Algo Gracioso
-Ackerman está en la enfermería otra vez.
Una chica del escuadrón de Mikasa charlaba con otra del grupo de Jean, una del de Connie y otra del de Sasha. Todas eran de la tropa de reclutas 107 y habían forjado una férrea amistad en esos años. Que hubiesen sido designadas a otros batallones no iba a cambiar las cosas.
-Dicen que son las jaquecas -aclaró Monique, la del escuadrón de Sasha.
-Las sufre desde niña -agregó Bernardette, del escuadrón de Connie.
-El señor Kirstein debe estar tan preocupado -suspiró la tercera del escuadrón de Jean, Agnes.
Pero, Greta, del escuadrón de Mikasa no estaba conforme con las explicaciones de sus compañeras. Últimamente, Ackerman se las pasaba en la enfermería.
-Pues… -Greta bajó la voz -Yo creo que está embarazada.
-¿Qué? -exclamaron todas al unísono.
Greta las hizo callar.
-No griten -exclamó nerviosa que alguien pudiese escucharlas -Pero, últimamente está muy pálida y ojeroza. Se ve que no está bien…
Monique caviló.
-Quizás está trabajando mucho y comiendo mal… y si espera un bebé, es aun peor -aseguró.
-¿Quién será el padre? -preguntó Bernardette con sana curiosidad -La verdad es que ella no parece particularmente cercana a nadie, excepto al señor Jeager y al señor Arlert.
-También la he visto con el señor Kirstein -dijo Agatha -Se ve que son buenos amigos.
Greta se rio fuerte y el resto la imitó.
-Kristein está enamorado de ella, pero Ackerman no le da ni la hora. Se nota que ella ama al capitán Levi.
-¿Al capitán Levi? -exclamó Monique -A ella le gusta el señor Jaeger.
-No, no, no -dijo Bernardette -Es el señor Arlert.
Greta no estaba convencida del todo. Pero algo era seguro, Ackerman estaba embarazada. La pregunta del millón ahora era: "¿Quién es el padre de la criatura?".
Pero ese misterio lo resolverían de inmediato si trabajaban en equipo. De momento se organizaron para sonsacar información en cada uno de sus escuadrones, con sus respectivos líderes. Mientras que ella, Greta, iría personalmente a la enfermería.
-¿Ackerman? -preguntó Betza, la enfermera, una mujer cerca de sus cuarenta -Está descansando en su habitación.
-Con las chicas estamos muy preocupadas, señorita Betza -dijo Greta con su mejor cara de niña buena -Queremos ayudarla en estos momentos.
Betza le sonrió cándida.
-Eso es muy considerado de tu parte, querida. Serán días complicados, pero Mikasa estará bien pronto. Ya lo verás. Sus jaquecas solo lo vuelven más difícil.
Las palabras de Betza fueron suficientes para Greta. Mikasa Ackerman estaba embarazada. Pero… ¿de quién?
-El señor…
-¿Levi? Debe estar con la comandante. Él te dará indicaciones para tu equipo -concluyó la enfermera.
Greta se retiró. Con que el padre era Levi…
-Es el señor Jeager -dijo Monique al encontrarse las cuatro nuevamente en la cena, miraba a la mesa de los de la 104 desde la lejanía -Estuve hablando con la señorita Blouse. Me contó muchas cosas sobre la señorita Ackerman y el señor Jaeger. Que han vivido siempre juntos y ella ha arriesgado su vida siempre por él. Ella lo ama.
-Como a un hermano -agregó Bernardette -En cambio el señor Arlert y ella son mejores amigos. ¿Han visto lo mucho que hablan y ella se preocupa por su bienestar? El señor Arlert es el padre del bebé.
Agatha soltó un suspiro. Ella creía que el señor Kirstein era el novio de la señorita Ackerman. Había algo en el cómo ella lo miraba… estaba segura.
-Eso que dices, Agatha, se llama friendzone -aclaró Greta -El capitán Levi es el novio de Ackerman. Eso seguro.
-Y… eso no es como… ¿incesto? -preguntó Bernardette-. Después de todo son familia…
-Pero no directa -aseguró Greta-. Pueden ser pareja si quieren.
-Mis padres son primos segundos -comentó Monique pensativa-. Así que supongo que tienes razón.
Todas asintieron.
-Con que la señorita Ackerman va a tener un bebé -suspiró Bernardette -¡Qué lindo!
Pero no solo las niñas escuchaban su propia conversación. Connie pasó junto a ellas y no pudo evitar escucharlo. Casi dejó caer su bandeja que ya estaba vacía.
A la mañana siguiente, Connie charlaba frente a Sasha, ambos solos en el comedor.
-Entonces… ¿es cierto? -preguntó a su novia.
-¿El qué, Connie?
