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-Cha Dahiara- anunció el director.
Mis padres me dedicaron una sonrisa y con nervios me acerqué a que me dieran mi diploma.
Los profesores me tendieron la mano y yo me puse al lado de Jisoo.
Poco a poco todos los alumnos fueron uniéndose y yo sólo esperé con nervios un nombre.
-Moonbin- Le vi subir mientras me miraba. Me sentía rota en mil pedazos, esta última semana había sido complicada, había intentado por todos los medios volver a hablar con él de manera desesperada, me negaba a aceptar que me hizo lo que tanto miedo tenía que me ocurriera.
Pero poco a poco la realidad cobraba sentido y me llevaba a ser realista.
Desde entonces era como si me hubieran desgarrado por dentro. Estoy enamorada hasta las trancas de alguien que hace que me queme cada vez que me acerco un poco.
Soy una tonta por creerme todo, una ingenua. Lo que daría por devolver el tiempo y haber acabado con esto.
Este año me he sentido como una muñeca de trapo que se pasaban de mano en mano, sin que a nadie le importase mis sentimientos.
En casa todos los días había seguido una rutina, voy a mi habitación, me en cierro, lloro y le doy mil vueltas a todo lo ocurrido mientras me repito a mi misma lo idiota que fui.
-¿Estás bien?- me preguntó Eun Woo al lado mío.
Negué con la cabeza- No lo puedo soportar Eun Woo y no consigo que se me pase.
Se mordió el labio nervioso- Dahi te tengo que decir una cosa importante, que creo que debes saber....
Todos comenzaron a quitarse los birretes, a tirarlos al aire y Eun Woo guardo silencio.
Cuando acabamos, nos dejaron tiempo libre y yo me sentí atraída por un lugar.
Entré en la clase en la que había vivido tantas cosas, cuando me senté con Moonbin, el devaneo con JinJin, las excusas de Rocky, las miradas de Eun Woo a Lisa... Empecé a sollozar sigilosamente, lo iba a echar mucho de menos.
Instintivamente miré el pupitre, nuestro pupitre. Ese sitio dónde había discutido, había reído, me había enamorado... Hasta que hubo un carraspeo.
Me voltee con vista a la entrada y vi al chico que tenía estos últimos días en mis pensamientos, dolía tan sólo mirarlo que me voltee rápidamente.
-No, vete, no quiero verte, no quiero escucharte Moonbin.
-Tenemos que hablar - Insistía mientras daba pasos cortos hacia mí.
-No tengo nada de que hablar contigo, lárgate de una vez.
-Por favor.
Esta vez me di la vuelta para mirarle a los ojos -¡Déjame de una maldita vez!¡Deja de hacerme daño! ¡Deja de acercarte a mí, darme falsas esperanzas y tirarme a los dos segundos como sino valiera nada!
Calló y las lágrimas eran tantas que todo comenzó a ser algo borroso.
-¿No te cansas de hacerme daño?¿De verme sufrir? Por favor, hazlo solo por humanidad.
-Dahi -Eun Woo irrumpió en la habitación -De esto quiero hablarte.
-¿Tú que tienes que ver con esto?
Tomó aire -Se que me vas a odiar pero yo fui quien le dijo a Moonbin que fingiera que sólo fuiste un polvo.
Mi sistema nervioso colapsó -Eun Woo, por que... tú no.... no tiene sentido, solo le estás intentando tapar..
-Me acordé de tus palabras, cuando me exigiste que te defendiera y te protegiera. Pensé que el echo de que te vieras envuelta en una relación a distancia no te haría disfrutar de tus años de universidad así que le dije a Moonbin que para no hacerte daño te dijera que sólo había sido algo de una noche.
-¡Te pedi que me protegieras de los buitres de tus amigos, no que controlaras mi vida ni tomaras decisiones que sólo yo puedo decidir!
Agachó la cabeza y asintió -Cuando vi el efecto que todo esto tubo, hablé con Moonbin y bueno aquí estoy. Se que ahora me odias pero solo lo hice por que te quiero y pensaba que era lo mejor.
No pude hablar, asimilar este giro era un shock, uno tras otro y parece que no acaban.
-Los voy a dejar a solas, tienen que hablar de muchas cosas.
Me quedé sola con Moonbin y no sabía que decirle.
-Se que estarás enfadada pero...
-¡¿Crees que no puedo tomar mis propias decisones?! - Realmente eso me había enfadado.
-¡Por su puesto que si! ¡¿Crees que para mi ha sido fácil, reprimir todos mis sentimientos por ti y verte sufrir de esa manera cuando lo único que quiero es hacerte lo más feliz que pueda y amarte incondicionalmente?!
