1-Inicio de la aventura

Las cosas se calmaron en el gremio gracias a la intervención de la mujer que tenía delante y que claramente todo el mundo respetaba.

—Cielos, siempre tienen que hacer el idiota y eso me produce dolor de cabeza—dijo llevando su mano a su frente.

—Disculpa—le dije con cierto nerviosismo.

Ella levantó su vista y me miró a los ojos, tenía una mirada penetrante.

—No creo haberte visto por aquí nunca, ¿eres nuevo?—asentí—bienvenido a Fairy Tail y...¡Natsu y Gray dejen de hacer el idiota de una vez!—fue tan fuerte el grito que casi me tira al suelo—disculpa a esos dos...son buenos amigos pero también rivales.

—Ya veo...—dije mirando como el pelirrosa decía Aye—hace años...me salvaste de un enorme perro junto a ellos dos, no sé si lo recuerdas.

Ella se puso en posición pensativa.

—Tengo vagos recuerdos de eso...la verdad es que he hecho muchas misiones y entiende que es difícil recordar algo así—contesto.

—Si, claro—aunque por dentro estaba algo decepcionado, era entendible.

Natsu y Gray se acercaron a saludar.

—Así que eres nuevo...¿qué magia usas?—preguntó Natsu.

—Magia de agua—con mis manos hice aparecer unos peces.

—¡Peces!—algo paso volando chocando con la magia y estampándose contra un pilar.

—Son de agua Happy—pero el gato con alas estaba inconsciente—¿un gato con alas?—me eché hacía atrás sorprendido.

—Es una larga historia—dijo su amigo.

—Así que la magia de agua eh...como Juvia—comentó Gray.

Una joven apareció enseguida aferrándose al chico.

—¿Me llamaba Gray-sama?—aunque en un principio me pareció ver a una pareja feliz, pronto comprendí que estaba siendo acosado.

Yo miré a Erza como esperando que interviniera, pero nada más lejos de la realidad.

—Es bueno amarse el uno al otro—dijo ante mi incredulidad.

¿Acaso no se daba cuenta?, miré al resto que parecieron comprender lo que pasaba por mi mente y movían la cabeza de forma negativa.

—Supongo que sabes lo que es eso—dije queriendo saber si tenía la joven pareja.

Sentí algo en el ambiente, todos parecían asustados, como si hubiera hablado de algo malo. Natsu se escondió bajo una mesa con cara asustada...comprendí que había sido un error.

Entonces, para mi sorpresa, pero sobretodo para el resto, vi a la joven encogida de rodillas en un rincón llorando.

—Has tocado un tema algo doloroso para Erza—comentó Mirajane mientras iba de un lado a otro con la bandeja de cervezas.

Ya pasado el mal trago me disculpe con ella y fui al tablón de anuncios buscando una misión para empezar a ganar dinero, la vida es demasiado cara. Las que quedaban eran bastante complicadas o era recomendable ir con varios magos. Me fije en una de derrotar a una manada de monstruos, la recompensa era muy elevada...nunca había visto tantos ceros juntos.

—Si es lo que cuesta comprar el negocio de papá—pensé revisando los ceros y contándolos bien.

El problema es que no tenía amigos ni compañeros con los que hacer la misión.

—¿Debería pedir ayuda?—miré a los alrededores.

—Hola, ¿buscas trabajo o ayuda?—preguntó una voz cerca mía.

Era una chica rubia, de mediana estatura, vestida de manera un poco provocadora y parecía muy amable.

—Si, he pensado en hacer esta misión pero...—ella entendió que necesitaba ayuda.

—Me llamo Lucy, si quieres puedo echarte una mano con esta. Yo también estaba buscando misiones para pagar el alquiler—comentó soltando un risa nerviosa.

—Ah, encantado soy...—le dije presentándome y diciendo mi nombre.

—¿Vas a hacer alguna misión Lucy?—Erza y compañía se acercaron.

—Uohhh, me esperaba que la recompensa fuera mayor—aquello me sorprendió.

—Natsu, tienes puesto dos dedos que cubren el total—le dijo el pelinegro.

Al retirar los dedos y ver la suma, casi se le salen los ojos de las cuencas.

—Con esto podría comer unos meses—dijo emocionado.

Y como quien no quiere la cosa, cuando me quise dar cuenta, ya estaba subido en el tren camino al poblado acompañado por ellos. Natsu por ser un dragon slayer estaba mareado, eso me dijeron. Gray miraba por la ventana y Lucy leía tranquilamente.

