(2)- Astucia corsac.
Un atardecer se ve en el cielo, el sol dejaba de brillar en su máximo esplendor y eso dejaba ver un bonito paisaje de tono naranja, rojizo y amarillento.
- Bueno, terminamos por hoy, Zhen.
- Está bien. Tendré más suerte la próxima vez, es el primer intento - Zhen está más positiva que nunca.
- ¿Qué te parece si entrenamos? - Propone el panda.
- ¡Ja! Amo entrenar contigo - Confiesa Zhen. Po se pone en pose de pelea, al igual que la zorra. Los dos comienzan a combatir, el panda por su parte opta por esperar a los ataques de Zhen, así los contrarresta.
La zorra tira patadas y golpes rápidos, debido a su altura y cuerpo diminuto puede ser ágil, aunque Po no se queda atrás, bloqueando cada ataque con sus brazos y piernas. Siguen así por varios minutos, Zhen está con una sonrisa mientras pelea con Po, le gusta y se le hace cómodo estar con su amigo, más si se trata de pelear.
Po decide actuar, dándole una patada a Zhen, que no pudo ni reaccionar. La zorra sale disparada hacia atrás, casi cayéndose al suelo, pero su voluntad la hace mantenerse de pie.
- Te falta mejorar la guardia - Al decir eso, Zhen se motiva más, por lo que ataca más rápido y fuerte. Po bloquea y esquiva sus ataques, aunque tiene que esforzarse más. Él siempre actuaba por instinto, como con Tai Lung, que no sabía mucho lo que hacía pero ganó igual. Ahora que tenía consciencia de los movimientos que hacía era más eficiente en combate.
Zhen no encontraba ningún hueco en Po, ya que siempre conseguía frenar sus ataques, así que piensa en atacarle con otro tipo de ataque. Ella salta, elevándose en el aire, para intentar conectarle una patada al panda, pero éste con sus brazos lo frena, conectándole un puñetazo en el rostro. Po no estaba tan compasivo, por lo que se dió cuenta de que le golpeó demasiado fuerte.
- Oye, ¿estás bien? - Preguntó preocupado.
- Sí, sólo fue un golpe débil, sigue así - Decía con una sonrisa mientras se reincorporaba del suelo.
Zhen atacaba más agresiva, intentaba encontrar algún hueco por abajo, arriba, pero no. Mientras peleaba intentaba idear algún plan para atravesar su defensa.
No tan lejos, entre las rocas, se encontraba Tigresa, que estaba relajándose, pero los estaba mirando de pasada.
- Po... ¿Por qué elegiste a Zhen para ser la nueva guerrera dragón? Todavía no me lo has explicado. Yo te conozco, por algo la habrás elegido - Se dice a sí misma mientras sonríe.
Zhen sigue atacando, aunque observó que Po al defenderse, abría mucho las piernas, dejando una pequeña brecha que podía aprovechar. Ella intenta conectarle varios golpes, forzando a Po a hacer movimientos con los brazos que lo hacen abrir las piernas, en ese momento, la zorra aprovecha para deslizarse por debajo de él, apareciendo en su espalda. Po reacciona a tiempo para esquivar la patada que le venía y conectarle una a Zhen, que logro poner sus pequeñas manos para parar el impacto.
- Es astuta, busca aunque sea el más mínimo detalle... - Piensa Tigresa, observando el combate.
- Buen intento, eres muy inteligente, pero no alcanzará - Advierte el panda con una sonrisa triunfadora.
- ¡Jaja! Eres más serio, pero no dejas de ser un tonto - Afirma Zhen, que con una sonrisa mira los pies de Po. Éstos estaban atados con una soga que tenía ella en sus bolsillos, sorprendiendo considerablemente a Po.
- ¿Qué? No puede ser, ¡maldición! - Se maldice a sí mismo mientras intenta zafarse de la soga.
Zhen se ríe, mientras se acerca a Po, que está nervioso y avergonzado de que haya caído tan fácilmente.
- Ésto es... ¡una táctica del maestro Shifu, haz sentir a tu rival... confiado! - Exclama Po, intentando excusarse, pero ya sabe que Zhen lo acaba de vencer tácticamente - Bueno, tú ganas - Acepta.
- Nah, fue un descuido tuyo, solo tienes que tener menos confianza en los combates - Le aconseja Zhen mientras le quita el nudo de la soga.
- Tienes razón, pero eso lo corregiré con el tiempo, ya verás - Afirma Po, quién busca ser positivo en todo momento.
Zhen se sube encima de Po, estando sentada en su nuca, entrelazando sus piernas con su cuello.
- ¿Qué haces? - Pregunta Po al ver a la zorra encima suya.
