Capítulo 1: Aparición

*Créditos de la imagen: hikariangelove en DevianArt*

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Era un día caluroso en la ciudad de Musutafu, prefectura de Shizuoka en la capital Tokyo, Japón. Una señorita de pelo castaño, mofletes pronunciados, ojos café bastante redondos venía saliendo de su empleo como heroína.

En un mundo donde el 80% de la población posee habilidades físicas llamadas dones, se consideró menester crear la profesión de héroes luego que la negligencia en el uso de estos poderes se descontrolara.

Esta señorita se había convertido en heroína profesional en la famosa academia UA, donde estudió por tres largos años. Su objetivo era darle una estabilidad económica a sus padres, y tras dos años de haber empezado a trabajar con la famosa heroína Ryukyu, ya estaba cumpliendo su meta.

A la edad de 20 años la señorita Ochako Uraraka, heroína de rescate cuyo don Zero Gravity le permitía ser una persona respetable en el gremio, se encontraba en el Top 25 del Top de Héroes de su país.

Sin embargo, ella ya se había acomodado a una rutina y para no tener que lidiar con la monotonía (y también por su carácter ahorrativo), buscó su independencia por medio de una roomie. La señorita Kemy Utsushimi, heroína graduada de la academia Shiketsu, le dio asilo y comparten los gastos de todos los días.

Era un día viernes y Uraraka estaba regresando de su agencia, el camino a su apartamento compartido era bastante corto, solo 10 minutos a pié. Ella pasó a comprar su postre favorito, mochi, y se dispondría a comerlos mientras veía series, ya que era noche solo para ella.

Al abrir la puerta, la castaña solo encendió la luz del lugar y procedió a entrar. No obstante, una voz rompería el silencio.

— Oyasumi, Uraraka-san. -decía una voz masculina bastante alegre, se veía algo menor-.

Ella simplemente pasó de largo, al lado del emisor que se encontraba sentado en el sofá de la sala. Ochako se dirigió a la cocina para sacar sus mochis, pero también sacó algunos ingredientes de la alacena. Se prepararía ella la comida.

Sacó harina, pan rallado, sal, pimienta, una bolsa de arroz, azúcar morena, sake en caja. Del refri sacó huevos, cebollas, salsa de soja, algas, filetes de cerdo y un poco de mirin. Uraraka empezaría a preparar el arroz.

— ¿Qué harás de cenar, Uraraka-san? -preguntaba el chico entusiasmado de ver a la castaña moverse en la cocina-.

Ella ni se inmutaba, el chico simplemente vigilaba alegre el procedimiento que la mochi realizaba. Luego empezaría a batir los huevos, después a poner el filete de cerdo en harina, meterlo en el tazón de huevo batido y luego le espolvoreó el pan rallado para finalmente ponerlo en la sartén.

— Surui, Uraraka-san. Yo también quiero comer. -el muchacho se puso al lado de ella y suavemente le tocaba del hombro a ella-.

Uraraka solo chasqueaba la lengua y mientras esperaba que se friera la carne, se puso a preparar la salsa. Prepararía un caldo primero, para después ponerle la salsa de soja, el azúcar morena, mirin y el sake.

— Umai, estás haciendo la mejor parte. Ponle algo de ajo también. -el jovencito tomaría de los dos hombros por la espalda a la castaña, pero ella se veía irritada-. Quiero ajo, Uraraka-san. Onegai...

Esa pequeña "discusión" se vería interrumpida porque llegaría la señorita Kemy al departamento. Lo sabía porque siempre que ella llegaba, se escuchaba el tarareo de alguna canción aleatoria.

(Cr: sobamilk en Tumblr)

— Konichiiwa, Ochako-san. ¿Haces la cena? El olor llega hasta aquí y es rico. ¿Me preparas algo a mí también? -preguntó la chica de pelo beige y labios gruesos-.

Cuando Kemy terminó de hablar, Uraraka volteó a ver al chico con molestia.

— ¿Daijobou? -preguntó Utsushimi confundida-.

— Hai, no hay problema. Llevaré la comida a la sala. -indicó la chica de los mofletes con una sonrisa un poco forzada-.

— Arigato, y ponle ajo por favor que sabes que me gusta. -concluyó Kemy para irse a sentar-.

— Oe, ¿por qué a ella sí le darás ajo a su comida y a mí no cuando sabes que me gusta? -decía algo indignado el muchacho-.

Parece que así serán las cosas. -Ochako decía en su mente mientras terminaba de cocinar-.

Mientras tanto, Kemy preparaba el SmartTV para entretenerse en lo que espera. Por su parte, Uraraka estaba pensativa mientras terminaba de cocinar.

Ella actúa totalmente normal, lo que significa que... -Ochako solo suspiraría luego de servir en platos la cena-.

— Uraraka-san... -el joven misterioso estaba decepcionado y un poco melancólico-.

La mochi solo decidió acercarse al kotatsu que estaba en la sala y le sirvió a Kemy la cena. El aroma de la comida era muy antojable.

— Sugoi Ochako-san, hiciste katsudon. Itadakimasu. -la chica de Shiketsu tomó un par de palillos y procedió a comer-.

Cuando Uraraka quiso sentarse, notó que el muchacho estaba tomando su lugar en el kotatsu y ella disimulaba su molestia. Trataba de hacer espacio, pero se lo impedían. Esto no pasaría desapercibido por Kemy, más porque Ochako quería sentarse y solo le quedaba como opción sentarse con las piernas abiertas y detrás del joven.

