Después de una dura misión en las heladas montañas, el escuadrón de Levi se había refugiado en una cabaña rústica para pasar la noche. La misión había implicado trasladar a uno de los titanes capturados, un experimento de Hange para analizar la fisiología de los titanes en un entorno invernal.

Levi, como siempre, se enfrentó a la tarea con su habitual precisión y determinación. Sin embargo, la noche no transcurrió sin problemas. Durante la misión, un ataque sorpresivo del titán lo intentó morder y el resultado es que rasgó su camisa, dejando a Levi con un aspecto algo desaliñado.

Justo en ese momento, Erwin entró a la habitación, habiendo venido para supervisar la misión. Al ver a Levi en su estado, no pudo evitar una sonrisa ligera.

—No te ves bien —Comenta Erwin, con una sonrisa en los labios.

Levi, buscando entre sus pertenencias sin éxito, frunció el ceño y, con una expresión seria, dijo:

—Me moriré de hipotermia, haz algo.

Erwin rió suavemente y se acercó a Levi, tomando su rostro entre sus manos.

—Esa no es manera de hablarle a tu superior —Dice Erwin con una sonrisa divertida—. Pero con gusto buscaré algo para que no te resfríes.

Erwin salió por un momento y, en unos segundos, regresó con una bolsa de la legión. La dejó en una vieja mesa de madera y comenzó a buscar en su interior. Finalmente, encontró una camisa a cuadros, negra con verde.

—Esto puede servir —Dice el comandante mientras se acercaba a Levi con la prenda.

Levi miró la camisa con una expresión de duda, pero aceptó la prenda. Con cuidado, se la puso, sintiendo el frío de la tela contra su piel. La camisa, aunque simple, era mucho más cálida que la rasgada.

Una vez con la camisa puesta, Erwin se asegura que el capitán esté abrigado.

—Mañana deberías tomarte el día libre, has trabajado mucho estos días.

—Las personas se darán cuenta de su favoritismo, comandante —Expresa Levi con una ligera sonrisa— Pero debo decir que me gusta.

Erwin sonrió ante el comentario de Levi y se acomodó en una silla cercana, satisfecho de ver que Levi estaba al menos un poco más cómodo.

—¿Favoritismo? —Dice Erwin con un toque de humor— Creo que simplemente estoy haciendo mi trabajo como superior. Y además, nadie debería tener que soportar una camisa rasgada en un clima como este.

Levi, ahora un poco más relajado, se sentó en la mesa de madera que estaba en la cabaña. El calor de la camisa a cuadros comenzaba a hacer efecto, y aunque la prenda no era lujosa, ofrecía una calidez reconfortante en medio del frío.

Erwin mira a Levi. A pesar de la situación, Levi seguía proyectando una actitud firme y decidida, algo que Erwin siempre había apreciado.

—¿Cómo te sientes? —Pregunta Erwin, su tono más suave.

Levi levanta una ceja, pero la sonrisa en sus labios mostraba una apreciación genuina.

—Como si tuviera que agradecerte por salvarme de un resfriado. —Hizo una pausa y luego agregó—. No es que me guste estar en deuda contigo, pero quizás podrías considerar que la próxima vez me invites a una cena en lugar de prestar camisas.

Erwin rió, con una risa que resonaba cálidamente en la pequeña cabaña.

—Lo tomaré en cuenta la próxima vez.

Levi se levanta y camina hacía el rubio, se inclina y lo besa en los labios. Erwin pasea sus manos por la camisa de cuadro; agradecido de que Levi siempre esté a salvo.

Para Erwin, cada día terminaba con un motivo para sonreír, sabiendo que al final del día, Levi estaría en sus brazos.

Fin