C44: ¿Por qué?

Narrando escritora

~ Día del compromiso ~

Una hermosa rubia de ojos azules se encontraba mirándose en el espejo, en sus manos llevaba el hermoso vestido rosa que le había comprado el dueño de su corazón.
Estaba decidida a ir, total le prometió que lo iba hacer, no había marcha atrás. Tenía el presentimiento, esa idea de que Michael cometerá una locura aquélla noche, en aquélla ceremonia pero a decir verdad para ella no era una locura, simplemente la idea le encantaba pero de alguna forma sentía culpa y a la vez tristeza porque sabe muy bien que estaría mal si llegara hacer eso.











“Me casaré pero lo haré con la persona que amo más que a mi vida”










Cierra los ojos por un momento.

— Por favor...no vayas a cometer una locura — susurra para ella sola.











“En la ceremonia voy a preguntarle a quién amo y si me acepta...”











— ¿Qué estás haciendo? — se escucha una voz en la habitación.

Valentina la observa a través del espejo para luego girar sus talones y así mirarla fijamente.

— Karol, no me gusta que entres sin tocar. ¿Cuántas veces tengo que estar repitiéndolo?

La castaña se le acerca con la intención de quitar de sus manos el vestido pero Valentina no se lo permitió.

— Te lo advierto estúpida, es MÍ compromiso. MI fiesta, MI día. ¡Así que ubícate quieres!

— Sal de mi habitación — ordena la rubia.

— Sí claro — responde con sarcasmo — apúrate, si no quieres que te dejemos y más te vale que te pongas otra cosa. YO soy la novia aquí.

— Tú no me mandas.

La castaña iba a responderle pero la rubia la empujo para que saliera de su habitación y así cerrarle la puerta en su cara.

— Cuántas ganas tenía de hacer eso, por fin lo cumplí — suspira — ¿No entiendo como estás con ella bonito? ¿Me pregunto, qué hizo para que tú y ella fueran novios? No la conoces verdaderamente, solo ves su disfraz...solo eso.

Le aterraba pensar que sus pensamientos no sean verdades. Ver al amor de su vida comprometerse con otra que no sea ella, eso la mataba lentamente.

...

En otro lugar

— ¿Hijo, estás seguro que quieres ir?

— Muy seguro papá — le responde acomodándose el saco.

— Agustín, por favor piénsalo bien — se le acerca — Karol es tu hermana, no puedes hacerle eso. Arruinarás su vida por completo y tanto que ha lucha...

— ¿No puedo arruinar su vida pero que hay con la vida de Valentina? — Rey se queda callado — ¿No te das cuenta papá? Sabes muy bien lo que hizo Karol y también es nuestra culpa...Valentina ama a Michael mucho antes que Karol — decir aquéllas palabras le dolieron — y sé muy bien que a él le pasa lo mismo. Valentina está sufriendo papá — el hombre baja la mirada — ¿No crees que es suficiente con haberla alejado de su vida durante cinco años, que ahora dejemos que sufra eternamente al no tener a Michael a su lado?

— ¡Maldición! — Rey lleva sus manos a su rostro.

— Sabes que es verdad papá y créeme que para mí también es difícil...delatar todo por mi hermana, porque a pesar de todo la quiero y me duele.

— No quiero que Karol vaya a la cárcel hijo, es mi hija y la quiero...aunque ella no a mí, yo la quiero Agus.

Agustín cierra los ojos por unos segundos.

— No diré nada papá pero eso sí, Valentina y Michael se comprometerán hoy...y yo me encargaré de eso — advierte.

— Hijo...

— Ya está decidido, por favor no lo discutas.

Rey entiende que la decisión ya está tomada. Agustín se aleja de él y de pronto recibe una llamada.

— ¿Ya lo decidiste? ¿Pintarás para nosotros? — se escucha una voz gruesa a través del teléfono.

— Ni demente acepto trabajar para unos delincuentes falsificadores. ¡No insistan que no lo haré!

— Tú no pero el idiota de tu padre sí — aprieta los puños — tranquilo, tú pinta nomás que de seguro tu padre volverá a robarte las pinturas y hací ganar millones de dólares con nosotros.

— ¡No me jodan! ¿¡Quieren que trabaje para ustedes luego que hacieron mierda mi mano derecha!? ¡Vayanse a la mierda! ¡Entiendan de una puta vez que no pintaré para ustedes! ¡NO LO HARÉ! — cuelga.

