IX

Capítulo 9

Alan y Alice comían y charlaban amenamente cuando el celular de la chica comenzó a vibrar sobre la mesa, indicando que había recibido un mensaje. Esta decidió ignorarlo por un rato hasta que notó que seguían llegando mensaje tras mensaje. Alice, suponiendo que se trataban de mensajes de grupo, tomó su celular para silenciarlo, pero se llevó una gran sorpresa al notar aquella notificación.

―Alice, ¿qué ocurre, linda? ―murmuró preocupado el mayor tras ver el rostro de la chica.  

―... ―Alice se quedó ahí pensativa, viendo la pantalla, cuestionándose si era prudente abrir aquel chat.  

―Alice ―Alan alzó un poco más la voz y tomó la mano de la chica para hacerse notar, sacándola de su trance―. ¿Estás bien?  

―¡Eh! Sí... Disculpa, no pasa nada.  

―¿Acaso es un mensaje del hacker? ¿Por eso te pusiste así?  

―No, pero sí puede indicar que está bien. ¿En qué estábamos? ―hablaba mientras silenciaba el celular y lo guardaba en su bolso.

―¿En qué planeas volver a tu ciudad...?  

―Oh, es verdad. Ese es mi plan; tengo que volver a casa.  

―Pensé que te gustaría quedarte aquí por un tiempo...  

―Y claro que me gustaría, pero tengo muchas cosas que arreglar antes de que decida tomarme un tiempo en Duskwood: trabajo, familia, cosas que no me atan a ese sitio, pero que no puedo dejar así como así. Además, me quedé sin ropa. ―Una sonrisa apenada apareció en el rostro de la chica, y Alan no pudo evitar sonreír con ella.  

―Si no es mucha indiscreción... ¿a qué te dedicas en realidad?  

―Trabajo en una escuela, algo que no me desagrada tanto, pero ya no soporto a mi jefe... así que planeo renunciar.  

―¿Escuela? ¿En serio? No me lo esperaba... ¿y qué enseñas?

―Enseñó computación básica a niños, toda una osadía ―reía la chica al recordar lo que era lidiar con sus pequeños―. A veces creo que no soy necesaria para eso; los niños cada vez entienden mejor la tecnología que uno.  

―Vaya, así que tienes conocimientos en sistemas de cómputo, con razón el hacker te pidió ayuda.  

―No, no, no... mi conocimiento no es nada en comparación al de j... ―cuando Alice sintió que se le iba a escapar el nombre, tosió un poco y se corrigió―... del hacker, yo solo sé usar Word. ―Bromeaba para distraer a su acompañante.  

―Jajaja, pero al menos no tenía que explicar muchas cosas como si me hubiera pedido ayuda a mí. Yo no entiendo nada de eso.  

―No te creo. ―Exclamó, sacándole la lengua.  

―Es la verdad, pero volviendo al tema, si regresas a tu ciudad... ¿cuándo piensas volver a Duskwood?

―Pues deseo durar poco allá; quiero estar aquí cuando Richy recupere la memoria, así que me tomaría más o menos un día o dos en hacer una maleta decente y renunciar al trabajo. Aunque hay momentos en que pienso que es mejor quedarme allá y olvidarme de todo esto.  

―Entiendo, pero no me agrada la idea. Me gustaría mucho acompañarte para asegurarme de que vuelvas, pero el deber me obliga a quedarme aquí.  

―Tranquilo, me mantendré en contacto contigo en todo momento para que te asegures de que estoy bien.  

―Y dime, ¿irás y vendrás en tu motocicleta? ¿Con una maleta?  

―Sí, ¿por qué?  

―Es peligroso...  

―Lo he hecho antes, Alan; todo estará bien.  

―Diablos, haces que me preocupe bastante…

Cuando ambos terminaron de comer, se dispusieron a dar una vuelta antes de ir al hospital a ver a Richy. Así que se dirigieron a la plaza, caminaron un rato y después se sentaron un momento en una banca cercana a aquella peculiar fuente. Para ese momento, la curiosidad de Alice por aquellos mensajes la estaba matando, así que, cuando vio la oportunidad, se decidió a leerlos.

―Alice, tengo deseos de algo frío y por allá hay una fuente de helados, ¿gustas uno?  

―¡Claro! Gracias...  

