Capítulo 18: Se parece al Tío Cosa

-Eli-susurró.

Cerré mis ojos más fuertemente y me tapé la cabeza con la almohada.

-Elizabeth-susurró con más fuerza.

Largué un bufido y moví mi mano desesperada para que se fuera.

-¡Elizabeth Campbell! ¡Se nos hace tarde para ir al colegio!

Salté de mi cama y fulminé con la mirada a Katy.

-¿Puedes dejarme cinco minutos más?-me cubrí con la sábana.

-Sí, claro.

Alcé mis cejas al escuchar que se iba. ¿Katy me hizo caso? ¿Estoy soñando? Me encogí de hombros y decidí cerrar mis ojitos, para tener cinco minutos más de descanso.

No pasaron ni diez segundos, y pude sentir un viento azotarme la cara.

-¡¿Qué mierda?! ¡Katy!-gruñí furiosa.

-¿Qué? No te escucho-dijo mientras sostenía el secador de pelo frente ami rostro.

Mis pelos comenzaron a revolverse por todas partes, era como si estuvieran convulsionando.

«Genial, debo verme como el rey león, ¡soy Mufasa!».

-¡Ya para!

-¿Te levantarás?-dijo poniendo más fuerte al aparato.

Tapé mis ojos con mis manos.

-¡Sí, pero ya apágalo!

Katy rodó sus ojos y lo desconectó, aunque eso no sirvió mucho, ya que el zumbido seguía en mi cabeza.Tomó mis sábanas (de bananitas, porque aún me cuesta madurar) y las sacó de la cama, dejando mis piernas al descubierto.

-¡¿Cuándo te depilarás?!

Puse una mueca y volví a taparme.

-¡Cuando tenga ganas! ¡Ahora vete así me cambio!

Katy negó levemente.

-No tenemos clases.

La miré sin entender y levanté mis cejas.

-¿Qué?

Katy sonrió.

-Se suspendieron por desinfección.

-¡¿Y por qué viniste a despertarme?!-chillé molesta y sacudí mis piernas.

-Estaba aburrida -Katy se encogió de hombros.

Alcé mis manos.

-¡¿Y qué quieres que haga yo?!

-No lo sé, ¡hagamos algo!-saltó en su lugar emocionada.

Me acosté bruscamente y me quedé viendo el techo, puse una mueca de asco, cuando descubrí una gran mancha amarilla de humedad.

-¿Te parece seguir durmiendo?-propuse.

-¡No seas mala! ¡Hagamos algo divertido!

-¿Y qué quieres hacer?

Katy me miró con una sonrisa de asesina serial.

-Tengo una idea, hace unas semanas me dieron unos boletos de regalo y hoy los usaremos.

Tragué saliva un poco (muy) asustada.

-¿Boletos de qué?

En unas horas me enteraría y seguiría preguntándome (sin poder responderme) por qué era amiga de Katy.

-¡Ni drogada me subo ahí!

-¡Esto está genial!

«Dios no puedo creer que yo,Elizabeth Campbell, me subiré a un globo aerostático».

-¡Vamos!-dijo Katy saltando de un lado a otro.

-¡¿Y si se cae?!-dije abrazada a un árbol del parque-. ¡¿Por qué no nos quedamos aquí?! ¡Es un lugar muy bonito, grande y verde!-dije abarcando con una mirada todo el parque.

Katy unió sus manos e hizo un puchero.Negué seria y me abracé más fuerte del árbol.

-¿Ya están listas, chicas?-dijo un chico que, a decir verdad,era muy guapo.

-¿Quién es él?-le susurré a Katy.

-Es Travis, nos acompañará en el viaje-me respondió entre dientes-. ¡Yo, sí! Mi amiga aún no está lista.

Travis acomodó su pelo y se acercó lentamente.

-¿Eli?

Abrí mis ojos y miré a Katy, quien me guiñaba un ojo. La fulminé con la mirada y me giré hacia Travis.

-Sí, un placer. Te aviso desde ahora que no pienso subirme, pero no te preocupes: rezaré por ustedes.

-¡Me dijiste que subirías!-se quejó Katy.

-¡Me dijiste que iríamos a un barco!

-¡Pero es parecido!-explicó señalando al gran globo amarillo.

La miré seriamente.

-¡Preferiría morir en el Titanic antes que explotada en el piso!

-Disculpa a mi amiga, hay veces que es muy dramática.

-Nadie morirá, Eli-dijo Travis sonriendo y clavándome sus ojos negros.

-Eso nadie lo puede asegurar-dije escondiendo mi cara contra el árbol.

-Te lo dice el chico que las llevará.

Puse mi lengua en el paladar.

-No me pidas que confíe en ti, porque no quiero ofenderte, no me fío de los desconocidos, ¿cómo sé que allá arriba no nos harás nada?

-¡Elizabeth!-gruñó Katy.

Travis largó una carcajada.

-Si quieres, le digo a Cletus que las lleve.