...

Michael

— Hoy es el gran día y estoy feliz — decía mientras acomodaba mi saco — muy feliz pero lo estaré infinitamente cuando al fin sea mi esposa y poder tenerla conmigo por el resto de mi vida — sonrío — es lo que más deseo en este mundo.

— Me gusta verlo así señor — escucho decir a Tino — sabe que usted es como un hijo para mí y si usted es feliz, yo igual lo seré.

— Lo sé Tino — giro y ahí estaba él — tú también eres como un padre para mí, has estado conmigo desde niño...cuando mi padre falleció. Realmente gracias por todo — me acerco y le doy un abrazo.

— Un placer señor, siempre lo será — ambos reímos — tengo una duda.

— Pues lo escucho — respondo, mientras coloco mis manos en el bolsillo de mi pantalón.

— ¿Señor Michael, usted no planea comprometerse con la señorita Karol, verdad? ¿Usted lo quiere hacer con...

— ¡Hijo! — interrumpe mi madre.

Tino pide permiso y sale. Ese hombre me conoce a la perfección, sabe muy bien lo que pasará en unas horas sin que ni siquiera se lo haya contado.

— ¿Qué pasa madre?

Se me acerca y me arregla la corbata.

— ¡Dios pero has crecido demasiado! — sonrío para darle un beso en la frente — estás muy guapo hijito.

— ¿Bueno que le puedo decir? ¿Será porque la belleza lo heredé de una tal Victoria Escobosa? — arqueo una ceja y ella ríe.

Amo ver así a mi madre.

— Entre muy poco yo ya no seré quien te arregle la corbata. ¿Lo sabes verdad? — por supuesto, será mi bonita quién se ocupe de eso — Karol es una niña muy linda — mi sonrisa se fué apagando — ustedes dos hacen una hermosa pareja y dan una buena imagen a la empresa — ya empezamos — hijo, todo el mundo habla de tu compromiso y sabes que eso significa ingresos para el almacén — quito sus manos con suavidad — ¿Qué pasa Mike? — me alejo de ella — de seguro son los nervios, tranquilo hijo...

— ¿Te importa más lo que dirán de tu empresa, su prestigiosidad, sus ingresos, todo verdad? ¿Pero dime madre, te importa mi felicidad? — la vuelvo a encarar.

— ¡Ya empiezas de nuevo Michael! — reprocha — sé que lo dices por Valentina pero entiende que no podrá ser. ¿Te imaginas si Karol y tú terminan su relación?

— Sí, soy feliz.

— ¡No! Los ingresos se vienen abajo — ¡Rayos! — todos los gastos que se ha organizado para el compromiso y para la boda se irán al tacho...¿Y el prestigio de la empresa que construyó tu padre, no te importa? ¿Quiere decir que quieres arruinar todo lo que con esfuerzo hizo tu padre? ¡No! — se me acerca sin apartar la mirada — tú ya escogiste Michael y Karol fué la elegida. Así que aprende a asumir tus responsabilidades, ya no eres un niño...muy pronto toda la empresa será tuya, serás el dueño absoluto de todo. Así que sí no te casas con Karol no solo te arruinarás a tí mismo, sino que arrastrarás a toda la empresa contigo.

El silencio se apoderó de la habitación por unos segundos.

— Nuevamente me decepcionas madre — veo como su rostro se torna triste — me quedó muy claro que te importa más tu empresa que yo, clarísimo pero solo te voy a decir una cosa — la miro fijamente — me casaré como lo prometí pero lo haré con la persona que amo más que a mi vida.

— Ya está todo arreglado Michael, pobre de tí que me hagas una locura — advierte.

— Pues me declaro loco oficialmente — no digo nada más y salgo de ahí.

...

Unas horas después

Tomo aire y decido abrir el grande portón. Tan solo fueron segundos que cuando mis manos empujaron esa grande puerta, sentí como miles de flashes hacían que mis párpados se cierren con más frecuencia. Típico, es algo de mi vida diaria pero esta vez me sorprendió, ya que creí que la ceremonia sería privada.

Ni mi madre, ni Karol me dijeron que habría docenas de periodistas, a eso se le incluye personas desconocidas.

