Beso de Año Nuevo

Shingeki no Kyojin y sus personajes son propiedad de Hajime Isayama
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“Beso de Año Nuevo”

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Se hicieron espacio entre la multitud para poder buscar un lugar apartado, más tranquilo. Como cada año, Reiner Braun ofrecía su casa para realizar su clásica fiesta de año nuevo. Y no era un acontecimiento menor: Música de moda, decoración ad hoc, cotillón para los invitados, bebidas alcohólicas y muchísima comida abundaban en el lugar. Y poco a poco la gente se iba entusiasmado con el ánimo festivo que embriagaba el lugar, mientras se acercaba la medianoche.

–¿En qué momento se llenó tanto este lugar? - Preguntó él, sin dejar de observar cómo la gente ya empezaba a bailar en una pista improvisada. Ella se encogió de hombros, tampoco sabía cómo aquella pequeña reunión se había transformado en un mega evento en menos de dos horas.

Se acercaron a la mesa de las comidas, donde Sasha degustaba unas brochetas de carne y verduras. Levantó la mirada y sonrió al ver a sus amigos.

–¡Mikasa, Jean! - Fue a su encuentro, no sin antes tomar otro bocadillo- ¡Nos los he visto en toda la noche! ¿Donde estaban?

–Compartiendo, hablando con más personas- Respondió Jean con burla- No como otras que se la pasan comiendo.

Sasha le sacó la lengua. En ese momento, Nikolo se acercó con una bandeja con pequeñas pizzas recién salidas del horno.

–¡Sasha!- Exclamó al ver a su novia tragar- ¡Te pedí que esperaras un poco! ¡Tiene que alcanzar para todos!

–Perdón, perdón- Se excusó la chica, poniendo ojitos de cachorrito - ¡Es que te quedó todo tan delicioso que no me aguanté!

Nikolo iba a protestar, pero no pudo. Sasha era demasiado sincera y sabía que valoraba todo lo que él preparaba. Sonrió, acercándose a ella para depositar un suave beso en su frente. La chica aprovechó el acercamiento para robarse un trozo de la pizza.

Mikasa lo estaba observando, cuando volvió a sentir la calidez de la mano de Jean sobre la suya. Cuando levantó la mirada se encontró con la suya, quién le hacía un gesto con la cabeza para salir de ahí. Esta vez, sin la urgencia de escapar de la masa humana, salieron caminando tranquilamente hacia el patio de la casa.

Aun cuando se escuchaba la música desde el interior, el lugar estaba tranquilo. El jardín estaba cubierto de una leve capa de nieve, hacía frío, pero aquello no impedía disfrutar de la tranquilidad del lugar  y de la compañía del otro.

Para Mikasa, aquel era el momento que estuvo esperando casi toda la noche. No era asidua a las fiestas masivas y en general, la víspera del año nuevo no le llamaba la atención. Para ella, esperar el año nuevo tranquilo, sin multitudes, ruidos y caos, era su panorama ideal.

–¿Tienes frío?- Preguntó Jean. Ella negó.

–Estoy bien ¿Y tú?

–Un poco, pero está más agradable que dentro- Resopló él. Mikasa le dio una mirada de reproche.

–Pensé que te gustaban este tipo de fiestas…

–Sí, me gustan. Pero… - Levantó un brazo y la rodeó por los hombros- Me gusta más estar contigo.

Mikasa rió con suavidad.

–Jean Kirstein, eres tan cursi- Se burló, pero Jean sonrió ampliamente.

–¡No te hagas! ¡Te gusta que sea así contigo! - Un golpe en el brazo hizo que se alejara de ella levemente -¡Ouch!

–Tonto… - Mikasa se sonrojó levemente, pero sin esperar, rodeó su brazo en su cintura. Jean la miró con ternura y la abrazó nuevamente de los hombros. Así estuvieron unos minutos, en silencio, hasta que ella volvió hablar- Sólo quiero que termine este año…

–¿Y eso por qué?- Preguntó curioso - ¿Tan mal año fue?

–Sabes a lo que me refiero- Respondió Mikasa- No fue malo un año malo, pero… - Suspiró- ¿Nunca has sentido que has fracasado en todo lo que te propones?

–Claro que sí. Me he sentido así en algún momento. - Jean respondió con sinceridad.

Conocía a Mikasa hace tiempo, como compañera de Universidad en sus comienzo, luego como una amiga cercana y sabía muy bien de lo que hablaba. No había sido su año en diversos aspectos, pero en todo momento la vio luchar por lograr sus objetivos aun contra la adversidad. Y él sabía muy bien lo que significaba superar los obstáculos, asumir nuevas responsabilidades y dudar. Dudar demasiado.

–Pero no debes sentirte mal. Hiciste todo bien, Mika- Siguió hablando- No es fracaso, no sino lo intentaste - Ella alzó la mirada y lo observó - Todo es aprendizaje.

