Capítulo 20: Pruébame

—¿Salir contigo?—dijo Dylan dudando.

Me crucé de brazos, ya que su actitud me estaba molestando.

—Sí, ¿hay algún problema?

Logan y Connor agitaron sus manos y se giraron hacia Dylan, con una cara divertida.El simio Parker alzó sus cejas y rio de costado.

—No, ninguno. Solo me sorprendía que alguien invite a salir a una persona tan tonta e irritante como tú—rascó su cabeza y rio aún más fuerte.

Connor, Logan e inclusive Katy y Zed, me miraron con la boca abierta, esperando ver mi reacción.Me crucé de brazos y lo fulminé con la mirada.

—¡¿Disculpa?! ¡Aquí el único irritante y tonto eres tú! ¡Además de inmaduro!

Dylan apretó sus puños y dio un paso hacia adelante. Si él creyó que eso iba a intimidarme, se equivocaba, porque yo di un paso hacia adelante también, y en puntas de pie.

—Me lo dice la enana que actuó de zombi.

Lo miré mal y fruncí mi boca.

—Por lo menos yo sí sé divertirme.

Dylan negó.

—¿Y crees que yo no sé divertirme?

Sus ojos recorrieron todo mi cuerpo lo cual me hizo sentir un poco incómoda.

—Eres un asqueroso—nuestras caras se acercaron un poco más.

—Pruébame—susurró, haciendo que su aliento pegara de lleno en mi nariz.

Comencé a reírme a carcajadas y negué rápidamente, mientras me alejaba de él.

«¿Acaso quería que lo besara?El mundo está muy loco».

Dylan se quedó mirándome, sin ninguna expresión en sus ojos. Logan y Connor estaban atónitos, sin entenderlo que acabábamos de hacer, mientras que Katy y Zed tenían la mirada puesta en mí.

—Se nos hace tarde—dije abriendo la puerta del colegio.

Todos, menos Dylan, sacudieron sus cabezas y caminaron hacia mi dirección.

—¿No vienes?—le dijo Katy a Dylan.

Él solo me miró y luego con todo el enojo del universo, pasó caminando chocando hombros conmigo, entró y luego cerró la puerta con fuerza.

«¡¿Qué es lo que le pasa?!¡Está cada vez más loquito!Desde que lo conocí, pensé que solo actuaba así para molestarme, pero ahora se está pasando de la raya. No solo eso, sino que he notado su distanciamiento, siempre trata de evitarme, y no lo entiendo. Sé que nunca nos llevamos bien, pero no creo que sea necesario tanto dramatismo, para las cosas que me plantea.

Eli, tu segundo nombre es dramatismo.

Shh, estamos hablando de Dylan Parker».

—Okey—dijo Katy cerrando sus ojos y sacudiendo su cabeza.

—Eli, me parece que le gustas a Dyl...

No le dejé terminar la oración a Logan porque le pegué con mi mochila.

—¡Cállate!

Connor sonrió.

—¡Se puso roja!

—¡No es cierto!—dije arrugando mi nariz.

—¿Te gusta Dylan?—dijo Zed,anonadado.

—¡¿Qué?! ¡No!—dije agitando mis brazos.

Me giré hacia Katy esperando su apoyo.Pero era Katerina, ¿qué se podría esperar de ella?

—No le gusta Dylan—dijo al mismo tiempo que yo asentía—. Está loca por Travis—dejé de asentir y abrí mis ojos.

—¡No me gusta nadie!

Todos bufaron por lo bajo y siguieron su camino rumbo a clase.Sacudí mi cabeza, tratando de despejarme un poco y, mientras llegábamos a la clase de matemática, me acordé de una pregunta para Katy.

—No me dijiste nada de tú y Zed.

—No sé de qué hablas—dijo mientras tiraba bruscamente de la perilla de la puerta.

—¡Te pusiste nerviosa! Cuéntame—hice puchero.

—Es que no pasó nada.

