—¿Quién es?—preguntó Dylan sonriendo.

Lo miré aturdida y comencé a balbucear.

—Travis—dijo riendo el idiota desde el otro lado de la línea.

—Cállate—susurré.

Dylan se cruzó de brazos y esperó mi respuesta.

—Es mi mamá—le dije sonriendo, como si fuera lo más normal del mundo.

—Qué mentirosa—Travis se estaba divirtiendo.

Dylan frunció su ceño.

—¿Está todo bien?

Asentí rápidamente.

—Sí, ya sabes, me pregunta sobre zapatos—sonreí de oreja a oreja.

—¿Qué clase de madre llama a su hija al colegio para preguntar por unos zapatos?

Gruñí por lo bajo, necesitaba que cerrara el pico.

Dylan asintió lentamente.

—Mejor nos vemos en el comedor.

Arrugué mi nariz y agité mi mano como despedida.

—¡Sí, mamá! Sabes que yo prefiero los zapatos rojos, pero azules está bien—a la última parte la dije susurrando, hasta que comprobé que Dylan se había ido.

—¿Sigo siendo tu madre? ¿O ya puedo ser Travis de nuevo?

Rodé mis ojos y bufé molesta.

—¿Qué quieres? Eres un molesto grano el culo, ¿sabías?

—Oye, primero lo primero—sentí como tomaba aire—. ¡¿Sabes lo vergonzoso que fue hablar con tu padre?! ¡Por un momento creí que eras lesbiana!

Sonreí mentalmente, eso se estaba poniendo divertido. Pero luego me puse firme y seria.

—¿Quién te dio mi número?

Un silencio del otro lado, me sentí hablando con la nada misma.

—Te lo dio Katy—confirmé para mí misma.

—Necesitaba hablar contigo.

Rasqué mi frente, nerviosa. La situación era ridícula, en lo único que podía pensar era en cómo matar a Katy.

—Tengo que irme, Travis. ¿Qué quieres?

—Solo salgamos a algún lugar—un suspiro de su parte me dio a entender que está muy nervioso—, es para que podamos conocernos mejor. ¿Qué dices?

Apoyé la lengua en el paladar, lista para decirle que no. Pero antes de que el vómito verbal saliera por mi boca, me puse a pensar (lo cual me dolió, es una cosa que nunca se me hizo fácil de hacer).

«¿Por qué no?

¡Idiota, porque está Dylan!

Pero...nunca fuimos nada, solo somos amigos, ni siquiera sé si realmente somos amigos.

Pero él te quiere.

No, es solo una imaginación mía, que me la repito una y otra vez en mi conciencia. Todo es una mentira que ilusiona, una mentira creada por mí.

Heriste mis sentimientos».

—Claro, ¿te parece después de mis clases?

—Genial, ¿a qué colegio vas?

—Al Tigery—rasqué mi ceja tratando de recordar—. Está cerca del bar Timm's, si quieres luego podemos ir allí.

—Entonces nos vemos.

—Hasta pronto, Travis—dije al mismo tiempo que cortaba la llamada.

Acomodé mi pantalón (un leve tic que tengo, subírmelo cada cinco minutos), arreglé un poco mi cabello y salí a las corridas hacia el comedor donde ya todos estaban comiendo y sentados en grupo. La tensión fue aumentando a medida que me acercaba, se notaba como Dylan fulminaba a Bruno con la mirada,pero este ni se inmutaba. Zed y Katy estaban agarrados de la mano (sus manos se juntaban debajo de la mesa, ¡pero se las descubrí, perras!). Mientras, Logan y Connor estaban haciendo...¿de ellos? ¿haría falta aclarar? Todos sabemos que su trabajo es molestar y ser idiotas, así que me ahorro unos cuantos detalles.

—Buenas—dije sonriendo mientras me sentaba al lado de mi amiguita.

—Pensé que no vendrías—dijo Katy tocando apenas su comida.

Apreté mis labios sonriendo y apoyé mi pie sobre el suyo, ejerciendo presión a cada segundo.

—Me llamó Travis—le susurré.

Katy hizo una leve mueca de dolor y comenzó a reírse.

—¿Y yo en dónde entro?

—No te hagas—reí mientras le hacía más presión sobre su pie.

—Luego me lo agradecerás—dijo al mismo tiempo que me señalaba.

—No lo creo—saqué mi pie de un tirón y me apoyé en la mesa.

—¿Qué tal tu día?—Bruno me sorprendió con su pregunta.

Subí mis cejas y, antes de hablar, mojé mis labios.

—Agotador, gracias por preguntar.

Bruno asintió y siguió mirando su comida,como su fuera la cosa más importante del mundo.

—Elizabeth—la voz de Dylan me llamó desde la otra punta.

—¿Parker?

—Ven.

Me encogí de hombros y me dirigí hasta su lado.

—¿Qué?—dije al tiempo en que me sentaba y cruzaba de brazos.

