Epílogo| Luchar contra el destino
Ink bajó la mirada en ese ciclo infinito, y aunque sentía que el tiempo pasaba muy lento y que no llevaba más de un día repitiendo todos esos momentos, no sabía cuál era el tiempo exacto que había permanecido muriendo y matando por igual a quien era el amor de su vida. Dolía mucho el tener que caminar por ese lugar lleno de destrozos, de polvo, pero aún dolía más el hecho de que no comprendía el por qué de ese ciclo que estaba conllevando.
¿Era tal vez algún castigo enviado por un Dios superior a él para que aprendiera a no tener que sucumbir ante el amor y poner antes que todo el trabajo? Tal vez era eso, tal vez solo debía elegir su cerebro antes que a sus sentimientos, y al final del día podría volver a amar y a hacer caso a su corazón.
Hacía dos ciclos antes había podido recuperar de nuevos sus memorias, y ahora aunque cuando luchaba contra Error era consciente de que ninguno de los dos tenía la culpa su cuerpo parecía ser poseído por una fuerza sobrenatural que le obligaba a liberar una poderosa batalla en mitad de los restos de Outertale.
Ya había perdido la esperanza, había dejado de pensar en un futuro donde podría ser feliz al lado de Error y de esos dos pequeños esqueletos a los que quería criar como hijos, demostrar aún más amor a Error y expresar tantas palabras que jamás antes había podido decir en voz alta y que lamentaba no haber dicho.
¿Pero realmente la solución era perder la esperanza? ¿Rendirse antes de tiempo sin intentar vencer a su propio ser?
Mientras distintos pensamientos de esperanza se reunían en su mente, continuó caminando hasta llegar al lugar donde todo volvía a reiniciarse, notando la silueta de Error, y entre lágrimas notó cómo su cuerpo volvía a moverse de manera involuntaria, acercándose en un movimiento rápido a su "enemigo".
Oh, cómo ansiaba el poder ser consciente de sus acciones, el poder evitar que todo aquello pasara una y otra vez en un bucle eterno, anhelaba poder poseer la determinación suficiente para vencer a la voluntad que lo dominaba cada vez que llegaba a ese lugar.
— Acabemos con esto rápido.— La fría y extravagante voz de Error resonó por todo Outertale, sobresaltando al pintor que se colocó en posición de pelea.
Error tampoco lo estaba pasando bien, ya que él solía ser el vencedor en la mayoría de peleas, y cada vez que acababa matando a su amado Ink recuperaba todos sus recuerdos y no le quedaba más remedio que esperar a que el día comenzase de nuevo sin opción alguna, y aunque intentara vencer a su propio cuerpo a la hora de intentar no pelear contra el creador, se le era imposible.
Algo más le faltaba además de determinación: esperanza, y por ende debía continuar con ese ciclo que algún Dios o alguna especie de karma les había dado como castigo ante sus acciones y el haber pecado al enamorarse de aquella manera tan intensa.
Tal vez ellos no estaban destinados, quizás Ink debería haberse enamorado de otra persona y él también, y que por haber juntado la creación con la destrucción habían destruido el orden natural de las cosas y el resultado había sido ese ciclo de muerte y catástrofes.
— Estoy de acuerdo.— Habló Ink mientras empuñaba con tristeza su pincel, acercándose aún más a Error. Su cuerpo tenía la intención de apuñalar de manera dolorosa al destructor, pero su mente y corazón querían algo más.
Ink quería probar una cosa, y no sabía si lo lograría. Quería acabar con su propia vida, quería saber si todos esos bucles desaparecían si en vez de morir por manos de Error moría a causa de un suicidio, si así podría terminar con todo ese tormento que se había colocado entre su camino a la felicidad y el verdadero amor.
El cuerpo del pintor al estar en frente del destructor empezó tener pequeñas convulsiones. De alguna manera Ink estaba consiguiendo desplazar su mano y desviar el objetivo de su pincel a su propio pecho, y con furia logró clavarlo en mitad de sus costillas. Error sintió en ese mismo momento que sus recuerdos llegaban a aclararse por completo, y envolviéndose a sí mismo con sus hilos se colocó en frente del pintor, quien ya se estaba tornando con lentitud en polvo.