—Sé que me estás mintiendo—me crucé de brazos, y la miré enojada—. Si no me dices qué pasó, sacaré mis propias conclusiones.

Katy rodó sus ojos.

—¿Ya se dieron duro contra la pared?

—¡Elizabeth!

—Perdón, ¿en la cama? ¿voy a ser tía? ¿le metiste la lengua hasta la garganta? ¿cuál es su estado actual?

Katy alzó sus manos.

—Ya, solo fue un beso y nuestro estado actual aún está indefinido.

Salté de la emoción. Realmente me sentía muy feliz por ella y Zed, el sueño de Katy por fin se cumplirá.

—Ahora deja de preguntar y entra al aula, por favor.

Con una sonrisa de oreja a oreja, le hice caso, y así estuve toda la mañana, menos en literatura clásica, que me tocó con Dylan, lamentablemente es la única materia que tenemos en común.Y como si todos los alumnos se hubieran puesto de acuerdo, me tuve que sentar al lado del simio Parker.

—Campbell—me saludó mirando hacia otro lado.

—Simio Parker—repetí el mismo gesto que él.

La profesora entró y nos saludó, para luego comenzar a copiar ejercicios en la pizarra. Dylan comenzó a rebuscar unas cosas en su mochila, lo cual era molesto porque generaba mucho ruido. Pero lo que realmente me sorprendió fueron los lentes que se puso.

«¿Dylan usa lentes? ¡Quién lo diría!».

Luego de copiar los problemas, intenté resolverlos, pero justamente la palabra resolver no está dentro de mi cerebro, lo cual es un gran problema, porque me hace quedar para el culo, en momentos como ese, por ejemplo.

—Dylan—susurré.

Él dejó de escribir, giró su cabeza hacia mí y tiró un poco los lentes hacia atrás de su nariz.

—¿Qué?—me preguntó en un tono neutro.

—¿Me explicas? No entiendo...nada.

Escuché un suspiro profundo de su parte y acarició su cara.

—¿Qué cosa?

Hice una mueca con mis labios, al recordar cómo se ponía Katy cuando me explicaba.

—Antes que trates de explicarme, te aviso desde ahora que perderás la paciencia.

Dylan frunció una ceja, y negó lentamente.

—La ayudo a Cami con su tarea, no creo que tú seas un problema.

Le sonreí tímidamente, y coloqué un mechón de pelo detrás de mi oreja, el cual me estaba molestando desde que me levanté.

«Admite que se ve guapo con lentes.

Nunca.

Eso no te lo cree nadie.

Yo sí me lo creo.

Yo no te creo.

¡¿Qué mierda hago hablando conmigo misma?!».

—¿Entendiste?—dijo Dylan señalando con su lápiz la hoja.

Abrí mis ojos y sacudí mi cabeza.

—Lo siento, estaba pensando en otra cosa.

—¿Se puede saber en qué?—dijo mientras despeinaba su cabello.

Sentí mis mejillas calientes.

—No te importa.

Él alzó sus manos y se acostó en el respaldo de la silla.

—Qué impulsiva estamos hoy.

Le saqué la lengua y achiqué mis ojos.

—¿Me explicas de nuevo?

El asintió, pero fue tonto ya que el timbre nos interrumpió.

—Si quieres, cuando vayas a casa te lo explico—dijo mientras se sacaba los lentes y los guardaba en la mochila.

«Le podrías haber dicho cuatro ojos.

Me olvidé».

—¿Tu casa?

—Sí, Cami me harta contando los días para que vuelvas.

Sonreí con mis labios pegados.

—Sí, me toca cuidarlos el sábado—pasaron solo unos segundos para corregirme—. A tus hermanos, cuidar a tus hermanos.

Me reí por lo bajo.

—Sí, yo creo que a mí también—rio mientras rascaba su nuca—. Nunca tuve la oportunidad de pedirte perdón.

Me sorprendí de escuchar lo que acababa de salir de su boca.¿Era Dylan Parker quien me hablaba?Su pelo es castaño, tiene ojos cafés y un hoyuelo en la mejilla izquierda, y no nos olvidemos de su cara de idiota... sí, definitivamente es Dylan.

