Especial 10K de lecturas: Ink y Error en 'Pintor' 5/5

Los dos esqueletos de nombre Ink tomaban la mano de sus Error, iban a llevarlos al lugar que querían, pues merecían eso por haberse peleado de esa forma tan estúpida en medio de la calle, por lo menos nadie los vio, sino tendrían un gran problema, pues ele empresario no solía meterse en problemas, y no podía perder reputación peleando contra otra persona que encima es su versión original por solo ir lentos hacia donde querían ir.

El pintor sujetaba el mapa, mientras los dos Error se miraban confundidos: los dos esqueletos creativos tenían mucha fuerza si se lo proponían, así que era imposible zafarse de sus agarres. Caminaban por la calle siguiendo las indicaciones del pintor, que era bueno en la vista de mapas o GPS, así que utilizar el celular para ver sitios cercanos no era ningún problema para él.

Los edificios se alzaban sobre ellos mientras caminaban, pero el pintor quería ir a algún lugar sencillo donde charlar sin problemas y sin ser molestados por la gente que tenía una problemática afición hacia el empresario, sobretodo por las chicas, muchas de ellas intentaban ligar con Error, aunque este las rechazaba siempre. Por suerte pronto la mayoría de las chicas fueron rechazadas y dejaron de molestar al empresario, así que en esos momentos podía caminar tranquilo sin ser acosado.

No les gustaba caminar por la calle de París con la capucha, claramente el creador y el destructor pues el empresario y el pintor no necesitaban la capucha, pues hacía bastante calor, pero no podían quejarse porque sino los descubrirían y no querían luchar contra científicos que querrían investigarlos y hacer experimentos con ellos, o eso dijo el empresario. Era una cosa muy paranoica, pero así son los humanos, en este caso monstruos, pueden hacer cualquier cosa para saber de más sitios y si existían planetas habitados. Si descubrieran que habían más universos seguramente querrían que Ink les abriera un portal para llegar a ellos.

El pintor estaba indeciso de dónde podrían ir, pero debía pensar rápido si no quería ser objeto d burla sarcástica por parte del empresario, que podía ser rencoroso en muchos sentidos, y para cobrar venganza podría convertir al causante de su 'ira' en su muñeco de burlas no muy burlas, pues casi siempre utilizaba el sarcasmo de forma ligera para no herir los sentimientos, no le gustaba herir sentimientos, aunque a veces hería sin darse cuenta, pues la ira controlaba todo su ser sin poder ser remediado, por ello de pequeño perdió bastantes amigos en su pasado, sobretodo después de que Ink desapareciera del colegio, su ira nubló su juicio, perdiendo así la mayoría de los integrantes de sus bandas de amigos.

Por suerte, controló mucho mejor su ira al reencontrarse con Ink, pues antes su corazón no tenía ningún trozo de alegría, su rutina siempre era despertar, desayunar, trabajar, volver a casa, comer, trabajar, regresar a casa, cenar, dormir y así un ciclo infinito de acciones que no le daban la alegría que merecía. Lo que puede influenciar la gente en tu vida, ¿eh? Pueden cambiar tu forma de pensar con las palabras, no necesitaban acciones, no necesitaban mucho tiempo, con unas simples palabras, con unas simples letras que formaban palabras que a su vez formaban frases podían cambiar tu perspectiva sobre el mundo, sobre cualquier cosa. Y eso pasó cuando llegó Ink, con unas simples palabras con tono feliz le alegraron la existencia. Muy cursi, lo sé perfectamente.

Al fin, después de veinte minutos caminando, el pintor pudo observar con orgullo el bar que se alzaba enfrente de ellos. Un bar rústico, tranquilo, en el que ofrecían bocadillos, cervezas y cualquier otra cosa sencilla en los bares. Era un lugar bastante pacífico para poder hablar a solas o en pequeños grupos sin que nadie les molestara de ninguna forma.

Error frunció el ceño al ver el lugar donde se dirigían: en su opinión era un lugar patético que no merecía ser visitado por ningún turista o ciudadano. El empresario también frunció el ceño, pero no tanto, pues se dio cuenta de que su enamorado quería estar en un lugar tranquilo y no en un restaurante muy ajetreado en el que hubiera mucha gente. El pintor podía ser listo a la hora de elegir dónde ir.

