1.
Se puso las manos en la cintura mientras estaba frente al espejo, viéndose en aquella faceta que era nueva incluso para él. Subastar la virginidad parecía ser cotizado sin motivo aparente y si una sola vez, sin compromisos, le daría una buena cantidad de dinero, entonces no le veía problema.
Sí tan solo su parte moral se pusiera de acuerdo con ese pensamiento, no estuviera teniendo tantos problemas en llevarlo a cabo.
Se giró un poco sin despegar su mirada del espejo y suspiró al ver sus pálidas piernas ser adornadas con la preciosa lencería de encaje y su bonita camisa blanca a medio abotonar que apenas cubría un poco más abajo de su entrepierna.
— Tranquilo, Hyungwon... —susurró para sí mismo, intentando calmarse— necesitas el dinero y esto no va a afectarte en nada. —sonrió levemente queriendo engañarse a sí mismo— tómalo como un proyecto de la universidad, uno monetario que va a ayudarte a graduarte sin problemas. —arregló su camisa una vez más y volvió a suspirar— nada de compromisos, sentimientos o mierdas de ese estilo, será algo ocasional. —asintió mirándose seriamente— eso tampoco tiene nada de malo, algún día debía llegar tu primera vez, ya esperaste suficiente y dedicaste el tiempo a lo importante.
Asintió con una sonrisa. Él mismo tenía razón, pues ya había esperado mucho y podría ser tan libre de elegir como quería su primera vez, al igual que el resto del mundo.
Se dio la vuelta y colocó el trípode en la posición que creía más conveniente para finalmente dejar su amada cámara totalmente preparada para que lo fotografiara cad cierto tiempo en poses diferentes; unas que buscó en Internet claramente.
Se había tomado mucho tiempo para investigar lo necesario y simplemente le tocaba llevar todo a cabo lo más rápido que pudiera antes de que su arrendador decidiera echarlo a patadas del edificio en el que residía, así que con los pocos ahorros que le quedaban, compró ropa para la ocasión. Algunas prendas eran de lencería, usadas exclusivamente para tomar las fotos provocativas que le darían al cliente una imagen lo suficientemente atrayente para codiciarlo y atreverse a subastar dinero por aquella preciada primera vez. O al menos eso era lo que esperaba.
Otras prendas consistían en algo más casual, por ejemplo la ropa con la que estaría vestido si llegaba a concretar algo. Era ropa elegante, pero con el toque seductor que intentaba mantener pese a saber muy poco de seducción y esas cosas.
Sin más opción que imitar e improvisar, se posó sobre la cama e intentó hacer algunas poses que vio por ahí. Y así después de casi 3 horas y media de fotos, cuatro atuendos y mucho estrés, dio por terminada la sesión de fotos a la que él mismo se había sometido.
Las siguientes dos horas se las pasó eligiendo las mejores fotos para mostrar. No era difícil saber cuales debían ser, simplemente debía medir cual le daba más vergüenza que otras. No era normal verse a sí mismo intentando actuar sexy y conseguirlo. No es que se jactara de lo que había conseguido pero a juzgar por la comparación podía decir que lo había hecho bien si es que no excelente.
Después de clasificar, elegir y ordenar todas las fotografías, guardó el resto de una carpeta de su computadora que tenía al menos 3 contraseñas de seguridad para que nadie fuera capaz de ingresar a ellas, en el remoto caso de que le prestara su laptop a alguien de la universidad.
Y fue entonces en ese momento cuando una nueva inseguridad se posó en su cabeza.
¿Qué pasaría si alguien de su universidad lo descubría? Definitivamente toda su fachada de angelito y buen hijo se irían por el caño y darían paso a falsos rumores de prostitución o algo así. No había mucha diferencia entre ambas cosas pero tampoco significaba que estarían en lo cierto.
Un poco frustrado se recostó en la silla de oficina en la que estaba sentado y se quedó viendo fijamente la pantalla.
¿Serían capaces de reconocerlo aún con el antifaz de encaje que había usado?
¿Qué pasaría si alguien supiera que era él?
— A ver... —golpeteó los dedos contra la bonita madera de su escritorio al tiempo que suspiraba— no pasa nada Hyungwon, simplemente vas a desmentir el rumor, eliminas toda evidencia y todos felices.
Se quedó en silencio analizando lo que su consciencia le había aconsejado y así después de pensarlo mucho y golpearse internamente sobre si debía hacer eso o no, decidió que lo haría. Publicó la noticia a través de Internet, junto a varias de las fotos que obtuvo de su sesión provocativa.
Aún después de que lo hizo, miró la pantalla fijamente y tuvo una lucha interna enorme por borrar todo lo que había publicado, sin embargo se contuvo y acabó por alejarse de la pantalla.
Aún sin quitarse uno de los atuendos que consistía en un bonito cosplay provocador, fue a la cocina de su apartamento para prepararse un tazón de cereales, que ya se estaba convirtiendo en una de sus comidas habituales para ahorrar gastos. No tenía hambre, pero si tenía mucha ansiedad pro lo que acababa de hacer, así que debía intentar calmarse de alguna manera.
