C31: Michael ven

Al día siguiente

Valentina

Toda la noche no podía dejar de llorar. Mi corazón se encontraba lleno de miles de agujeros, mis lágrimas se habían secado, mis ojos se encontraban tan rojos e hinchados...simplemente no podía. No podía con todo lo que me estaba pasando, yo al fin pude recordar...recuperé la memoria y...¿Saben?...pienso que tal vez no debí recordar y así evitarme todo este dolor y tristeza que me inunda de cuerpo y alma.

¡No debí recordar!

Yo...yo que pensaba que recordando podría ver o saber cómo fueron los rostros de mis padres, era eso lo que más anhelaba con todo el corazón pero caí, choqué con mi verdadera realidad. Mi padre no está muerto, mamá sí pero papá no...

¿¡Cómo fué que perdí la memoria!?

¿¡Qué es lo que me pasó!?

¿¡Cuánto tiempo ha pasado desde que perdí la memoria!?

¡CINCO! ¡CINCO MALDITOS AÑOS! CINCO MALDITOS AÑOS QUE MI PADRE Y MICHAEL PIENSAN QUE ESTOY MUERTA.

¿¡Cómo pudo ser eso posible!?

¿¡Por qué me dieron por muerta!? ¿¡Por qué!? Yo...yo solo había perdido la memoria y eso hizo que...que...Gast...Agustín se aprovechara de eso.

¿¡Cómo pudo hacer algo así!?

Él se aprovechó de la situación. ¡Me cambió de nombre! Me hizo creer que mis padres habían muerto en un incendio. Me hizo creer que él y yo somos pareja, cuando la realidad es otra...¡Somos hermanos! Él sabiendo muy bien eso...¡¡Me besaba!! Y yo de tonta y estúpida le seguía el juego. ¡Maldición!

¿¡Qué iba hacer si no recordaba nada y yo creí en él!?

Creí que todo lo que me decía acerca de mi pasado era real pero no, todo era parte de su actuación, de su maldito plan.

¡El muy maldito jugó conmigo!

A él no le importó nada. No le importó mi padre, no le importó Michael...a él lo único que le importa es a él mismo. No le interesa los demás, solo él. ¡Solo su maldita felicidad!

¡Mierda! ¡Y todavía me comprometi con él! Con mi hermano...no tendremos la misma sangre pero para mis ojos y todo mi ser, él solo es y será un hermano.

Me mintió...me utilizó, se aprovechó de mí... arruinó mi vida por completo.

Mi vida durante estos últimos cinco años ha sido una perfecta mentira, una mentira que estaba bien armada frente a mis ojos, una mentira que ni siquiera sabía.



«Te espero en el mural. Recuerda, hoy es la inauguración»

~Te amo, Gastón~

¡Hijo de puta!

Camino rápidamente hacia aquélla despreciable nota que mis ojos habían captado. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca la quito de la refrigeradora donde estaba pegada. La tomo en mis manos y la comienzo a romper en miles de pedazitos, mientras sentía como mis rodillas en cualquier momento chocarían el suelo y así fué. Me derrumbe lentamente, mientras miles de lágrimas volvieron a salir de mis ojos rojos.


Agustín si que es un sínico. ¿Que acaso nunca se puso a pensar, qué pasaría el día en que yo recuperara la memoria?...lo odiaría, eso es lo que haría y pienso hacerlo porque él es el único culpable de que mi vida este arruinada, él fue quien me separó de la persona que más amo en este mundo y jamás se lo perdonaré.

Ya no puedo con todo esto...¡Lo necesito! ¡Lo quiero aquí conmigo!



"No lloressiento como sus cálidos dedos acarician suavemente mis mejillas para así secar mis lágrimas¿Sabes?, me gusta pero a la vez no me gusta verte llorarlo miro fijamente a los ojos. No entendía lo que me acababa de decir. Él me sonríelo que quiero decir es que...me gusta verte llorar porque aún así sigues siendo bonita pero a la vez no, porque me duele que esos bellos ojitos azules anden derramando lágrimas.

Mike...

Quería decirle algo pero él se me lanzó y me acunó en sus brazos. Sonreí pero a la misma vez, docenas de lágrimas se encontraban bajando por mis mejillas. Me gusta sentir esa sensación de sentirte protegida, esa sensación de escuchar la mezcla perfecta de los sonidos de nuestros corazones, esa sensación que solo él me puede dar.

Nunca te vallas, nunca te alejes de mi y si llegaras hacerlo, llévame contigo".