Alcé mis cejas y dirigí mi mirada al tal Cletus.

«Se parece al Tío Cosa, Eli. ¿Por qué no dejas de rezongar y te vas con el playboy?

Porque perderé mi orgullo con Katy. No quiero dejarla ganar.

Entonces disfruta tu viaje con Cletus».

Maldije mentalmente. La otra Eli volvió a ganar.

-Tienes suerte de que tenga seguro de vida-le señalé a Katy-, pero no quiero morir.

Katy bufó y me agarró el brazo, mientras me arrastraba (literal) al globo aerosuicidástico.

-Te odio-gruñí por lo bajo.

-Sé que muy en el fondo me amas.

-Cuidado al pisar-advirtió Travis abriendo la puerta de la canasta.

Mis manos comenzaron a temblar y, apenas puse un pie adentro, me aferré a los bordes como si mi vida dependiera de ellos. Katy subió emocionada y se sacó unas cuantas selfis.

-Ven, nos saquemos una foto.

La miré seria, y me coloqué al lado de ella, con cara de querer matar a alguien.

-Sonríe un poco.

Puse una sonrisa forzada que, más que sonrisa, parecía una mueca. Katy presionó el botón de captura y luego negó.

-Eres una falsa.

Travis subió con una sonrisa más grande que su cara y cerró la mini puerta.

-Bueno chicas, espero que disfruten del paseo-dijo al mismo tiempo que tiraba de una soga, soltando aire hacia el fuego, lo cual fue desesperante, porque largaba un ruido horrible-. Traten de mantener sus bocas cerradas, hay muchos insectos allí arriba.

Katy rio por su broma, pero a mí no me causó ninguna gracia. «¿Insectos? Ahora tengo posibilidades de morir ahogada por una mosca».Una sensación de vacío se apoderó de mi pecho cuando la canasta se separó del suelo.

-Estamos volando-dije asomando mi cabeza-. ¡Quiero bajar!-chillé sacudiendo mis manos.

-¡Relájate! ¡Mira el paisaje!

-¡¿Estás loca?! ¡¿Quieres que vomite?!

Travis que estaba al lado mío se apartó hacia un costado.

-Era una expresión-le dije con una sonrisa sarcástica.

-Tomo precauciones-sacudió su cabello castaño con sus manos.

-¿No se puede ir más alto?-dijo Katy fascinada con el paisaje.

La miré incrédula.

-¡No!

-Era broma, quería ver tu reacción-dijo riendo.

La fulminé con la mirada y le mostré mi dedo corazón.

-¿Por qué no te paras y ves las cosas desde aquí arriba?-dijo Travis apoyado en la canasta.

-Estoy bien aquí, gracias-dije echa una bolita en el suelo.

-Pierdes tu tiempo, no la convencerás nunca-bufó Katy-. Créeme aún no puedo convencerla de que se depile.

-¡Sin detalles, por favor!-apreté mis dientes.

Travis largó una carcajada.

-Luego te arrepentirás.

Hice una mueca y de a poco fui asomando mi cabeza.

Me asombré al ver las casas tan pequeñitas y de muchos colores, un viento rozó mi cara mientras los rayos del sol la iluminaban. Cerré los ojos y respiré profundo, disfrutando del momento. «Qué paz y silencio, en verdad esto es único».

-¡Nos caemos!-las manos de Katy me azotaron en la cintura.

Un grito desde lo más profundo de mi garganta aturdió a medio mundo.

-¡Katerina! ¡Enferma!

Ella y Travis no paraban de reírse.

-Debiste ver tu cara-dijo a las risotadas Katy.

Los fulminé con la mirada a los dos y me crucé de brazos.

-No te enojes-dijo Travis limpiando sus ojos.

-¡Oh!No estoy enojada-puse una mueca-. Tengo ganas de cometer un crimen, solo eso.

Los dos se miraron con sus cejas alzadas y luego rieron.«Sí, ríanse perras».El viaje terminó más rápido de lo que creí, lo cual fue otra desesperación por el maldito ruido que largaba el maldito globo. Una sensación de alivio me invadió cuando la canasta tocó tierra. Ni esperé a que Travis abriera la puerta, salté por borde y abracé el pasto.

-¡Estamos vivos!

-¿Viste que no fue para tanto?-dijo Katy con sus manos en la cintura.

-Bueno chicas, pasé una linda tarde, ojalá nos veamos de nuevo-dijo mirándome.

Katy por detrás, me hacía señas con su mano como si tuviera un teléfono invisible.Sentí mis mejillas calientes.

-Sí, puede ser.

Él sacudió su cabeza.

-¿Quieres darme tu número?

Abrí mis ojos y Katy por detrás comenzó a saltar como una loquita.

-Claro-dije no muy convencida.

Travis me dio su celular y yo le anoté el número de mi papá. «Si crees que caeré tan fácilmente ante tus encantos, te equivocas».

«Somos unas chicas malas, Eli».

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top