IV

Capitulo 4

Alice entró al lugar; estaba aterrada por el panorama que se veía frente a ella, pero eso no la detuvo. Con cuidado, ella se adentró al lugar, esquivando la gran cantidad de escombros que había dejado la explosión.

Alan la seguía de cerca. Sabía que si trataba de detenerla, sería imposible, pero ese lugar era demasiado inestable y eso le preocupaba bastante.

―Alice, creo que deberíamos ir por equipo de protección.

―Ve tú, yo me quedo aquí. Tengo que encontrar algo; tengo que asegurarme de si los chicos salieron o siguen aquí.

―Alice... ¿qué pasa si ocurre un accidente? No podrás encontrar aquello que tanto buscas.

―Pero...

―Yo te acompañaré por estos túneles, pero tenemos que ir por protección.

―Está bien, Alan, vamos.

Alan rodeó a la chica de los brazos y la guió a la salida. Una vez fuera, los interceptó una chica alta y rubia, muy hermosa, pero con una expresión dura y fría en el rostro.

―Disculpe, ¿es usted el jefe del departamento de policía de Duskwood, el agente Alan Bloomgate? ―cuestionaba la mujer que llevaba una chamarra con el logo de la organización de la que venía.

―Sí, el mismo.

―Soy la agente Halle Linder del FBI. Soy quien lidera este grupo y necesito hablar con usted.

―Claro, ¿sobre qué quiere hablar?

―Del porqué estamos aquí. ¿Usted sabe el porqué de nuestra visita?

―No, no lo sé. Me pareció raro verlos aquí, pero por lo que pasó no hubo tiempo de indagar ―Alan hablaba mientras veía a Alice, quien se había detenido a unos cuantos pasos de él―. Señorita Crawford, ¿puede ir a conseguir el equipo de protección para entrar en la mina?

―Claro que sí, jefe, con permiso. ―Alice hizo una reverencia y se alejó con rumbo a donde estaba el equipo de maniobras y rescate.

―¿Quién es la señorita?

―Es parte de mi equipo de trabajo. Ella es buena observadora, es muy buena investigando y buscando huellas, así que será útil buscando pistas en el lugar. ―Alan hablaba de la chica como si ella llevara toda una vida trabajando para él, esperando ser convincente.

―Ya veo... ―La señorita Halle se quedó observando cómo la chica se alejaba del lugar.

―Y bien... ¿de qué quería hablar?

―¿Usted sabía que aquí hay una persona buscada por el FBI?

―No.

―Hemos estado siguiendo la pista de un hacker que se ha metido en cosas que no debía. Al parecer, su nombre es Jake y el muy maldito es muy escurridizo; suele escapar con mucha facilidad.

―Ya veo, muy malo es lo que hizo para que ustedes lo busquen.

―Sí, y hace unos días estuvimos a punto de dar con él. ―Halle seguía hablando mientras veía cómo Alice regresaba con cascos, linternas y sogas, manteniéndose a una distancia considerable para darles privacidad―, sin embargo, un montón de personas comenzaron a subir publicaciones a las redes sociales autoproclamándose Jake. Casi nos vuelven locos con ese maldito hashtag que aparecía por todos lados. ―Halle veía directamente al rostro de la chica, sintiendo que la conocía de algún lado pero sin poder recordarlo.

―¿Y qué les hace pensar que está aquí? Bueno, precisamente en este lugar. 

―Logramos al fin rastrear la señal de su equipo, el cual daba a este lugar. Es curioso que precisamente este fuera el lugar donde se estaba llevando a cabo un secuestro... ¿qué fue lo que pasó aquí?

―Una señorita y un joven llevaban varios días desaparecidos, pero después de una ardua investigación ―Alan volteó a ver a Alice con una sonrisa―, por fin encontramos las pistas que nos trajeron aquí; sin embargo, parece que el secuestrador nos descubrió y quiso acabar con todo lo que lo incriminaba.

―Ya veo... ¿Usted vio lo que había dentro antes de la explosión?

―Sí, cuando entré por la señorita Donfort, me topé con un montón de fotos y documentos; parecía que el secuestrador estuvo investigando al grupo de amigos de la chica.

―¡Hey, tú! ―La rubia volteó con Alice y la apuntó con el dedo― ven aquí.

―Sí ―Alice obedeció la orden, se acercó a ellos, parándose al lado de Alan―, dígame, señorita.

―¿Tú estuviste en esta investigación?

―Así es.

―Y dime... ¿tú conoces a los amigos de la víctima?

―Sí, tengo una buena relación con ellos.

―¡Alice!

―Lo siento, jefe, pero si le decía la verdad, me sacaría del caso y no podía permitir eso. Conforme los investigaba, terminé llevándome bien con algunos de ellos.

―Ya sé de dónde te conozco ―la expresión de asombro de la rubia llamó la atención de los otros dos―, y presiento que me estás mintiendo... tú eres la chica de ese vídeo. Una mujer subió a la red un vídeo en el que culpaba a una chica y a un hacker de la desaparición de su hermana. Esa chica eres tú, ¿no? La mujer proporcionó datos de esa chica; nosotros, queriendo ver si esa pista nos llevaba a nuestro objetivo, entramos e investigamos tu perfil. En él vi varias fotografías tuyas; sin embargo, no encontramos nada que te ligara con él, pero tampoco mencionaba que fueras policía. ¿Me quieres explicar? ―Halle estaba siendo muy intensa al cuestionar a la pobre chica; esperaba intimidarla y sacarle la verdad si es que ocultaba algo.

―Creo que mi trabajo es demasiado peligroso para andarlo difundiendo por todos lados. O dígame, ¿usted tiene redes sociales? ¿En ellas, usted se jacta de decir que es agente del FBI? Yo quiero creer que eso sería peligroso para usted.

