(6)- Ibérico.
Todos están en el Palacio de Jade, esperando la noticia de su maestro. Po estaba impaciente, cualquier lado de la moneda podía caer, pero él ya está acostumbrado a luchar con el mal, no le debería de importar, se dice a sí mismo.
- Bien, es hora de darles la noticia - Shifu había aparecido de la nada, cosa le da más intriga a los demás - Hemos hablado con el pirata que Tigresa ha capturado, nos ha dado información de Zhandou, al parecer él es un fuerte cocodrilo, cuenta con una armadura de hierro, parecida a las de los Samurái. También tenemos supuestamente su paradero, es en Salboon, en el mar Wuuy.
Shifu toma un respiro, sigue explicando.
- Él mató a Haidao, el líder de los piratas, que residía en la ciudad Marka, entonces lo más probable es que esté en Salboon, que queda a 3 kilómetros de Marka.
Po había levantado la mano para hablar, Shifu asiente con la cabeza.
- ¿Qué haremos? ¿Iremos a Salboon? - Pregunta Po, imaginándose luchando con ese tal Zhandou, partiéndole el trasero.
- No. Salboon está en la otra punta de China, de aquí hasta allá son 7 horas.
- Ya me estaba haciendo ilusiones.
- Pueden retirarse. Les queda 1 hora libre, pasado ese horario los quiero en en salón de formación.
"Si maestro" gritan todos, haciendo la reverencia de respeto hacia su maestro. Todos se retiran.
- Yo ya pensaba que iría a pelear con Zhandou, "un combate entre dos dioses dispuestos a lograr sus metas y objetivos" - Decía Po en voz alta, cosa que Víbora estaba escuchando.
- Hola Po.
El panda reconoce bien esa voz, dulce y suave.
- Hola, víbora. ¿No escuchaste nada, cierto?
- Tranquilo, solamente yo.
- Ay, dios. Estaba conspirando mi batalla con el guerrero del que todos hablan.
- Estoy seguro que lo vencerás - Afirma con alegría.
- Pues claro que sí. Desde que vencí a Tai Lung me he vuelto más bárbaro, fuerte e inteligente.
- Claro. Haz progresado mucho, si te soy sincera, no confiaba en que tú fueras el justo elegido del guerrero dragón.
- Nadie creía, ni siquiera yo mismo.
- Recuerdo cuando Shifu hizo de todo para excluirte del palacio, pero tú no te rendías. Una vez venciste a Tai Lung, me sentí culpable por no haber confiado en ti, ya que hiciste algo que ni nosotros pudimos haber hecho. Discúlpame, Po.
Víbora hablaba con la verdad, su voz era la misma de siempre, pero con un tono un tanto pausado y débil, involuntariamente mostrando su tristeza. Po se da cuenta de eso, así que decide responderle con el mejor de sus palabras.
- No hace falta que te disculpes, después de todo, tú siempre fuiste la primera en preguntarme si estaba bien, si necesitaba ayuda. En el camino hay obstáculos, pero también aquellas personas que te auxilian, buscan algo positivo para decirte, hacerte sentir bien, quitarte la sensibilidad por las cargas que generan preocupación. Tú eres alguien importante para mí, muchísimas gracias.
Po expresa todos los sentimientos que sentía en tan solo un par de palabras. Víbora estaba conmovida, agradecida por la respuesta tan formal de su compañero.
- Gracias por los comentarios. Nos vemos, tengo que irme.
Po siente una ausencia entre sus 6 compañeros de Kung Fu, tiene el presentimiento de no ver a uno de ellos hace un tiempo.
- Está Tigresa, Víbora, Mono, Mantis, Grulla y Zhen - Enumera el panda - Un momento, ¡Zhen! Es verdad, no la he visto últimamente, debería de buscar.
Po busca por el Palacio, en el salón de guerreros, nada. Buscó en el salón de formación, tampoco había nadie. Cuando ya salía a buscarla otra vez, siente algo en su espalda.