No me llevaste...

— Michael...ven — susurré con la voz quebrada mientras mis dedos chocaban con mi medallita.

Era por eso que mi corazón se inquietaba cuando lo tenía cerca, mi mente no podría recordar pero mi corazón ya lo tenía identificado de pies a cabeza.

¡Esto no puede seguir así! Yo tengo que hacer algo...yo tengo que decirle que su Valentina, que su bonita nunca murió, que estuvo más cerca de lo que él pensaba...ya no me importa nada. Lo único que me importa es mi Mike...aquél niño que me robó el corazón desde que éramos unos mocosos, aquél niño que me hacía sonreír con tan solo una sonrisa suya...el amor de mi vida.

...

Corro con todas las pequeñas fuerzas que me sobraban. Mis ojos me pedían a gritos que lo encontrara, que hicieran un contacto maravilloso con aquéllos ojitos avellanas. Mi corazón no se quedaba atrás, ya que este también pedía a gritos que encontrara su otra mitad para que así pueda completarse y volver a latir con mucha fuerza, como antes.

Trato de entrar al parque de diversiones, ya que ahí sería la inauguración del mural y de seguro Michael estaría ahí. Trataba de escabullirme entre las personas pero al final no logré entrar. Así que decidí entrar por donde entran los trabajadores.

Acelero los pasos al ver como un ascensor se cerraba lentamente.

¡Oh no! No te me escaparás, hasta que yo este ahí adentro.

Por suerte logré alcanzar el ascensor y justo cuando se estaba cerrando se volvió a abrir lentamente. En ese instante un rostro muy familiar se asomó. Me miraba fijamente a los ojos para luego bajar a mirarme de pies a cabeza y así hacer una mueca de disgusto.

No has cambiado nada.

— ¿Cómo has estado? — pregunta de lo más tranquila, mientras se acomodaba la bufanda finolis que traía en el cuello.

Eres una excelente actriz, Sharon Benson. Qué bien fingiste ante todos al no reconocerme porque yo sé muy bien que tú sabías quien era realmente.

— No muy bien — respondí de lo más sincera.

— No me es cómodo verte en este lugar — créeme que a mí tampoco. Cómo hubiese querido que mi mente no recordara tu persona — ¿Por qué no trabajas en otra parte?

En ese momento la miro fijamente y ella evita la mirada mientras arqueaba las cejas.

— No quiero — se gira y me mira — no hay razón para eso.

— No seas insolente — sí claro.

Saca unas gafas negras de su bolso para colocárselas pero...

— Madrastra — detiene su acto. Me vuelve a mirar y pude ver claramente como sus ojos se querían salir de su órbita.

— ¿Qué?

— Eso eres — me le acerco un poco.

— Tú...¿Acaso estás loca? Di eso otra vez...

— Yo soy Valentina Zenere — en ese preciso momento deja caer al suelo las gafas que sostenían sus manos — ¿Qué? ¿No me recuerdas?

— No — está nerviosa.

— Señora...





"— Señora yo...

No pude terminar de hablar ya que sentí como una ola de calor impactó con fuerza mi mejilla.

Me había bofetiado.

¡Señora!

La oigo gritar molesta".








¡No otra vez! No volveré a dejar que me golpees, ya no soy una niña.

— ¿¡Cómo me dijiste!?

— ¿Acaso está sorda? Bueno se lo repetiré muy clarito — acorto más la distancia — SEÑORA.


Levanta el brazo, decidida a volverme a plasmar la planta de su mano en mi mejilla derecha pero yo fui más rápida. Tomo su mano con un poco de fuerza, ya que ella intentaba soltarse pero ahora la que tiene fuerza aquí, soy yo.

— No has cambiado nada — le digo fríamente — sigues siendo la misma de antes — trata de safarse pero no puede.

Entonces la solté lentamente al ver como el ascensor se abría.

Sharon me clava una mirada asesina para luego recoger sus lentes y acomodarse la bufanda. En cuestión de segundos una docena de personas la rodearon y se la llevaron a quién sabe donde.

Si supieran cómo es realmente Sharon Benson, cómo es realmente su ídola.

Ignoro lo sucedido y vuelvo a mi objetivo. Encontrar a Mike. Mis piernas por si solas comienzan la marcha en busca del chavo más hermoso del planeta, de aquél chico que me robaba los suspiros desde que tengo memoria.

Miro a los alrededores y no lo veía.

¡Esto me desespera!