Erza comía relajada un trozo de pastel de fresas. Pero lo que me sorprendió es que era de la pastelería de mi familia.

—Veo que te gustan los pasteles—comenté para romper aquel silencio.

—Si, adoro el de fresa y encima, la pastelería a la que acudo me encanta porque los hacen muy bien.

—Pues...es de mi familia—dije.

Ella parpadeó un par de veces.

—¿Tu familia es la dueña de la pastelería?.

—Si, siempre han querido que me hiciera cargo del negocio familiar pero...yo quiero vivir aventuras, ver mundo...ya sabes, esas cosas. Por suerte, mi hermana se encarga del negocio—explique feliz.

—Cuando volvamos, ¿podemos pasar por allí?—preguntó con corazones en los ojos.

—Cla-claro—dije algo asustado por ver su expresión.

—¿No querrás comer por la cara, verdad, Erza?—al preguntar aquello Gray, pude ver como empezaba a salir sudor de la frente de la maga.

—Tranquilos, mi familia estará encantada de invitarte a todo el pastel que puedas comer—le dije para tranquilizarla.

—Entonces será mejor que tomes toda la recompensa para reponer la mercancía—comentó Gray antes de ser golpeado por Erza.

Lucy me miró.

—¿Tu primera vez?—me preguntó con una extraña sonrisa.

Al llegar al poblado vimos que estaba cayendo un fuerte agua, las nubes negras y los truenos parecían hacer retumbar todo como un terremoto. Por suerte, habíamos llamado para reservar unas habitaciones ya que habíamos aceptado la misión y nos dieron cobijo.

—Estoy helada—se quejó Lucy abrazando su cuerpo.

—Eso es porque siempre vas ligera de ropa—comentó un Natsu ya recuperado.

—¡Idiota!—le dio un golpe en la cabeza.

Natsu y Gray en una habitación, Lucy y Erza en otra y yo en una individual. De vez en cuando escuchaba jaleo en la de estos pero enseguida se callaban cuando escuchaban el grito de Erza.

Salí de la habitación para andar un poco por el recinto ya que era bastante grande. No me sorprendió ya que a pesar de ser un poblado, era casi como una ciudad, aunque no les gustaba los edificios grandes salvo los del hotel y ayuntamiento. 

—¿Tu también has salido a andar un rato?—escuché detrás mía.

Eran Erza y Lucy.

—Si, ¿vosotras vais a algún lado?.

—Yo iba a por hielo, quiero tomar algo fresco esta noche pero se ha acabado. Lucy, vigila a ese par de idiotas y si hacen algo, les castigaré después—ordenó—vamos, te acompaño.

La tormenta parecía haberse intensificado hace unos cuantos minutos y eso hacia preocuparme, no me terminaban de gustar las tormentas. En mitad del pasillo y ya llegando ya a la zona se fue la luz.

—Maldita tormenta—dije algo molesto por no ver nada.

—Seguro que por aquí hay un interruptor de emergencia—dijo ella.

Yo di unos pasos ya que sabía donde estaba la pared cuando alargue la mano en busca de este.

—Uy, esto es muy blando. Parece...no sé...—seguí palpando.

Me resultaba extraño que hubiera algo tan suave en la pared, quizás una pequeña estatua de esas que ponían a lo largo del pasillo como adorno.

Y vino la luz, parpadeé un par de veces ya que me molestó en los ojos. Fue cuando vi que estaba tocando los pechos de ella.

—¡Lo siento!—me apresure a disculparme ante su mirada.

Sentí un miedo como nunca antes, ahora me sentía como Gray y Natsu cuando ella se enfadaba. Para mi fortuna, escuchamos un cristal que se rompía.

—Es una de esas bestias—dijo un hombre huyendo.

Ambos vimos como unas bestias entraban al recinto gruñendo. Eran de color verde, con afiladas garras y horripilantes, con un aspecto horrible.

—Bien, hora de trabajar—Erza se reequipo lista para la batalla.

—Creo que van a la zona de la pastelería—dije viendo como uno entraba en la cafetería.

Ahora si, un aura maligna salió de su cuerpo.

—¡Voy a matarlos!—grito antes de salir disparada cara a ellos.

Natsu, Gray y Lucy llegaron alertados por el jaleo.

—¡Vamos Natsu!—dijo emocionado Gray seguido por Natsu.

—Estoy cansada de correr—comentó Lucy.

Y así, mientras aquellos tres fueron cara a cara contra los monstruos, yo me quede observando todo junto a Lucy y sintiendo lastima por lo que sufrieron las criaturas.

Continuara...



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