VII


Capitulo 7

Después de algunos minutos, Alan llegó al hospital, topándose con Alice en una banca, perdida en sus pensamientos, ajena a lo que pasaba a su alrededor.

―Alice, ¿qué pasa? Creí que estarías mejor después de que tuvieras noticias de tus amigos. ―decía el hombre, sentándose a un lado de la chica.  

―... ―Alice dejó caer su cabeza en el hombro del mayor―. Llegué a conocer a los chicos en un momento un tanto... difícil.  

―Tienes razón, pero ellos necesitan tu apoyo, y tú el de ellos. ―Alan permitió que la chica usara su hombro de apoyo; incluso se acomodó para que ella estuviera más a gusto.

―Tengo el presentimiento de que dentro de poco este grupo estará dividido.  

―¿Por qué lo dices? ―Hablar con la chica siempre era extraño; de pronto decía cosas que lo sacaban un poco del contexto en el que se encontraba.  

―¿Recuerdas cuando dijiste que creías que yo aún te ocultaba algo? ―Alice hablaba de forma tranquila, con un tono de voz muy bajo, casi como un susurro.  

―No lo creía; estoy seguro de que aún guardas información... pero no te voy a presionar.  

―Es verdad, hay cosas que no te he dicho, pero es que tengo miedo... ese asunto es demasiado grave. ―Decía, temblando un poco y abrazándose a sí misma.  

―Alice, me estás asustando ―Alan se movió de golpe, haciendo que la chica se enderezara un poco; después, él volteó completamente a verla, notando que estaba llorando, así que acercó una mano a su rostro y limpió algunas de sus lágrimas―. Sabes que me puedes tener confianza…

―Creo que después de que terminemos de hablar ―decía sonriendo un poco, creando un contraste con sus lágrimas―, me vas a llevar presa por complicidad en un delito.  

―¿Qué quieres decir? ―el mayor alzó la ceja tras hacer ese cuestionamiento; no creía que la chica fuera capaz de confesar algo así.  

―Sé quién fue el autor del secuestro de Hannah Donfort.

.......

En la sala de espera, los chicos estaban en silencio. Sabían que lo que se había dicho terminó molestando en cierto modo a su amiga Alice y que por eso había terminado saliendo del lugar.

Cleo estaba parada en un rincón de la sala, mientras que Dan estaba molesto y muy confundido con la situación. Lo que decía Cleo era verdad; Richy les había hecho mucho daño, pero no podía ignorar que él era su amigo y que, al parecer, Alice confiaba y creía en lo que este le había dicho. Así que... ¿qué debía pensar? ¿de qué lado se debería estar? Entre más pensaba en todo el asunto, más se le venía a la cabeza el rostro que Alice puso cuando escuchó las palabras de Cleo.

Por otro lado, Jessy no podía quitar de su cabeza la preocupación que tenía por Richy. A ella no le importaba todo lo que había hecho; lo que sentía por él era más grande que el dolor y el enojo que sintió en el momento en que descubrió todo, además de que, al parecer, Alice también estaba de acuerdo con ignorar lo que había pasado y hacer borrón y cuenta nueva con él. El único problema en ese momento era Cleo. ¿Ella sería capaz de delatar a Richy? No lo sabía, pero esperaba que no lo hiciera.

......

―Alice, ¿me quieres explicar todo esto?  

―Ya no tengo otra opción. Después de todo, tengo la sospecha de que tarde o temprano te enterarás de todo y prefiero que sea por mí. ―Alice permanecía con la cabeza agachada, sentía que no podía ver al mayor a los ojos.  

―Te agradezco que quieras sincerarte conmigo, y dime... ¿qué pasó?  

―Anoche me enteré de la verdad, aunque me sorprende que tú no te hayas dado cuenta o que no me hayas dicho algo, ya que ahora que lo pienso, tú debiste ver todo mediante las cámaras que estaban en la mina.  

―... ―Alan guardó silencio, no sabía qué decir.  

―Así que estoy en lo correcto, tú viste algo en esas cámaras ―Alice lo volteó a ver un poco y, al no recibir respuesta, volvió a su estado original y siguió hablando―. El silencio otorga, ¿sabías eso? Bueno, antes de que tú me hablaras para darme la noticia sobre la explosión, el dichoso hombre sin cara se mostró ante mí para contarme la verdad...Cuando se quitó esa maldita máscara, descubrí que era mi querido amigo Richy.  

―Me imagino que te dolió bastante descubrir que fue precisamente él. ―Tomó su mano y la presionó un poco entre las suyas.  

―Cuando me empecé a relacionar con los chicos, él fue uno de los que tardó más en hablarme, pero... cuando comenzamos a hablar, conecté muy rápido con él, tanto que se mostró preocupado por mí en varias ocasiones. Me encariñé tanto con él que, cuando vi el supuesto ataque que sufrió, sentí que me moría de la angustia y el dolor de verlo ahí sufriendo...  

