LLEGAS TARDE
La tarde estaba siendo más ajetreada de lo que Steph había anticipado. Cuando llegó a la cafetería donde se iba a realizar la reunión de la junta, ya se podía ver a los demás sentados, charlando entre ellos, con un ambiente relajado que no había previsto encontrar. Había llegado tarde, lo cual no era habitual, pero había tenido que hacer algunos arreglos de última hora antes de unirse a ellos.
Al abrir la puerta, Steph vio a todos bien establecidos en el centro de la mesa, pero la conversación ya había tomado un rumbo diferente.
—Ah, mira quién aparece —dijo José con una sonrisa burlona mientras levantaba la vista—. Pensamos que te habías perdido en el camino.
—Perdón, estaba ocupada —respondió Steph rápidamente, tratando de disimular el ligero nerviosismo que sentía al notar que todos parecían estar tan cómodos hablando sin ella. Aunque había algo en el aire que la hacía sentir más desconectada de lo que imaginaba.
En la mesa, Karen, Ricardo y los demás discutían sobre un nuevo tema. Al parecer, estaban hablando de ideas para hacer que la clase de la se sintiera más conectada, con actividades de tutorías o grupos de estudio que facilitaran la interacción entre los compañeros además de ayudarse a sobresalir en las calificaciones. Las sugerencias iban desde tutorías más informales hasta dinámicas educativas que pudieran combinar aprendizaje con momentos divertidos.
—Estaba pensando que podríamos hacer algo con parejas de estudio, ¿qué les parece? —comentó Karen, muy concentrada en la conversación—. Cada grupo podría tener diferentes niveles de dificultad en las tareas, para que todos se ayuden.
Steph se acomodó en su asiento, intentando entrar en el flujo de la conversación, pero algo seguía rondando en su mente. Mientras escuchaba las propuestas, no pudo evitar pensar en lo que había pasado en las últimas semanas, en cómo las cosas con Ricardo se estaban complicando, aunque nadie más pareciera notarlo.
Después de un rato, cuando la conversación se calmó y el grupo se dividió en pequeños intercambios, Steph aprovechó para hablar con Karen en un rincón apartado de la mesa. Se sentía un poco fuera de lugar, y necesitaba aclarar algunas cosas con su amiga.
—Oye, Karen... ¿podemos hablar un momento? —dijo Steph con tono bajo, mirando a su alrededor antes de que Karen la mirara.
Karen asintió y, sin dudar, se levantó para seguirla a un rincón más tranquilo.
—¿Qué pasa? —preguntó Karen, sonriendo mientras se apoyaba en la pared. Pero al ver el rostro serio de Steph, su expresión cambió. —¿Todo bien?
Steph suspiró, mirando hacia el suelo antes de hablar.
—No sé si debería seguir con el plan. —Las palabras salieron más rápido de lo que había planeado, pero al decirlas en voz alta, se sintió un poco más aliviada. —Es... complicado. Siento que todo está funcionando, pero no sé si puedo seguir adelante sin que eso afecte mi relación con Ricardo. La verdad es que ahora lo veo como un amigo. Y si sigo metiéndolo en esto, podría arruinarlo todo.
Karen la observó, dio un suspiro alivio tal vez?, se quedó en silencio por unos momentos, sus ojos fijos en Steph mientras procesaba lo que le estaba diciendo.
—¿A qué te refieres con "amigo"? —preguntó Karen finalmente, en tono serio. No parecía sorprendida, pero si algo confundida
Steph suspiró, sintiéndose más vulnerable de lo que quería admitir.
—Es que con todo lo que ha pasado, me doy cuenta de que la conexión que tengo con él es más profunda de lo que imaginaba. Y la verdad es que no quiero que se quede con la idea de que lo estoy manipulando para que cumpla un rol en algo que no tiene nada que ver con lo que realmente quiero, aunque realmente si lo estamos haciendo, pero si sigo involucrándolo, puede que acabe dañando lo que ya tenemos, que es una amistad. Y... no estoy segura de poder soportar perder eso.
Karen la miró fijamente, como si estuviera evaluando cada palabra que Steph había dicho. Su expresión era más pensativa que de costumbre.
—Tienes razón... —dijo Karen, finalmente, con una leve sonrisa dispuesta a decirle algo más a su amiga pero solo atinó a decir—. Quizás meterte en todo esto fue un error. No pensé que los sentimientos de Ricardo pudiesen involucrarse después de todo no era tu tipo.
Steph la miró sorprendida, sin esperar esa respuesta de su amiga.
—Entonces... ¿crees que debería detenerme? —preguntó Steph, buscando un consejo claro, aunque sabía que la decisión era suya.
Karen dudó por un momento, pero luego asintió lentamente.
—Tal vez no fue tan correcto involucrarlo si sus sentimientos están en juego. Si sigues adelante, podrías arruinar una amistad, y eso sería peor que no seguir con el plan.
Steph se sintió aliviada, pero también algo triste. Había una parte de ella que sabía que dejar ir este plan era lo correcto, pero otra parte quería seguir adelante. ¿Sería posible encontrar un equilibrio entre su amistad con Ricardo y sus sentimientos, o terminaría perdiendo todo por seguir el camino equivocado?
Cuando regresaron al grupo, Steph se sentó, sintiendo el peso de la decisión. El resto de la reunión siguió en marcha, pero la conversación ya no le parecía tan importante. Estaba demasiado centrada en lo que acababa de decirle Karen. Sabía que tenía que dejar ir el plan, pero en su corazón había un vacío, como si algo valioso se estuviera desvaneciendo.
Ricardo, sentado cerca de ella, la miró y sonrió, sin saber nada de lo que había hablado. Pero en su interior, Steph sabía que la decisión que había tomado podría cambiar todo para siempre.
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