00
Y ahí estaba, llorando a mares mientras abrazaba su almohada escuchaba los gritos de su hermano, el cual le pedía -rogaba- que abriera la puerta, pero no pensaba hacerlo, no tenía la fuerza suficiente para aquello.
Siempre pensó que sería un alfa, su familia siempre tuvo alfas varones, la única que se esperaba fuera una beta u omega era Emma, no él, lo entrenaron para ser un alfa, pero la luna eligió que fuera un omega, un OMEGA, él ni siquiera estaba cerca en lo más mínimo de las expectativas que tenían para los omega, un omega debe ser obediente, él no lo era, un omega debe tener bonito cuerpo, él era muy bajo y flacucho para ello, un omega debe saber atender bien a su alfa y ser sumiso, él golpeaba a quienes se creían superiores, Manjiro tenía una y mil ideas del porque nunca debió presentarse como un omega pero ninguna de ellas podía evitar la realidad, él era uno.
Tal vez, fue por eso que Ken-chin lo rechazó, si debía ser eso, nadie se merecía a un omega defectuoso.
—Ken-chin merece algo mejor...como Emma
Su corazón se estrujó al imaginar a su alfa con su hermana, pero era una realidad, nadie quería a un omega como él, o eso pensaba.
Se limpio con la manga de su buzo la lágrimas que seguían cayendo por sus mejillas, y fue en ese momento que lo vio, aquel collar en forma de trébol que alguien le obsequió hace mucho tiempo.
Una sonrisa llena de nostalgia se hizo presente en su rostro, y una loca idea cruzo por su mente, tal vez, solo tal vez Takemichi tenía un buen alfa que no se molestaría si él iba a su manada, tal vez era hora de un cambio de aires, pero sabía que su hermano no le permitiría dejar los territorios de la manada a menos que alguien vaya por él, así que en su desesperación escribió una nota y la envío hasta los territorios dónde sabía que la manada de Takemichi habitaba, territorios que eran conocidos por tener a bastantes omegas y alfas sin manada, estos eran echados de las manadas por no cumplir con las reglas o abandonan sus manadas porque no estaban de acuerdo con la forma de pensar de estos.
Después de enviarla se tranquilizo un poco, solo le quedaba esperar alguna respuesta, y no salir de su cuarto hasta poder ver a Ken-chin a la cara sin romperse, o hasta que Takemichi llegara con su alfa por él.
Mikey no sabía si Takemichi era un omega, beta o alfa, pero tenía la idea de que el chico de ojos azules era un omega por su comportamiento, bien dicen, no juzgues un libro por su portada y Mikey lo aprenderá muy pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top