V

Capítulo 5

Después del largo camino, al fin estabanen el hospital. Richy ya estaba siendo atendido en urgencias, mientras que Alan y Alice esperaban noticias en la sala de espera. La chica estaba extremadamente nerviosa y ansiosa, caminando de un lado a otro, sin poder controlar su angustia.

―Alice, debes tranquilizarte, todo va a estar bien.

―No lo sé, es raro que tan pronto como reaccionó, volvió a caer inconsciente ―Alice comenzaba a hiperventilar; la ansiedad estaba atacando de una manera muy agresiva―. ¿Y si lo que tiene es muy grave? ¿Y si...?

―Alice, basta. ―Alan se puso de pie y se acercó a la chica, la tomó de las manos y se mantuvo frente a ella, dándole apoyo y tratando de que ella no se saliera de control―, todo esto es muy difícil para ti y lo sé, pero por favor, tranquilízate. No quiero que todo esto te termine afectando; puedes enfermar.

―Pero... ―las lágrimas comenzaron a salir de los ojos claros de la chica.

―Ven aquí, todo va a estar bien. ―Alan le extendió los brazos y ella le correspondió el abrazo; necesitaba mucho apoyo en este momento.

―Vaya... yo tenía razón, te llevas muy bien con el policía.  

―¡Dan, chicos, llegaron! ―Alice se soltó del agarre del mayor y corrió a encontrarse con sus amigos. 

―Alice, ¿cómo está Richy? ―la pelirroja tomó las manos de Alice mientras preguntaba por su amigo.

―No lo sé, Jessy, los doctores no han salido a dar información. 

―Yo tengo una pregunta ―Thomas vio a su amiga de arriba a abajo―, ¿por qué traes ese uniforme de la policía?

―Es una larga historia... ―desvió la vista hacia donde estaba Alan.

―¿Será que siempre trabajaste para la policía y no nos lo habías dicho? ―Cleo trataba de sacar algo de información de su amiga.

―No, Cleo, esto es prestado; lo necesitaba para poder ir a buscar a Richy.

―Pues es extraño. ¿Qué pretende, oficial? ¿Por qué se toma tantas atenciones con nuestra amiga? ―Thomas estudiaba el rostro del mayor, quería ver qué le respondería y si le mentiría.

―No pretendo nada; ella ayudó en la búsqueda de sus amigos. Yo solo quiero ser agradecido con ella. ―Alan se acercó a ellos y puso una mano en el hombro de Alice, mostrándole su apoyo.

―¿A qué hora piensa salir el doctor? No puede tenernos aquí sin saber nada de nuestro amigo. ―Dan, algo molesto por la situación y el acercamiento de Alan con su amiga, trató de desviar la atención de ellos a algo que a él le parecía muy importante.

―Tranquilo, Dan, están haciendo su trabajo ahí adentro.

―Lilly tiene razón, Dan, solo nos queda esperar que todo salga bien. Por cierto... Lilly, ¿dónde está Hannah?

―Ella está en casa con nuestros padres; el agotamiento y el trauma fueron demasiados para tumbarla en cama.

―Es bueno que ya esté en casa; ella merece descansar.

Mientras los chicos hablan, a la sala de espera entró el señor Paul, quien se dirigió directo a Alan para preguntar lo que había pasado y si habían dado noticias del estado de salud de su hijo. Después de varios minutos más de espera, el doctor al fin hizo acto de presencia, haciendo que todos se acercaran y lo rodearan.

―¿Familiares del joven Richard Rogers?

―Nosotros, yo soy su padre. ―Se acercó Paul al doctor, con la preocupación marcada en el rostro.

―Nosotros somos sus amigos. ―Esta vez Jessy habló señalando a los demás.

―Bueno, les informo que el joven llegó en malas condiciones. Al parecer, estuvo bastante tiempo expuesto al humo de ese incendio, así que venía con una intoxicación por monóxido de carbono y otros gases que se liberaron de la mina a causa del fuego. En estos momentos, se le están administrando medicamentos para contrarrestar el envenenamiento; sin embargo, lo que nos preocupa es una contusión que presenta el paciente, la cual aún no sabemos si es la causante de la inconsciencia del joven o si todo es por la misma intoxicación.

