Prólogo: Una amarga despedida

POV: primera persona

Era un lugar bastante oscuro, apenas podía moverme y cuando pude hacerlo, solo podía ver, respirar y escuchar. Cuando quise decir algo, mi boca por alguna razón estaba convertida en una niebla. Con mis manos quise inspeccionar y parte de mi cuerpo era entre niebla y carne.

El cielo era una especie de espiral negro que parecía estar en movimiento. Al intentar dar un paso, estaba inmóvil. Parecía que no podía moverme a voluntad, cuando estuve tratando de moverme sobre mi propio eje, terminé cayendo pero no produje ningún ruido en la caída.

Los problemas empezarían al tratar de levantarme. Al sentir que estaba en el suelo, noté que había cierta presión de gravedad que me impedía ponerme de pie, y todavía más cuando traté de levantar la cabeza.

Es inútil, noveno... No puedes evitar que siga el ciclo de sensei con el One For All. Todos los portadores murieron sin poder vencerme. -se escuchaba una voz grave, pero algo juvenil que hacía presión contra mi cabeza-.

Tomura, recuerdas cuando te dije que cada fracaso te permitía crecer, ¿verdad? Todo era para este momento y lo que sigue después... -contestó una voz grave, esa que me hizo estremecer cuando rescatamos a Kacchan, era All For One y...-.

— Shiga... raki... -me está costando hablar, pero mi furia crecía al verlos y escucharlos-.

— Nii-san... no sabes que el destino puede cambiarse y este joven puede hacerlo posible. -cerca mío se escuchaba una voz-.

— Yoichi otouto... soy el rey demonio de este lugar. Este inútil será el noveno clavo a tu ataúd. -decía el sujeto de traje muy seguro de sí mismo-. Cada persona que depositó su esperanza en él adornarán su epitafio cuando esté hecho polvo.

— Te equivocas en todo... All For One... -una voz masculina bastante imponente, enojada y que tocaba mi espalda, lo que me transmitía paz-.

— All Might...

— Acabaste con varios de nosotros, pero siempre hay una primera vez para todo, incluyendo tu derrota. Y no hablo desde la esperanza, he visto lo que este shonen puede hacer solo. -Banjo, el quinto portador, había aparecido para ayudarme a ponerme de pie-.

— La historia será la misma, Oru Maito. De haber escogido a otro heredero, fuera quien fuera, todo caería en el mismo punto final: yo ganaré contra ese mocoso. -All For One acariciaba la cabeza de Tomura-.

— Tú y Shigaraki Tomura crean lo que quieran, pero si nos subestiman, se llevarán la peor sorpresa de todas sus vidas. -había aparecido Nana Shimura para ayudar a mantenerme parado-.

— No lo lograrán, te destruiré con ambas manos hasta convertirte en menos que polvo. Solo espérame, Midoriya Izuku... -ambos Shigaraki estaban desapareciendo entre la niebla-.

— Sumimasen, Midoriya-san. Solo All For One es una carga molesta, pero ahora con mi nieto solo te complica las cosas. Shigaraki Tomura nació por mi culpa. Sumimasen... sé que en el pasado te dije que te puse a prueba sobre matarlo y que quieres salvarlo. Pero... -Nana lagrimeaba y yo le quité una de sus lágrimas con la única mano completa que podía usar-.

— Shimura-san, quiero salvarlo pero haré lo que tenga que hacer. Si eso implica dar mi propia vida. -dije mientras pude volver a pararme de forma normal-.

— Midoriya-shonen... lamento en que tu adolescencia tuvieras que jugarte la vida. -All Might se ponía sobre el suelo para hacer la máxima reverencia-.

— Daijobou. De todas maneras, mi destino siempre fue bastante difícil. Ya estoy acostumbrado... -solo dije la verdad, el haber nacido como mukosei hasta recibir un don y tener que jugarme la vida era parte del destino porque sé cómo voy a terminar-.

— Midoriya-san, ¿por qué lo dices como si fueras a morir? -Nana estaba con un tono algo quebradizo-.

— Porque no tengo nada más, aparte de oka-san para quedarme en este mundo. Solo tengo tres amigos que apenas conocí este año, no creo que me extrañen mucho si no me vuelven a ver después. Y... -no pude seguir porque sentí que me rodeaban dos brazos muy fuertes-.

