Epílogo

Buena iluminación, ambiente agradable, olor exquisito y no era precisamente el de la comida de aquel lujoso restaurante al que había sido invitado en celebración de su exitosa graduación con honores. Era el hecho de tener a Wonho al lado que lo hacía tener una buena velada, o más bien, tener al señor Shin.

Estaba como un bobo mirándolo todo el tiempo desarrollando aquel papel que le quedaba tan perfecto, pues aunque amara demasiado al chico de chaqueta de cuero, ver al hombre de traje y corbata muy bien peinado y usando un vocabulario lindo también era encantador, al menos así había sido hasta que su padre decidió hacer aquella pregunta.

— ¿Y como se conocieron? —preguntó el tranquilo hombre mientras degustaba un platillo que tenía el precio de un celular.

Entonces todo su mundo se vino abajo cuando automáticamente recibió la curiosa mirada de sus padres y una traviesa mirada de Wonho, desafiandolo a demostrar que no era tan buen chico como ellos creían.

— Pues, ya saben... —soltó una risita nerviosa y se llenó la boca de comida para tener una excusa mientras pensaba— como cualquier persona... Es más, ni lo recuerdo bien...

Sus padres asintieron dubitativos respecto a aquella respuesta, él no era bueno mintiendo y mucho menos ocultando lo que sentía.

— Oh, claro que lo recuerdas... —susurró Wonho mientras miraba el plato y mantenía aquella sonrisa traviesa.

El delgado le dio una suave patada y una mirada acusadora. Amaba mucho a Wonho pero no estaba dispuesto a permitir que dijera algo tan vergonzoso como eso frente a ellos.

— ¿Qué dices? —volvió a soltar una risita pero esta vez de molestia.

Afortunadamente para él, tenía a su lado a un actor de primera, una persona con doble personalidad que más que nada sabía cuando ser Wonho o cuando ser el señor Shin y vaya que amaba eso.

— ¿De verdad no lo recuerdas? —preguntó Wonho fingiendo sorpresa— yo si... —afirmó teniendo aún esa bonita pero traviesa en sus labios, entonces miró a sus padres y por debajo de la mesa comenzó a acariciarlo desvergonzadamente— primeramente señores Chae, déjenme decirles que tienen un hijo excelente. Lo mejor de lo mejor. —halagó avergonzando a Hyungwon quien no tardó en pintar su rostro de un violento tono rojizo— es el mejor en lo que hace, de verdad... Aún recuerdo cuando solicité sus servicios... —se quedó pensativo y ellos lo miraron totalmente asustados— creí que era imposible tener los servicios de alguien tan bello como Hyungwon, pero en cuanto pude no desprecié la oportunidad y a día de hoy no me arrepiento... Debo confesar que al inicio fue un poco reacio a mí y básicamente a todo lo de mi alrededor, pero bastó poco tiempo compartiendo para que ambos nos volviéramos locos por el otro... —se mordió el labio acariciando la entrepierna del avergonzado Hyungwon que no podía mirar al frente sabiendo lo que pasaba por la mente de sus padres— les digo que es el mejor en lo que hace, en serio... Aunque claro está, no podía irme sin pagar así que, tuve que dejar dinero para que no creyera que quería hacerle pasar un mal rato, pero cada centavo valió la pena...

Suspiró tranquilo mientras retomaba la comida con su mano libre y dejaba con la boca abierta a ambos señores.

El avergonzado Hyungwon aún tenía su mano en su rostro, el color no se iba de él y aunque intentara apartar la mano de su novio en más de una ocasión, todo era inútil tratándose de una persona como Wonho.

— Mamá, papá... —suspiró buscando en su mente alguna explicación para darle a sus padres quienes estaban más que expectantes por una buena explicación a lo escuchado.

El padre del delgado carraspeó un poco incómodo mientras miraba a la única persona de la mesa para cuatro que comía como si nada.

— Disculpe señor Shin... —le llamó en tono bastante serio— ¿Acaso usted está insinuando que mi hijo...

— ¿Hace buen café? —le interrumpió— Claro, es el mejor en lo que hace... —afirmó con una sonrisa ganándose la mirada sorprendida de las tres personas que lo acompañaban— no sabe cuanto tiempo esperé a que fuera él quien me atendiera en la cafetería y poder dejarle notitas cursis en las servilletas... —soltó una risita— además de buenas propinas, claramente... —bebió un trago de vino para disimular la sonrisa burlona que se pintó en sus labios— ¿Qué pensó usted? —preguntó con fingida inocencia.

El sorprendido hombre sonrió en medio de la confusión, el nerviosismo y la sorpresa al darse cuenta que su mente había maquinado algo totalmente diferente a lo que el señor Shin le había dicho.

Por parte de Hyungwon todo lo que pudo hacer fue reír como un tonto y apartar con fuerza la mano de Wonho que hasta ese momento ya lo tenía demasiado "emocionado" lo cual era aún más vergonzoso sabiendo que sus padres estaban delante.

Afortunadamente lo poco que quedaba de la velada transcurrió sin más preguntas incómodas, simplemente destacando las impecables destrezas de su Wonho siendo dueño de numerosas consecionarias multimarcas de autos lujosos.

La amena charla duró poco o mucho dependiendo de cómo se mire. Poco para sus padres quienes a pesar de ser la primera vez que veían a Wonho ya les caía bien y mucho para él quien seguía "emocionado" por las diferentes caricias. Tanto que ya dolía.

