(10)- ¿Amor? Yo creo que sí.

Las 5 de la tarde, cantos de pájaros en los árboles, la lluvia había parado significativamente, ya que aún seguían cayendo gotas.

Po está fuera del cuartel, ya ha dormido varias horas, las suficientes para reponer energías. "Ahora es tiempo de entrenar", pensaba mientras se dirigía al salón de formación.

- ¡Po! - Dice una voz, conocida.

- Tigresa, ¿qué haces?

- Nada, sólo estaba de pasada, justo te había visto. ¿Te recuperaste de los dolores?

- Sí, mi cuerpo ahora mismo está suplicando entrenar.

- Oye, después cuando estés libre, ¿quieres salir a caminar, hacia algún lugar del Valle? - Propone Tigresa, un poco nerviosa.

- ¿Salir a caminar? Pues... me parece bien, no me vendría mal moverme.

- Genial, quizá después del entrenamiento podremos, la noche estará linda para salir.

- Buena idea. También podremos comer fideos en el restaurante de mi padre, recorrer todo el pueblo.

- Tú tan activo como siempre, me gusta esa actitud.

Tigresa sonríe simpáticamente, ya se le hizo costumbre con Po.

- Ya tengo ganas de golpear los guanteletes de madera, o entrenar en las llamas ardientes, me hacía falta algo como eso - Dice con entusiasmo.

- Ya estamos llegando.

Po y Tigresa entran al salón y comienzan a entrenar. Los dos se dirigen a los guanteletes, activando el mecanismo y empezando a calentar.

Tigresa mostraba su estilo agresivo, bloqueando y atacando rápido y ferozmente. Mientras que Po demostraba un estilo más tranquilo, blocando cada golpe con sutileza y contrarrestando con precisión.

Después de unos minutos comienzan a aumentar la intensidad de los guanteletes, haciendo que sus golpes sean mucho más veloces, y por ende, conlleva a que ellos tengan que ser más instintivos.

- ¡Como extrañaba ésta sensación! - Exclama Po mientras golpea los guanteletes.

Tigresa no dice ni la más mínima palabra, está concentrada en seguir con la misma intensidad constantemente.

Pasan 5, 10, 15 y hasta 20 minutos, nuestros protagonistas ya están sudados, el mecanismo se apaga y proceden a descansar, sentándose.

Tigresa se sienta al lado de Po, acercándose más, al punto de tocar su hombro con el suyo.

- ¿Tú crees? - Pregunta Po, mientras mira a Tigresa - ¿Crees que en algún momento dejen de haber tantos villanos, guerreros que busquen el mal? Imagínate un mundo lleno de felicidad, sin nada negativo.

- Es una buena pregunta, aunque es obvio que no ocurrirá nunca.

- ¿Por qué lo dices?

- La maldad existe en todos lados, el bien y el mal están "equilibrados", por ende nunca habrá uno por encima del otro - Explica Tigresa.

- Quizás tengas razón, yo tengo la esperanza, de que algún día, todo sea color de rosas, todos entiendan que los problemas, los conflictos no son necesarios, que se puede vivir sin ellos.

Tras una corta charla, los dos retoman el entrenamiento.

...

Ya pasó 1 hora, son las 6:30 de la tarde, la noche se está viniendo. Tigresa y Po salen del salón juntos.

- ¡Que calor! - Dice Po, mientras camina rápido, así llega a bañarse.

- Ya, una ducha lo arregla.

Po llega al cuartel de los estudiantes y entra a su habitación. Tigresa de mientras prepara su ropa para pegarse una ducha. Ella se dirige al baño, cierra la puerta con seguro y comienza a bañarse.

Comienza a fregar el jabón por su cuerpo, el que Po tanto anhela. A veces los pensamientos del panda son más profundos de lo que uno cree, ¿me entienden?

Tigresa termina de bañarse, se seca con su toalla y se pone su ropa tradicional. Al salir, puede ver a Po, ya duchado.

- ¿Ya estás lista?

- Sí, la noche estará hermosa, hay que aprovecharla.

Los dos salen del cuartel, se dirigen al palacio, para después bajar por las escaleras.

- Tigresa - Llama Po - nunca había visto a alguien tan hermosa como lo eres tú, te lo digo con sinceridad.

Tigresa se queda sin palabras, ¿qué se le habrá pasado al panda por la cabeza? Nunca hubiera pensado que él le diga algo como eso.

- Pues, gracias.

- Ésta noche pensaba que la pasaría aburrido, pero ahora que estoy contigo, tengo miles de planes.

Tigresa sigue sin palabras, ésta situación ya le empezaba a fastidiar.