— Ochako-san, ¿estás enferma o algo? -Kemy se preocupaba por su rommie-.

— No, claro que no. -Uraraka se hacía la fuerte-.

— ¿Entonces por qué estás con el rostro tan rojo? -Utsushimi se levantó de donde estaba y ayudó a Ochako a ponerse de pie-.

La mochi se sentía algo estresada por tener que lidiar con una situación extraña. Y más porque Kemy no puede notar la presencia de ese muchacho. Así que el mejor "remedio" sería dormir.

Por desgracia, tras un par de horas de sueño, la cosa no cambió. De hecho, el joven que Kemy no había visto estaba al lado de la cama de Uraraka. Ella quiso levantarse, pero eso despertaría al susodicho.

— Konbanwa, Uraraka-san. -el chico se frotaba los ojos con poca fuerza para dirigir su mirada con la de ella-.

— Bien, quiero pensar que esto es solo una imagen creada por el estrés que siento ahora. ¿Y por qué te ves tan joven? -se preguntaba la castaña con cansancio-.

— Si te soy honesto... -el chico hizo una pose pensativa y al final solo caería una gota de sudor de su rostro-. No tengo idea... pero quiero que mi deseo se haga realidad.

— ¿Tu deseo? ¿A qué te refieres? -Uraraka dirigiría sus ojos esperando una respuesta convincente-.

— Pues... no lo... sé... -el muchacho se veía avergonzado de no saber lo que quiere-.

— ¿Entonces por qué quieres cumplir algo que no sabes qué es? -Uraraka quería alzar la voz, pero no quería molestar a Kemy-.

— No sé cómo explicarlo, pero sé que quiero cumplir algo. -él se cruzo de brazos y cerró los ojos-. Pero, ese deseo es algo que solo podría cumplirlo si están los demás y si es contigo.

— ¿Acaso hablas de...? -no pudo seguir hablando porque se acercaría Kemy que abriría la puerta de la habitación-.

— Ochako-san, ¿te sientes mejor? -Utsushimi entró con una charola que traía dos vasos-.

— Hai, no fue mi intención preocuparte. -trataba de estar serena la castaña-.

— Toma, hice un poco de té verde. -la chica de pelo beige le entregó el vaso que estaba un poco caliente-.

— Arigato... -Uraraka lo tomaba y el sabor y color de la bebida le daba cierta nostalgia-.

— ¿Qué te ocurre Ochako-san? Es extraño que de un momento a otro te sientas mal. -Utsushimi ya conocía un poco de su compañera, así que quería ver si podía ayudarla-.

— No lo sé, creo que solo es estrés acumulado por el trabajo. -Uraraka se frotaba la espalda con algo de pena-.

— Por cierto, llamó tu amigo Ingenium 2.0, quería preguntarte si irás a... -Kemy no pudo terminar de hablar porque la mochi la interrumpió-.

— Dile que no iré... -Uraraka estaba algo molesta porque sabía de qué hablaba ella-.

— ¿Segura? Es el aniversa... -otra vez interrumpiría a la chica de Shiketsu-.

— Por favor, Kemy-san. No insistas con eso... -Ochako estaba ahora cabizbaja-.

— Entiendo, lamento la molestia. -Utsushimi solo tomó su vaso de te verde con pena-.

— Gomen-ne, Kemy-san... es solo que... -Uraraka pondría su mano sobre la de ella y le daría una sonrisa pequeña-.

— No tienes que disculparte, Ochako-san. Sé que es un tema demasiado difícil para ti, pero sabes que para eso estamos las amigas... -Kemy terminaría su té y se llevaría la charola con los vasos-.

El joven misterioso, que se mantuvo al lado de la mochi todo este tiempo, aún a la vista de Utsushimi, no fue notado por ella. Y hasta que quedaron solos él y la chica antigravedad, abrieron la conversación. 

— Uraraka-san, ¿qué ha sido de los demás y por qué te molestaste cuando ella habló de un aniversario? -preguntó el chico-.

— Es un tema delicado, ya deberías saberlo. -Ochako volvió a agachar la cabeza-.

— Pero... ¿y qué hay de los demás? Iida-kun, Hatsume-san, Todoroki-kun, Yaoyorozu-san, Kirishima-kun, Mina-san, Asui-san, Kacchan... -el varón estaba con más dudas-.

— Tendrías que verlos para que entiendas lo qué significa para tu deseo. -Uraraka levantó la vista-. Todos cambiaron desde lo que pasó, no serán igual a como los recuerdas.

— Me ilusiona volver a verlos. -el chico sonreía con nostalgia-.

— Te recomiendo que no guardes demasiadas esperanzas, las cosas entre nosotros no terminaron tan bien. Y en estos momentos quiero dormir y estar sola... -Ochako estaba cansada y necesitaba dormir más que hace poco-.

— Hai, gomen-ne. Descansa, Uraraka-san. -el chico misterioso abandonaría el cuarto y la mochi solo caería en la cama, se cubriría con la almohada para evitar que salieran las lágrimas-.

¿Cómo es que apareciste si yo vi tu cuerpo fallecido? ¿Por qué me tratas tan bien después de lo que te hice? ¿Por qué te respondí así si aún me duele? Deberías estar molesto conmigo, odiarme por lo que te hice. No merezco tu compañía. ¿Por qué volviste, Deku-kun...?

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