Dylan me miró a los ojos, ¿asustado? Pero luego se puso serio y miró hacia los demás integrantes de la mesa.Subí mis cejas y al darme vuelta vi que todos nos estaban mirando.

—¿Quieren dejar mirar y hacer algo más productivo que estar acosando a la gente con sus miradas?

Todos murmuraron cosas por lo bajo y se dieron vuelta.

—Zorra—susurró Connor.

—Te escuché—lo señalé.

—Pero si yo dije:"Eli, la mejor" —se defendió Connor.

Negué con la cabeza y me giré hacia Dylan.

—¿Qué pasa?

Los labios de Dylan estaban apretados, parecían sellados de alguna forma.

—Yo quería decirte si tu...—movió su mano en señal de continuación.

Lo miré extrañada.

—Lo siento Dylan, pero no soy psíquica, tendrás que terminar la oración.

Él respiró profundo.

—Si te gustaría...

El timbre nos interrumpió y salté de mi asiento, recordando mi visita con Travis.

—¿Me lo dices mañana? Ahora tengo prisa.

—Sí, ve tranquila. Aún tengo tiempo—lo último lo susurró más para él, pero no le di tanta importancia.

Antes de irme, le dije a Katy todo lo que voy a hacer, no sin antes recibir una disculpa por su parte. Sinceramente soy muy orgullosa, como para olvidar las cosas y actuar como si nada hubiera pasado, y Katy sabe muy bien eso. También le dije que luego hablaremos de lo de ella y Zed, lo cual me puso muy feliz.

Connor y Logan se despidieron con abrazos de oso y Connor repitió nuevamente en mi oído "zorra", aunque quise que me causara más gracias que enojo me di cuenta de que me molestaba mucho esa expresión, así que le di un fuerte golpe en el hombro y antes de irse gritó como un loco, "Eli, la mejor". Ese chico no tiene cura.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?—dijo Dylan sonriéndome.

Fruncí mis labios.

—Yo no...

—Eli.

Dylan frunció una ceja y se quedó viendo un punto fijo detrás mío.Cerré mis ojos y me giré hacia Travis.

—Dylan,él es Travis; Travis,él es Dylan—sonreí para tratar de liberar tanta presión.

Los dos se miraron mal y estrecharon sus manos bruscamente.

—¿Nos vamos?—dijo Travis apoyando su mano en mi hombro.

Cuando Dylan escuchó esas palabras salir de su boca, su mirada se alzó sorprendida hacia mí con un brillo de dolor.

—Oh, entiendo.

—Dylan—susurré.

—Está bien, Eli, que se diviertan—antes de irse, giró hacia Travis—: cuídala.

Nosé porqué, pero me sentí la persona más mierda del universo. Supuestamente no me tenía que importar Dylan, pero últimamente estaba haciendo todo lo contrario.

—Eli—la voz de Travis me trajo nuevamente a la realidad.

Sacudí mi cabeza.

—Sí, vamos.

El bar no estaba tan lleno y pudimos encontrar unos asientos en la barra. Yo no tenía muchas ganas de alcohol, por lo que pedí un batido.

—¿Y? Cuéntame algo de tu familia—solté de golpe.

Travis sonrió de costado.

—No tengo hermanos y mis padres son separados. ¿Y tú?

—¿Pasatiempo?—evité su pregunta.

—Me gusta dibujar, se puede decir que soy todo un Picasso.

Rodé mis ojos.

—Eres muy creído, ¿te lo han dicho?

Travis rio.

—Me han dicho cosas peores.

Reí por lo bajo.

—Mi turno—dije pensando qué decirle de mí—: me gustan los caballos y amo la Nutella, mis padres están juntos y sobre hermanos, bueno es un tema del que no me gustaría hablar ahora.

Travis asintió tranquilo.

—Nutella ¿eh? Yo prefiero la mantequilla de maní.

Le saqué mi lengua.

—Es más rica la Nutella.

Travis negó.

—No, y no me harás cambiar de opinión.

Reí por la forma en la que se puso, parece un niño de cinco años.

—¿Trabajas en algo fuera del cole?

Asentí.

—Soy niñera.

Travis subió sus cejas.

—¿Tú?

Fruncí mi frente.

—Sí, ¿qué tiene?

Travis rio.

—Por tu actitud tan terca, jamás pensé que te gustara cuidar niños, ¿los haces llorar?

Arrugué mi nariz.

—Qué gracioso, ellos me aman.

—Seguramente los debes tener amenazados.

—¡Travis!—dije riendo.

El test del día fue así...platicando de todo un poco, descubrí que es un año mayor que yo, me dijo que le gustaría estudiar algo de la rama artística, pero aún no sabe cuál. «Debo admitir que me está empezando a gustar, pero solo un poco; me parece una persona muy sincera y buena. Travis Misher, estás empezando a dar vuelta mi mundo».