-Moonbin, no me voy a tirar a tus brazos cómo una tonta mientras te digo que eres mi príncipe azul.
-Y no quiero que lo hagas -Se acerco un poco más a mí.
-Te hice daño lo sé, y no te voy a pedir que olvides todo de un día para otro, solo que porfavor me permitas ser para ti lo que me muero por ser.
-Esto no se arregla con palabras bonitas ¿y si mañana vuelves a ser el mismo? ¿Y si otra vez estás fingiendo?
Me cogió la mano y la puso en su rostro, estaba ardiendo y después la llevo a su corazón que latía frenético.
-Es la mayor prueba que puedo darte.
-Pero te vas a Roma y yo me quedo. - Empecé a ceder, mí corazón gritaba por él, lo amaba como nunca amaré a nadie.
-Da igual, unos kilometros no me van a alejar de ti.
Le abracé con todo mi ser, con todo lo que le podía ofrecer y en sus brazos me derreti completamente.
-Te quiero -me susurró. Me quedé quieta con el corazón en un puño y la respiración entrecortada.
-Yo también- me salió instantáneamente.
Fundió su boca con la mía en un beso desesperado y apasionado, un beso esperado por semanas. Podía sentir el sonido de su corazón frenético, nuestras respiraciones agitadas y deseosas, nuestras lenguas sé unían en vaivén que no se hacían esperar, sus dientes tomaban mis labios muy despacio, un beso de amor verdadero era lo que se sentía.
Su mano se coló entre la toga- ¿Despacio, recuerdas?
Asintió y con cierta pereza se separó. Sus ojos me penetraron y su cercanía me encendió a tal punto de no soportar.
-A la mierda -Le besé y como si hubiera desatado mi insitinto más profundo me desespero a tal punto de tocarlo sin parar.
Rapidamente me quitó la toga- Moonbin espera- comenzó a besar mi cuello- aquí... ah... no es muy cómodo.
Me cogió delicadamente y me subió a los que habían sido nuestros pupitres.- Tu dejate llevar, ¿no me digas que no te da morbo hacerlo en el colegio?
Con gran habilidad me desabrochó el vestido que llevaba, quedando en ropa interior ante él.
Se puso de rodillas y no sabía que iba a hacer hasta que posó su boca en feminidad por encima de los panties como todo un profesional.
Una descarga me inundó el cuerpo -Moonbin... ahí no está bi...
Pero antes de que pudiera acabar apartó un poco la ropa interior, localizó el clitoris y comenzó a succionar como si fuera una paleta, me sentia en el mismísimo cielo.
-¡Ah, Dios mío!
Me intenté agarrar a su cabello, sujetarme al mundo que poco a poco parecía que iba a caerse.
-No tienes idea de lo bien que sabes.
Siguió con la danza de su lengua que me hizo maldecir la Biblia de los insultos en dos segundos, era la mejor cesación del mundo, esto me volvería adicta al sexo.
En el momento en el que introdujo dos dedos creía que me iba a morir de placer.
-¡Binnie!
Llegué al orgasmo rápidamente y el me quitó los panties de un solo jalón.
-No... tenemos condón- conseguí jadear
Cogió algo dentro de su pupitre- Siempre me llevaba uno a clase por si acaso.
Puse los ojos en blanco y noté cómo se lo ponía. Sin previo aviso se hundió en mí y solté un gémido ahogado por el placer.
-Estás tan mojada, es delicioso.
Comenzó a moverse con delicadeza, algo que me confirmaba que lo quería disfrutar, que entendiera que me amaba.
No quedaba nada de racionalidad en mi cabeza, solo placer, invandiendo cada maldito poro de mi ser. Me agarré a su espalda en un intento de mantenerme en este mundo por que esa sensación era gloriosa.
Cerré los ojos y eché la cabeza atrás. Aún era un poco incómodo. Pero sus gémidos en mi oído mientras me embestia con fiereza y rápidamente eran lo más sensual de este mundo.
Aumentó el ritmo y en un par de minutos llegué al climax en el que unos fuegos artificiales me incendiaron y a los pocos segundos llegó el con un fuerte gruñido que me hizo mojar aún más.
-Vas de inocente pero en el fondo eres una pequeña fiera.
-Que voy a decir, tu me has hecho así- sonrío y me dio un pequeño beso.
-La primera vez que te vi, pensé que esa virgen sería mía, pero lo que no contemplaba es que al final yo sería suyo.
-Supongo que las cosas más maravillosas pasan de casualidad.- me dio otro beso, nos vestimos y volvimos a la celebración.
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