01
Manjiro estaba desesperado, tres días habían pasado desde que envío la carta, no recibió ninguna respuesta y su cabeza no lo paraba de atormentar en ningún momento, varias ideas de lo que había sucedido llegaban a su cabeza y le atormentaban en las noches. En ese momento se encontraba sentado en la orilla de su ventana, viendo su manada, no había salido en esos tres días, su hermano dio la orden de que le llevarán comida a su alcoba así que no se estaba muriendo de hambre, pero su corazón se encontraba en una tormenta, escucho por una de las mucamas que Draken comenzó a cortejar a Emma y eso lo ponía terriblemente mal.
Se encontraba tan centrado en su guerra interna que ignoraba los golpes en su puerta hasta que escucho el alboroto que había fuera.
—Son omegas salvajes verdad?
—O mi señor, dicen que Kazutora esta con ellos, ¿Habrá venido por venganza?
—Todos los alfas están llendo a la entrada, ¿Por qué habrán venido esos seres hasta aquí?
—Dejen de hablar, el señor Shinichiro dijo que su hermano no se podía enterar de esto, ahora mismo acaba de partir junto con su amigo a la entrada
Al escuchar lo último abrió su puerta observando las miradas de terror de las betas.
—¿Donde esta Emma?
Una se las mucamas dio un paso al frente y agachó la cabeza mientras respondía.
—La señorita Emma salió con el joven Draken hoy en la mañana, iban a una cita, deben de estar en el pueblo
Mikey abrió sus ojos con sorpresa, Emma estaba en peligro, nadie sabía de qué eran capaces los "omegas salvajes" como les llamaban, pero si que se caracterizaban por no ser sumisos, así que lo más rápido que pudo tomo una chaqueta y salió de su hogar, importándole poco los gritos de los guardias.
Corrió lo más rápido que pudo, logrando divisar como un grupo de gente se encontraba reunido en la entrada, como pudo se abrió paso entre todos, pero cuando estaba por ponerse en la delantera alguien lo jalo y lo coloco detrás, Mikey frunció el ceño y levantó la vista solo para encontrarse con Draken el cual parecía molesto.
—Mikey, ¿Qué haces aquí? Esto es peligroso debes irte pero ya
Muy bien, si había algo que Mikey odiaba era que lo tomarán como un debilucho.
—Puedo defenderme solo Ryūguji-san
Si, estaba hirviendo en rabia, el alfa por el contrario abrió la boca con sorpresa pero no pudieron seguir hablando al ver a una persona que ambos conocían y no habían visto hace algunos años se abría paso entre los omegas "salvajes".
—Miren nada mas, todos reunidos, pero que cálida bienvenida, oh Baji-san cuanto tiempo
El omega de cabellera larga oscura con mechones rubios se acercó de forma burlona a Baji, el cual escondía atrás de si a un omega de ojos verdes.
—Veo que encontraste a un remplazo para mi, es una pena, pero no por mi, si no por él, pobre no sabe lo que le espera
El alfa de cabello negro largo gruñó un poco al escuchar aquello.
—¿Me vas a atacar? Quiero ver qué lo intentes
—Kazutora basta, no vinimos por peleas
Un omega de un ojo rojo y el otro blanco que tenía una cicatriz fue el que hablo, causando que el otro solo alzará los hombros y se alejara de quienes estaba molestando, fue en ese momento que Mikey se permitió observar a cada omega nuevo, ninguno de ellos encajaba con los conceptos o ideas que su manda tenía para un omega perfecto.
—¿Por qué están aquí?
Shinichiro fue quien pregunto, esperando una respuesta por parte del grupo.
—Solo vinimos porque no queríamos que estuviera solo
—Seee
Fue en ese momento que un gran lobo negro con ojos azules hizo aparición, Mikey vio como los alfas mostraban sus colmillos, todos excepto su hermano el cual parecía tranquilo, fue en ese momento que pudo notar como algo brillaba en el pecho del gran animal, era un collar, uno que combinaba muy bien con el que él tenía en su habitación, y esos ojos tan atrayentes que no había visto en años, Mikey sintió que se le escapaba el aire cuando aquel lobo tomo su forma humana mostrando a un chico de cabellos negros que poseía unos hermosos ojos azules, este solo vestía con una pantalón dejando su bien trabajado torso al desnudo y de su cuello colgaba aquel collar en forma de trébol que Manjiro reconocería en cualquier lugar.
—Pido una disculpa por venir de esta forma Shinichiro-san pero cuando recibí aquella carta no pude evitar preocuparme
Mikey sintió como una corriente eléctrica recorría su columna vertebral, Takemichi se veía tan jodidamente sexi, sus ojos negros hicieron contacto con los azules y no pudo evitar correr hasta Takemichi para abrazarlo, necesitaba consuelo, por otro lado su alfa destinado se quedó de piedra al ver la escena, los omegas "salvajes" gruñeron un poquito bajo por la cercanía que aquel omega nuevo tenía con Su alfa.
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