- ¡Te estaba buscando, Po!
- ¡Zhen!
El panda abraza con todas sus fuerzas a la zorra, que a la vez se quedaba sin aire por la complexión física de Po.
- ¿Dónde estabas?
- En el pueblo, fui al restaurante de fideos más famoso, estaba tu padre el ganso.
- Me alegro que te adaptes aquí. No es fácil pasar de un lugar a otro.
- Queda 1 hora libre,
- Iré a entrenar, debo de estar preparada para todo.
- Está bien, suerte.
Po decile no contarle que tienen 1 hora libre por delante, ya que quiere que Zhen se concentre en formar esa chispa de disciplina que le hace falta para ser una excelente guerrera.
Ahora que ya entabló conversación con Zhen, está más tranquilo y las preocupaciones sobre ella se esfumaron.
...
Nos iremos kilómetros y kilómetros fuera de China, específicamente en Japón. En la ciudad de Sayonara.
Un grupo de personas estaban juntadas en una habitación, era grande, espaciosa y estaba llena de artilugios de combate, como armaduras u armas. 4 sujetos reunidos, uno es Lin, un lince ibérico, es un guerrero, considerado uno de los mejores.
- Bien, no hemos tenido muchas sorpresas éstos últimos 2 años. No hemos obtenido lo que queríamos, por ende, dejaremos de esperar, ahora nosotros buscaremos - Dice Lin con su voz grave y corpulenta.
- ¿Qué sugieres hacer? - Pregunta Hun, un oso polar, también reconocido como un gran guerrero.
- Iremos a China - Anuncia finalmente. Todos sus compañeros lo observan con confusión.
- ¿Por qué? No debe de haber nada interesante allí - Reclama Rekishi, un ave secretaria.
- Te equivocas. Allí el Kung Fu se creó, la semilla fue creciendo hasta venir a Japón, ¿me vas a decir que en China no hay guerreros que valgan la pena? - Explica con autoridad el lince, que nota una leve molestia sobre los comentarios del ave.
- Tienes total razón. Hay guerreros vivos que son mucho más fuertes que cualquiera de nosotros, guerreros como Zhandou o Oogway, pilares claves del Kung Fu. Estoy seguro que encontraremos lo que buscamos - Explica un sujeto al fondo que al dar unos cuantos pasos, la sombra que lo oscurecía ahora desaparece, pudiéndose notar que es un puma, pelaje pardo grisáceo.
- Partiremos ya, dile a Fran que aliste los barcos. Iré a recoger todas nuestras pertenencias - Ordena Lin.
Todos entran en movimiento, cada uno se prepara con provisiones, armas y todo lo necesario para sobrevivir. El capitán Fran es el encargado de revisar los barcos, ver que estén en perfectas condiciones, en éste caso los prepara para un largo viaje.
Los 4 guerreros están listos, suben a bordo y Fran comienza a maniobrar.
- Será un viaje largo, pero todo lo bueno tarda en llegar - Se dice a sí mismo el Lince de gran estatura, que frente a sus compañeros, parecen pequeños.
Él luchó en el imperio Japonés, se destacó por su manejo de espadas y su gran inteligencia a la hora del combate, puede hallar soluciones en segundos mientras está con la adrenalina de la lucha. Él siempre está vestido con una túnica azul oscuro, pantalones negros y zapatos abiertos de doble punta. Llevaba una bandana que le cubría la boca y nariz, solamente se le veían los ojos.
Nunca había mostrado muchas emociones, siempre reflejaba frialdad y una mala cara. Su infancia ha ido de mayor a menor, hasta los 9 años sus padres seguían con él, todo estaba bien, su relación con ellos era excelente, ¿qué podría salir mal?