―... ―Halle se mantuvo en silencio; al parecer, la chica era sincera y no ocultaba nada, o era muy buena en su trabajo. Tras ver el rostro de Alice, optó por elegir la primera opción y creer en ella. ―Tienes razón, eres muy cautelosa, eso me gusta.

―Si así no paraban las amenazas, imagina si saben quién soy y dónde estoy.

―¿Recibiste amenazas?

―Sí, todo por culpa de ese vídeo.

―Lamento escuchar eso... Bueno, lo que quería hablar con usted ―decía, dirigiéndose a Alan―, si sabe de alguien extraño merodeando por los alrededores o encuentra a alguien más en la mina, por favor llámeme para investigar; estaremos en las cercanías.

―¿Se van?

―Así es, al parecer se detectó una señal que indica que él ya no está aquí y, aunque nos parece casi imposible, tenemos que investigar. ¿Cuento con ustedes?

―Claro que sí, señorita...

―Halle, Halle Linder.

―Un gusto conocerla ―La chica le sonrió y después se dirigió al hombre―. Jefe, le dejo su equipo; yo me voy adelantando. Con permiso, señorita Halle.

La chica se colocó el casco y se dirigió de vuelta a la escotilla y entró al lugar. Dado que ya iba más preparada, podía internarse en esos túneles con mayor facilidad, ya que había preparado un mapa de la mina, una cuerda, una linterna y un botiquín médico por si era necesario.

Caminó y caminó, viendo todo el daño que había dejado la explosión. Había túneles que habían quedado completamente cerrados; en otros, había huecos en el suelo que ponían en riesgo su seguridad, algo que a ella no le importó, ya que no la detuvo. Fue y vino por esos túneles, desviando su camino cada vez que este se cerraba, temiendo perderse pero nunca arrepintiéndose de estar ahí.

Después de un buen rato de estar en el lugar, dio con un túnel que daba a una salida bastante alejada de aquella por la que ella entró. Cuando inspeccionó el lugar, se topó con un rastro dejado en el suelo por algo pesado siendo arrastrado. Ese detalle llenó de esperanza a la chica, que no dudó en seguir ese rastro. Después de varios metros, al fin vio la luz, salió del pasillo y caminó unos metros, alcanzando a divisar un bulto oculto entre unos arbustos. Alice corrió hasta ahí, descubriendo que se trataba de Richy.

―¡Richy! ―Alice se dejó caer de rodillas a un lado de su amigo― ¡Richy, responde! ¿Estas bien? ¡por favor reacciona! ―La chica movía el cuerpo de su amigo mientras lloraba desesperada―, por favor...
¡Richy! ―Su amigo no reaccionaba pero al checar los signos vitales vio que seguía con vida, así que se comunicó de inmediato con Alan―.  ¡Alan! ¡Por favor contesta!

―¡Alice! Te perdí la pista, ¿dónde te metiste?

―No se bien donde estoy, pero estoy fuera de la mina, salí por un túnel y encontré a Richy pero no reacciona... ¡necesito ayuda!

―¿Dónde así estas?

―No lo sé, vague por muchos pasillos y ahorita no tengo cabeza para recordar por donde llegue aquí, pero te mandaré mi ubicación, espero que eso sirva, ¡por favor trae ayuda!

―Vamos para allá, Alice, mantén la calma.

Al cortar la llamada, Alice mandó por mensaje su ubicación para después revisar a su amigo. No parecía tener heridas graves a simple vista, pero no podía asegurar eso con todo su cuerpo lleno de suciedad. La única herida que resaltaba era la de su brazo. 

Se dedicó a quitar esa sucia venda e inspeccionar la herida; al parecer, la bala había entrado y salido, rasgando la piel de una manera horrible. Alice tenía miedo de que esa herida se infectara, así que se dedicó a limpiarla. 

Mientras ella limpiaba el brazo de Richy, este despertó. Se notaba desorientado y no sabía lo que estaba pasando.

―Richy, ¿estás bien? ¡Qué bueno que despertaste!

―¡Auch! Eso duele...

―Disculpa, pero esto se puede infectar... Ya casi termino.

Una vez que terminó, ayudó al chico a incorporarse, quien, después de hacerlo, solo se recargó en la chica y volvió a caer inconsciente. Después de largos y angustiosos minutos, Alan al fin llegó junto a un equipo de paramédicos que se apuraron en ayudar al joven herido.

―Alice, ¿estás bien?

―Sí, no te preocupes. Tenemos que irnos; Richy necesita atención médica.

―¿Hay señales de tu otro amigo?

―... ―Alice bajó la cabeza; no pudo contestar. Alan, al ver eso, se acercó y la abrazó.― Si Richy salió de aquí, tengo la esperanza de que él también lo hizo.

―Bien... es hora de irnos.

Todos salieron rumbo al hospital, unos en la ambulancia y Alan junto a Alice iban en la patrulla del mayor. Mientras iban en camino, Alice decidió comunicar la información a sus amigos.

**Chat Grupo**

―Chicos, ¿están?

Dan: Sí, ¿en dónde estás? No me digas que tu "amigo" el policía te arrestó.

Jessy: ¡Dan! ¡No digas eso ni de broma!

Lilly: ¿Qué pasa, Alice?

―Encontramos a Richy; en este momento nos dirigimos al hospital.

Thomas: ¿Estás hablando en serio?

―Sí, los espero en el hospital.

Lilly: De acuerdo, allá nos vemos.

Y tras terminar de mandar ese mensaje, Alice se desconectó para concentrarse en el camino, preguntándose qué pasará en un futuro próximo.

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