— Baka, Midoriya baka. -Nana ahora estaba llorando mientras me abrazaba-. ¿Crees que habrá gente que no te extrañe? Nosotros hemos visto a través de tus ojos que tienes amigos que les diste la mano una vez y ahora para ellos eres alguien increíble... Solo no cometas el mismo error que yo...

— Gomen, Shimura-san. Pero si no hago esto, será peor para todos. All For One me quiere a mí, y si no deshago los lazos que tengo con todos, quién sabe qué les harán a todos. Así que ya tomé mi decisión... espero sepan perdonar mi terquedad. Pero no veo otra manera... -dije y agaché mi cabeza-.

— Eres un chico muy obstinado... solo una cosa más en caso que suceda lo peor. Dale a Sorahiko las gracias por salvar y orientar a All Might, por todo... y que me perdone por irme sin despedirme de él. -ella sonreía, pero sus ojos estaban llenos de lágrimas-.

— Hai, lo haré. Y también les agradezco a todos por aceptarme como uno de ustedes. -les dije a todos para despedirme-.

POV: narrador omnisciente

Mientras estaban en un hospital de Tokyo todos los estudiantes de la UA, Yagi Toshinori se mantenía sentado al lado de su discípulo, quien estaba enyesado de manos, piernas y torso. Él había puesto sus dos manos en el brazo más cercano y pudo ver que él como Midoriya Izuku se encontraban en las entrañas del One For All.

Las lágrimas fueron inevitables para el anterior símbolo de la paz, porque todo parecía indicar que sería el mismo destino que su maestra. Y al igual que en esa última batalla que tuvo Nana, él no podría hacer nada para cambiarlo.

Pasó el día y el chico despertaría cuando la mayoría de sus compañeros fueron dados de alta. Cuando finalmente pudo caminar, le permitieron regresar a la academia, pero no sin antes preparar algunas cosas.

— Mocoso... toma mi capa... si vas a seguir el destino de Shimura, al menos hazlo con este recuerdo. Toshinori me dijo que pudiste estar con los portadores. -decía el anciano que estaba postrado en cama aún luego de casi morir desintegrado por Tomura-.

— Arigato gosaimasu... Shimura-san me dejó un mensaje para usted. Ella le daba las gracias por todo y se disculpaba por haberse ido sin despedirse de usted. -el pecoso sonreía, pero era por la melancolía-.

— Esa mujer... me imagino que ella también lloraba... -Torino estaba sonriendo al recordar a la mujer que él amaba-.

— Así es... y usted también... -dijo Izuku mientras comenzaba a abandonar la habitación-.

— Mocoso... gambare... -fue lo último que dijo Gran Torino antes de quedar solo en su cuarto de hospital-.

El viaje a la academia UA sería corto. Izuku había decidido que en 24 horas iría a su misión, pero debía atar un cabo suelto muy suelto. Como la guerra había estallado con la fuga masiva en Tártaros, los padres de familia empezarían a llegar a Heights Alliance y necesitaba irse pronto.

Así que Midoriya, la noche siguiente, fue a la residencia de profesores con la compañía de All Might. Al tocar la puerta, el primero en atender fue Aizawa quien cargaba a Eri que trataba de dormir.

— Midoriya, All Might. ¿A qué se debe su visita? -preguntó el profesor con su acostumbrado cansancio de toda la vida-.

— Sensei, vengo a despedirme. Y quisiera hablar con Eri, ¿puedo? No me llevará mucho tiempo. -preguntó el peliverde con una pequeña reverencia-.

Shota volteó a ver a Toshinori, quien con vergüenza asintió, luego volvió a poner su mirada en el pecoso. El profesor solo suspiró, pero no fue por molestia, sino porque imaginaba que algo malo iba a pasar.

— Solo 10 minutos... pasen... -Aizawa les permitió entrar-.

Los cuatro se sentaron en la sala común del edificio, muy parecido al de sus alumnos. La pequeña Eri estaba casi dormida, pero Aizawa le acarició el cabello para que ella despertara. Cuando la niña empezó a abrir los ojos, su vista se enfocó en Izuku y sonrió.

— Ohayo... Deku-san... -la albina se frotaba sus ojitos para terminar de despertar-.

— Ohayo, Eri-chan... necesito decirte algo importante. -Izuku se acercó y cargó a Eri-.

— Nani...?

— Sabes que tanto yo como Aizawa-sensei y Mirio-senpai somos héroes que nos dedicamos a salvar a personas buenas y que lo necesitan. Y tú eres una de esas buenas personas. Así que debo decirte que esta será la última vez que nos veamos... -él tiró la bomba y la niña abrió los ojitos al máximo posible-.