—¿De qué hablas?

—Perdón por haber hecho una fiesta—dijo bajando su cabeza.

Fruncí mis labios.

—Una fiesta en tu casa.

—Sí, me olvidé de ese detalle.

—Estando Cami y Nolan, dos menores—comencé a enumerar con mis dedos.

—Y eso...

—Había mucho alcohol y en algún momento, estoy segura de que olí marihuana. Sin mencionar las otras drogas que iban de un lugar a otro.

Dylan abrió sus ojos y asintió mudo.

—¿Y sabes qué fue lo peor?

Él me miró y negó lentamente.

—Tuve que proteger a Cami para que no se le generara un trauma, con todos los gemidos que había por la casa.

Dylan tapó su cara y respiró profundo.

—Me debes odiar—dijo riendo.

—La palabra no es odiar, sino más es un síndrome.

Dylan subió una ceja.

—¿Qué?

—El síndrome de la baja tolerancia a Dylan Parker.

Largó una carcajada, lo cual me hizo poner la piel de gallina, nunca lo había escuchado reírse así.Pero luego me acordé de algo.

—¿Por qué estabas tan enojado conmigo?

Dejó de reírse hasta quedarse en un gesto ilegible.

—Yo...estaba pasando por un momento duro.

Arrugué mi frente.

—¿Qué pasó?

Sacudió su cabeza y miró hacia otro lado.

—Mi abuela murió, Eli.

Tapé mi boca,los ojos me comenzaron a picar. Cada vez que mencionan la muerte, la distancia con Nicholas se rompe y me dan ganas de llorar hasta quedarme dormida, para levantarme al día siguiente como si nada hubiera pasado.

—Lo siento mucho, Dylan. Entiendo cómo te sientes.

El sobó su nariz y me miró con sus ojos brillosos, lo cual me partió el alma.

—¿En serio?

Asentí con mis labios apretados.

—Sí, hace un año perdí a mi hermano mellizo.

Traté de sonreír y limpiarme la lágrima que se derramaba por mi mejilla. Dylan abrió sus ojos sorprendido.

—¿Qué le pasó?—sacudió su cabeza—. Qué idiota, perdón si te incomodé...

—No, está bien—dije alzando mis manos—. Murió en una carrera de motos—rodé mis ojos—. En realidad, murió en un hospital, pero todo fue a causa del choque que sufrió. Recuerdo todo como si fuera ayer, Dylan, pude sentir lo que él sintió—agarré mi cabeza—. Fue espantoso.

—Lo siento mucho—dijo mientras sobaba mi hombro y me limpiaba una lágrima.

—Gracias—dije en un susurro.

Tuve el impulso de abrazarlo y él también, lo cual hicimos luego de unos segundos de coordinación con nuestros brazos. Su cabeza se apoyó en mi cuello y la mía en su pecho, lo cual fue asombroso, porque pude escuchar el latido de su corazón. Era un ruido fuerte y cada vez iba más rápido.

Pero todo acabó cuando un profesor se asomó por la puerta del aula.

—¡Alumnos!

Con Dylan saltamos en nuestro lugar y nos separamos rápidamente.

—Se supone que esta es la hora del almuerzo,¿qué hacen aquí?

El profesor Fernández nos fulminó con la mirada y nos señaló desafiante.

—Se van del aula y no los quiero ver más haciendo cosas de novios.

Pude sentir mi cara caliente.

—¡Fue solo un abrazo!

—¡Pero fue contacto físico!

Y se fue a las zancadas del lugar. Dylan negó.

—Se nota que está soltero.

Reí por lo bajo.

—Ven, vamos al comedor.

Antes de salir, mi celular comenzó a vibrar.

—¿Hola?—dije subiendo mis cejas, al ver que era número desconocido.

—Eli.

Abrí mis ojos mientras Dylan me miraba intrigado.

Era Travis.

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