Cuándo menos te lo esperas, la vida te choca con todo lo que tiene, es como si un boxeador te dé un golpe que te deje contra las cuerdas. Así lo asimilaba Lin, sus padres murieron gracias a unos bandidos de su pueblo natal, aún recordaba la sangre derramada en el suelo, su rostro había sido manchado de aquel líquido rojo. Pero como todo luchador, caes noqueado, pero tienes otra oportunidad, cada round es una prueba, de ver cuánto recibes y cuanto soportas, para finalmente levantarte.
Fue encontrado por los guerreros del palacio Haikai, el pilar que unía a Sayonara con el Kung Fu. Fue educado y entrenado por su maestro Fai. Pasaron los años y se independizó, aprendió nuevas técnicas, ataques y defensas, pero lo más importante, dominar el Chi.
No es un blanco fácil, ¿qué le deparará en China? No sabemos, grandes guerreros se encuentran allí, una lucha entre dos poderosas naciones empezará.
...
Po se encuentra meditando, su paz se encontraba en el punto más alto y por lo tanto más frágil. Nada ni nadie lo molestaba ni lo molestarían, era un momento que no podía ser desaprovechado.
Su báculo de la sabiduría se encuentra al lado de él, últimamente no lo ha usado mucho desde que llegó de la misión con Zhen, la de los piratas. Con el báculo puede manipular el Chi, una fuerza que no puede describir, aparte de poder acceder al reino de los espíritus.
En medio de la meditación, un recuerdo abunda su cabeza, en él puede ver 2 siluetas, una muy grande y otra muy chica. Parecen ser dos sujetos, uno más corpulento que el otro, lo más raro es que los ve mientras unas casas están quemándose.
Abre los ojos, no sabe quiénes eran aquellas personas, ni le gustaría saber.
- He estado aquí por una hora, tengo que volver al pueblo, me necesitarán.
El panda toma su báculo y sale de las cuevas, esquiva todos los obstáculos del camino y llega a su tan amado Valle.
No ve nada raro, todo está normal, camina por todos los comercios y casas, los pueblerinos lo saludan u elogian, aunque dentro de sí siente un mal presentimiento, algo pasará, y no queda mucho.
Una voz detrás suya le arrebata los pensamientos, es Tigresa.
- Buenas tardes, Po - Saluda con una leve sonrisa que hace cada vez que tiene al panda delante.
- Hola, Tigresa.
- En unos minutos termina nuestro descanso. Ya tenía ganas de entrenar.
- Oye, Tigresa. No sé porqué, pero siento algo dentro mío que me da inseguridad, presiento que algo malo pasará, y falta poco para sea lo que tenga que ocurrir - Confiesa Po.
- No te preocupes. Quizás sea una señal de cansancio.
- No creo, cansado nunca estoy.
- No sé lo que te pase, pero puede indicar una advertencia. Hay que estar atentos y preparados para lo que sea que quieran los piratas o cualquier tonto que busque la destrucción.
Tigresa toca el hombro de Po con su mano, mientras lo mira a los ojos, aquellos ojos verdes, tan verdes como la esmeralda pura que la enamoraban cada día que le observaba.
- ¿Qué te parece si vamos a entrenar? - Propone Tigresa.
Po acepta con un "está bien, vamos". Mientras suben las escaleras que da directo al Palacio, Po observa a la felina, que "está igual de bella que siempre", pensaba para sí mismo, no podía evitar pensar esas cosas.
Tigresa iba vestida con su túnica color dorada, desde que Shen murió la empezó a utilizar.
Los dos llegan hacia el Palacio, entrando al salón de formación. Se ponen de acuerdo y entrenan los dos en los guanteletes. Una vez el mecanismo se activa, comienzan a blocar los duros golpes de las estructuras de madera, esquivando y contraatacando.
...
Ya se acabaron las horas de descanso, los 5 furiosos y compañía vuelven al salón de formación y comienzan a entrenar. Ya se ha hecho costumbre tanto y tanto entreno, y el progreso en cada día que pasa se nota.
Cada uno entrena en sus mejores aspectos, un ejemplo es Mono; que entrena en los Anillos de Siete Garras, haciendo hincapié a la agilidad, maniobras y rapidez del guerrero.