-Lo de Mikasa y sus indisposiciones. Tanta jaqueca… -Sasha enarcó una ceja curiosa-. Vamos, no me lo ocultes.
-¿Ocultarte qué, Connie? No entiendo.
-Que Mikasa está esperando un bebé.
-¿Qué? -exclamó la castaña dejando su pan a un lado -¡Estás de joda! Ese Jean sí que la hizo grande esta vez. ¡Eren va a matarlo!
-Pues sí…
Sasha no salía de su shock.
-¿Cómo lo supiste? -preguntó la chica.
-Unas chicas lo comentaban, una era del escuadrón de Mikasa…
Sasha asintió. Unos pasos llenaron el breve silencio entre ambos. Armin llegaba a la mesa con su bandeja. Luego de desear los buenos días, notó que sus amigos estaban especialmente sospechosos.
-Mikasa está embarazada -le soltó Sasha frente a la pregunta del rubio.
-¿Qué? Si a mí no me ha dicho nada -exclamó Armin-. Es una gran noticia. ¡Jean debe estar emocionado! Por eso ni lo he visto en estos días. Debe estar mimándola al extremo… -pero su entusiasmo murió de pronto-. Eren va a matarlo.
Connie y Sasha asintieron. El silencio volvió a caer entre ellos. Otros pasos ingresaban al comedor. Eren se sentaba frente a Armin.
-¿Vieron a un titán o qué? -bromeó Eren.
Los tres muchachos intercambiaron miradas. Connie y Sasha no sabían mentir ni menos disimular. Armin no sabía mentir, ni menos callar. Aun cuando sabía que era asunto de Mikasa…
-¿Has visto a Mikasa últimamente? -preguntó Armin tratando de tantear terreno.
-Anda con sus jaquecas. El jamelgo la está cuidando. Le insistí en que Mikasa sabe cuidarse sola y que la deje en paz. Pero dale con que Mikasa es de cristal. Ella misma podría volarle el trasero si quisiera, aun cuando estuviese agonizando.
Sasha y Connie asintieron. Pero Armin caviló.
-¿Y qué tal si ella necesita que la cuide? -insistió Armin.
-¿Mikasa? -bufó Eren-. Ella sabe cuidarse sola perfectamente. Es ese equino el que no entiende… -se detuvo a observar los rostros de sus amigos-. Momento, algo le pasa a Mikasa y es grave. ¿Es grave? Habla, Armin.
La súbita preocupación de Eren les hizo saber que era mejor intervenir que esperar que se enterara por otros y dejase a ese pequeño bebé sin padre.
-Bueno… -balbuceó Connie-. Puede que Jean no solo esté cuidando de Mikasa esta vez.
Eren parpadeó sin comprender.
-Este… -ahora habló Sasha-. Mikasa está bien. Bueno, lo estará dentro de poco. Las mujeres sabemos sobreponernos a esto. Es parte de nuestra esencia, ¿verdad?
Eren volvió a pestañar.
-Mikasa está embarazada -soltó Armin. Eren lo miró fijo sin expresión-. Tómatelo con calma. Tenemos casi dieciocho años. Jean ama a Mikasa, seguramente no lo planeaban, pero ya que está aquí. ¡Bienvenido sea!
Eren seguía sin reaccionar, pero comenzó a asentir lentamente.
-Jean embarazó a Mikasa -dijo Eren con voz calma-. Jean y Mikasa van a tener un bebé -todos asintieron sonrientes-. ¡Ese maldito hijo de puta tocó a mi hermana!
Eren salió vuelto una furia del comedor. Justo cuando las chicas de la tropa 106 venían ingresando.
-¿Ven que es del señor Jaeger? -dijo Monique -Va apresurado a ver a la señorita Ackerman.
Todas siguieron a Eren con la mirada. Pero se cuadraron al unísono al ver pasar a la comandante junto al capitán Levi.
-Tendremos que arreglárnosla sin Ackerman -mascullaba Levi-. Odio cuando las mujeres dan problemas.
-Vaya, vaya, Levi. ¿No crees que estás siendo demasiado frío? Es tu familia -comentó Hange de buen humor-. Además serán solo unos días. Pronto habrá acabado.
Continuaron su camino y las chicas se miraron entre ellas.
-¡Van a deshacerse del bebé! -exclamó Bernardette -¡Eso es horrible!
-¡Debemos detenerlos! -continuó Agatha -Los bebés son una bendición.
-¡Además será un super Ackerman! -finalizó Greta -¡Vamos, chicas!
Las cuatro cortaron camino hacia las barracas. Pero quien llegó primero fue Eren, quien abrió la puerta de la habitación de Mikasa de una sola patada.
-¡Mancillaste a mi hermana, maldito jamelgo! -exclamó Eren apuntando a Jean desde la puerta.
Mikasa apenas levantó la cabeza de la almohada y se frotó las sienes con las manos, mientras Jean le acomodaba un guatero en la barriga.
