Capítulo 5| Junto los demás
—¿De verdad?—Preguntó menos preocupado Blueberry intimidando a ErrorInk con la mirada.—¿Sabes? Error se preocupó mucho por él.
—Eso es imposible.—Respondió ignorante ErrorInk mientras conseguía sacar de encima a Bluebrry, quien se sentó a su lado.
—Pues es verdad.—Dijo sincero Blueberry, el conocía muy bien las emociones de las personas en cada momento. Sabía que Error se preocupó por Ink, pero lo que no sabía es que una vez ellos fueron amigos.
—No te creo, no eres mi amigo para llegar a creerte.—Contestó lenta y fríamente el ex-pintor mientras observaba con repugnancia al pequeño esqueleto, cosa que Ink jamás haría.
—...—Esas palabras dolieron a Blueberry, pero se reconfortó al saber que ese no era Ink, sino su versión malvada. Pero aún así le seguía doliendo que no confiara en él.—Por favor, confía en mi. Yo sé sobre las emociones más que tú, y supe que Error se preocupó por Ink.—Contestó intentando convencer a ErrorInk.
Él parecía no reaccionar, de nuevo Ink estaba a punto de aparecer, pero no porque el quisiera, sino de forma involuntaria.
—Ngh...—Se quejó del dolor. En realidad, dolía mucho cuando Ink intentaba salir de la cueva en la que se hallaba la mayoría de tiempo. ¿Pero a donde iba ErrorInk cuando Ink tomaba el control? A ningún sitio, él desaparecía en esos momentos. Y cuando Ink regresaba a su celda, su memoria se reseteaba y volvía a aparecer. La vida que conllevaban molestaba a los dos por igual.
—¿Blueberry?—Preguntó Ink. Esta vez no sentía ningún dolor al salir de su prisión.—No me duele...
—¿Ink?—Preguntó Blueberry a su amigo mientras lo examinaba con la mirada.
—¡No me duele!—Gritó Ink con una inmensa alegría. Su cuerpo estaba intacto y ningún dolor aparecía. Pero lo que ocurría era una realidad muy dolorosa.
—¡Ink!—Dijo esta vez Blueberry mientras se lanzaba a abrazar a Ink, mientras éste lo recibía con los brazos abiertos.
—Blueberry... Extrañé abrazarte, pequeño...—Al sentir la palabra 'pequeño' Blueberry hizo un puchero muy infantil mientras Ink reía.
A lo lejos Error intentaba calmar a Red, a quien le habían robado una barra de chocolate. De repente, el glitch escuchó una risa, una risa tan familiar pero a la vez no tanto. La risa de Ink.
—¿Cuanto hace qué no escucho esa risa?—Preguntó mentalmente Error. Hacía mucho tiempo, y no escucharla era su culpa, por haberle encerrado y haberlo convertido en un error.—Pero... ¿Como es posible que ría en esta situación?—Se alejó rápidamente de donde estaban los Sans apresados para investigar de donde salían las risas.
A lo lejos Blueberry estaba encima de Ink, abrazado a él como un koala. Error miró con fastidio esa escena mientras se acercaba a ellos con pasos rápidos y seguidos.
—Así que mi marioneta favorita está bien, ¿no? Blueberry, aparta.—Tiró a Blueberry al suelo mientras sacaba unos hilos y los ataba a Ink.—Ahora vendrás conmigo, y estarás bajo mi propia vigilancia.
—¿Q-Que?—La felicidad que poseía Ink hace unos momentos desapareció tan rápido como llegó.
—Que te vienes conmigo.—Los hilos ataron la alma de Ink, que poco a poco se hacía visible. Pero había un dato curioso con la alma. En vez de ser completamente de su color, era un trozo de su color y todo lo restante negra.—¿Hm? ¿Que le ocurre a tu alma?
—Seguramente... Será la mitad del alma de ErrorInk...—Contestó con dificultad por culpa del apresamiento de su alma.
—Pero... ¿No debería ser la mitad de cada color? La alma negra predomina.—Dijo haciéndo darse cuenta de eso a Ink.
—Es cierto...
—Bueno, ignoremos ésto y vayámonos. Adiós, arándano...—Dijo Error tomando con las manos la alma de Ink, haciendo que éste se retorciera de dolor.
Caminaron un buen trecho hasta que llegaron a donde los otros Sans estaban prisioneros. Éstos miraron sorprendidos a ink, todos menos Red, que estuvo una parte de su estancia junto a Ink.
Error tiró bruscamente a Ink al suelo, mientras apretaba su alma. Por su mala suerte, eso hizo que Ink soltara un inaudible quejido o mejor dicho... ¿gemido?
Pero por suerte solo lo sintió Error, ya que los demás Sans estaban lejos de Ink.
—Mierda...—Murmuró Error atando a Ink y saliendo corriendo de allí, avergonzado de lo sucedido hacía unos instantes.
Ink miró hacia todos los lados. Sans de todos los AU. SciSans, Red, Blueberry que paseaba por allí y por acá con libertad, Fresh que intentaba liberarse, StoryShift Sans, UnderLust Sans... Y muchos más. Pero aún faltaban unos cuantos, como DustSans, HorrorSans o ReaperSans. Esos AU's seguían en pie y a Error le costará poder destruirlos.
Ink se culpaba por no haber podido salvar a sus universos, y que por su culpa, todos morirán algún día. No sabía como salvarlos, ya que al estar prisionero no podía hacer nada.
Ningún Sans se atrevía a decir nada, ya que veían el estado de humor de Ink y creían que hablar no era lo más conveniente en esos momentos.
La mente de Ink estaba muy revuelta, no podía pensar con claridad y pensaba en cual era el motivo de poder estar dominando el cuerpo sin sufrir. Y lo más importante: ¿Que le ha pasado a ErrorInk?
No lo sabía, pues no podía comunicarse con él a no ser que esté en el pozo que le sirve como prisión.
—...—Las palabras no salían de la boca de Ink, miraba a todos los Sans con semblante triste, no quería seguir allí, quería volver a tener su preciado pincel y poder salir.
A lo lejos, Error pensaba en que universo ir para destruir, pero no se le ocurría ninguno. Entonces pensó en LittleTale. Sonrió maliciosamente, pues sabía que los habitantes de ese universo no sabrían defenderse, así que abrió un portal para poder llegar a LittleTale.
Pero no sabía que mientras él destruía LittleTale pasaría algo muy grave en el Anti-Void.
CONTINUARÁ
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