Un alfa de cabello rubio largo recogido en una trenza miraba con detenimiento la foto de quién era su Omega, escuchando se fondo los reclamos de su amigo, quien parecía ofendido por haber sido abandonado por la pareja que escogió y a la cual estaba cortejando.

—No puedo creerlo, Mikey se llo a Chifuyu, por el amor a la luna, ¿No sé da cuenta de lo peligroso qué es? Kazutora puede degollarlos

Seguía vociferando con una clara muestra de cólera, sus pasos resonaban en el piso de madera por lo pesados que estaban siendo, pero se detuvo cuando miro en dirección de su amigo, su semblante se calmó levemente y coloco una de sus manos sobre el hombre de este, buscando brindarle consuelo.

—Mikey es un alfa, te lo aseguro, solamente están confundidos, él es fuerte, no hay dudas de eso, tal vez su aroma muestre tonterías pero es un alfa

El de cabello negro hablo de manera firme, sabía lo afectado que estaba Draken por el asunto que acontecía, pero no tenía palabras adecuadas, incluso rechazaba la realidad, sabía, muy dentro de si que todo eso no era un engaño, que Mikey, su amiga de la infancia en verdad era un omega, pertenecía a la parte baja de la pirámide pero se negaba a creerlo.

Escucho un suspiro por parte del dragón, quien parecía recio a seguirle escuchando, tomando la foto del omega perdido para retirarse.

—Mikey es un omega Baji, y nada cambiará ese hecho

Murmuro el alto, pasando su mano con algo de desesperación por su cabello, resoplando algo molesto al tan solo recordar los brillos en la mirada de su omega cuando aquel alfa pelinegro de ojos azules llegó a la manada, parecía tan soñador, tan alegre, como si la llegada de aquel extraño fuera lo mejor que le hubiese pasado en toda la vida.

Fue desgarrador, sentirse tan reemplazable, fue como ver a sus pesadillas a la cara, como si hubieran salido del mundo de los sueños para atormentarle en la realidad.

—Fui criado en un burdel Baji, evita los comentarios despectivos de omegas frente a mi si no deseas que te rompa la cabeza para acomodarte las ideas

Amenaza de manera tajante, pasando la puerta de la sala para subir al segundo piso, su cuerpo se sentía pesado, incluso cuando llegó a su alcoba se sintió como un triunfo para su persona, su cama fue su consuelo, cuando su cuerpo se derrumbó sobre el suave colchón se permitió colocar sus manos sobre su rostro, sollozar por toda la situación tan lamentable, recordando su lugar de origen, el burdel, cuando vivió en el burdel se prometió no ser asqueroso como aquellos alfas que llegaban, prometió no tratar a los omegas de manera despectiva pues fue criado y protegido por un gran grupo de ellos, pero cuando se dió el momento, cuando se le fue otorgada su pareja, estaba en shock, no procesaba la información, podía ver el miedo en aquellos ojos onix que tanto adoraba y añoraba, pero retrocedió, cometió el grabe error de retroceder y su acción fue respondida.

La mirada que siempre estuvo dirigida en su dirección con tanta alegría, con tanta ensoñación, con ilusión se rompió, se llenó de lágrimas, se volvió cristalina y se llenó de tristeza antes de que su portaron saliera corriendo del lugar de presentación, no pudo hablar, porque supo que su silencio y su estado le dió la respuesta equivocada a su destinado, rechazo, diablos, se sentía como una basura, ni siquiera fue capaz de regresar al burdel para la reunión "familiar" por vergüenza, se había convertido en lo que juro no ser, sus criadores seguramente se avergonzaban de su persona.

Intento arreglar las cosas, en verdad lo intento, Emma era su respuesta, ella le ayudaría, estaba seguro de eso en aquel momento, estaba desesperado y se sentía tan abrumado y sucio que no quería estar cerca de Mikey, no podía mirarle a la cara sin sentirse avergonzado de su actitud, fue una basura, entonces, recurrió a Emma, pero todo se fue al carajo con el habla de la gente y perdió lo que trataba de recuperar.

Su llanto se intensificó, se sentía tan miserable, las lágrimas desbordaron finalmente y cayeron por sus mejillas mientras sus sollozos aumentaban de volumen, era una basura.
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Izana no podía creer lo que sus ojos veían, su hermano pequeño estaba justo frente a él mirándole fijamente en silencio.

—Mikey

Susurro, no fue conciente de sus movimientos, pero su fachada dura fue destruida con tanta facilidad que no pudo evitar abrazar a su hermanita con fuerza, sintiendo desesperación al oler su aroma, un Omega, su hermanito fue un Omega, y rogaba para que nada le hubiera pasado.

Ignoro a su pareja, ignoro al otro omega, quien había estado cerca de Mikey pero fue apartado suavemente por Inupi para darles espacio a los dos hermanos, ignoro todo a su alrededor solo para abrazar y cubrir con su aroma a Mikey de manera protectora.

     Su hermanito, lo tenía de vuelta.