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El cap más esperado

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Mi casa o lo que quedaba de ella acababa de ser tomada por una manada de adolescentes borrachos que estaban destrozandolo todo a su paso.

-¿Sabes que papá y mamá te van a matar verdad?

-Es probable pero esta es una noche que recordaremos siempre y sólo la viviremos una vez en la vida. Por cierto felicidades reina del baile.

Le di un suave golpe en el brazo y me fui hacía las chicas.

-Esta es la parte en la que os tiro a todas y cada una de ustedes por la ventana.

-Lo hemos hecho con la mejor intención- se disculpó Lisa.

-Aunque te dieramos la razón con lo de Moonbin seguimos pensando que le gustas y creímos que deberíamos daros un empujoncito. Y nos hemos encontrado con que todo el colegio piensa lo mismo.- siguió Jennie.

Las di un abrazo, desde luego no me merezco estas amigas. No se lo esperaban pero al segundo correspondieron el abrazo.

-Voy a subir arriba a dejar la banda y las flores, mientras porfavor miren que nadie rompa nada.

-Hecho, ¡Oye tu deja ese jarrón ahí!- gritó  Jisoo.

Subí las escaleras hasta mi habitación y deposité la banda en la silla de mi mesa de estudio. ¿Yo reina del baile? Alguna vez de pequeña lo había pensado pero en esas fantasías el rey era otro.

-Hola -pegué un respingo.

-Recuerda la orden de alejamiento imaginaria.

-Solo he venido a pedirte un consejo- no quería girarme y mirarle, por que con sólo una mirada es capaz de desarmarme y ahora necesito todo el control que pueda encontrar en el cuerpo.

-No voy a ayudarte con Amandine o el koala que has llevado por pareja al baile.

Soltó una carcajada y noté que se acercó más -No es de Amandine.- mi silencio le incitó a hablar- Hay una chica que me vuelve loco y no de una manera sexual cómo me han gustado las chicas normalmente, sino de algo mucho más profundo. Cuando la veo es cómo si todo el mundo se esfumara y sólo estuvieramos ella y yo, los demás no importan, no existen.

No quería hacerme ilusiones pero en el fondo cada maldita parte de mí deseaba ser ella.

-Creía que a ti no te gustaba una chica para algo más que sexo.

-Eso fue antes de ella y el problema es que ahora está enfadada conmigo por que fui un idiota y le hice daño por que tenía miedo de admitir mis sentimientos.

Mi corazón latía frenéticamente amenazando con que me diera un infarto.

-A lo mejor ella tampoco admite sus sentimientos por miedo a que le vuelvas a hacer daño.

-Yo la entiendo- siguió- pero por mucho que lo intente reprimir quiero estar con ella y no sabe lo celoso que estaba hoy cuando he visto que venía con otro chico al baile.

-Puede que ella lleve celosa de la chica que has llevado al baile desde el momento en el que de un momento a otro empezaste a ser borde y distante dejandola sola con sus sentimientos.

-¿Que crees que debería hacer? Por que no creo poder ocultar mucho más tiempo lo que siento.

Me di la vuelta lentamente- Tal vez deberías decirselo- dije mientras me temblaba la voz.

Cogió aire y asintió.

-Dahiara, no te he podido sacar de mi cabeza desde el maldito momento en el que te vi. Cuando me di cuenta de que lo que sentía por ti iba más allá que lo que he sentido por cualquier chica. Tenía miedo, por que jamás me había pasado. Y no quiero ser el típico cliché pero... -no le dejé acabar y lo besé.

Inmediatamente correspondió el beso. Comenzó siendo rápido y desesperado pero a medida que pasaban los segundos fue cada vez más lento y apasionado.

Con la pierna, cerró la puerta y bajó desde mis labios a mi mandíbula y de ahí pasó a mi cuello, devorandolo.

Lo besó, lamió y mordió. Empezó a subcionar haciendo que soltara un gémido y cuando acabó pasó la lengua por la marca que había dejado.

Volvió a subir y atrapó entre sus dientes mi labio inferior y tiró levemente de él.

Hice ademán de levantarle la camiseta pero el me cogió la mano.

-¿Estás segura de que quieres hacerlo? Por que esta vez cómo sigamos no voy a poder parar.

Me aproxime lentamente y le volví a besar, una respuesta clara. No quería que parara, lo único que quería era ser completamente suya, sin miedos, ni arrepentimientos.

Le quité la camiseta y algo en el se desató, cómo si hubiera liberado un animal. Me cogió y depositó suavemente en la cama. En un segundo estaba debajo de él y continuó su recorrido por mi cuello, pero esta vez bajó la cremallera de mi vestido dejándome en ropa interior ante él.