Shifu, como siempre, entra al salón, comprobando si sus alumnos están entrenando. Los observa con detalle, uno por uno, nota varios fallos y deficiencias, así que decide intervenir.
- ¡Víbora! Más agilidad, necesitas ser más rápida, las llamas no te pueden alcanzar tan fácilmente. En el campo de batallas cualquiera sabrá como vencerte, ¡vamos! - Grita Shifu, quién observa a la serpiente en el Campo Ardiente.
- ¡Tú, Mono! Lo haces bastante rápido, pero no tienes una buena técnica, equilibra esos dos aspectos. Cuando luches harás movimientos muy rápidos pero los enemigos encontrarán un hueco para golpearte - Uno por uno, Shifu recalca cada error.
- ¡Tigresa! Necesito más agresividad, más velocidad y acierto en cada bloqueo y golpe. No desaproveches tu potencial, que cualquiera de los villanos que hemos combatido no tiene piedad ni compasión de ningún tipo, ¡vamos!
- ¡Po! No muestra muchas debilidades, tienes una buena técnica, buen golpeo, defensa y ataque... ¡trabaja más en tu personalidad, la confianza en la lucha lleva a un descuido que después no querrás que pase!
- ¡Grulla, no te salvas! Necesitas más fuerza en cada movimiento que haces, tus golpes son débiles, en un combate cuerpo a cuerpo te vencerán fácilmente, y no es bonito ver como te asesinan.
- ¡Mantis! Aprovechas bien los golpes, tienes buena fuerza, eres rápido, no tengo muchas quejas contigo, sigue así - Mantis esboza una sonrisa y festeja mirando a sus compañeros, pero la felicidad se acaba cuando Shifu alza la voz - ¡Controla esa confianza! En un combate tu enemigo aprovechará tu descuido y recibirás uno de esos golpes que quedan de por vida.
Los 6 acatan las órdenes de su maestro, mejorando cada aspecto que les han recalcado, aunque falta alguien.
- Y tú... ¿cómo te llamas?
- Zhen, maestro.
- Bien, Zhen. ¡Más rápida, no puedes golpear con esa lentitud! ¡Fuerza en tus ataques, a nadie tumbaras al suelo con peluches en los nudillos! ¡Más ágil, mejora en todos los aspectos posibles! Tienes que dar el ejemplo, ¡vamos!
Un silencio invade el salón de formación, Zhen siente una pequeña tristeza por tanto enojo que expresó Shifu con ella. Pero dentro de toda esa negatividad hay una luz que la guía. Comienza a golpear más rápido y fuerte cada guantalete que ve, esquiva con agilidad y contrarresta con eficacia.
Todos entrenan, mejoran sus puntos débiles gracias al llamado de atención que les dió su maestro. Pasan horas y horas, ya se ha hecho de noche. Shifu no ha apartado la vista de sus alumnos, les siguió recalcando los errores y aspectos a mejorar. Todo tiene un fin.
- ¡Alumnos! - Grita el panda rojo. Todos los presentes dejan sus entrenamientos para venir a pararse delante de su maestro, firmes.
- Ya pueden ir a descansar. Por hoy es todo, descansen bien.
"Gracias maestro" dicen todos. Los 7 van directo al cuartel de estudiantes a pegarse una ducha, el sudor recorre todo su cuerpo y la sensación no es bonita.
Po está muy cansado, el entrenamiento fue duro, Shifu los hizo alcanzar el límite. Lo único que piensa es en darse un baño, así que se dirige hacia su habitación. Una vez abre la puerta corrediza, busca en su armario algún pantalón que podría ponerse, encontró uno azul, era idéntico al que ya tenía puesto.
Sin más, coge una toalla y va directo al baño. Pensaba tanto en bañarse, que no se percató que ya había alguien ocupando el baño.
Abrió la puerta, lo que vió lo dejo impactado. Un puñetazo impacta en su rostro, lanzándolo con fuerza hacia atrás.