- Eres tan suave... y calentito, pareces un peluche - Alaga Zhen. Po está confundido, pero deja que su amiga esté encima suya.
- No me decepcionó, la verdad, será una buena protectora del valle - Concluye Tigresa.
Po y Zhen caminan hasta llegar al Palacio de Jade. Ellos observan toda la sala de guerreros, admirando todos los artilugios que han pasado por aquel salón.
- Bueno, Zhen, me tengo que ir a hacer mis cosas, tú haz lo que quieras - Despide el panda. Zhen baja de Po y choca su palma con su puño e inclina su cuerpo hacia abajo, diciendo "gracias maestro". Zhen se va a la sala de formación a entrenar, mientras que Po se dirige al cuartel de Estudiantes.
Un silencio se oye en las habitaciones y el pasillo del cuartel. Po comienza a extrañar a sus 5 amigos, en especial a Tigresa. Él se enamoró del Kung Fu gracias a ella, cuando vio sus patadas, golpes en contra del villano Jabalí, no pudo evitar interesarse por el arte marcial. Pero más allá de eso, sus sentimientos le juegan una mala pasada, pensando en ella de más.
- Buenas noches, Po - El panda se voltea asustado, viendo que es Tigresa.
- Oh... Hola, Tigresa, n-no sabía que estabas aquí - Aclara Po, quien habla nervioso.
- Estaba de pasada, llegué de entrenar, ¿y tú? - Pregunta, aunque ya sabe.
- Bueno, yo venía de pasar un rato con Zhen, la zorra - Responde.
- Ya veo... Yo me iré a darme un baño, hasta luego - Se despide Tigresa, mientras Po se queda mirándola.
- Nos vemos...
Tigresa entra en su habitación, ordenando la vestimenta que se pondrá después del baño. Elige la tradicional camiseta roja con dibujos, junto con pantalones negros de seda. Ella sale de su habitación, dirigiéndose al baño. Al entrar, se desviste, mostrando su hermoso pelaje al cien por cien, viendo sus rayas negras y blancas que la hacen destacar de los demás. Se mete en la ducha, abriéndola, ajusta el agua para que salga tibia.
Unos minutos después, sale mojada del baño, con su camiseta roja y pantalones negros, junto con zapatos abiertos de punta. Escucha ruidos en la cocina, así que se dirige allí.
- ¿Po? - Pregunta, pensando que el panda andaba en aquella sala.
- ¡Hola! - Saluda una voz femenina, dándose cuenta de que es Víbora.
- Oh, hola Víbora - Devuelve el saludo, extrañada de que el panda no esté allí.
Ella habla unos minutos con víbora, hasta que se despiden y se va. Ella buscaba a Po, por alguna razón quería hablar y convivir con él, sentía algo que no sentía ni con Víbora, Mantis, Grulla o Mono.
Desde que venció a Tai Lung, su actitud hacia él cambió, es amable con él y la mayoría de veces le sonríe, cosa que de ella no es normal. Y más desde que salvó a China venciendo a Shen. Ella recuerda aquel abrazo que le dió, ella sabe perfectamente porque lo hizo, quería desahogarse, quería hacer sentir tranquilo a Po y hacerle saber que ella... lo quería.
- ¿Qué estoy pensando? - Se pregunta a sí misma. Ya que ella no había tenido tantos sentimientos por una persona.
Tigresa simplemente deja de pensar en aquello que la incomodaba tanto y entra en su habitación. Ella pensaba meditar un rato, para dominar su tranquilidad y las emociones de afuera se vayan.
Se sienta encima de su cama de bambú, en posición india, eleva sus brazos, mientras cierra los ojos.
- Paz interior... Paz interior - Se dice a sí misma, entrando en un estado mental vacío, sintiendo una liberación de sus emociones.
...
Nos centraremos en Po, quién había decidido ir al pueblo a ver a sus padres. Hace 2 días que no los veía, y necesitaba pasar más tiempo con ellos.
Se encuentra frente al Palacio de Jade, viendo con frustración las tan odiadas escaleras.
- Bárbaro, ahora tengo que bajar éstas escaleras - Dice mientras baja el primer escalón. En ello, recuerda cuando estuvo con su padre en la aldea de pandas - Eso es, ¡rodar! - Po se lanza por las escaleras en posición fetal, rodando por éstas, aunque como diría Mantis, rodaría y rebotaria durante varios minutos.
Un par de minutos después, veríamos a Po lleno de moretones en el rostro, brazos y espalda, aunque no se arrepiente. Él camina por todo el pueblo, viendo las luces que brillan con la oscuridad de la noche. Parecía un festival, aunque se hizo costumbre añadir luces a los comercios y casas.