―Doctor, ya le comenté esto a los paramédicos pero no sé si usted este enterado, cuando lo encontré me dediqué a buscar si había alguna herida grave que pudiera complicarse y mientras lo hacía él despertó, pero después de unos minutos volvió a caer en la inconsciencia.

―¿El joven le dijo algo mientras estaba consciente?

―No, solo se quejó un poco, como si lo hubiera lastimado, y después nada.

―Gracias por hacerme saber esto, señorita. Bien, me retiro. Continuaremos haciendo estudios y, si notamos algo nuevo o él despierta, le avisaré enseguida. Con permiso. ―Tras decir eso, el doctor se fue por el mismo pasillo por el que había llegado.

―Muchas gracias, oficial. ―Paul se acercó a la chica, abrazándola, dejando a esta sin saber cómo reaccionar. ―Gracias por encontrar a mi hijo. ¿Cómo puedo pagarle?

―No tiene nada que agradecer. ―Alice terminó por corresponder el abrazo, no sin antes lanzarle una mirada de desacuerdo a Alan, quien solo sonreía un poco. ―Es nuestro trabajo ayudar a quien lo necesite; además... él es un buen amigo.

―O sea que... ¿usted y mi hijo se conocen?

―Sí, al menos un poco. Mientras investigábamos el caso de la señorita Donfort, me vi obligada a relacionarme con los chicos, y con el pasar de los días, me hice cercana a ellos.

―¿Usted es esa chica misteriosa que terminó involucrada? No sabía que fuera policía...

―Yo tampoco... ―soltó en un susurro apenas audible para ella.

―Disculpe, ¿dijo algo?

―Sí, que no pensé que las cosas terminarían así... venga, tome asiento y descanse un poco. Richy es fuerte y saldrá de esta.

―Eso espero, señorita, eso espero.

Alice se alejó de él y se dirigió a donde estaba su supuesto jefe. Ella no se sentía cómoda por haber mentido al padre de su amigo, aunque, para ser sincera, la vida a partir de ese momento sería una completa mentira si quería librar a Richy del problema en el que estaba.

A medio camino, la chica se detuvo; pensar en eso la dejó en una especie de shock. Había encontrado a Richy. ¿Qué pasaría a partir de ahora? ¿Él se entregaría? ¿Los chicos lo delatarían? ¿Ella había cometido un error al haberles contado todo? Tan sumida en sus pensamientos estaba que terminó ignorando todo a su alrededor.

―¿Qué se siente ser parte del cuerpo policíaco? ―Alan se acercó a la chica y, muy cerca de su oído, soltó la pregunta.

―¡Ah! Me asustaste... ―brincó de la impresión de escuchar y sentir al mayor tan cerca.

―Lo siento.

―Tranquilo, no pasa nada... sabes, me siento fatal por mentirle al señor Rogers; él no se merece eso. ―Alice tenía la vista fija en esa persona que estaba sentada en ese sillón, esperando noticias de su hijo, que había estado desaparecido y ahora estaba luchando por su vida en una cama de ese hospital.

―Si aceptas mi propuesta de quedarte con nosotros, ya no será una mentira.

―¿Lo planeaste todo? ―Alice desvió la vista del señor Rogers para mirarlo a él con la ceja alzada.

―No, las cosas se están dando por sí solas, o como me gusta llamarlo... obra del destino. Además, recuerda que esto era necesario; si no, hubieras estado en problemas con la agente del FBI. Y en todo caso, si no te agrada la idea, ¿por qué mentiste? Podrías haberle dicho la verdad.

―Lo hice por ti. ―Soltó su respuesta mientras desviaba la mirada, ya que eso la hacía sentir un poco nerviosa.

―¿Por mí? 

―Sí, no podía decir la verdad porque eso te podría meter en problemas, y no quiero eso. 

―Vaya, al final resultó que sí te caigo bien. ―Alan levantó el rostro de la chica, sosteniéndola por su mentón.

―Claro que me caes bien, yo nunca dije lo contrario ―El rostro del mayor se iluminó con una sonrisa tras el descubrimiento―. Además... me has ayudado mucho, no podía ser malagradecida.

―Te quiero en el equipo, Alice, por favor piensa en eso. Cuando este asunto de tu amigo se resuelva y lo hayas meditado, me das una respuesta, ¿de acuerdo?

―Está bien, Alan, lo pensaré.