- ¡Idiota! - Gritaba Tigresa, avergonzada.
- ¡Auch! Perdón, ¡no quería verte, enserio!
Po siente un inmenso dolor en su mejilla, fue de los golpes más dolorosos que ha recibido hasta ahora. No pensaba que habría alguien en el baño, tan rápido.
Él había visto a Tigresa... desnuda, todo su pecho era blanco, y claro, es un tigre. Nunca la había visto así, por alguna razón, deseaba verla de nuevo.
"Pensamientos tontos" se decía a si mismo, estaba viendo muchas fantasías, debía de frenar o se volvería loco.
Para despejar su cabeza decide ir a prepararse algo en la cocina.
Una vez entra, ve como están todos, Zhen, Mono, Mantis, Víbora, Grulla, viéndolo a él.
- ¿Qué te pasó en la mejilla? - Pregunta Mantis, que fue lo primero que vio en el rostro de Po.
- Fue un altercado con Tigresa, no es nada.
- Te dió un golpe con bastante rabia... ¿qué hiciste? - Cuestiona Mono, que no puede creer el tremendo moretón que tiene el panda.
- Entré al baño y la vi desnuda - Contesta en seco. Todos se sorprenden, inclusive Zhen.
- Si ya de por sí le molesta que le hables... que Dios te bendiga - Comenta Grulla, que no podía creer lo que escuchó.
Po deja de lado todo lo relacionado con Tigresa, va a preparar la cena. Toma los tazones, ollas, ingredientes, fideos. En cuestión de minutos ya están listos, sirviendolos en la mesa.
- Disfruten.
Todos comen, un silencio inmenso hace acto de presencia, pero justo llega Tigresa.
- Buenas noches, Tigresa - Saluda Víbora.
La felina se sienta en una de las sillas, observa el tazón de fideos, toma los palillos y comienza a comer.
El pelaje de Tigresa estaba aún mojado, no suele secarse del todo, lo hace para estar fresca y evitar que el calor se apodere de ella. Po la observa de reojo, éste día ha estado fatalmente perdido en ella, pero no puede evitarlo. Su rostro tan hermoso, sus ojos tan bonitos y la túnica dorada le agrega un plus, cualquier hombre caería ante ella.
Todos terminan de cenar, los 5 se van a su habitación a dormir, a excepción de otros 2, que quedan en la cocina.
Po y Tigresa fueron los últimos en terminar, el panda forzó su manera de comer para poder estar con su amiga.
- ¿Qué quieres? - Pregunta Tigresa, que sigue molesta por el altercado.
- Nada... solo voy a mi habitación - Responde el panda, que está nervioso.
Po sale de la cocina, se aproxima a su habitación, aunque antes de abrir la puerta, mira de reojo a Tigresa, que está abriendo la suya también.
- Hasta mañana, Po. Que descanses bien.
Tigresa se notaba más calmada y tranquila, "sólo fue un accidente", piensa.
- Gracias, tú también. Disculpa por... verte, no era mi intención.
- Quédate tranquilo. Viste lo suficiente.
Tigresa cierra la puerta, Po queda pensativo, "viste lo suficiente", ¿a qué se refiere con eso? Deja detrás sus dudas y entra a su habitación, debe de descansar y reponer fuerzas para el mañana.
...
Barcos frenan al borde de la orilla, la embarcación baja.
- Bien, traje un mapa para guiarnos, observen - Dice Lin.
- Es muy extenso éste país. ¿Dónde iremos primero? - Pregunta Hun.
- He investigado y me he informado de las ciudades. Me gustaría ir al Valle de la Paz, allí está el "guerrero dragón", un luchador especial, diferente a los demás. Queda a 6 días, veremos si hay algún pueblo en el camino, andando - Explica Lin. Guarda el mapa y se pierde en el bosque, sus compañeros lo siguen.
"Prepárate, Po"
Continuará.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top