Billy

Fanfic de uno de los personajes de la serie Suburban Shotout, interpretada por Tom Hiddleston.


Londres, Inglaterra.

Septiembre 2008

Puntualmente estaciono mi auto en el sector exclusivo para maestros. Antes de salir de él me permito respirar hondo. Hoy es mi primer día como profesora de Literatura en el prestigioso colegio secundario Britanish School; mi clase, quinto año, el último y creo yo, el más importante, el que los lanza a una nueva etapa en sus vidas. Tengo una meta, y no solo es procurar que asimilen el contenido estipulado , es también inspirarlos.

Con esto en mente camino los pocos pasos que me llevan desde el estacionamiento al interior del colegio.

El establecimiento es grande y salta a la visa en cada detalle que es costoso. Por unos segundos paseo mi mirada por el largo corredor buscando atisbar en las distintas puertas la placa que la distinga como la dirección. No tardo en hallarla, esta al final del pasillo.

Puedo leer "Director: Joshua Maxwell" antes de tocar la puerta suavemente.

Un hombre robusto y canoso de unos sesenta y tantos años levanta la mirada cuando ingreso a su oficina, después de escuchar un "pase" en voz muy grave.

—La señorita Barlow, si no me equivoco—asiento a su deducción un tanto obvia, pues me estaban esperando—Pase, pase. Bienvenida a nuestra institución.

Con un asomo de nervios tomo asiento frente a él. Él hojea unos papeles que tiene en la mesa y luego de aclararse la garganta me dedica toda su atención.

—Gracias, director Maxwell—le digo en respuesta a su saludo—Es un placer para mi ser parte de ella.

Él hace un gesto afirmativo con la cabeza.

—Bien, ya presentados—me dice—solo resta que se dirija a su clase. A dos puertas de esta se encuentra la preceptoria. Sara la va asistir en lo que necesite. Si tiene alguna inquietud no dude en hacérsela saber.

—Muy bien, entonces me retiro.

Él sonríe a medias mientras me dirijo a la salida.

—Que tenga un buen día, Señorita Barlow—lo escucho decir. Me giro y le correspondo con la misma cordialidad.

—Usted también director.

La preceptoría es una habitación más grande. De paredes pintadas en tono pastel, llena de archivos y con cuatro sillas iguales.

Una joven rubia de vivaces ojos café se acerca a mi ni bien me ve cruzar la puerta.

—¿Es la nueva profesora de Literatura, no es verdad?

—Si—le confirmo extendiendo mi mano para tomar la suya—Elisabeth Barlow, aunque entrados en confianza todos me llaman Lizzie.

Estoy tan acostumbrada a ese apodo que me pusieron mis padres que a veces no me doy por aludida cuando me llaman Elizabeth.

—¿Lizzie, eh?—dice y sonríe—Muy bien Lizzie, yo soy Sara, y así me dicen. Te acompañaré a tu clase, tienes suerte, es un grupo muy tranquilo.

Juntas emprendemos el camino hacia mi salón de clase. Es uno de los primeros, cercano a la puerta de entrada.

—No eres la única nueva en tu clase—me dice Sara y me volteo a mirarla—Hoy comienza un chico nuevo, estadounidense. Tendrás la tarea extra de ayudarlo a adaptarse.

—Mientras me adapto a mi misma—agrego y ella se ríe. Tiene una risa dulce y cantarina.

—Mientras te adaptas a ti misma—repite—Les caerás bien, no te hagas problema por eso. A mi ya me agradas.

Sara entra primero. Yo la sigo con ese "algo" de emoción alojado en mi pecho.

El salón esta lleno. Una veintena de rostros adolescentes se giran a para observarme con curiosidad.

—Chicos—los silencia la preceptora—Ella es la señorita Barlow, su nueva profesora de Literatura. Espero que sepan comportarse y que le ayuden a integrarse con bien a nuestro colegio.

Su presentación se me hace algo extraña. Frunzo levemente el ceño antes de avanzar hasta donde esta mi escritorio. Sara me guiña un ojo y se va. Me cae bien, es agradable.

—Buen día, chicos. Es un gran alegría para mi hacerme cargo de esta materia. He oído cosas muy buenas de este grupo, ahora deseo comprobarlas. Tengo muchas expectativas para este año, supongo al igual que ustedes.

Escucho algunos comentarios bastante ingeniosos como que sus expectativas son terminar de una buena vez la secundaria y no volver a pensar en ella nunca más y similares. También recibo un par de "bienvenida" y algunos cuchicheos que presumo se tratan de mi.

Mientras ellos siguen en eso me quito el abrigo y lo cuelgo. Dejo mi portafolio a un lado y me siento en la silla de buena madera y tapizado impecable que esta destinada para mi.

Sobre mi escritorio esta la lista de presentes. La reviso rápidamente.

—Muy bien, tomaré lista—les anuncio, aun con mis ojos sobre la hoja—Oh, me avisaron que tienen un compañero nuevo. Es, a ver... Bill Hazeldine.

Busco con la mirada una mano levantada, y la encuentro bien al fondo.

—Bienvenido al colegio y a esta clase.

No logro verlo bien desde donde estoy. Parece estar medio hundido en su silla. Me corro solo un poco para verlo mejor y solo puedo atisbar una cabeza gacha y una mata brillosa de rizos rubios.

Él tarda unos segundos mas pero al final se yergue y me mira.

Sus ojos celestes son dos lagunas cristalinas. Pestañea con nerviosismo, haciendo que se le ruboricen un poco más las mejillas.

Le sonrió infundiéndole ánimos y serenidad. Se ve muy tierno, hasta podría decir que frágil.

Quien diría que esa carita inocente cambiaría por completo el rumbo de mi vida.

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