–Pareciera que aprendemos sólo de las cosas malas- Reflexionó Mikasa. Jean asintió.

–Tienes razón- Afirmó- De los errores se aprenden, dicen.

Mikasa asintió, apoyando su cabeza sobre su pecho, sintiendo el calor que liberaba su cuerpo, dando confort, reflexionando sobre los altos y bajos que había sufrido durante el año que ya los dejaba. Los momentos difíciles y tristes, pero también los felices, los que la hacía sentir que en el fondo, su año no había sido tan malo.

–¿Jean?- Mikasa rompió el silencio - ¿Sabes qué fue lo bueno de este año?

–No- Contestó él, apoyando suavemente su cabeza cerca de la suya- ¿Qué cosa?

Mikasa se separó de su lado y quedó frente a él. Jean la miró sin entender porque se alejaba, pero al verla tomar su mano con suavidad y sonreír, entendió.

–Tú- Susurró. Pero fue lo suficientemente audible para que él lo escuchara. Y sin dudas lo hizo.

Ese año había sido especial para los dos. Porque aún con las complejidades de la vida, el año de mierda que Mikasa sentía que había tenido en muchos niveles, había logrado entablar un lazo con Jean, uno muy distinto  al que tuvieron por años, el de amigos.

Quizás los planetas se alinearon a favor de los dos, quizás necesitaban conocer a otras personas, vivir otras emociones, otras aventuras, sufrir otras caídas antes de llegar a ese momento. El momento de estar juntos y sentir que era lo correcto

Jean sonrió al escuchar sus palabras. Sintió que su corazón iba a explotar con esa simple y sencilla declaración. Conocía a Mikasa lo suficiente como para saber que lo suyo no era la expresividad y si lo decía, lo sentía. Y él también lo sentía.

–Tu sabes que tuve un año complejo también- Respondió él, serio al principio para luego volver sonreír- Pero tu también fuiste lo mejor de este año para mí, Mika.

Mikasa sonrió y de un impulso lo tomó de los hombros, disminuyendo la distancia que los separaba. Sin embargo, él la detuvo - ¿Qué?

–Espera, espera. Falta… - Jean miró su reloj de pulsera- Falta medio minuto para la medianoche y estoy seguro que Sasha ya se comió las doce uvas, así que sólo nos queda una tradición por cumplir.

–¿Cuál tradición?

–¿No la conoces? - Jean la miró incrédulo- Si besas a tu pareja a la medianoche, su relación será próspera durante todo el año.

–No sabía- Respondió ella, mientras le acariciaba su cabello lacio. - Esperemos.

La música al interior de la casa empezó a bajar de volumen, dando la señal que los demás invitados se preparaban para recibir las doce. Jean se aferró de la cintura de Mikasa, mientras ella seguía afirmada de sus hombros.

–¿Te das cuenta que este es nuestro primer año nuevo juntos?

–Ya hemos pasado otros años nuevos juntos, Jean- Mikasa rió. Jean negó - Bueno, no tan juntos como ahora.

La cuenta regresiva daba inicio.  9, 8, 7 …

–Si quieres más rato podemos estar más juntos todavía- Susurró Jean cerca, de su oido.

–Suena más entretenido que estar en esta fiesta tan escandalosa- Contestó ella, acercándose más a él.

6, 5, 4…

Podía sentir su respiración cerca de ella, su suave aliento rozar sus labios. Los momentos vividos en todo el año aparecieron en su mente como una película. Las risas, los llantos, las decepciones, las alegrías, los momentos juntos a sus amigos, sus padres y por supuesto, junto a Jean y cómo su relación poco a poco empezó a crecer entre los dos.

No había sido un año malo, tampoco perfecto. Había sido un año de aprendizaje.

3, 2, 1… ¡Feliz año nuevo!

El beso fue intenso, pero lejano de la ansiedad que rondó  los minutos previos. Era tan cálido, tan delicioso, tan húmedo, que ni el frió de la noche los hizo separarse. Fue solo unos instantes después, en que tomaron distancia sin dejar de mirarse a los ojos, sin dejar de acariciarse sobre la ropa gruesa que los cubría del invierno.

–Feliz año nuevo, preciosa- Habló Jean, acariciando su rostro con suavidad- Que sean muchos más.

–-Feliz año nuevo, mi amor- Respondió Mikasa, dándole un beso en la mejilla con ternura, abrazándolo con fuerza- Y que sean muchos más.

Abrazados, contemplaron los fuegos artificiales que iluminaban el cielo nocturno de la ciudad. Con el optimismo y la felicidad de que el año que llegaba, sería el mejor de sus vidas. Aún con alegrías y con caídas.

Sería el mejor año, por el simple hecho de estar juntos.

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