C27: Felices los 4
Michael
Ella no es Valentina, no es mi bonita pero no sé porque algo muy en el fondo me dice que sí. ¡Pero no! ¡Ella es Ámbar! No Valentina...y por más que me duela, tendré que aceptar que mi bonita ya no está en este mundo, ya no está conmigo, no importa las miles de veces que intente buscarla...sé que no la encontraré, ella se fué...tengo que dejarla ir por más que todo mi ser no quiera, tengo que hacerlo...no puedo seguir pensando que Ámbar es mi Valentina. De seguro mi bonita estará molesta conmigo por haberla confundido con otra persona, por intentar que otra tome su lugar.
Perdón Valentina...no sé que me pasa con Ámbar, porque no puedo negar que esa rubia me atrae pero sé que solo es por el hecho de que es tan idéntica a tí, por el hecho de no querer aceptar tu muerte. No sé que es lo que siento por Ámbar, he estado cerca de ella durante todos estos días...con tan solo verla pareciera como si te estuviera viendo a tí, le sonreía pensando que tal ves eras ella, no dejaba de perseguirla porque creía que eras ella y estoy seguro que eso te dolió. ¿Verdad?
Te pido perdón otra vez, miles de veces por creer que eras ella. Ya entendí que no. ¿Cómo no me pude haber dado cuenta antes? ¿Por qué dejé que mi corazón me dominara? Ámbar es muy diferente a tí, se parecerán físicamente pero en sí no son iguales...tú eres sensible, dulce, amorosa y miles de cosas más. En cambio ella es como que un poco rebelde...¡Mierda! Valentina no quiero compararte con ella, perdóname por las miles de veces que lo hice. Tú siempre serás el amor de mi vida, porfavor que eso no te quede ni la mínima duda. Te amaré hoy, mañana y siempre.
...
No fué fácil soltar a Ámbar pero por mi bien y el de ella, tenía que hacerlo. Al fin de cabo pude darme cuenta que ella no es mi bonita y eso en cierta forma me dolía.
Las lágrimas no dejaban de caer de mis ojos. El dolor y sufrimiento me invadieron de cuerpo y alma. Decidí salir de la casa de Karol, ella quiso detenerme pero simplemente la ignoré.
Llego a mi casa y me meto a la ducha, poco a poco me dejé caer sobre mis rodillas, mientras el llanto seguía presente en mí.
— Valentina — susurré, mientras tocaba mi medallita.
...
Ámbar
— ¡Hay que rico! — grito, mientras saboreo mi sopa.
— Oye no exagéres sí — lo miro mal — ¿Que no te dieron algo de comer, ahí dentro?
— Oye — me acerco un poco — ¿Te gusto o no? — él me mira sorprendido ante sus palabras para luego reír. Sí, el suele decirme siempre eso pero ahora yo quiero preguntarle — di sí o no — vuelvo a decir.
— Sí — responde y yo sonrío.
— Aquí es donde pertenezco — me toma de la mano — junto a tí.
Siento como algo choca la palma de mi mano. Algo me había dado. Aparta su mano de la mía, yo decido abrir lentamente el puño de mi mano y veo un anillo.
— No te rías, no es costoso — me dice.
Y que importa eso.
— Yo no te daré uno — le digo y él se sorprende ante mi
respuesta — porque no lo tengo aún — sonrío y él hace lo mismo — pero lo haré.
Decido levantarme de mi lugar y comienzo a correr, mientras elevaba los brazos, me gustaba mucho sentir como la brisa del viento chocaba con mi rostro.
— ¡¡Gastón Périda!! — grito como loca.
— ¡¡Qué!! — respondió de la misma forma.
— ¡¡Ven!!
— ¡¡¡Qué!!!
— ¡¡¡Corre más!!
— ¡¡Qué!!
— ¡¡¡Sabes qué!!! ¡¡¡No me interesa el pasado!!! — dejo de correr, giro y lo veo, tenía una hermosa sonrisa en sus labios — ¡Es cierto! ¡¡Empecemos una nueva vida aquí!!
— ¡¡Ámbar Smith!!
— ¡¡Qué!!
— ¡¡Ámbar Smith!!
— ¡¡Qué!!
Se me acerca, me atrae a él, rodea sus manos en mi cintura y me eleva por los aires. Ambos reíamos. Luego de unos instantes él me baja lentamente.
— ¡¡Te amo!! — me dice.
— ¡¡Yo también!! — grito con una sonrisa. Gastón me vuelve apegar a su cuerpo y junta nuestros labios en un tierno beso.