Igual no me importa. Mejor así, a través de esto todo el mundo sabrá quién es la única dueña de mi corazón. Podré gritar mi amor por ella a los cuatro vientos pero había algo que me hacía sentir cierta culpa y ese algo era Karol. Creí que la ceremonia sería solo en familia y de ese modo nadie se enteraría el desplante que planeo hacerle...solo no quiero hacerle quedar mal ante los ojos de todo el mundo pero la verdad no me importa mucho que digamos.

Apenas ingreso a la sala y mis ojos comienzan a buscarla por sí solos. Mi corazón latió con tanta fuerza cuando encontré esos bellos ojitos azulados...está hermosa, parece una pequeña princesita de cuentos de hadas. Mi princesa.

Puedo sentir que está nerviosa y yo también siento lo mismo. Decido llevar mi mano derecha al bolsillo de mi pantalón y ahí se encontraba aquél anillo que en unos instantes nos comprometería.

Estoy cien porciento seguro que me dirá que sí. Simplemente lo puedo sentir con mucha fuerza.

— Amor — siento unos dedos tomarme de la barbilla para así hacerme girar y encontrarme con Karol.

Trato de no ser tosco para así quitar sus dedos de mi rostro.

Veo que Tino se acerca con los anillos. Karol sonríe y de reojo pude ver como mi bonita agachaba la mirada.

Tontita.

— Esta noche — comencé hablar — pondré un anillo en el dedo de la mujer que desde muy niño vivo enamorado. Es un amor verdadero, la amo con todo mi ser y sé que ella...— la miro y veo como sus ojos se agrandan — también siente lo mismo.

Sonrío para luego sacar el anillo que tenía en mi bolsillo. Comienzo a caminar hacia ella y al mismo instante el sonido de los flashes aumentan.
Mi corazón parecía querer salirse de su lugar, cuando al fin la tenía al frente. Ella se encontraba con los ojitos cerrados y de un momento a otro los abre con lentitud y se queda observando por unos instantes el anillo que se encontraba en mi mano, extendida hacia ella. Deja de mirar la sortija para subir la mirada y encontrarse con mis ojos.

— Cásate conmigo bonita — digo muy dulce y a la vez sonrío.

Veo como sus hermosos ojitos azules comienzan a aumentar su brillo y a la vez se llenan de lágrimas.

— Te amo Valentina — confieso y ella se sorprende para luego dejar caer una lágrima.

Su silencio me mataba por dentro. De un momento a otro deja de mirarme para desviar la mirada y luego hizo algo que mi corazón se haga trizas. Se levanta de su lugar y sin querer hace que deje caer el anillo de mis dedos, comienza a correr hacia la salida...se detiene y voltea para mirarme.

Estaba llorando.

— No me hagas esto — susurro con tristeza y las ganas de llorar me invadieron de cuerpo y alma — por favor bonita — suplico.

De sus ojos no dejaban de salir miles de lágrimas.

— Lo siento — sin decir más, deja de mirarme.

— Por favor no te vayas — susurro para mí solo — no me dejes Valentina.

Sale corriendo de la sala dejándome con el corazón hecho añicos.

— ¿Por qué? No lo entiendo...¿Por qué bonita?

Tenía tantas ganas de derrumbarme, dejarme caer...darme por vencido. No tenía fuerzas...no las sentía. En cualquier momento mis rodillas caerían en el suelo.

Veo a Karol a lo lejos, veo como toma el anillo que iba a colocar en el dedo de mi bonita. La veo acercarse. Simplemente extiendo mi mano.

— Dámelo...sé que lo tienes — le dije con la voz muy apagada.

Ella me devuelve el anillo. Cierro los ojos con fuerza para así evitar romper en llanto.

No tenía ganas de seguir, la tristeza, decepción y dolor recorre lentamente en todo mi cuerpo.

¡Duele!

...

Narrando escritora

No quería, deseaba retroceder el tiempo...regresar a aquélla reunión y decirle que sí pero ya todo estaba hecho. Ella salió corriendo del lugar cuando apenas vió a Agustín gritando como un loco. Algo malo pasaba porque había hombres que lo sugetaban por los brazos y este forcejeaba para intentar escapar.
No había duda. Agustín cayó en la trampa de su propia madre, sin nisiquiera saberlo.


🖤



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