Piel de Diamante (Oneshot)

AU Bachillerato, Erwin y Levi en sus versiones femeninas; espero les guste 🖤

🖤

La primera vez que Eileen Smith se cruzó con Levy Ackerman fue en el club de debate; en segundo de bachillerato.

—Si no querías participar, no haberte unido—Dijo la rubia con una linda sonrisa, recalcando la firmeza de sus palabras—Debatir no es una obligación, descuida.

—Mmh, no tienes que decirme que hacer—Respondió la pelinegra mientras jugaba con un lápiz, no tenía intención de seguirle el juego a aquella rubia presumida.

Eileen Smith es la persona más molesta que Levy haya conocido. Presumida, vanidosa, optimista y sumamente terca, actúa como si todo estuviese de acuerdo a su plan, siempre en serenidad con un tilde de superioridad en sus acciones.

Normalmente Levy no soportaría estar en la misma habitación que una persona así, pero Eileen...es un gusto culposo que Levy quiere darse.

Si fuera tan insoportable no hubiera permitido que Eileen le robara su primer beso.

—Anoche estuve leyendo una tesis interesante—Comentó la rubia mientras pone un mechón de su cabello detrás de la oreja—Hablaba sobre varios casos de eutanasia en 1939, siempre y cuando el paciente lo haya deseado y sea de manera indirecta, había muchos testimonios...

Levy no prestaba atención, se dedicó a observar los detalles de su compañera. Eileen sabe arreglarse, siempre se viste con faldas largas y blusas ajustadas, lo que resalta sus curvas; es alta así que sus zapatos siempre son de piso liso, su cabello está suelto y con apenas cubre sus hombros; quizás su actitud a veces desespera a Levy, pero físicamente le es hermosa.

Levy recuerda a la perfección cuando se besaron por primera vez, los labios de Eileen sabían a frutas y su perfume olía a flores. Levy mentiría si dijera que no quiere saber más de ella incluso bajo su ropa.

—¿Qué tanto miras?—Pregunta Smith con una sonrisa presumida.

—Que el timbre sonó hace más de media hora y nosotras seguimos aquí—Responde la pelinegra con un gesto indiferente—Eres aburrida.

—Siempre puedes irte.

—¿Y con quién me divertiría?

—Entonces no soy tan aburrida—La rubia quería pasar sus dedos por el flequillo de la pelinegra, pero no lo hizo porque sabe que no es fan del contacto físico—Solo quiero terminar con la investigación para el debate de mañana.

—Lo harás bien, tienes un don para que cualquier cosa que digas suena convincente.

—Al contrario de ti, que tienes poca paciencia para las charlas—Eileen toma un libro sobre la mesa—No entiendo porque te uniste al club de debate si lo odias.

—Porque tenía que aumentar mi promedio para no reprobar.

—Pero ya tienes tu aprobación asegurada, y sigues aquí.

—Deja de divagar y mejor dime que estás insinuando.

—Qué estás aquí porque te gusta estar conmigo.

—¿En verdad piensas que todo gira en torno a ti?

Eileen suelta una risita, cualquiera diría que Levy es una grosera pero la rubia sabe diferenciar cuando quiere ser distante y cuando está bromeando (a su extraña manera).

Levy Ackerman es todo lo que Eileen quería evitar. Grosera, sarcástica, agresiva, solitaria, con manías extrañas, siempre cuestionando a todos a su alrededor; no es colaborativa, no le gusta seguir ordenes, no disimula su apatía y finge que es la clásica chica ruda que no tiene sentimientos hacia nada.

Levy es una fruta prohibida que Eileen quiso probar, por eso se besaron hace unos días, junto a los casilleros después del timbre.

Fue un momento de impulso. Eileen está fascinada con Levy desde hace meses, por eso cuando descubrió que Levy solía mirarle el trasero cada vez que pasaba junto a ella, decidió persuadirla junto a los casilleros.

Una sonrisa burlesca, unos comentarios con doble sentido por parte de Levy, y el resultado fue un fogoso beso. Uno donde Levy tuvo que levantar sus talones y su espalda quedó contra los casilleros; Eileen abrazó la cadera de la otra, y fue la que marcó el tiempo del beso.

Levy no quería admitirlo pero saber que Eileen fue la que tomó el mando, es...excitante. Pero no se lo diría a la rubia, se le inflaría el ego todavía más.

—Que lindo de tu parte quedarte conmigo a pesar del aburrimiento—Comenta la rubia con un lápiz de tinta azul celeste entre sus dedos—Querrás algo a cambio.

Levy levanta las cejas, sorprendida. Era peligroso lo mucho que Eileen la conocía; nunca habían interactuado mucho en estos años que llevan en el bachillerato. Eileen es un curso mayor que Levy, así que no son ni compañeras de aula.

—Quiero que nos conozcamos—Responde Levy de manera directa, inclinando su rostro y apoyándolo en su mano para que la rubia no vea sus mejillas sonrojadas—No creo que me conozcas lo suficiente como para empezar a salir.