Mientras caminaban por el estacionamiento, Hyungwon tuvo que cubrirse con su saco con la excusa de que tenía calor aún cuando los 8°C se hacían sentir en cada rincón del lugar.

— Creo que ha sido una velada genial, estamos muy contentos de haberlo conocido... —le dijo la madre de Hyungwon con un tono cálido y amable que él agradeció con una sonrisa— espero que nos volvamos a ver pronto...

En ese momento la pequeña familia de tres se acercó para hacer su respectiva despedida, sin embargo Wonho siempre tenía sus propios planes.

— ¿Les parece mal si... —sonrió con ternura— si me robo a su hijo por un par de horas?—ellos lo miraron sorprendidos, así que se apresuró a continuar— estaba pensando en que podríamos ir a tomarnos un par de copas, ya sabe... Seguir la celebración... —susurró casi con inocencia.

Ambos padres se vieron entre sí.

— Bueno, esto es... —sonrió nerviosa— supongo que sí... Es decir, solo si Hyungwon está de acuerdo.

Los tres miraron al delgado chico que pese a la temperatura del ambiente parecía estar acalorado y esperaron pacientemente una respuesta. Ni siquiera tenía que pensarlo.

— Seguro... —sonrió.

Entonces ambos señores estuvieron de acuerdo con leves a sentimientos que fueron acompañados del sonido de alarma del Maserati de 180 mil euros que Wonho tenía al lado, avisándole que las puertas habían sido abiertas.

— Entonces, vamos... —comentó abriendo la puerta del pasajero para que Hyungwon ingresara.

Ante la sorprendida mirada de los mayores, Hyungwon ingresó al auto y después de despedirse de los amables señores, Wonho también lo hizo, poniendo en marcha el auto casi al instante.

— ¿Un par de copas? —preguntó después de varios segundos de silencio.

Wonho alzó su comisura sin despegar la mirada de la carretera y asintió.

— Sí, claro... —comentó en tono sarcástico y se detuvo en una calle solitaria— bájate los pantalones, ahora.

— ¿Qué? —preguntó asustado.

El delgado lo miró totalmente sorprendido, pero aún en medio de su shock, obedeció empezando a quitar su cinturón. Entonces Wonho no lo soportó más y rompió el silencio con una ruidosa carcajada mientras volvía a poner el auto en marcha.

— ¿Alguna vez vas a dejar de creer todo lo que diga? —preguntó entre risas y Hyungwon bufó con un poco de molestia.

— Pienso en dejar de creer todo lo que dices... —respondió con molestia.

— Noche de copas... —susurró manteniendo la sonrisa leve en su boca— ya sabes, Whiskey, Vodka o Ron, lo que tú quieras...

El delgado lo miró totalmente inexpresivo.

— Detente. —le ordenó sorprendiendolo.

— ¿Aquí? —preguntó lanzando miradas rápidas hacia él y hacia el camino.

Hyungwon asintió firmemente.

— Aquí, tomaré un taxi de regreso a casa. —comentó destilando molestia— esa fue una broma de muy mal gusto. Me asusté demasiado.

Wonho suspiró y a petición del delgado estacionó el auto a un lado del camino.

— Hyungwon, aquí es muy solitario y puede ser peligroso si te quedas solo... —comenzó intentando convencerlo, pero el menor no lo miraba— lamento ser un tonto. Yo no quise... —suspiró— es mi culpa, lo siento.

Puso sus manos en el volante con mucho desánimo, esperando una respuesta, sin embargo todo lo que pudo ver fue la mano de Hyungwon entrelazandose con la suya.

La delicadeza con la que su mano fue separada del volante lo hizo pensar que aquel momento quizá podía ser mágico, o melancólico. Aunque para su sorpresa su mano fue a acabar nada más y nada menos que en la entrepierna de Hyungwon. Literalmente.

— ¡Claro que es tu culpa! ¿Sientes eso? —presionó su mano contra él, sorprendiendo a Wonho— tú lo hiciste y ahora vienes acá y me prometes ron. No quiero ron, Wonho. Te quiero a ti, ahora.

El mayor se quedó estático en su sitio y lo miró inseguro.

— ¿Camita no? —preguntó con un tono más tierno del deseado a lo que Hyungwon respondió negando efusivamente..

— Al carajo la cama... —comentó en medio de una sonrisa traviesa mientras se acomodaba sobre el regazo de Wonho para besarlo.

Los besos subidos de tono no tardaron en llegar y también la oportunidad de Hyungwon para darle a Wonho una buena mordida en sus labios.

— Auchs... —mencionó pasando la lengua por su labio herido— ¿En qué te has convertido Chae Hyungwon? —preguntó con dramatismo.

El delgado lo miró con una sonrisa tonta en los labios y le dejó un beso suave sobre la fuerte mordida.

— Lo siento... —contestó arreglando algunos mechones del cabello de Wonho que caían sobre su frente, mientras sentía las manos del mayor acariciar su cintura— Es tu culpa por haberme convertido en esto...

Wonho soltó una risita y lo abrazó soltando un fuerte suspiro.

— No, no es mi culpa... —susurró aspirando el aroma de su pecho— es tu culpa por enamorarme...

Entonces sonrió, porque no importaba quien tenía la culpa de aquel problema cuando la solución era tan dulce.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top