(Cr: yukkilovesyou en DevianArt)

— ¿Pero por qué...? -ella no pudo seguir porque recibió un abrazo-.

— Tengo un trabajo que hacer y me llevará demasiado tiempo hacerlo. Y quería verte una última vez antes de partir. Lamento que tenga que pasar esto, pero es algo que debo hacer sí o sí. Así que por favor, crece grande y fuerte, sé feliz y sonríe siempre. Porque los que sonríen son más fuertes. -el pecoso estaba escondiendo sus lágrimas-.

La niña estaba destrozada y sorprendida. Recién había sido rescatada del abismo y ahora tenía que despedirse de la persona que le permitió volver a ver la luz. Fue un golpe fuerte para una niña tan pequeña.

— Sensei... -él le devolvió a Eri a su maestro-. Perdóneme por esto, pero creo que sabe mis razones. Así que este es el adiós. Me despediré de todos por escrito. Gracias por enseñarme mucho en el poco tiempo que estuve en su clase.

— Este muchacho... -él trataba de calmar a Eri, quien lloraba en el hombro de Aizawa-. Cuando te conocí eras alguien muy inestable, me diste muchos problemas, pero nunca dejaste de hacerlo por lo que creías correcto. Quiero creer que regresarás, pero tampoco quiero darme esperanzas que tienen posibilidades de no cumplirse.

— Arigato, Aizawa-sensei. Me tengo que ir ahora... -decía el chico mientras Toshinori hizo la reverencia para despedirse-.

All Might, escogiste a un chico muy problemático, pero el más heroico de todos. -pensaba Shota mientras volvía a llevar a Eri a su cama, ya había caído dormida-.

Cuando estaban de nuevo caminando al edificio 1-A, Izuku le dijo a All Might que tomara la mochila y buscara las cartas que preparó durante el día y las pusiera en cada puerta.

— Midoriya-shonen, ¿de verdad cree que eso será su destino final? Iida-shonen, Todoroki-shonen, Uraraka-shoujo... sus amigos sufrirán mucho por su pérdida. En especial Uraraka-shoujo. -Yagi estaba temeroso, pero también culpable-.

— Uraraka-san, ella fue mi primera amiga. Me habría gustado pasar más tiempo con ella y con los demás. Fue mi primera vez teniendo amigos que me quieren, pero lo que fácil llega, fácil se va. Solo espero que no se moleste tanto Uraraka-san porque me iré de aquí...

— Shonen, ¿a ti te gusta Uraraka-shoujo? -Toshinori fue directo-.

— Nani? -Izuku estaba atónito por esa pregunta, pero empezaba a pensar-.

— Si no tuvieras esta responsabilidad sobre tus hombros, ¿Uraraka-shoujo sería parte de tu futuro? -Oru Maito solo quería verificar algo por lo que sabía de su maestra-.

— No sabría decirlo con certeza, nunca me enamoré de nadie porque nunca le gusté a nadie ni tampoco sentí nada semejante hacia otra persona. Pero... -en la mente del ojiverde había una señorita de color castaño-. Uraraka-san sería alguien con quien quisiera compartir muchas cosas en mi vida. Aunque, si mis compañeros llegaran a sentirse tristes porque yo me iré, estoy dispuesto a cargar con eso con tal que todos puedan sonreír al amanecer. No me importaría si me odiaran ahora, les agradecería más por haberme permitido conocerlos a todos y más a Uraraka-san.

Izuku estaba melancólico, sonreía al pronunciar el apellido de la mochi. Toshinori solo lo observaba y le era imposible no sonreír.

Midoriya-shonen, a pesar de todo siempre priorizas el bienestar de otros. Eres el mejor héroe que he conocido... -pensaba el rubio-.

—All Might, solo iré a empacar algo de comida y saldremos de la academia. Mientras me espera, vaya a dejar las cartas a los cuartos de todos, por favor. -el chico entraría al edificio y el rubio comenzaría a hacer el trabajo-.

Esa noche sería la última vez que el pecoso estaría bajo el mismo techo que sus amigos, compañeros y una persona especial. 

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Y así doy inicio a esta pequeña historia, espero que a los fans de este ships les guste y a los que son fans del anime/manga también, publicaré los viernes alrededor de esta hora. 

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