Sanemi no sabía que el amor a una persona podía crecer más hasta que vio a Gichii pelear con el aliento de agua de una forma tan magistral, sabía que Giyuu era bueno peleando (aunque le molestará admitir que ese idiota hace algo bien) pero ella... Ella era simplemente la elegancia y la fuerza combinarse en una persona para dar paso a la belleza sádica que era contemplarla asesinar demonios con gracia, él estaba realmente enamorado, y claro, también demostraba lo que era pelear como el pilar del viento, que ella viera que él también era un hombre ágil

Un hombre digno de ella

Ambos terminaron, espalda contra espalda nuevamente, mirando a su alrededor, había una confianza ciega, Giyuu podía sentirlo, su pecho estaba agitado y no solamente por pelear, era Sanemi, sólo él, el que le provocaba esa fuerza para seguir y por primera vez, sonreír mientras peleaba, y Sanemi se sentía completo, los demonios se lanzaban sobre ellos, e iban muriendo porque ellos sabían dónde esquivar y cortar, todo parecía una película donde la cámara iba en círculos, rodeando y mirando cómo se defendían y atacaban, y los demonios caían de la cima de los árboles donde estaban,  cayendo hacia el vacío donde se iban a deshacer

Sanemi cortó la cabeza de un demonio y vió como Gichii saltó a cortar la cabeza de otro, pero no había una rama cercana donde aterrizar, fue rápido, se lanzó y la tomó en sus brazos, clavando su katana en un tronco del cual se afirmó cuando la tuvo en sus brazos, ambos estaban cansados, y por un segundo, quedaron en su posición, recuperando el aliento hasta que se detuvieron a mirarse

Ahí, en la copa de ese enorme árbol, Sanemi la tomaba de su cintura y ella se sujetaba del haori del peliblanco, Sanemi, pronto, no solo vió el azul de sus ojos, pronto vio más brillante el reflejo de la luna, el verdor De los árboles que les rodeaban en esa noche oscura que las estrellas empezaban a iluminar, miró pronto también, esos ojitos azules tener un tono algo rojo debajo en sus mejillas, y rosado en los labios de la mujer, que le miraba con un rostro que para él, era una invitación, a algo que se moría por hacer desde que esa mujer apareció en su radar y le flechó de manera certera

Giyuu... No... Gichii... Gichii en ese momento, se sintió dichosa, en los brazos de una persona que le estaba salvando la vida, en los brazos de Sanemi, Pronto se permitió mirarlo mejor, acercando su rostro un poco hacía él, sus ojos, ahora con pupilas más grandes y hermosas... Recién se había fijado en lo largas y atractivas que eran sus pestañas, en lo varonil de su rostro de cerca, en su pecho descubierto que subía y bajaba por recuperar el aliento y en lo encantador que se veían sus labios entrelazados

En silencio, con el ruido de las hojas al viento, Sanemi de forma tímida se acercaba a su rostro, ahora no había salida y Gichii lo sabía, y en ese momento... No iba a escapar

Lentamente cerró sus ojos, quedándose quieta para recibir el lento beso de Sanemi, un beso que ella respondió con la misma lentitud

Un beso de amantes... Un beso de amor, de la atracción que habían logrado en tan poco tiempo, pero que a ambos les recorría de la cabeza a los pies, sus labios empezaron a moverse, Sanemi era demandante al besar, y el corazón de Tomioka estaba totalmente desquiciado, sus manos pasaron al rostro del peliblanco para besarlo sin soltarlo, y Sanemi se dejó caer con ella desclavando con talento y haciendo el filo de su espada permitirles caer sin peligro, casi podía sentir que caían en cámara lenta, en un beso que ambos sentían, que era de amor verdadero

Sanemi reaccionó a tiempo para tomar bien a Gichii en brazos y aterrizar a salvó en el suelo, Gichii quería separarse, el beso era encantador, pero debía hablar, no podía avanzar sin que supiera la verdad, pero cuando se iba a separar, los brazos de Sanemi le volvieron a rodear, aún sujetando su cintura y llevándola hacia el árbol, tomando una de sus piernas y poniéndola al costado suyo, eso era atrevido, la hizo bajar su mirada por la vergüenza, no supo cuando ya estaba siendo besada otra vez, solo reaccionó para responder, rodeandole el cuello con sus brazos, ese beso le estaba subiendo la temperatura, y Sanemi no podía dejar de acariciar su pierna y morder un poco sus labios

-Gichii...~

Le susurró en un tono que hizo a la chica estremecer y jadear al sentir la mordida, Ella ahora empezó un beso lento y profundo, eran interminables, como si fueran la droga del otro, toda esa tensión, todo ese sentimiento salía de su ser para quemarse en sus labios, no sé detenían, ninguno de los dos, una lluvia se desató con un rayo y siguieron, todo daba igual, solo la sensación de que sus corazones estaban encendidos en un fuego que les empezaba a exigir más y más, y de no ser por el lugar hubieran seguido, pero se obligaron a detenerse

-Sanemi.. ~ Y-Yo-

-Te amo...

Esas palabras le tomaron por sorpresa, pero él la miró a los ojos

-Prometeme que no nos vamos a separar

Le miró, y le sonrió ahora tomaban sus manos y las entrelazaban

-Jamas... Yo te amaré por siempre Sanemi~

-... Y yo a tí...

Y cuando otro beso iba a empezar, una risa se escuchó, una risa que se dirigió rápido a Gichii y la tomó de su cabello, él se apresuró a tomar su Katana e ir corriendo tras ella

-SUELTALA!!

-JA!! QUE ACASO NO TE DAS CUENTA!?

El Demonio no era nadie más que el que le había dado la forma física a Giyuu, y frente a sus ojos, le convirtió en hombre de nuevo, haciendo que el mundo de Sanemi se volviera blanco y negro de nuevo, y su Katana, junto con su amor,cayera al vacío del suelo...