C28: Solo yo
Ámbar
No entiendo porque tenía que estar besándola a cada instante. ¿No lo podría hacer cuando yo no estuviera ahí? ¿Acaso no tienen vergüenza? ¡Lo hizo a propósito! ¡Exacto, lo hizo a propósito! Él sabe muy bien que me molesta. ¡Idiota!
Llego de mala gana a mi oficina. Así es, para colmo luego del almuerzo con Gastón, tengo que volver al trabajo, ya que mi “Adorable jefecito” se le ocurrió que haga un nuevo diseño de bufanda.
Horas después
¡Dos de la madrugada! Dos de la madrugada y...siento que los ojos se me quieren cerrar. Mi mente no ha podido trabajar durante esas horas. Por más que intentaba crear un nuevo diseño, en mi mente volvía los momentos que Michael besaba a su noviecita y era por eso que terminaba formando una bola el papel donde dibujaba...¡Por qué me tiene que pasar esto a mí!
¡Gastón termina ya ese mural! No soporto más estar al lado de Michael Ronda, es una tortura.
Nuevamente mis ojos se querían cerrar, tengo mucho sueño, así que...todo se volvió negro. Solo espero no soñar con esos asquerosos besos.
Media hora después
El sonido de mi lápiz cayendo, hizo que mis ojos se abrieran. ¡Dios! Me había quedado dormida y por suerte no tuve una pesadilla con esos besos, que bueno.
Me levanto de mi silla y siento como algo se desliza por mi espalda. Giro y veo una chaqueta tirada en el suelo. ¿Acaso es?...decidí tomarlo, sí, es de Michael. ¿¡Qué!? ¿¡Él estuvo aquí!? ¿¡Él me vio dormir!? ¡No puede ser! ¡Matenme!
Calmo un poco mis pensamientos y pude sentir su calor en su chaqueta negra, su aroma varonil que de alguna manera hacía que mis sentidos enloquezcan.
¡Pero espérate! Él está sin su chaqueta, debe estar muriéndose de frío por mi culpa. No esperé más y comencé a caminar hacia su oficina. Cuando llego, la oscuridad la inundaba pero podía verlo hechado en su sofá negro, sus cabellos castaños tenían un cierto brillo en particular. Me acerco lentamente, no quiero despertarlo. Ya estaba a centímetros de él y decido cubrirlo con su chaqueta, ya que temblaba de frío.
Se ve tan tierno durmiendo, cómo quisiera acariciar sus mejillas...¡Qué cosas digo!
¡Vámonos Ámbar!
Le hago caso a mi conciencia y empiezo a caminar hacia la salida cuando de pronto siento que alguien me toma de la pierna, dí un pequeño saltito del susto, giro y veo que era Michael.
¡Idiota me espántaste!
— Ámbar. ¿Estás a dieta? — ¿¡Qué!? ¡Mi pierna no es tan delgada! — vamos a comer algo — se sienta en el sofá y me sonríe — luego continuamos con el trabajo.
¡Quién lo entiende! Primero me ignora, me humilla frente a todos, me pone celosa y ahora quiere solucionar las cosas con un “Vamos a comer”. ¿Quién entiende a los hombres? Tengo mi orgullo señores pero esta vez el hambre me gana.
...
— ¿Por qué te gusta Gastón? — pregunta así de la nada, mientras toma otro pedazo de pizza.
¿Por qué pregunta eso?
— ¿Por qué? — lo miro — ¿Necesito una razón para que me guste alguien? — me mira confundido, mientras mastica su rebanada de pizza — es un gran artista, tiene buen corazón y también es muy divertido — sonrío — nunca miente y también tiene buen humor...
— ¡Ya es suficiente! — interrumpe — no hables con la boca llena. ¿Por qué escupes? — ¿Escupir? ¡Pero si tú me acabas de hechar baba en la cara!
— ¿Te divierte mucho molestarme, verdad?
¡Muy mal Ámbar! Porque tuve que decir eso, ahora el pobre se está atorando. No pude evitar reír, se ve tan gracioso y tierno a la vez.
