C15: Una completa mentira

Agustín

Llego a la casa de mi padre y veo como le limpia la sangre. Rápidamente me acerco a ella.

— ¡Valentina! — toco su
mano y me preocupo porque está fría — Valu...¿No se ha movido? ¿Aún no despierta? — pregunto a mi padre, esperanzado de escuchar un sí pero no, no respondió ni una palabra — Valu — acaricio su rostro con las yemas de mis dedos.

— Porfavor rubia, tienes que despertar...¿Qué sería de mí si te llegara a perder? Simplemente mi existencia en este mundo ya no sería necesaria — susurro entre lágrimas.

No saben cuánto me duele verla así, sin saber que va a despertar...yo quiero que despierte. Es lo más que deseo en estos instantes.

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~ Unos días después ~

Narrando escritora

Los familiares de la pequeña rubia la dieron por muerta. La morgue había confirmado  que habían encontrado su cadáver pero a alguien no le cuadraba todo lo que estaba pasando y ese era el joven Michael. Él no creía que la dueña de su corazón esté muerta o tal vez no lo quería aceptar. Él sabía que algo no encajaba, que algo muy en el fondo le decía que su bonita no se había ido de aquél mundo.

Por otro lado. Valentina empezaba a despertar, en su mano derecha tenía su medallita, aquél símbolo de amor entre ella y su amado. Habían pasado días en que Valentina no había reaccionado desde el día del accidente. Agustín se encontraba junto a su padre, él quería que la mujer de sus ojos despertara. Quería ver esos hermosos ojos azules que lo volvían loco pero en cambio su padre ya había perdido las esperanzas, ya que la pequeña rubia no reaccionaba.

El castaño estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se dió cuenta que la rubia ya había abierto los ojos. Fué su padre quién le aviso que Valentina había despertado. Para él, era un milagro que haya salido viva, luego de que su cabeza no dejara de sangrar.

— Valentina — susurra el castaño al ver como su rubia favorita abría lentamente los ojos. Él por impulso le regaló una hermosa y dulce sonrisa.

Pero nadie sabía lo que se aproximaba.

...

Agustín

— ¿Estás seguro de que no recuerda nada? — Valentina perdió la memoria, ni siquiera me reconoció cuando abrió sus ojos y eso dolió — hijo, llévala a su casa.

— Papá, nos quedaremos.

Yo sé que esto está mal pero no puedo perderla. ¡No pienso perderla! ¡No quiero! Y...y esta es una buena oportunidad para que mi Valentina se quede a mi lado.

— ¿Acaso te has vuelto loco?

— Sí...creo que estoy loco — lo miro fijamente a los ojos — yo la AMO — mi padre se sorprendió al escuchar mi confesión — ¡Tanto que soy capaz de todo! Si la vida me está dando esta oportunidad, eso significa que nuestro destino es estar juntos. Papá, no quiero perderla...

— ¿¡Qué!? Tenemos suerte de que ella no recuerde nada de lo que ocurrió — se sentó a mi lado — ¿Qué harás si después recupera la memoria? ¿Qué harás entonces? Dime.

— Haré lo imposible para que ella no recuerde...

— ¡Definitivamente te volviste loco Agustín!

— ¡La amo más que a mi vida!

— ¡Basta! — se relaja — tú, yo, Karol. ¡Seríamos arrestados! Y Karol tiene un futuro brillante por delante. ¡No! No empeoremos las cosas, llévala con su familia.

— No lo haré.

— Deja de ser terco y...

— Papá — interrumpo — vámonos de aquí.

— ¿Cómo?

— Ahora.

No permitiré que me quiten a Valentina, ella solo será mía, MÍA y de nadie más.

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~ Cinco años después ~

Narrando escritora

Una hermosa muchacha iba caminando por un mercado, mientras saludaba con una sonrisa a las demás personas. Llevaba en sus manos grandes bolsas, si que es fuerte esa muchacha.

— ¡Ámbar! — grita alguien y aquélla muchacha voltea sonriendo.

Era una hermosa muchacha  de ojos azules, se podría decir que si alguien los viera, simplemente se perdería en ellos. Una cabellera rubia, al igual que las barbies, lisa, suave, hermosa y a la altura de sus pechos.
A ella le habían contado cosas sobre su pasado pero lo que no sabe es que nada de lo que le dijeron es verdad. Todo es mentira.

Hace cinco años su vida ha sido una completa mentira y todo porque realmente no recordaba quién era y solo se dejó llevar por lo que alguien le había contado pero aún así la rubia ha sido muy feliz durante ese tiempo. Ella no sabe que su nombre no era ese, por que ella es Valentina Zenere. Aquélla pequeña rubia que supuestamente había muerto en un accidente. Aquélla rubia que creen sus familiares que habían tirado sus cenizas al mar.
Hace cinco años, vive en una completa mentira y ella ni siquiera lo sabe.


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