— Error...— Murmuró Ink mientras titubeaba con dolor, mirando los ojos del mencionado.
— ¿Sí?— Error tampoco estaba en las mejores condiciones, pero debían aprovechar lo poco que les quedaba de vida en ese bucle para poder conversar, para poder confesar lo mucho que se amaban y lo tanto que odiaban el tenerse que matar una y otra vez.
— Te amo muchísimo. Te prometo que saldremos de este bucle.— Error sintió su pecho doler más que su propio cuerpo ahorcado al sentir el tono lastimoso con el que Ink hablaba. Deseaba poderlo besar, decirle que todo estaba bien y que no debía preocuparse de nada.
— Yo también te amo, Ink...— Contestó Error colocando una mano en su propio pecho, notando que sus piernas empezaban a volverse polvo, y estiró la mano desocupada hacia la de Ink, tomándola con fuerza pero demostrando todo su amor.
Los dos esqueletos se miraron con los ojos centelleantes, sintiendo una cálida sensación en sus pechos y un gran amor fundirse a la par que sus cuerpos, pero esa extraña e inesperada paz comenzó a desaparecer cuando notaron que pronto los dos morirían, y con sus últimas fuerzas acercaron sus rostros, dándose el tan ansiado beso, escuchando ese sonido que tanto habían extrañado y comprendiendo que quizás no era tan malo repetir todos esos bucles si eso significaba poder demostrar su amor como nunca lo habrían hecho.
Y allí, entre todas las runas del universo, sus cuerpos se evaporaron y sus restas se esfumaron por el furioso viento que se había comenzado a levantar, pero antes de desaparecer de ese universo y morir habían sentido que todos sus males habían desaparecido como por arte de magia y que toda la ira que en antiguos bucles habían sentido salía de sus mentes.
Ink le había otorgado a Error la esperanza que a éste le faltaba y Error le había concedido a Ink la determinación que tanto necesitaban, y las dos cosas juntas habían logrado hacer que los dos esqueletos llegasen a poder luchar contra el destino.
—
Cuando Ink despertó estaba preparado para tener que repetir todo el proceso de bucle que se les había sido asignado, pero un extraño sonido lo sacó de su doloroso sueño, y cuando llegó a abrir sus ojos por completo y acostumbrar su vista, oyó con más claridad que esos sonidos eran llantos, llantos de bebé para concretar.
También se sentía demasiado a gusto, su espalda no crujía como todas las veces que se había levantado y no sentía ese dañino frío calarse por sus huesos, y cuando se giró notó que no estaba en el suelo polvorizado de Outertale, sino en una cama.
Su cama.
¿Acaso eso era un sueño instalado dentro de un bucle? Esa era la única pregunta que rondaba por su mente, y decidió que no desaprovecharía si es que eso era un sueño, por lo que se incorporó para poder investigar más a fondo.
O al menos se intentó incorporar, ya que notó una presencia a su lado, y cuando se giró logró ver el pacífico rostro de Error descansando en mitad de la cama, pero éste no tardó mucho en despertar al notar la vista de Ink sobre él y escuchar los llantos de bebés, y su reacción fue digna de vídeo.
— ¿Dónde...— Ink no dejó que Error hablara, ya que se tiró sobre sus brazos y unió sus bocas en un frenético deseo entremezclado con un amor que desde hacía mucho deseaban consumir— estamos?— Cuestionó entre suspiros Error mientras continuaba con el apasionado beso.
Tenían mucho de que hablar, cosas que debían discutir y preguntarse, pero en esos momentos nada les importaba, solo ansiaban poderse decir lo mucho que se amaban y que se necesitaban.
Habían vencido al destino, y ahora disfrutarían de esa victoria.
FIN
WUJU AL FIN TERMINO LA HISTORIA :D (dos años después) Seguramente nadie leerá el epílogo, pero es que ya me había salido completamente del fandom de Undertale y ya no podía conseguir creatividad (ahora me creé una cuenta que estoy dedicando a escribir 100% sobre bts e-e)
Espero que nadie se queje sobre el epílogo, pues en el final recibí bastantes quejas...
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