Me separo un poco de él y decido quitar aquélla medallita que tenía puesta en mi cuello. Esa medallita significaba algo del pasado, aquél día que abrí los ojos y no pude reconocer a nadie porque había perdido la memoria, pero ese día tenía algo en mis manos y ese algo era esa medallita, no recordaba quién me lo había dado, ni mucho menos que significaba pero muy en el fondo me decía que era algo muy importante para mí y es por eso que decidí colgarla en mi cuello. Pero ya no me importaba mi pasado, y esa medalla formaba parte de el. ¿Para qué seguir conservándola si no podré recordar su origen? Así que decidí deshacerme de ella. La tomé en una de mis manos y la lanzo muy lejos.
No quiero seguir buscando el pasado, solo quiero seguir viviendo el presento y el futuro con Gastón. Michael Ronda forma parte de mi pasado, lo mejor es que todo mi ser borre todo de él.
Ahora en adelante Michael Ronda solo será mi jefe, no lo veré con otros ojos, no volveré a permitir que los sentimientos que tengo hacia él me vuelvan a dominar, aquéllos sentimientos los borraré porque quiero ser feliz con Gastón, él es el hombre con el que quiero compartir el resto de mi vida. Tal vez ahora sea un poco difícil olvidar a Michael porque seguiré trabajando con él pero solo será hasta que Gastón termine de pintar el mural, lo cuál falta muy poco.
...
Al día siguiente
Llego al trabajo y me cruzo con la persona que no me quería cruzar. Sí, Michael Ronda.
— Buenos días — saludo amablemente.
Tampoco tengo que ser descortés con él.
¡Muy mal Ámbar!
Tal vez sí debería ser descortés porque él ni siquiera correspondió mi saludo, ni siquiera me vió. Simplemente me ignoró y siguió su camino.
Una parte de mí se sintió triste por su acto pero está bien así, quizás él entendió que no soy su Valentina.
...
¡Okey! Esto ya me está sacando de quicio. Está bien que quiera ignorarme pero también rechazar el diseño de mi bufanda frente a todos. ¿¡Qué le pasa!? Todavía puedo recordar sus palabras...
¿No has tenido citas? ¿Te has enamorado?
¡Hug! ¡Como pudo decir eso! ¡Lo odio!
Me hecho agua en la cara para así tratar de olvidar sus estúpidas palabras.
¡Tonto!
Ahora tendré que volver a iniciar de cero haciendo una nueva bufanda.
Salgo del baño y me encontraba caminando hacia mi oficina cuando derrepente alguien toma mi mano...porfavor no, que no sea quién estoy pensando, que no sea él...abro los ojos lentamente y sí, es él.
Me miraba con una sonrisa burlona, mientras yo intentaba quitar su mano pero no pude. ¡Maldita fuerza!
— ¿De compromiso? — pregunta tocando con su dedo el anillo que me había dado Gastón. Solo asentí — ¿Debo felicitarlo?
Nuevamente trato de soltarme pero simplemente fallé. Derrepente suena mi móvil, iba a tomarlo pero Mike se adelanta. Yo lo miro con el ceño fruncido, él contesta la llamada y me lo pone de mala gana en la oreja.
— Dime — era Gastón — ¿Almuerzo? — veo a Mike quién tenía una expresión molesta. ¿Acaso está celoso? — nos vemos allá — sonrío. Le refriego mi cara de felicidad al tonto de mi jefe, él por su parte suelta mi mano — allí estaré, a la una — no digo mas y salgo de ahí.
Caminaba hacia mi oficina pero un sonido hizo que pare. Giro y veo como Michael rodeaba de la cintura a Karol.
— Karol mi amor — okey, porque no mejor usó un micrófono si quiere que todos lo escuchen.
Solo oí eso, no pudo oír más ya que el tonto de Michael le habló muy bajo. Ella le sonríe como una tonta enamorada, él me miraba de reojo y sonreía para luego apegarla a él y plasmarle un beso en los labios.
¡Mierda! ¡Quiero explotar! ¡Quiero romper algo!
¿Y yo por qué tengo que ponerme celosa por ese idiota? Total es su novia. ¡Hug! ¡Mejor me voy!
...
Michael
¿Acaso llevaba un anillo en el dedo? ¿Es encerio? ¡No lo puedo creer! Piensa casarse con el idi...con el bobo de su novio. ¡Pues que lo haga! ¿A mí por qué tiene que importarme?