Mi confiaza se quebró un poco e intenté taparme con un cojín, pero el sujetó mis brazos por encima de mi cabeza y comenzó a descender hasta mis pechos. Sacó uno del sujetador y comenzó a mordisquearlo levemente.

Un fuerte gémido se me escapó y al segundo enrojeci.

-Que no te de vergüenza -susurró y con una habilidad sorprendente desabrochó mi sujetador a la vez que su mano se colaba en mi feminidad.

-¡Bin! - y al instante me tapé la boca con la mano, pero volvió a retirarla mientras metía un dedo.

-No intentes reprimir ese sonido tan maravilloso, quiero oirte gemir mi nombre hasta que lo gastes.- e introdujo otro dedo.

-Bin...- aumentó el ritmo y rozó a la vez con el pulgar mi clitoris cómo ese día en el baño.

Estaba tan excitada que no me bastó mucho para notar que el orgasmo se aproximaba a mi.

-¡Moonbin!- aceleró aún más la velocidad y un calor extenso se extendió por todo mi cuerpo.

Sacó los dedos y lentamente bajó mis panties.- No hay manera de hacerlo sin que duela un poco, pero voy a intentar ser lo más delicado posible.

Asentí ,se quitó los pantalones y se puso un condón. Se colocó en mi entrada y entró muy lentamente. El contacto hizo que él gimiera y ese fue el sonido más divino que he oído en mi vida.

Sentí un dolor intenso que hizo que se me saltaran un par de lágrimas- Moonbin hay sangre.

-Tu mirame a mi, olvídate de eso y solo mirame a mí.

Volvió a besarme y rozó con su pulgar mi pezón intentando que se me olvidara el dolor.

Cuando mi cuerpo se adaptó, comenzó a moverse despacio. Al principio molestaba un poco pero muy poco después esa molestia se sustituyó por descargas de puro placer.

-Bin por favor... ah dios mío.

Mi cerebro no procesaba. La imagen de Moonbin sobre mí, con sus fuertes brazos tensos a mis lados, moviéndose sobre mi suavemente.

La manera en la que todo su cuerpo se tensaba con cada embestida. Cada vez que entraba en mi su boca dejaba escapar un suave gruñido y su cara se contraía en una vista completamente deliciosa.

Comenzó a moverse más rápido y realmente pensaba que iba a desafallecer. Me aferré a su espalda fuertemente, mientras el me penetraba más profundo.

-Binnie...- me moví bajo él buscando excitarle. Su boca húmeda buscó la mía y la fundió mientras con una mano rozaba mi pecho.

-¿Te gusta?- susurró en mi oído en una mezcla de gemido que hicieron que yo soltara otro.

-Si- fue lo único que mi boca dejó pasar. Rozó mi clitoris mientras seguía entrando y saliendo en una intento de que obtuviera el placer máximo.

Volví a gemir con fuerza y él me mordió el lóbulo de la oreja. El calor de nuestros cuerpos chocando, su olor impregnandose en mi piel y sus gemidos unidos a los míos... estaba en el cielo.

- Estaría aquí toda mi vida- siguió gimiendo, me miró a los ojos y esa maravillosa mirada intensa se salió y volvió a entrar en mi, sin dejar de mirarme a los ojos.

Sentirlo dentro de mí me parece la sensación más maravillosa de este mundo y creo que estoy al borde de explotar.

-Dahi...no voy a aguantar mucho más- gimió en mi oído.

Me embistió un par de veces más y una bomba de placer estalló en mi interior, recorriendo cada musculo de mi cuerpo y en segundos gruñó y se derrumbó encima de mí, pero al segundo se apartó para no hacerme daño.

-Acabo de perder mi virginidad- susurré para mí con la voz entrecortada aún recuperandome de lo ocurrido.

-¿Y ha sido tan horrible como esperabas?

-¿Horrible? Si hubiera sabido esto, la hubiera perdido hace mucho - bromee- La cosa es que no me siento distinta.

-Ves como era, tener sexo no cambia nada, sigues siendo la misma Dahi de hace media hora.

-Supongo que sí -me aproxime y le deposité un suave beso en los labios.

-¿Te he hecho mucho daño?

Negué- ¿Yo em...lo he hecho bien?

El sonrió- Perfecto- y me volvió a besar.

Estiró el brazo para recoger sus calzoncillos que estaban tirados en el suelo- Quédate a dormir-me salió solo y el asintió y me dio un beso en la sien-Tengo muchas preguntas de lo que ha pasado entre nosotros estos meses he estado tan confusa que quiero saber tu punto de vista.

-Y obtendrás respuesta a todo pero ahora duérmete, mañana te contaré todo lo que quieras saber.

Asentí, me pegó a él, rodeandome con sus brazos y así me quedé dormida.

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