-Silencio, Eren -pidió Mikasa con un murmullo.
-Nada de silencio -continuó el castaño-. Sal de esta habitación, Jean. Enfrétame como un hombre. ¡Voy a vengarme el honor de Mikasa!
Las cuatro chicas de la 107 llegaban y se asomaban tras la puerta.
-¿Que tú qué? -preguntó Jean tratando de no alzar la voz -Ten un poco de respeto, Mikasa se siente mal.
-¡Y es tu puta culpa! -exclamó Eren -¡La embarazaste, maldito!
Las chicas de la 107 se cubrieron la boca con las manos. ¿Pero, entonces el bebé no era del señor Jaeger? ¿La señorita Ackerman le había sido infiel con el señor Kirstein?
-¿Qué? -ahora Mikasa gritaba -¿De dónde sacaste eso? Yo no…
-¿No? -preguntó Eren fuera de sí -No lo niegues, Mikasa. Sé que no fue tu culpa. Jean te obligó -apuntó a su amigo -Caballo degenerado.
-¿Cómo me llamaste, imbécil?
Antes que pudiesen comenzar a golpearse, Levi y Hange estaban allí para detener a los mocosos.
-¡Por favor, capitán Levi! ¡No mate al bebé! -rogó Bernardette.
-La maternidad es maravillosa -agregó Monique -¡No le practiquen un aborto a la señorita Ackerman!
Eren casi se le tira encima a Jean cuando escuchó a las chicas y Levi lo retuvo por la cintura con firmeza. Hange miraba descolocada a Jean y Mikasa, quienes no sabían qué diablos estaba pasando. Connie, Sasha y Armin aparecieron tras de los oficiales.
-¡Aun no se matan! -suspiró Armin aliviado -Mika, me alegro mucho. Felicidades a ambos.
Mikasa se dejó caer de espaldas en la cama y se llevó las manos a la cabeza. Jean la miró extrañado.
-¿Embarazo? ¿Aborto? -preguntó Jean mirando al público -Solo tiene jaqueca y cólicos menstruales.
Connie se volvió rojo de la vergüenza, Sasha también, pero por escuchar a Jeaan hablar de ello como si fuese de lo más normal. Armin suspiró aliviado. Eren quedó en shock, pero aun quería golpear a Jean porque sí. Levi miraba la escena con desdén. Las chicas de la 107 huyeron a toda prisa. Hange mandó a todos fuera dejando a Mikasa descansar y a Jean terminar de mimarla un poco.
Cuando estuvieron todos fuera Mikasa comenzó a reírse, a pesar de su dolor de cabeza.
-Eren quería matarte -rio Mikasa.
-Al menos ahora sí hubiese tenido un buen motivo -comentó Jean-. ¿Quieres que te alcance la bandeja del desayuno?
Mikasa asintió. Jean le pasó la bandeja y cuando iba a sentarse a su lado, escuchó un papel deslizarse bajo la puerta. Se acercó para recorgerlo.
"Señor Kirstein:
Siempre supe que usted era el novio de la señorita Mikasa. Pero para disipar las dudas, debería hacerlo notar más. Todos la emparejarían antes con el señor Jaeger, con el señor Arlert o con el capitán Levi, antes que con usted."
-¿Qué es?
Jean guardó la nota en su bolsillo y negó suave.
-De la oficina. ¿Te sientes mejor?
Mikasa afirmó y bebió un poco de té.
-Mika… -Jean arrugó la nota en su mano dentro del pantalón -¿Crees que deberíamos formalizar lo nuestro?
-¿Formalizar? -preguntó extrañada -Pero si es bastante formal. Ya llevamos un año juntos, ¿no?
-Sí, claro. Pero algo como… no sé… algo que no haga dudar al resto que somos pareja.
-¿Y desde cuándo te importa lo que el resto piense? -preguntó extrañada -¿O quieres darle un hogar conservador a tu heredero? -bromeó.
Jean bufó y Mikasa supo que era el momento de parar la broma. Palmoteó a un lado de su cama y el muchacho se sentó a su lado. Lo besó en la mejilla.
Sí, aun era muy pronto. Quizás más adelante. Pero en ese momento juró que pondría un anillo en el dedo de Mikasa. Algún día.
Cuando Mikasa terminó de desayunar, Jean volvió a la oficina. Pasados unos minutos, un papel se coló bajo la puerta de la habitación de Mikasa. Era un panfleto de la enfermería. "Métodos anticonceptivos"
La chica soltó un suspiro. Se volvió a la cama y dejó el panfleto a un lado de su mesita de noche. Le daría un vistazo más tarde. Quizás, si ya todos la creían embarazada y practicándose abortos, debería iniciar su vida sexual.
Hay que ver cómo es de malpensada la gente.
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