay que tener actitud, personalidad y fortaleza mental para poder mantener el equilibrio en el camino de la vida. Nada es fácil, tampoco imposible, muchos se quedan y fracasan, pero otros intentan e intentan, siguen intentando y los resultados llegan. Aquellas personas son las que valen la pena, las que de verdad debes de admirar.

Po llega al final de las escaleras, baja el último escalón. Los pies del panda tocaban el suelo, el cansancio en sus piernas era irreparable, pero algo dentro suya le permitía seguir de pie.

Comienza la verdadera prueba, Po comienza a trotar, comienza a dar las vueltas que Shifu le ordenó, para llegar a la cima hay que escalar, un proceso completo.

Continuará...

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