Vuelvo a mirar una vez más y ahí fué como sentí mi corazón comprimirse y al mismo instante dar un saltito de alegría...mis ojos habían captado aquél color avellana de mirada profunda.

Esta sería como aquélla vez que fuí a buscarlo al aeropuerto...cómo si lo volviera a ver después de un largo tiempo y era raro porque ya antes lo había visto pero no lo recordaba y ahora si sé perfectamente quién es la persona que tengo a distancias de mí.

Él también se encontraba mirándome. Una perfecta y maravillosa conexión de miradas.

Sus ojitos no han cambiado nada...siguen de hermosos como la última vez que los miré. Creció un poco, que digo poco. Creo que le llego por los hombros. ¿Por qué siempre tengo que ser más pequeña que él?...¿Por qué siempre me gana en altura? y ahora tendré que ponerme de cuclillas o subirme a sus zapatos para poder be...¡Qué cosas estoy pensando!

No sé en que momento las lágrimas salieron de mis ojos pero igual no me importaba, lo único que me importa es él...ni se imaginan las ganas que tengo de correr a sus brazos para nunca más soltarlo, para nunca más volverme a ir, para sentirme protegida y pensar que todo irá bien. Si él está a mi lado tengo toda la seguridad que la vida me sonreirá, que todo marchará bien, a pesar de que me hayan alejado de mi verdadera realidad.


Mis pies comenzaron a moverse por sí solos. Comencé a dar pasos pequeños y lentos hacia él pero sin despegar la mirada, sin romper nuestro contacto y ahí fue, que me di cuenta que yo no era la única de los ojos rojos e hinchados, los de él también se encontraban en la misma situación y eso significaba solo una cosa. Había llorado.

El hecho de pensar o verlo llorar y no estar ahí para él simplemente me mataban.

Había dado tantos pasos que ahora la distancia que había entre nosotros era de centímetros. Podía sentir su respiración chocar con la mía. Su dulce aliento no ha cambiado, al igual que su aroma.


Acerco lentamente mis dedos a su mejilla y cuando apenas rocé su suave piel, sentí que mis rodillas se doblaban. Estaba a punto de caerme pero unas manos que mi cuerpo y mente reconocieron a la perfección, me rodearon la cintura y esa acción hizo que mi cuerpo chocara con la de él. Su piel sigue de suave como recordaba.


Una explosión de emociones y sentimientos explotaron en mí. El sonido de nuestros corazones se hizo uno solo.

Por favor cálmate corazón, yo sé que tu dueño está muy cerca pero por favor no te me vayas a salir.

— ¿Qué tienes? — ¡Dios! ¡Su voz! Su voz no ha cambiado nada. Sigue siendo de perfecta y dulce a la vez.

Está preocupado.

Nuestros ojos vuelven a conectar y pude ver como aquéllos ojitos avellana que tanto amo se comenzaron a llenar de lágrimas
y ese acto hizo que más lágrimas salieran de mis ojos. En un parpadear de ojos sentí como sus suaves y cálidos dedos acariciaban mis mejillas con cierta dulzura...estaba secando mis lágrimas.

— Me gusta verte llorar pero a la vez no me gusta.



"Me gusta verte llorar porque aún así sigues siendo de bonita pero a la vez no, porque me duele ver como esos hermosos ojitos anden derramando lágrimas"


Sonrío. Algunas cosas no cambian.

Estaba a punto de hablar pero una voz que conocía a la perfección interrumpió mi acto.

— Vámonos — lo toma del brazo y siento como lentamente sus brazos dejan de rodear mi cintura. Nuestros cuerpos no querían separarse, se negaban en hacerlo — ¡Todos te están viendo! — grito en un susurro Karol, mi hermanastra — ¡Michael! — él no hacía caso, sus ojos se encontraban posados en los míos. No quiero separarme de él. ¡No otra vez! — ¡Vamos! — y ahí fue que nuestro contacto de miradas se rompe.

Karol lo toma del brazo y lo comienza a jalar un poco para que empiece a caminar pero sus pies parecían estar clavados al suelo. Aún así volvimos a conectar miradas pero solo fue por segundos ya que fue él quien decidió romper el contacto.

Lo veía alejarse y al mismo tiempo mi corazón se hacia pedacitos.

— Michael ven — susurré con la voz quebrada mientras miles de lágrimas bajaban de mis ojos.

Y como si él lo hubiera escuchado, detiene su andar para girarse lentamente y mirarme pero todo volvió a ser por milésimas de segundos porque fue él quien giró y continuó su camino.

No te vayas...

🖤

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