04

El deber de un ALFA era cuidar de su familia, el deber del ALFA era cuidar de su manada, pero las cosas se complicaban cuando sabes que tu familia, que tu sangre, sera juzgado por tu manada, y ahí te preguntas, ¿Qué debes hacer? ¿Cómo vas a proteger a tu hermano pequeño cuando no pudiste contra los pensamientos tan insanos de tu propia manada?. Y cuando piensas que finalmente has llegado a un punto sin vuelta atrás, llega quien se llevo a uno de tus hermanos para darle salvación al otro y en ese instante solo piensas que el poco odio que le llegaste a guardar por arrebatarte a uno de tus hermanos se llega a esfumar al saber que será la salvación del otro, le agradeces en silencio por ayudarte pero sigues queriendo que te diga....

—¿Cómo está Izana Takemichi? 

Preguntas cuando sientes tu corazón ser estrujado por la preocupación y la incertidumbre, pero aquel chico solo puede mirarte con alegría y una leve sonrisa, algunas veces, desearías no verte reflejado en él, porque sabes que serías como él si tan solo no te hubieras rendido con tu objetivo.

Lo observas a la espera de una respuesta que llegué a satisfacer y calmar tu revuelto interior, y como siempre, no te decepciona al hablar con la verdad.

—Su embarazo sigue avanzando de forma saludable, pronto nuestros cachorros llegaran a este mundo, y serás tío Shinichiro-san, pero, sigue triste, quiere verte, sabes cuando te extraña?

Sientes tu corazón golpear contra tu pecho, deseas llorar al saber que tu hermano menor no te odia como llegaste a imaginar, pero no puedes mostrar debilidad, aún con el conocimiento de que aquel alfa no te llegaría a juzgar, pues él crecio con una idea distinta al resto y es lo que te llena de felicidad, pues sabes que tu hermano encontró felicidad y que Manjiro estara seguro. 

—Ya veo, felicidades, pronto serás padre, me alegro, pero, ¿Por qué tienes a tantos omegas a tu lado? No soy tonto, pude ver las marcas 

Hablaste mirando al horizonte, deseando que eso fuera suficiente para desviar la conversación, pues, quisieras poderte perdonar lo que sucedío con Izana por tu culpa, pero cada que intentas decir que nada paso por tu culpa tienes la voz de su lobo interto recordándote que si hubieras dejado en claro que los omegas no eran inferiores a los alfas y que tenían el derecho a elegir, aquello no hubiera sucedido. La imagen de aquella noche se proyecta en tu mente y agitas la cabeza para borrarla, sabes que Takemichi lo nota, él lo sabe, pero no dice nada para no incomodarte y decide darte pase a tu pedido desesperado y silencioso pero claro. 

—Izana los escogió, a cada uno de ellos en realidad, ninguno llegó hasta donde hoy se encuentra sin haber pasado sus pruebas 

Sabes que pudo haberte presionado para que digas lo que sientes, pero no lo hizo para darte tu espacio, escuchas a tu lobo susurrar él sabe una vez más y solo puedes sonreír.

—Ya veo 

Miras la luna resplandecer con fuerza en el cielo y lo escuchas suspirar, observas como se para pero no le dices nada hasta que notas que se dirige al interior de tu hogar. 

—Ey Takemicchi, es de mala educación dejar a un amigo solo bajo el manto estelar

Lo escuchas reír a la vez que abre la puerta, pero antes de irse se da la vuelta y ahí lo llegas a ver, llegas a ver a ese lobo y chico  que hizo lo que tú debiste hacer, quien tomo tu lugar como protector, y quien sanaba las heridas tan profundas de tu hermano. 

—Mis parejas quieren matar a alguien, debo ir con ellos antes de que lo hagan, mañana nos iremos, pronto, seguramente antes de que despierte tu manada 

Ríes ante eso, pero sabes que lo haces para no llorar, pues, lo más seguro es que ahora no vuelvas a ver a dos de tus hermanos, solo quisieras no ser el Alfa de aquella manada para poder correr con libertad.

—Ey Nii-san quiero llevarme a Chifuyu conmigo!!!

Tu hermano menor llega y Takemichi le acaricia la cabeza antes de alejarse con la excusa de ir a evitar un homicidio, pero sabes porque lo hace, sabes que confía en sus parejas, pero él solo quería darte tiempo, lo sabes cuando ves su espalda alejarse y perderse en la oscuridad del pasillo. 

Kazutora mira preocupado a Takemichi,  ya todos se habían retirado a sus camas y el omega llamado Chifuyu fue informado de que sería él quien acompañaría a Mikey, razón por la cual ahora se encontraba alistando las maletas en su casa.
Pero el pequeño tigre de la manada no puede dormir, no en ese lugar, se siente tan desprotegido al saber que esta de nuevo en aquel sitio, sabe que si no se controla su alfa lo va a notar y no desea causar problemas.

—Kazutora, ¿Desean dormir conmigo?

Takemichi puede sonreír al ver la mirada de su pequeño omega iluminarse con alegría, la cual se le contagia, y en menos de cinco minutos ya tiene a su compañero en su cama.

—Me cantas?

El alfa mira a su omega y le sonríe, sus brazos se envuelven alrededor de la cintura y cadera de su pareja, le da un beso en la frente antes de aclarar su garganta algo avergonzado. 

—Tal vez la luna yo no te pueda bajar, pero si te puedo asegurar, que siempre en mi corazón estarás.
Buscando por este mundo repleto de oscuridad, encontré una luz que mi camino a llegado a iluminar, a la cual protegeré sin dudar pues no la pienso perder sin antes luchar.
Oh mi linda luz yo siempre te amaré sin importar el tiempo o lugar donde llegues a estar, siempre esperaré por ti y si por tu amor yo debo luchar, lo haré con valentía sin dudar, pues no puedo dejarte escapar, ya que siento que sin ti yo no podría seguir, pues te necesito para respirar, te necesito para caminar. Oh amor, si a mi vida has llegado no a sido en vano, oh amor, déjame jugarte algo, yo siempre estaré a tu lado, no importa el título que me des y si en otra vida nos llegamos a encontrar te prometo que te seguiré sin dudar.

Takemichi acaricio con suavidad la suave piel de su omega, mirando como este dormía plácidamente, pero, sus pupilas adquirieron un azul profundo, como el mar que muestra su gran profundidad, abraza con un poco más de fuerza el cuerpo de Kazutora sabiendo lo que lo trae tan mal, su largos colmillos se muestran en la oscuridad del lugar y él gruñe con rabia al recordar a ese alfa prepotente que se había atrevido a lastimar a su pequeño.

—Baji.....vas a sentir la desesperación y el dolor de la traición mucho más fuerte de lo que él lo sintió........veamos si Chifuyu desea seguir a tu lado después de visitar mi manada

Su mirada se posa en sus omegas, los observa con adoración y luego acomoda a Kazutora sobre su pecho para que duerma con más comodidad a la vez que sonríe con maldad.

Un monstruo vestido de ángel.

Si ustedes me llegan a faltar, el mundo no tendrá ninguna luz que lo proteja de la gran oscuridad que en mi esta.

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