En un día tranquilo en la cabaña de la Legión, Levi decidió limpiar un viejo armario que había estado desordenado durante años. Mientras movía cajas y revisaba papeles, encontró un pequeño cofre de madera polvorienta. Lo abrió con curiosidad, y entre papeles amarillentos y recuerdos olvidados, halló una carta envejecida.

Levi, con una mezcla de intriga y escepticismo, desdobló la carta con cuidado. La tinta estaba un poco desvanecida, pero las palabras eran legibles. La fecha al pie de la carta indicaba que era de muchos años atrás, y el destinatario no era otro que Marie, el nombre que Levi reconoció como el primer amor de Erwin.

La carta comenzaba con una ternura que Levi no había esperado de Erwin:

"Querida Marie:

Recuerdo nuestras charlas bajo las estrellas, la manera en que expresabas tu curiosidad por el mundo fue una de las mayores inspiraciones que he visto en una sola. Marie, espero que algún día..."

La carta se detenía abruptamente, sin un final claro. Levi levantó la vista, aún sosteniendo la carta, y se encontró con Erwin en la puerta. Erwin parecía sorprendido al ver a Levi con la carta en la mano.

—¿La encontraste? —preguntó Erwin, su tono revelando una mezcla de resignación.

—¿Debería preocuparme porque conservas esto? —Pregunta Levi, fingiendo molestia, porque en realidad no estaba preocupado en absoluto.

—Ni siquiera sabía que seguía ahí, nunca la terminé, y no, no debes preocuparte, Marie está casada con Niles.

—Parece que había algo importante que querías decir —Dice Levi sin soltar la carta.

Erwin se encoge de hombros, le parece tierno como Levi incluso sin querer muestra ese lado vulnerable.

—Todo lo relacionado con Marie se perdió hace mucho, hace años que no he conversado con ella, además, tú deberías ser el primero en saber que hay alguien más en quien no dejo de pensar.

Levi observa la carta, reconociendo que las experiencias anteriores de Erwin, antes de que se conocieran, de manera directa o no, provocó que Erwin y Levi se conocieran y estén juntos a día de hoy.

—Nunca terminaste de escribirla —Comenta Levi, mientras deja la carta sobre una mesa— ¿Por qué?

Erwin bajó la mirada, pensando en lo que pudo haber sido y lo que nunca llegó a ser. Pero aún así, no se siente incómodo compartiendo todo esto con Levi.

—Nunca he sido bueno expresando lo que siento, y antes de que pudiera siquiera considerar terminarla, ya estaba embarcado en otras responsabilidades... y al final, dejó de importar.

Levi lo miró, siempre confiando en la sinceridad en las palabras de Erwin. La carta, ahora un simple trozo de papel amarillento, no tenía el poder de interferir en lo que ambos habían construido juntos.

—Algo me dice que tienes muchas cartas sin escribir —Dice Levi en el mismo tono calmado de siempre— Cartas a personas que no volviste a ver.

—Por eso me siento afortunado de que estés aquí —Expresa Erwin mientras se acerca al capitán para acariciar el rostro de su pareja— Porque puedo decirte cualquier cosa en persona.

Levi no puede dejar de mirar al comandante, sintiendo una tranquilidad cada vez que está cerca, disfrutando de la cercanía, porque nunca se sabe cuando será la última.

—(Todo lo que importa está aquí y ahora) —Piensa Levi mientras levanta sus talones para besar a Erwin en los labios.

El viento soplaba suavemente fuera, mientras dentro, Levi y Erwin, con sus historias inacabadas y sus corazones entrelazados, continuaban escribiendo su propio presente, uno que no necesitaba más palabras para ser comprendido.

Fin