Eileen sonríe de manera melancólica. No está de acuerdo pero entiende el punto de Levy. Solo conoce de ella lo que los demás también conocen.

Entonces observa a la pelinegra, es una chica guapa debido a sus rasgos delicados, su cabello oscuro como el carbón, y su manera de vestirse, siempre con pantalones ajustados, botas con ligero tacón—para ocultar su baja estatura—, camisetas de colores oscuros—hoy por ejemplo usa una de color rojo tinto—,y siempre limpia de la cara.

A Levy no le gusta el maquillaje ni los perfumes exagerados. Para ella, un baño y la apariencia natural son suficientes. Por eso mismo, Levy siempre huele a jabón, el detergente lavanda de su ropa y si te acercas lo suficiente, puedes apreciar su shampoo fresco.

—¿Qué quieres saber de mí?—Pregunta Eileen, entonces la pelinegra gira para verla—¿Y que tengo que saber yo de ti?

—No lo sé, pues...una vez noqueé a un tipo que intentó robarme.

—¿Okey?—Eileen suelta una risa—Yo...no sé cocinar pasteles, la última vez incendié la cocina.

—Entonces no eres tan perfecta como todos creen—Levy sonríe un poco—Me gustan los erizos, quisiera uno de mascota.

—Buen gusto, yo suelo pintar paisajes como pasatiempo.

—Yo suelo practicar boxeo.

—Eres la combinación entre fuerza y delicadeza, ¿lo sabías?

Levy mira con extrañeza a la rubia.

—¿Qué tengo yo de delicada? Por tu bien espero que no te refieras a la estatura.

—No es eso—El rostro de Eileen se acerca a la pelinegra—Por tu manera de ser, tan distante, silenciosa, eres elegante sin necesidad de usar vestido y aretes.

Esta vez Levy no pudo ocultar su enrojecimiento; no está acostumbrada a recibir halagos.

—Gracias, creo—Levy observa los ojos azules de Eileen—Significa mucho viniendo de la chica más popular de aquí.

—¿Popular? ¿Popular para quién?

—Vamos, literalmente tienes un club de fans, serás reina del baile y hasta los profesores te aman, a ti...

Levy se detiene a tiempo, estaba a punto de decir "a ti todos te aman", y claro, eso la incluía a ella.

—Bueno...—Eileen vuelve a pasar una mano por su cabello—Debo reconocer que tengo cierta reputación, pero estoy segura que tu también tienes un club de fans.

—No, espero que no.

—Quizás no te has dado cuenta.

—Si los tuviera, ¿dónde están?

—Quizás les das miedo.

—Si les diera miedo, no serían mis fans para empezar.

—No te creas, a la gente le gusta lo intimidante—Eileen acompaña su respuesta con una sonrisa seductora.

Eileen está coqueteando, y a Levy eso la hace estremecer, pero le gusta.

—A mi no me gusta lo intimidante—Levy decide ser atrevida—A mi me gustan las rubias prepotentes que no dejan de tocarse el cabello.

Ahora es Eileen quien debe fingir que el halago no la sonrojó.

—Otro buen gusto, pero no mejor que el mío—Eileen mira a la pelinegra—A mi me gustan las bajitas sarcásticas cuyo olor a lavanda y labios delgados me tienen encantada.

El tiempo parece haberse detenido pero no han pasado ni diez segundos antes de que Levy decida actuar.

Toma el rostro de Eileen entre sus manos y la besa en los labios.

Eileen Smith es exquisita.

Levy Ackerman es primorosa.

Y ninguna de las dos quiere negar ese hecho.

Eileen corresponde el beso, colocando sus manos en los hombros de Levy para atraerla. Permanecen unos minutos así, devorando la boca del otro; cerrando sus ojos y sintiendo el calor de la otra.

Cuando se separan, con un brillo singular en la mirada, saben que han estado mucho tiempo en la escuela, y que merecen un descanso.

—¿Qué quieres hacer?—Pregunta Eileen.

Hay muchas cosas que Levy quiere hacer con Eileen, pero primero quiere conocerla antes de condenarse por un buen tiempo.

—¿Te gustan los bolos?—Levy no tenía experiencia en eso de invitar a alguien a salir.

—Si, andando—Eileen guarda sus cosas—Estoy lista para el debate de mañana.

—Siempre ganas.

—Vaya, en serio que eres mi mejor fan.

Levy se considera más como la pretendiente suprema de Eileen Smith.

—Ese ego tuyo se infla como lobo—Responde la pelinegra.

—Creo que sí, aunque...yo si soy fan de ti, lo suficiente como para querer besarte.

Levy sintió una calidez en el pecho. Puede que acercarse a Eileen sea lo mejor que le pudo haber pasado en el bachillerato.

Fin

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Pienso escribir mas Eruri en sus versiones mujeres <3 cualquier queja es bienvenida!

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