Karol me miraba sonrojada y sorprendida a la vez, la comprendo porque ella es la que daba los besos, yo no. Solo lo hice para que Ámbar sienta lo mismo que yo sentí cuando beso a su noviecito frente mio. Celos.
— A la una entonces — me saca de mis pensamientos.
Sí, estoy planeando almorzar con Karol en el mismo lugar y a la misma hora, que el de Ámbar.
Karol se acerca y pensaba besarme otra vez pero esta vez la detuve. Lo siento Karol pero no te besaré, lo haré si Ámbar está presente.
...
Habíamos llegado al restaurante y mis ojos captaron en un instante una cabellera rubia que brillaba con la luz del atardecer.
Atraigo a Karol hacia mí, rodeo su cintura con una de mis manos para así acercarnos a ese par de parejita que desborda felicidad.
— Los felicito — les dije con una sonrisa.
Ellos no dicen nada. El tal Gastón parecía molesto.
Simplemente lo ignoro y me siento en una de las mesas que se encontraba al lado de ellos. Karol se sentó detrás del noviecito de Ámbar y yo por mi parte decidí sentarme al frente de ella, no para mirarla a ella, sino para ver a Ámbar.
De un momento a otro Ámbar me mira y yo estaba haciendo lo mismo pero finjo mirar a mi novia y veo como Ámbar se incomoda. Luego volvemos a conectar miradas por un instante, yo no quería apartar la mirada porque aquéllos ojitos parecieran imán, ya que atraen a los mios. Podía sentir la mirada de Karol pero simplemente me daba igual, yo seguía mirando mis bellos ojitos azules hasta que ella fue quién rompió el contacto, creo que lo hizo porque el noviecito se había dado cuenta.
El mozo se acerca a nosotros y pido que le lleven una botella de champán. Me levanto de mi lugar, me acerco a Karol y entrelazco mis dedos con los de ella, ella solo sonríe. Estará sorprendida ante mi comportamiento cariñoso. Decido acercarme a la mesa de Ámbar.
— ¿Nos invitan? — pregunto sonriendo.
Gastón y Ámbar cruzaron miradas como si estuvieran pensando el asunto.
— Claro — responde Gastón no tan convencido.
Los mozos trajeron unas dos sillas más. Cuando Karol y yo ya estábamos sentados decidimos brindar.
— ¿Cómo va el mural? — le pregunto a Gastón.
— Ya lo verás una vez que esté terminado — responde sin mirarme.
— Te ves confiado — mis ojos se fueron a sus dedos. ¿Acaso no tiene anillo? — ¿Por qué no traes tu anillo? — no me mira, ni mucho menos responde. Parece incómodo con mi pregunta.
— Se lo daré cuando esté terminado el mural — interviene Ámbar — él me dedica el mural como un obsequio — ¿Qué? Imposible.
— ¡Te engañó! — exclamo serio, todos me miran por mi actitud pero especialmente Ámbar — YO lo ordené como un obsequio para Valentina — la miro serio a los ojos — yo no comparto obsequios, ese mural es únicamente de Valentina.
— No es educado hablar de otra chica frente a tu novia — dice Gastón.
Rodeo mi brazo por el cuello de Karol.
— Tiene un criterio amplio — sonrío y veo como Karol asiente.
— Tú sabrás como tratarla — me responde de mala gana.
— Es una gran chica — miro a Ámbar — y es mi novia — le doy un pequeño beso en los labios a Karol. Puedo ver con mucha claridad la molestia que tiene el rostro de Ámbar — otra copa — digo con una sonrisa — en tu honor — señalo a Ámbar.
— Yo no bebo — me dice.
— Acepta una — le dice su noviecito. Ella solo asiente.
Brindamos.
— Escuché a Tino decir que ustedes viven juntos — habla Karol. Nadie dice nada, creo que están incómodos — yo creo que eso no es algo de que avergonzarse. ¿No te parece? — me dice.
— Voy a tocar en su honor — les digo a Ámbar y Gastón. Me despido de Karol con un pequeño beso en los labios.
Me dirijo hacia donde se encontraba el piano y decido tocar, aquélla pieza musical de Chopin que tocaba para Valentina. Mi vista se dirige hacia Ámbar, yo la miraba y ella me evitaba. Dejo de mirarla y veo a Karol, siento la mirada de Ámbar puesta en mí, yo solo me encargaba de mirar a Karol con una sonrisa. De un momento a otro Gastón y Ámbar se levantan de la mesa para así dirigirse hacia la salida del restaurante. Él la abrazaba y verlos tan juntos me mataba de celos.
🖤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top