Po llega por fin al restaurante, viendo cómo de costumbre, está lleno. Él ve a su padre Ping, el ganso cocinando y cortando los ingredientes con su cuchillo y añadiéndolos a la olla con fideos. Él frena cuando ve a su hijo después de un par de días.
- ¡Po, volviste! - Grita de la felicidad mientras lo abraza.
- ¿Cómo estás, Pa? - El panda corresponde al abrazo, estando así varios segundos más.
- Ven, hijo, ayúdame con los fideos.
Po entra a la cocina, y coge los tazones, añadiendo los fideos en ellos. Al tener 1 en cada mano y 3 en cada brazo, va directo a las mesas para entregarlos a los clientes.
- ¡Un legendario fideo de Ping para ti! - Po entrega con habilidad y sutileza cada tazón - ¡Otro para ti, y otro para ti, tú también! - Él termina de entregar todos los fideos, así que vuelve a la cocina.
Él hace el mismo procedimiento, pasando la noche con su padre, ayudándolo en cada necesidad que necesite.
...
Nos centramos en el Cuartel de Formación, vemos a Zhen entrenando en los guanteletes, ella los golpea, haciendo que giren y roten, esquivandolos y bloqueandolos.
La zorra muestra gran agilidad y fuerza en sus ataques, además de tener una buena defensa, luchando con los guanteletes con constancia.
En otro lugar no muy lejano, veríamos a dos sujetos, uno más bajo que el otro.
- Entonces fui a aquella tienda, ¡tenía las mejores galletas que he probado en mi vida! - Explicaba Mono.
- Sí, que interesante - Contesta Grulla, que no demuestra gran interés en lo que hable mono.
- Ey, amigo, ríete un poco, ¿acaso eres una roca viviente? - Bromea el chango.
- Yo iré a entrenar un poco, nos vemos - Ignora Grulla, que corta camino con Mono.
- Bueno, ¡suerte!
El ave está en frente del Cuartel, abriendo sus puertas, topándose con la sorpresa de que ya había alguien usando los artilugios de entrenamiento. Camina y camina hasta llegar a los guanteletes, viendo al guerrero dragón entrenar.
- Buenas noches, guerrero dragón - Saluda con respeto Grulla.
Zhen escucha la voz y se desconcentra, haciendo que un guantalete le de en todo el rostro, haciendo que vuele hasta caer al lado de Grulla.
- H-hola, ¿todo bien? - Dice irónicamente Zhen desde el piso.
- ¿Estás bien? Lamento haberte desconcertado - Dice Grulla con un poco de lástima por la zorra.
- No te preocupes, he pasado peores cosas que un golpe como esos, ¿te gustaría entrenar conmigo?
Es una pregunta repentina para Grulla, pero él acepta.
Ellos están en la tortuga de Jade, el lugar más desequilibrado del salón de formación, pero con equilibrio puedes seguir de pie.
Zhen es la primera en atacar, haciendo que la estructura se mueva de un lado al otro. Grulla se mantiene calmado, esquivando los ataques y manteniendo equilibrio. Siguen así durante unos minutos, hasta que Zhen cae dentro de la tortuga de Jade.
Zhen da varias vueltas, ya que la forma circular de la tortuga hace que se siga moviendo y que la zorra se mueva de un lado a otro. Grulla decide ayudarla, la levanta con sus patas traseras y aplicando presión en su vuelo con sus alas.
- Ay, gracias.
- No es nada. Sigamos entrenando.
El entrenamiento seguiría, con patadas y golpes por parte de la zorra, aunque el ave lo esquivaría con facilidad.
- Tienes mucha agresividad, deberías de pensar más en que ataques hacer y si serán efectivos, prácticamente no me estás tocando - Aconseja Grulla.
Zhen queda pensativa, en cierta parte el ave tiene razón, tendría que buscar un punto débil de él y sorprenderlo, como con Po.
Ella seguiría atacando, pero con menor frecuencia y constancia, ahora sólo buscaría un hueco disponible para atacar. Grulla se quedaría quieto, él espera una acción de la zorra.
...
- Y bueno, Po, ya es momentos de que vayas a dormir. Ve al Palacio de Jade y descansa bien, hijo - Despide Ping. Po le da un abrazo, el cual el ganso corresponde.
El panda se retira del lugar, caminando por las calles del Valle.
- Qué ganas de entrenar, mañana será un excelente día - Se dice a sí mismo el panda.
- Hola, Po.
- ¡Ah! - Grita el panzón, viendo que quien le había dicho hola era víbora - ¿Qué haces aquí?
