☆1
¿Que es lo que más odiaba en este momento? Estudiar. Y eso mismo era lo que supuestamente estaba haciendo desde hace media hora, pero la ventana al lado suyo mostrando la bella vista de un patio con gente feliz y despreocupada le pareció mucho más tentadora que su libro de estudio.
Era un día soleado, perfecto para estar al aire libre disfrutando, pero no, Chuuya tenía que estudiar para la prueba de mañana en la silenciosa y aburrida biblioteca. ¿Pudo haber estudiado ayer? Sí. ¿Lo olvidó?
Solo fingió hacerlo para decirse "estudiare más tarde" cuando inconscientemente sabía que eso no era verdad.
Aburrido, dirigio su vista al libro de Historia y leyó tres veces el título para luego volver a desconcentrarse nuevamente. Odiaba esa materia, no le interesaba en lo más mínimo. ¿Para qué quiere saber la capital de México, la de Turquia o la de Irán?
Aunque no era su culpa perder la atención cuando repentinamente un piano se pudo escuchar a la distancia. El sonido no era alto como para molestarlo pero era lo suficientemente ruidoso para que la inexistente concentración del pelirrojo se esfumará cual humo. Intentaba leer y no podía por la melodía, era muy buena y linda, ¿cómo no escucharla atento, si a la vez, se le sumaba una suave voz encantadora?
Decidió ir a ver quién era, porque claro, era investigar el causante de la música o estudiar. Claramente eligió lo primero. La opción más interesante.
Atravesó los estantes llenos de libros y salió del lugar siendo visto por la bibliotecaria anciana para luego volver a jugar al solitario en su computadora. Camino hasta el salón de al lado; por fuera era como cualquier otro, paredes con tonalidad amarillenta y puerta de madera oscura. Supuso que en el interior habrían instrumentos y lo comprobó al entrar cautelosamente para no interrumpir la hermosa música de piano. Era un lugar ni muy grande ni muy pequeño, acogedor y de aura agradable causada por las paredes pintadas de marron claro, el suelo negro y la iluminación tenue, como de los años 90.
Al dar dos o tres pasos más, pudo visualizar una cabeza de cabellera castaña y con uniforme escolar al igual que el suyo. Parecía absorto en el tema que producía al desplazar sus dedos del "Do" al "Sol" y otras notas. Admirando el lugar y al chico, se le escapó el detalle de que ese día corría una brisa algo fuerte y el pequeñísimo detalle de que dejó la puerta abierta. Entonces, la puerta se cerró fuertemente al ser golpeada por el viento de una ventana abierta y chocó causando estrépito.
Estrépito que saco al joven castaño de su burbuja. Él volteó y vio con sorpresa al recién llegado, un pelirrojo del que desconocía su nombre y razón de estar ahí, parado en el medio de la habitación concentrado en las notas musicales que él con anterioridad tocaba tan melodiosamente.
Chuuya intento pensar en una excusa creíble. No creía que "Soy sonámbulo y llegué aquí dormido" sea algo probable.
-¿Quien eres? -pregunto en un susurro, si hubiera ruido no habría escuchado la duda, pero el lugar estaba en completo silencio.
-Eh... si digo "tu imaginación", ¿lo creerías? -dijo nervioso.
-Supongo que dependiendo del contexto lo creería. -sugirio el castaño tímidamente.
Su comentario y su expresión causaron risas en el pelirrojo y se agarró el estómago mientras estallaba en carcajadas.
-¡Perdón, perdón! -hablaba entre risas incontrolables- Es que tu cara es como... muy tierna o algo así y tú comentario no encaja con tu expresión -suspiro controlando su respiración-. No me hagas caso, me río con cualquier cosa tonta.
El pianista se levantó del asiento del piano y agarró su mochila, parecía a punto de irse pero antes repitió.
-¿Quien eres? Creo haber visto alguna vez.
-Ah, claro. Nakahara Chuuya, 1er año de secundaria inferior. ¿Y tú? -se presentó alegre y sonriente.
-Dazai Osamu, mismo año que tu, supongo que por eso me eres familiar.
-La persona que cantaba hace rato, ¿eras tú?
-Ah, no -respondio sincero-. Solo toque con una canción de fondo, no me gusta cantar. ¿Que haces aquí, Nakahara Chuuya?
-Supuestamente debería estar estudiando, pero empezaste a tocar y mi inexistente concentración desapareció.
-Perdon. -murmuro.
El chico, para Chuuya, era interesante y curioso. Parecía tímido de a ratos y a veces su faceta cohibida se pulverizada en el aire. Quería conocerlo, además, están en la misma aula.
No sería muy difícil empezar a hablarle, ¿no?
¿Verdad?
🏳️🌈👍
Acabo de terminar un maratón de Bungou Stray Dogs (anime) y ahora la inspiración llegó a mi. Por un rato.
¿Podría usar la inspiracion para seguir con una historia en curso?
Sí.
¿La aprovecharé para crear más historias que quizás (solo quizás) no termine?
Probablemente.
=790 palabras
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