―Oh, linda... ―Alan abrazó a la chica que cada vez lloraba más―. Lamento oír todo esto.

―El miedo, la culpa, la desesperación... hay muchos sentimientos que nos hacen hacer muchas estupideces, Alan. ―Alice se abrazó fuerte a ese hombre que la cubría con sus brazos.  

―Por eso trataste de encubrirlo. ¿Crees que lo que hizo está justificado?  

―Vi el arrepentimiento en su mirada; él no quiso lastimar a nadie.  

―Pero lo hizo... ―al sentir que la chica se tensaba, supo que eso no le había gustado nada.  

―¡No es verdad! ―dijo, alzando la voz.  

―¿Ah, no? ¿Qué me dices del señor Anderson, de la señorita Lewis?  

―Dan se accidentó por culpa de todo el whisky que bebió esa noche... y Amy se suicidó. El hacker encontró entre las cosas que había en la mina una carta que ella misma había escrito.  

―¿Estás cien por ciento segura de eso?  

―Claro que sí. Además, Richy tenía pensado liberar a Hannah y acabar con todo este asunto, pero pasaron algunos hechos que lo complicaron todo.

―... ―Alan permaneció en silencio por un momento, pero nunca dejó de abrazar de esa forma tan sobreprotectora a la chica. Sin embargo, era momento de tomar una decisión y tenía que afrontarla de frente con Alice, aunque aún no estaba muy seguro de por qué lo hacía―. Linda, ¿recuerdas lo que te dije en la mañana cuando te pedí que me dijeras toda la verdad?  

―Mmm, sí. Me dijiste que tenía que contarte la verdad para que me llevaras a la mina y que confiara en ti, que lo que te dijera quedaría entre nosotros. ―Decía Alice un poco pensativa, viendo hacia otro lado, esquivando la mirada del mayor.  

―Así es, Alice ―Decía mientras guiaba el rostro de la chica, tomándola del mentón para que lo viera directamente a los ojos―. Y esa promesa sigue en pie, ni tu amigo ni tú están en problemas, al menos no por ahora, pero aún así estaré vigilando al joven Rogers para asegurarme de que no es un peligro para ustedes.

―¿De verdad, Alan? ―Los ojos de la chica se abrieron por la impresión y, cuando vio que el otro asintió con un movimiento de cabeza, ella se lanzó a abrazarlo―. ¡Muchas gracias!

―No tienes nada que agradecer, linda ―Alan besó la cabeza de la chica, la cual se aferraba con fuerza a él―. Pero hay que aclarar una cosa: si alguien de tus amigos sabe la verdad, o incluso si la misma Hannah descubrió algo y van a poner una denuncia, tendremos que actuar y se tendrá que abrir una investigación contra él. ¿Tienes eso bien claro en tu cabecita, verdad?

―Así es, Alan. Entiendo eso.

―Bien, entonces por el momento tienes algo menos por lo que preocuparte. A ver, ven, muéstrame esa carita ―Alice levantó su rostro para verlo a los ojos y, en eso, sintió cómo Alan limpiaba sus lágrimas con su pañuelo―. Deja de llorar, linda, las cosas saldrán bien. Además, recuerda que traes ese uniforme; no debes mostrar debilidad ante los civiles.

―... ―Alice se volteó a ver sus vestimentas y rió un poco por el comentario―. Creo que elegiste el peor momento para que me pusiera el uniforme; en cualquier otro momento podrías ver en toda su gloria mi cara de pocos amigos. Pero ahora... estoy muy sentimental.  

―Lo sé, linda, pero hay que hacer un último esfuerzo; ya casi acaba el día. Vayamos adentro y veamos qué ha pasado. Si las cosas están medianamente bien, te llevaré a que descanses un poco.  

―Pero yo quería quedarme...  

―Me imagino que el señor Paul Rogers se quedará a cuidar a su hijo, así que tú y tus amigos deben descansar.  

―Está bien.

Y así, después de entrar y hablar un poco con los amigos de Alice, y tras cerciorarse de que las cosas seguían bien y que el señor Rogers se quedaría con su hijo, Alan se ofreció a llevar a Alice al hotel de la señora Walter para que descansara. En un principio, le ofreció llevarla a su piso, pero esta se negó a molestarlo de esa manera, así que tuvo que aceptar dejarla en el hotel. De ese modo, dio por finalizado ese día de arduo "trabajo

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Yei! Logré actualizar!!!
Me he decidió a escribir capítulos cortitos pero tratar de subirlos más seguido!

Espero que disfruten este pequeño capítulo!

Nos vemos en el siguiente capitulo!
O en mis otras historia 😁

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