Mientras buscaba la caja de cereales de chocolate entre las varias cajas de cereales de todo tipo que tenía en la alacena, escuchó un ruido que creyó que se trataba de su imaginación. Cuando encontró la caja se dispuso a servir los cereales en el tazón y volvió a escuchar ruidos, pero esta vez parecían más, convirtiendo el primer sonido en uno corrido e intermitente.
Extrañado, frunció el ceño y después de servir correctamente el tazón de sus cereales se fue a la cama pensando en que quizá se trataba de algo relacionado al chat de la universidad donde una platica cualquiera y el aburrimiento de alguien podrían llegar a abarrotar el chat.
Se sentó en la cama donde aún estaban algunas de las prendas de los atuendos que había usado esa tarde. Intentando no fijarse en ese detalle encendió la televisión para ver si se encontraba alguna buena película nueva en Netflix, para despejar su mente de aquel pensamiento que la invadía.
Sin embargo no pudo comer su cereal a gusto porque el sonido seguía presente y estaba llegando a ser molesto, así que un poco irritado por el sonido, se levantó de la cama y se fue directo al escritorio para mandar al carajo el chat de la universidad, pero en cuanto maximizó la pestaña de Google, se quedó sin palabras.
Su "subasta" había llegado a muchas personas a pesar de tener apenas unos minutos de haber subido y se quedó boquiabierto de mirar como la gente parecía pelearse entre ellos ofreciendo cantidades de dinero.
Hasta el momento el número ya había alcanzado las cuatro cifras, lo cual lo dejaba muy sorprendido porque pese a que no fuera demasiado dinero, un par de miles podrían ser de mucha ayuda.
Con los nervios de punta continuó comiendo su cereal muy lentamente mientras veía como la cantidad aumentaba considerablemente con el pasar de las horas. Estaba realmente asustado cuando el número alcanzó las 5 cifras. Eso ya era bastante, considerando que su recompensa era en dólares.
El tiempo siguió avanzando y él simplemente no podía despegar la mirada de aquella página donde cada vez había menos gente, pero más cifras. Y así después de muchas horas sin poder despegarse de la pantalla llegó una oferta que parecía ser la definitiva.
100 mil dólares.
Su corazón casi salió de su pecho al ver el número de 6 cifras figurando en su pantalla y después de varios minutos, vio que la gente parecía darse por vencida ante tal cifra. Cansado de estar nervioso decidió que era momento de acabar con eso, así que iba a cerrar la subasta de una buena vez por todas. Sin embargo antes de que pudiera hacer click, una nueva propuesta llegó. Alguien había hecho la broma de subir la cantidad a 100,001 dólares.
No pudo evitar soltar una risita al ver esa acción tan alocada e inteligente, literalmente planeaba ganar la subasta poniendo apenas un dólar de más que su contrincante.
Un poco más relajado apartó su mano de mouse y se recostó en la silla sintiendo un poco el cansancio de un día agotador para su cerebro que sumado al sueño que tenía porque ya era de madrugada, lo hacían querer relajarse un poco y sin duda la acción de ese participante lo hizo sentir un poco divertido.
El primer hombre no tardó subir su cifra a 110 mil dólares a lo que el segundo respondió con la misma broma agregándole un dólar más. Así cada vez que el primer hombre subía la cifra, el otro simplemente le jugaba la broma una y otra vez, sin perderse la oportunidad de poner caritas riendo en la caja de comentarios.
El delgado ya había olvidado lo difícil del asunto y simplemente se divertía viendo la rivalidad de aquellas personas desconocidas mientras comía otro razón de sus cereales. Sin embargo, cuando el número pareció llegar arriba de los 150 mil, el juego se les había hecho cansado y ninguno de los dos parecía querer seguir en el juego, así que por segunda vez decidió que ya era tiempo de cerrar la subasta.
Soltó un largo bostezo mientras se estiraba, notando que ya eran las cuatro de la mañana y que debía descansar un poco, así que un poco adormilado, llevó el puntero al botón de finalizar y bebió lo último que quedaba de sus cereales. Pero lo que no se esperaba era que un anuncio apareciera en toda su pantalla diciendo: “Felicidades, su subasta ha sido finalizada con éxito, su virginidad ha sido vendida al mejor postor por un total de 3,000,000 de dólares”
En ese momento la leche que aún no se había tragado, hizo que se atorara con ella y acabó expulsandola por la nariz al mismo tiempo que se restregaba los adormilados ojos para asegurarse de que no eran visiones suyas. Sin embargo, un mensaje llegó a él a los pocos segundos diciéndole claro y contundente que no se trataba de una broma.
“Lo siento por bromear con lo
del dólar y hacerte esperar más.
Ya había decidido que era yo quien iba a ganar, ahora tu preciado tesoro me pertenece.”
¡¿Quién demonios era ese maldito loco multimillonario que lo había hecho devolver su cena por la nariz?!
— ✘—
Buenas xD
Ay, este Hyungwon...
Ojalá tener su suerte JAJAJ
Hasta pronto
🖤
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