Los dos Ink entraron en el local, arrastrando tras ellos a los dos Error, que protestaban por el trato que estaban recibiendo, pero el pintor les decía que era su culpa por haberse peleado en mitad de la calle, aunque el que tenía todavía más culpa era el glitch por haberse quejado de manera tan borde. El empresario solo se defendía, aunque debería haberlo ignorado, si lo hubiera ignorado podría haber elegido él el lugar donde comer y charlar un rato, pero el futuro cambia por tus acciones, cuida tus acciones, todas tienen consecuencias. Todas menos si eliges beber un zumo o un vaso de agua, eso no afecta en nada, creo.

La entrada estaba hecha de madera, con unas cuantas alacenas colocadas en los extremos y en su interior habían botellas de vinos de excelente calidad. Una alfombra color café se extendía en el suelo, mientras no muy lejos de allí estaba el mostrador y todo alrededor eran mesas de madera con sillas también del mismo material que las mesas mientras un olor a café inundaba todas sus fosas nasales.

-Vengan, aquí podremos hablar sin ser molestados.-Murmura el pintor mientras dirige a los otros tres esqueletos hacia una mesa de cuatro, en la que se sentaron para acto seguido ver como el camarero se les acercaba para apuntar sus pedidos.-Yo quiero un batido de chocolate, por favor.

-Un batido de fresa con cualquier bollería.-Dice el empresario, que se había sentado junto al pintor. No hacía falta decir que en cada sitio al que iba preguntaba por batidos de fresa. El camarero apuntó los dos batidos mientras se giraba hacia los encapuchados.

-Yo quiero un café con leche, por favor.-Dice amablemente Ink mientras sonríe, aunque no se nota por la capucha que cubre todo su rostro sin dejar ver ningún rastro de sus ojos o boca. El camarero asintió apuntando el café, confundido por el gran parecido de la voz del encapuchado con el otro esqueleto.

-Yo quiero un capuchino, rápido.-Ordenó borde Error. Su voz era muy errática en el sentido que no se escuchaba bien, al contrario que la del empresario, que se sentía mucho más fluida, así que el camarero no notó ningún parecido con la voz del famoso empresario y el encapuchado de voz errática.

Una vez el mesero se fue, Ink cerró los ojos, sentía que habían muchos universos llamándolo, así que deberían irse pronto de allí, no le interesaba irse pero tenía que hacerlo, los universos le esperaban y no podía estar más tiempo flojeando, era un Sans, sí, pero no era tan flojo como los demás, un poco pero no tenía ese instinto de estar todo el día durmiendo, prefería hacer cualquier otra cosa.

-¿Y cuánto tiempo os pensáis quedar aquí?-Preguntó amablemente el pintor mientras miraba con aire soñador a los visitantes. Ink suspiró, debería decir la verdad.

-Supongo que después de esto nos tendremos que ir.-Responde con el tono decaído, quería permanecer un poco más allí, pero seguramente su destino no lo quería, pues las llamadas de los universos cada vez eran más.

-¿Tan pronto?-Preguntó el empresario mientras miraba incrédulo a los visitantes. Pensaba que se quedarían un poco más, pero veía que se equivocaba.

-Siento llamadas de los universos, no puedo estar mucho tiempo aquí.-Contesta sus dudas el creador mientras observa como el mesero regresaba con sus bebidas.

-

El desayuno-comida-merienda transcurrió bastante en calma, hablaron un poco más calmados y los dos Error hicieron las paces, aunque el glitch primero no quería, decía que era culpa de esa abominación versión suya, pero al fin los dos Ink pudieron convencerlo.

Ahora, los cuatro se dirigían a la mansión para poder descansar de esa larga caminata de veinte minutos o más, y cuando llegaron, Ink sacó el pincel de su espalda, mientras se quitaba la sudadera, dándosela nuevamente al empresario, que la tomó sabiendo que ya se iban.

Con su pincel, Ink trazó un portal en el suelo, mientras éste se abría poderoso y brillante. Era el fin de su día allí, no le gustaba admitirlo pero tenía que irse. Pero antes el pintor quiso preguntar.

-¿Algún día volveréis?

-Quien sabe.-Dice Error mientras se colocaba en el portal, entrando poco a poco, siendo absorbido.

-Si queréis que venga tirad pintura negra en el suelo-y eso fue lo último que sintieron el empresario y el pintor de esos extraños esqueletos que venían de otra dimensión, pero no serían las últimas literalmente, pues quien sabe, quizás algún día llamaran a Ink con la técnica que les dijo.

CONTINUARÁ

Y aquí acaba el especial :D Ahora tengo que hacer los últimos capítulo de ésta historia, no quiero enrollarme más u-u

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