Celoso (drabble)

Levi nunca había sido alguien celoso. Su vida siempre había estado centrada en el deber, la misión, la Legión. Las relaciones, los sentimientos... eso era innecesario, distracciones que solo entorpecían el trabajo.

Pero todo cambió cuando Erwin Smith se cruzó en su camino. Al principio, era solo una cuestión de respeto mutuo, dos hombres trabajando codo a codo, nada más. Luego, el respeto se convirtió en algo más, y poco a poco, Levi se dio cuenta de que había algo que lo inquietaba cada vez más. Algo que nunca había experimentado.

Celos.

Condenados celos.

¿Por qué ese maldito nudo en su estómago cuando alguien más le sonreía demasiado al comandante?

Tras una celebración por haber recibido una recaudación monetaria para la Legión, Levi lo vio. Vio a Erwin con algunos de sus viejos compañeros, de su época cuando sólo era un soldado. Uno de esos compañeros estaba muy cerca de Erwin, y hasta provocó que Erwin riera por una broma.

Levi no dijo nada, simplemente regresó a su mesa; y unos minutos después, Erwin lo acompañó.

—¿Pasa algo? —preguntó Erwin, con una sonrisa ligera y una copa en la mano— Sé que no eres muy social, pero podrías estar conmigo.

—Solo... no me gusta —respondió Levi, sintiéndose como un niño pequeño al no poder decir lo que siente con palabras entendibles.

—¿No te gusta? —repitió Erwin, con un tono que Levi no sabía si era de juego o algo más serio.

—Es una idiotez, no te preocupes —Levi estaba a punto de soltar el tema pero Erwin se acercó un poco más, desestabilizando su tranquilidad, como siempre.

—¿Estás celoso, Levi?

Levi no respondió, pero el rubor que subió por su rostro le delató. No estaba acostumbrado a hablar de lo que sentía, mucho menos admitirlo en voz alta. Pero cuando Erwin le sonrió con esa mezcla de ternura y diversión, Levi decidió confesar.

—Es la primera vez que alguien me importa tanto —dijo de golpe, intentando hacer ver que no es importante, pero claro que Erwin no lo iba a ver así.

Erwin, sin decir palabra, lo tomó por la muñeca y lo acercó hacia él, un gesto tan sutil y tan propio de su naturaleza, que Levi no pudo evitar ceder. Al final, el comandante lo atrajo hacia sí, sus manos juntas y mirándose a los ojos.

—Entonces, no te preocupes —susurró Erwin, como si todo estuviera en su lugar, como si Levi nunca hubiera tenido que dudar de eso.

Levi por primera vez, entendió que había algo más grande que la misión, algo que no podía controlar, pero que tampoco quería dejar ir.

—¿Vamos con los demás? Quiero que te conozcan —dice Erwin con una sonrisa.

Levi asiente y permite que Erwin lo guíe. Levi no tiene que estar celoso, porque si hay algo de lo que Erwin está orgulloso, es de tener a Levi Ackerman a su lado.

Fin

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