―Bueno, espera aquí, no tardo...

Alan se alejó y, en eso, Alice tomó su celular, lo desbloqueó y abrió aquel chat.

*Lilly - Dan*
Live  

Lily: Dan, al fin pude hablar con Alice.  

Dan: ¿De verdad? ¿Y cómo está? Estoy preocupado.  

Lily: Pues... le ha estado dando vueltas al asunto de Richy, está preocupada por lo que pueda hacer Cleo.  

Dan: Entiendo que se encuentre así; después de todo, las palabras de Cleo nos afectaron incluso a Jessy y a mí.  

Lily: Le pedí que nos explicara todo lo que Richy le había contado para entender mejor la situación, y dijo que al rato nos hablaría para ponernos de acuerdo porque tenía algo que hacer, pero parecía que llevaba prisa y se desconectó al momento tras recibir una llamada.  

Dan: ¿Y no te dijo que era tan urgente?  

Lily: Dijo que era un secreto. A lo mejor tenía una cita.  

Dan: ¿Qué? Claro que no, no ha querido hablar o salir con nosotros; ¿por qué tendría una cita?  

Lily: No lo sé...  

Dan: Te recuerdo que ella está enamorada del hacker. Me voy, tengo cosas que hacer.

Tras leer eso, noto que, aparte de ese mensaje, tenía algunos de Dan, de los cuales no se había enterado porque había silenciado su celular.

*Chat Dan*

Dan: Hola, pequeña, ¿cómo estás? Me preocupa que no te hemos visto.  

Dan: Alan habló conmigo y me preguntó por ti. ¿¿Pasa algo con él?  

Dan: Por favor, en cuanto puedas, comunícate conmigo, Alice.

Alice, al notar la preocupación de su amigo, no se hizo esperar y le contestó.

*Chat Dan*

―Hola, Dan. Perdón por no contestar, estaba ocupada y no escuché el celular.  

Dan: Tú le pegas sustos innecesarios a la gente de a gratis, pequeña.  

―Perdón, por cierto, ¿qué te dijo Alan?  

Dan: Solo preguntó por ti, dijo que intentó comunicarse contigo y que no respondiste...  

Dan: ¿Qué se trae ese oficial contigo?  

―Quieren que me integre al cuerpo de policía, eso es todo, Dan.  

Dan: Yo creo que se trae algo más contigo, es mucho el interés que muestra hacia ti. ¿No será que está intentando cortejarte?  

―¿No me digas que estás celoso?  

Dan: Y si así fuera, ¿qué?

―No deberías, al menos no de Alan.  

Dan: Es verdad, tú estás interesada en el hacker.  

―Dan...  

Dan: Solo... ten cuidado con Alan.  

―Tranquilo, Alan es un buen tipo, me vi con él y me ha tratado muy bien.  

Dan: Oh... bueno, yo solo decía. Lo siento, pequeña, me voy a ocupar, al rato hablamos.  

―Está bien, cuídate.  


Alice bloqueó su celular y, en eso, llegó Alan con dos vasos de nieve raspada de frutas. Le tendió uno a la chica y se sentó nuevamente a su lado.  

―Te traje uno de fresa, espero que te guste.  

―Gracias, Alan ―La chica probó un poco de hielo empapado de jarabe y se sorprendió por su sabor―. Está delicioso.  

―Me alegra que te gustara, ese es uno de los mejores locales de nieve por aquí cerca.

―Entonces ya sé a dónde venir a refrescarme.  

―¿Todo bien, linda?  

―Sí.  

―¿Te llegó alguna mala noticia?  

―Oh, no, sólo hablé con Dan; estaba preocupado porque no había dado señales en estos días, y el que tú le hablaras para preguntar por mí encendió sus alertas.  

―Así que se puso celoso.  

―Claro que no, ¿por qué lo haría? ―preguntó mientras picaba su nieve―. Tú y yo nos estamos conociendo y nos estamos viendo por motivos relacionados a tu trabajo, y Dan está interesado en Jessy.  

―... ―Alan sonrió de lado, pero sus ojos delataban la decepción que esas palabras le hicieron sentir―. Nos acabas de batear a los dos tan fácilmente.  

―¿Eh?  