— No te rías de mí — dice serio — su risa era igual — otra vez me está comparando con Valentina.
Me toma de la mano y comienza a caminar conmigo. Su tacto caliente y suave despertaba en mí, miles de emociones y a la vez sentimientos.
Llegamos a la pista de hielo. Mike me suelta la mano y se desliza en la pista, me sonríe y sentí como me derretía por dentro. Luego se acerca a mí, me toma de la mano izquierda y corre conmigo hacia la pista de patinaje. Podía sentir el frío en mis pies pero no me importaba, lo único importante era él.
— Me hubiera gustado bailar con ella — ¿Por qué siempre me pongo triste o me entra una especie de incomodidad cuando habla de Valentina? Quisiera ser ella...¡Basta! Que cosas dices Ámbar — esto es divertido — suelta mi mano y comienza a correr por el hielo, yo hago lo mismo.
No es tan difícil como pensaba.
Veo que Mike se cae y decido acercarme a él. Le sonrío y le extiendo la mano para que se pueda levantar. Él me mira sonriendo, toma mi mano, lo levanto y...¡Me empuja! ¡Tonto! ¡La caída dolió!
Y yo que todavía me preocupo por él y así me paga.
Se acerca y ofrece su mano para levantarme, yo acepto, la tomo y...¡Otra vez! Sí me volvió a empujar y todavía sonríe el muy descarado.
— Lo siento — vuelve a ofrecer su mano pero esta vez si piensa que caeré, ya verá.
Tomo su mano y al mismo tiempo lo empujo con suavidad para que así caiga sobre el hielo. Se quejó un poco por la caída. Río. Él se levanta con una sonrisa pícara. ¿Qué estará planeando? No lo dude más y salí corriendo, Mike me perseguía pero no me alcanzaba, yo soy más rápida. Por un instante me toma del brazo y así fue que caímos. La caída fué suave por suerte. Cerré los ojos por un instante al sentir la respiración de Michael sobre mi mejilla, sus manos se encontraban rodeando mi cuerpo, estábamos abrazados.
Podía escuchar como su corazón latía con tanta fuerza. ¿Él también escuchará el mío? Quiero estar así con él por el resto que me queda de vida, siento como si ya lo conociera de años...siento como si...como si lo amara.
— Hueles como ella — esa oración hizo que mi mundo se hundiera en lo más profundo de la oscuridad.
Todavía piensa en ella, todavía cree que soy ella. ¿Por qué no simplemente se da cuenta que yo soy Ámbar, no Valentina?
Él ama a Valentina, él dice todas esas cosas por ella, no por mí.
— Ya me voy — quito sus manos y me siento en el hielo, cuando estaba a punto de pararme, él jala mi chamarra. Yo lo miro y veo como saca un gorro rojo de su chaqueta para luego ponérselo.
Se veía tan tierno, lindo y dulce a la vez. Quise sonreír pero por más que lo intentaba, no podía. Estaba triste porque sigue pensando en Valentina, no en mí.
— ¿Qué tal? ¿Te gusta? — está bonito pero parece muy
infantil — Valentina me lo dio — no entendía porque cada vez que decía Valentina, mi corazón dolía — ¿Tienes algo como esto? — sonríe — no hay otro igual — me guiña un ojo — es para que lo pienses, por el producto — termina de hablar, se levanta y se va sin decir adiós.
Me dejó ahí sola, con el corazón doliendo y sé muy bien que esto no debería estar pasando. Suspiro.
Trato de alejar mis pensamientos y me centro en lo que realmente quiso decir, en si Mike me ayudó en una idea para mejorar el producto y ahora miles de ideas de como hacerlo invadieron mi mente pero sin olvidar que me sentía triste a la vez.
...
Michael
¿Por qué es tan difícil dejar de pensar en Valentina? No lo niego pero la verdad es que nunca dejaré de pensarla. Yo...yo ya acepté su muerte pero ella sigue viva en mi corazón, viva en mí y por más que intente pensar que Ámbar no es mi bonita. ¡No puedo! Sé que ella no es Valentina pero el simple hecho de estar a su lado pareciera como si estuviera con ella pero sé que no es así.