- Nada, sólo estaba volviendo al Palacio, ya casi es hora de dormir - Responde.
- Oh, ya veo. ¿Y qué estuviste haciendo el día? - Curiosea el "pequeño" panda.
- Bueno, anduve con mi padre... Y con mi pareja.
- ¡Qué! ¿Tienes un amante? - Pregunta atónito el panda.
- Exacto, no les había contado, me daba vergüenza que se rían, ya sabes, Mantis y Mono - Confiesa Víbora.
- Ya veo, ¿y por qué me lo cuentas a mí?
- Bueno, tú no eres de burlarte ni ser ningún bromista, yo confío en tí - Responde.
- ¡Eso está bárbaro! Después tienes que presentarmelo, así conoce al Líder espiritual del Valle de la Paz - Se alaga a sí mismo, haciendo una pose dramática.
Los dos llegan a las escaleras, por un lado Po se lamenta, y por el otro Víbora no le afecta, ella no se cansa al subir tantos escalones.
- ¿Y cómo se conocieron? - Interroga Po.
- Bueno, antes no me interesaba nadie, era feliz sin ninguna pareja, pero entré en la etapa, ya sabes - Explica Víbora.
- "La etapa"... ¿Qué es eso?
- ¿No la conoces? Todos los animales entramos al "celo" - Revela víbora.
- "El celo", no había escuchado hablar de eso.
- Es una etapa por la cuál una hembra, como yo, busca a un macho, y viceversa - Explica.
- Entiendo. ¿Pero de que forma se buscan? - Pregunta el panda.
- Bueno, no solamente nos buscamos para ser pareja, si no para buscar una relación más "íntima", no sé si tú sabes de lo que hablo - Profundiza Víbora.
- ¿Íntima? - Po queda pensativo, aunque había leído algo en un libro, no se acordaba a qué se refería "una relación íntima".
- Es cuando el macho y la hembra se juntan para el apareamiento, donde el macho fecunda a la hembra y tienen hijos - Finaliza Víbora.
Po queda sorprendido, él sabía de que los padres tenían hijos, pero no sabía de que forma ni como los tenían.
- Ya veo, ¿y ya hicieron eso de lo íntimo?
- Nop, no tengo la suficiente confianza con él para decirle que lo hagamos, pero algún día le diré.
- ¿Y por qué no tendrías confianza de decirle eso? Digo, es normal al estar en el celo, se supone - Razona el panda.
Víbora queda pensativa, pues en parte Po tiene razón.
- Es algo delicado y vergonzoso, y tampoco sé si él aceptará - Explica.
- Bueno, de tanta conversación ya estamos en el Palacio, ¡qué rápido! - Comenta Po.
Víbora sonríe - Tienes razón.
Los dos se dirigen al cuartel de estudiantes, dándose cuenta de que ya están todos en la cena. Po es el primero en entrar a la cocina.
- ¡Po! ¿Cómo haz estado panzón? - Habla Mantis.
- Cómo están, chicos. Vine a preparar la cena.
- Ya era hora, te estábamos esperando hace unos minutos - Comenta Grulla.
Víbora es la siguiente en entrar, Tigresa es la primera en saludarla, ellas dos se llevan bastante bien.
Po toma todos los ingredientes necesarios para hacer unos fideos, mostrando su ya conocida técnica. En 5 minutos ya estaban listos. Él sirve los tazones y se sienta al lado de Zhen.
- ¿Todo bien, Po? - Saluda la zorra, mientras sonríe amablemente.
- Excelente, como siempre, pero con sueño - Contrata el panda.
- Yo también tengo sueño y estoy cansado, anduve entrenando con tu amigo el ave - Explica.
- Es Grulla, no ave - Reclama el recién nombrado.
- Bueno, como se diga.
Todos comen relativamente bien, un silencio incómodo pero relajante, aunque se rompe gracias a Mono.
- Y, cuéntenme, ¿qué han hecho éste día? - Pregunta el chango.
- Yo anduve sobrevolando los cielos, aburrido - Expresa Grulla.
- Nada interesante, entrenando - Dice Tigresa, con su voz fría y mirada intimidante.
- A mí casi me arrancan la cabeza, mi gran novia me hubiera matado... ¡De no ser por mí gran velocidad! - Explica Mantis.
- Se tratan bien los de tu especie, ¿Eh? - Bromea Mono.
- Ni que lo digas.
Todos conversan de lo que hicieron, el que más habló fue Po, que anduvo meditando, ayudando a su padre, entrenando con Zhen y más cosas. Sin embargo el tiempo para hablar se esfumó, ya que todos se fueron a dormir, esperándolos un nuevo día mañana.
Continuará.
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