―Nada, es hora de irnos; tenemos que llegar antes de que se acabe la hora de visita. ―El mayor se puso de pie y comenzó a caminar con rumbo al lugar donde su auto estaba aparcado, siendo seguido por una chica completamente confundida.

Una vez que llegaron y subieron al auto, Alan se quedó pensativo por un rato, confundiendo más a la chica, que comenzaba a preocuparse.

―Alan, si dije algo que te molestó... discúlpame. Soy algo torpe con las palabras y no me doy cuenta muchas veces cuando digo alguna tontería ―admitió mientras se mantenía agachada y jugaba con sus manos.  

―Claro que no, linda ―Alan estiró su mano para alcanzar la de la chica y sujetarla con fuerza, temiendo un poco que Alice rechazara el contacto―. No me he molestado, lo que pasa es que me quedé pensando en algunas cosas importantes.  

―¿Estás seguro?  

―Claro que sí ―Alan llevó la mano de la chica a sus labios y dejó un corto beso en ella, haciéndola sonrojar―. Lo que sí es que quiero preguntarte algo, ¿puedo?

―... ―Alice sólo movió su cabeza de manera afirmativa.  

―¿Por qué te rehusas a usar el nombre del hacker cuando hablamos de él?  

―... ―Alice se tensó tras escuchar esa pregunta, algo que el mayor notó.  

―Alice, sé que el hacker se llama Jake, ¿por qué me lo ocultas?  

―Lo siento, hablar con alguien más sobre él es muy extraño, no me siento cómoda.  

―¿Sientes que lo estás delatando?  

―Sí, ya hablé mucho de él, decir su nombre es demasiado.  

―¿Por qué te importa tanto ese sujeto?  

―... ―Alice sólo bajó la mirada sin saber qué decir.  

―Ya veo, te has enamorado de él.  

―... ―Alice lo volteó a ver con gran asombro y temor. ¿Qué pasaría ahora que la había descubierto el policía?―. Alan, yo...  

―Tranquila, no te voy a juzgar ni te voy a cuestionar. Me parece raro que te hayas enamorado de alguien sin conocerlo físicamente, pero cada quien. Lo que sí quiero saber es por qué tratas de ocultarlo, si ya te había dicho que no haría nada.

―Bueno, todos tenemos secretos. Guardar algo para mí me hacía sentir segura, o sentir que él estaba seguro. ¿No me vas a decir que tú no me has ocultado cosas?  

―Claro que no, te he contestado con la verdad lo que me has preguntado.  

―Bien, hagamos una prueba. ¿Qué tan bueno eres manipulando equipos digitales?  

―Soy malísimo, ya te lo dije, no entiendo nada de tecnología.  

―¿Entonces quién configuró tu celular para que nadie pudiera descubrir tu actividad con él?  

―¿Qué quieres decir?  

―Ni siquiera Jake era capaz de notar cuándo me llegaban tus mensajes.  

―... ―Alan se quedó sin palabras.  

―El chico era un poco paranoico y, tras las amenazas que comencé a recibir, él intervino mi celular para ver quién me hablaba y tratar de sacar información, más que nada porque las amenazas del hombre sin cara eran constantes.

―... ―Alan sintió que no podía seguir conduciendo mientras hablaban de eso, así que soltó la mano de la chica para después estacionarse a la orilla de la carretera y poder hablar mejor.  

―Jake detectaba cualquier llamada o mensaje que me llegaban, menos los tuyos.  

―Así que me descubriste ―Esta vez era el turno del mayor de bajar la mirada―. No fue mi intención engañarte, solo no creí que fuera necesario hablar de eso.  

―No te preocupes, solo abordé el tema para que entiendas que, a pesar de saber que no hay peligro, siempre vamos a tener la necesidad de ocultar algo; está en nuestra naturaleza. Pienso contarte todo, Alan, pero necesito tiempo para poder hacerlo.

―Te entiendo, linda. Yo también te contaré todo cuando llegue el momento. Por favor, discúlpame.  

―Está bien, vayamos al hospital. Quiero ver cómo está Richy.  

―De acuerdo, vamos.

Y así tomaron rumbo nuevamente al hospital.

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Habemus Capítulo!

Por alguna razón me siento muy a gusto escribiendo esta historia así que espero traer pronto otro capítulo.
Que lo disfruten.

Nos vemos en el próximo capítulo o en mis otras historias 😁

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