Cuando la empujé y la hice caer sobre hielo me hizo recordar cuando hacíamos eso de niños. Yo la empujaba, le ofrecía mi mano para levantarla y nuevamente la volvía a empujar, me le acerco para ayudarla a levantarla y ella esta vez me empujó. La misma escena ocurrió hoy, me sentí como un adolescente, como un niño.
Llego a mi oficina y me tiro en el sofá. Rompí en llanto, cada parte de mi corazón ya estaba hecho trizas, no había forma de reponerlo, solo ella podía hacerlo pero ya no está aquí y me duele no tenerla, me mata. Las lágrimas continuaban bajando de mis mejillas, tenía puesto aquél gorro de lana roja en mi cabeza. Aquél gorro que lo hizo ella especialmente para mí. Decidí cubrir mis ojos con el gorro, no quería que nadie me viera llorar, ridículo porque no había nadie. Estaba solo y vacío al igual que mi corazón.
...
Al día siguiente
Ámbar
Con la ayuda del gorro de Mike pude hacer un mejor diseño de bufanda. Aquéllos que cuando estás en la oscuridad, brillan. Todos los del comité aceptaron el diseño, incluso Michael. Él me sonríe y yo hacía lo mismo. Me gustaba mucho ver su sonrisa.
...
Es la hora del almuerzo y decidí ir en busca de mi novio...bueno Gastón es mi novio y así tengo que llamarlo.
— Sabes, dejaré el trabajo — lo miro a sus ojos marrones — seré tu asistente personal — sonrío, mientras tomo un pincel que se encontraba en el suelo.
— Voy a decirte algo cuando termine el mural — lo miro y veo su rostro serio — si después decides darme la sortija, la aceptaré — se ve raro. ¿Qué es lo me tiene que decir Gastón?
— No es justo — hago puchero y el sonríe — ¿Ahora que casi ya terminas el mural quieres cambiar de opinión? — ¿Acaso ya no le gusto? — no voy a comprometerme contigo, eso es...estás muy raro — me le acerco un poco, mientras tomo un poco de pintura verde con el pincel que tenía en la mano — ¿Hay otra? — mancho su barbilla con la pintura verde — ¿Quién es? Dime.
Él me sonríe.
— No lo digas ni de broma por favor — acorta la distancia — tú bien sabes que solo te amo a tí — acaricia mis mejillas con sus dedos.
— Y yo a tí — no podía responderle con un “Te amo” porque no siento lo mismo y me siento culpable por eso.
Se acerca más y me da un pequeño beso en las labios. Solo le sonrío, aunque muy en el fondo me sentí incomoda. ¿A dónde se fué el amor que sentía por Gastón? Él me ama y yo siento que no, lo quiero pero amar...
— ¿Entonces? — retomé la conversación, alejé mis pensamientos — ¿Entonces qué es? Dímelo, dímelo — insistí como niña pequeña.
— Lo sabrás después — responde sonriendo.
¿Qué es lo que me querrá decir?
— Ya dímelo, dilo de una vez — vuelvo a tomar pintura verde — una aquí — hago una línea en su mejilla — otra aquí, así — hago otra línea en su otra mejilla.
— Mira — me señala un lugar con su dedo, yo giro para ver pero al instante que gire para verlo, siento como pasa su pincel sobre mi rostro.
¡No se vale! ¡Fué trampa!
— ¡Oye! Cómo eres — sonrío — solo yo te pinto, déjame — volví a pintar su rostro — solo una vez.
Sonrió...a pesar de todo, me siento muy bien al lado de Gastón, quizás con el tiempo el amor por él vuelva a renacer en mi corazón.
No pienso cambiar lo bonito que tengo con Gastón, por algo que ni siquiera existe. Algo que creo que solo yo siento porque sé que Michael no.
🖤
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