El celular del mayor comenzó a timbrar, anunciando una llamada, lo que hizo que este se disculpara y se alejara un poco de ella. Por lo cual, ella se acercó a sus amigos; los necesitaba ahí más que nunca.

―... ―en silencio, se dejó caer en el asiento vacío al lado de Thomas y se recargó en su hombro.

―Te queda bien el uniforme, pero... ¿por qué lo usas? ―Jessy fue la primera en hablar.

―Le pedí a Alan que me dejara ir a la mina, y él aceptó con la condición de que usara esto.

―¿Es un fetiche suyo o en qué estaba pensando? ―Dan cuestionaba con su sarcasmo característico a la chica mientras se acercaba al asiento donde estaba.

―Jajaja, Dan, tú siempre me sacas una sonrisa hasta en los peores momentos ―decía estirando la mano para que el otro la tomara―. No sé si Alan tenga esa clase de fetiches, pero me alegro mucho de que me haya prestado este uniforme, así pude evadir al FBI haciéndome pasar por parte del cuerpo policíaco y, gracias a eso, confirmé que ellos estaban aquí por Jake... y que también me investigaron un poco.

―¿Qué? Pero... ¿por qué? ―Dan presionó más la mano de la chica, ya que se había preocupado por lo dicho.

―Eso no importa, Dan.

―Fue por mi video, ¿no es así? ―La rubia bajó la vista; se sentía fatal por haberle causado tantos problemas a su ahora amiga.

―No te hagas eso, Lilly. Lo importante es que, gracias a este uniforme y a que me encontré con esa mujer, gané un poco de esperanza.

―¿Por Jake?

―Así es, Lilly. Según esa agente, Jake dio señales de estar en otro lugar, y aunque se me hace muy poco probable, el hecho de encontrar a Richy fuera de la mina tras un rastro de algo siendo arrastrado me hace suponer que Jake fue quien lo sacó de ahí.

―¿Ya te comunicaste con él, Alice? 

―No, Thomas. Desde la última vez que estuve en contacto con él antes de la explosión, ya no se ha vuelto a conectar y no quiero hablarle; no quiero que lo encuentren por mi culpa.

―Todo va a estar bien, pequeña, ya lo verás.

―Eso espero, Dan...

Los minutos pasaban y la espera se volvía eterna. Alan se disculpó con los chicos, ya que tenía que retirarse, y le pidió a Alice que le informara cuando hubiera noticias. Después de unos minutos más, Thomas y Lilly también se despidieron, prometiendo que tratarían de volver más tarde, pero que estaban preocupados por Hannah.

Alice estaba por levantarse e ir a preguntar si había noticias cuando el doctor salió y se acercó a ellos, trayendo una noticia que dejaría impactados a todos.

―Señor Rogers, chicos... ¿dónde está el agente Bloomgate?

―Él tuvo que volver a la comisaría a atender un asunto, pero me dejó en su representación —decía segura de sí misma, como si realmente fuera su trabajo.

―Bien, traigo noticias: el joven Richard despertó…

―Todo va a estar bien, pequeña, ya lo verás.

―Eso espero, Dan...

Los minutos pasaban y la espera se volvía eterna. Alan se disculpó con los chicos, ya que tenía que retirarse, y le pidió a Alice que le informara cuando hubiera noticias. Después de unos minutos más, Thomas y Lilly también se despidieron, prometiendo que tratarían de volver más tarde, pero que estaban preocupados por Hannah.

Alice estaba por levantarse e ir a preguntar si había noticias cuando el doctor salió y se acercó a ellos, trayendo una noticia que dejaría impactados a todos.

―Señor Rogers, chicos... ¿dónde está el agente Bloomgate?

―Él tuvo que volver a la comisaría a atender un asunto, pero me dejó en su representación —decía segura de sí misma, como si realmente fuera su trabajo.

―Bien, traigo noticias: el joven Richard despertó…

―¿De verdad, doctor? ―Jessy casi grita de la emoción.

―Sí, pero debo informarles que la contusión ocasionó un daño considerable.

―¿Qué quiere decir, doctor? ¿Qué tiene mi hijo?

―Su hijo sufre de amnesia...

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Bien, después de unos días al fin pude actualizar 😁
Les dejo este capítulo un poco más cortito que los anteriores pero necesario para no desmoralizarme. 😅
Espero que lo disfruten. 😊❤

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