- ¿Por qué me hablas de esa manera? - Cuestiona Tigresa, mirando serenamente a Po.

- Te estoy siendo sincero, nada más.

- Pues tu sinceridad me está incomodando, ¿sabes?

- ¡Vamos, Tigresa! Nunca te habían dicho nada de lo que yo te acabo de decir, y sé que en el fondo, estás feliz de que alguien te lo haga saber.

Tigresa a la vez de estar enojada, también recuerda su pasado, su infancia. Nadie le prestaba atención, no la querían en ningún grupo, la consideraban un mounstro. Una vez Shifu la entrenó, ya era reconocida como una gran maestra, una protectora, pero... ¿acaso a sentido alguna vez la palabra "amor"? Ella no es así, nunca fue alguien que le interesen las relaciones, pero aunque le cueste aceptarlo, estaba sintiendo algo más que amor, mucho más profundo, y casualmente, es con Po.

Ella se queda en silencio, el panda nota ésto y se acerca un poco más a ella.

- Sé en lo que estás pensando, te conozco. No te preocupes por el pasado, ni el presente ni el futuro, solamente vive, vive la vida como quieras ser, yo no te obligaré, solamente tú puedes tomar la decisión de ser quien quieres ser - Dice Po mientras le toca el hombro, intentando consolarla, él sabe que piensa en negativo.

- Gracias. Mejor vamos a un lugar un poco más apartado de la gente, no me gusta estar tan rodeada.

- Está bien. Si quieres nos alejamos un poco del pueblo.

Los dos deciden irse a un lugar apartado de la civilización. Escogen un lugar cualquiera, un descampado a unas cuantas decenas de metros.

- ¿Observas la luna? Es bonita, y junto con el cielo y las estrellas, es todavía mucho más - Dice Po, mirando el cielo.

Tigresa mira las estrellas, Po siempre dice verdades.

- Es un lindo lugar, aunque es un poco incómodo sentarse en el pasto.

- Ya, me pasa lo mismo, pero no es nada. Éste lugar es perfecto, tú y yo juntos, es de noche, recién duchados, ¿qué podría ser mejor?

- Pues, no sabría decirte.

Po se acerca más a Tigresa, al punto de estar hombro a hombro.

- Te lo tengo que decir...

- ¿El qué?

Po se muere de vergüenza y nerviosismo, algo en sus ojos era distinto.

- Yo te amo, desde el primer día que te vi, aquella vez que venciste a ese Jabalí con una patada, en ese momento me enamore del Kung Fu y de ti. Quiero que me entiendas, puede sonar absurdo pero por ti haré todo lo posible para mantenerte segura y cómoda - Po se queda sin palabras y agacha la cabeza, se está muriendo por dentro.

Tigresa está boquiabierta, pero por alguna simple razón, no le sorprende, al contrario. Ella piensa y piensa, sus palabras le conmueven, él siempre ha sido tranquilo, no se merece que lo rechacen.

- Oye, mírame - Dice Tigresa, Po se voltea con timidez, esperando lo peor.

Tigresa pone su mano en la barbilla de Po, se acerca a su rostro, poco a poco, la tensión entre los dos sube, hasta que se rompe el hielo.

Po estaba por decir algo, pero es interrumpido por los labios de Tigresa chocando con los de él. ¡Se estaban besando! El panda corresponde, los dos están un largo rato besándose apasionadamente.

Al terminar, se miran el uno a otro.

- Comparto tus mismos gustos - Dice Tigresa, mientras le guiña el ojo.

- Me alegra escuchar eso.

Po abraza a Tigresa, fuertemente, está casi en lágrimas, ni él creía que ese día llegaría, pero se esforzó, logró expresar sus sentimientos y al final fue correspondido.

- Yo sé muy bien como eres, no quiero que cambies, me gustas tal y como eres - Dice Tigresa, mientras corresponde la abrazo del panda.

- Te quiero mucho, ahora que estás conmigo, no quiero perderte. Juro que haré lo que sea para que permanezcas a mi lado, estoy más feliz que nunca - Decía Po, entre lágrimas, conmoviendo aún más a Tigresa.

Ellos se terminan de abrazar, se sientan al lado del otro, como antes, hombro con hombro. Miran las estrellas, observan la belleza de éstas, Tigresa se apoya en el pecho del panda, quedándose casi dormida.

- He subido muchos escalones, pensarás que he cambiado, pero solo veo las cosas diferentes. Gracias por ser de los pocos que confían en mí, eres lo mejor que me ha pasado.

Po se queda observando el cielo, mientras tiene a Tigresa entre sus brazos, dormida.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top