Apariencia
Richard John Grayson tuvo lo que muchas personas se pasan buscando todo su vida, una familia feliz y él era feliz, sin embargo alguien con poco o nula felicidad decidió destruir su vida. Si odio a la persona que asesinó a sus padres? Sí, no podía negarlo y quién podría culparlo por ello?
Después de esa experiencia traumática, Dick fue adoptado por el hombre más rico de ciudad Gótica, un hombre que a pesar de haberlo adoptado y haberle dado un hogar, librándolo tal vez de un cruel destino en un orfanato o algo peor, fue solo un conocido y nada más. Por casi un año, Dick tuvo que luchar para que el Omega mayor lo tratará como a un hijo, por más de un año tuvo que sonreír y ocultar su tristeza para no molestar. Un niño sin padres, sin familia y sin hogar. Obviamente tenía miedo a ser llevado a un lugar desconocido y peligroso.
Luego se acostumbró a sonreír, estando o no feliz. Simplemente se acostumbró a enfrentar todo con una sonrisa, a ser el apoyo para otros, aun cuando ni el mismo podía soportarse. Eso sería así aun cuando Bruce al fin se portará como una padre para el, aún después de tener un hermano menor, perderlo y volver a tener otro hermano menor.
Sí alguien le preguntaba, el siempre respondería de la forma más positiva y alentadora posible tratando de transmitir confianza y ayudar a esa persona. Sí alguien lo quería herir simplemente se recubriría de determinación y optimismo. Nadie debía saber cómo realmente se sentía, nadie. Solo en la soledad de su habitación podía dejar esa máscara y liberar lo que en su interior cargaba.
Odiaba a Bruce? No, le molestaba sí, pero jamás podría odiar al hombre que le dio una nueva familia, muy distinta a la que una vez tuvo pero una familia a la que podría ver y sentirse bien en ella. Solo qué odiaba la atención que vino con esa nueva familia, pues a pesar de estar acostumbrado a ser el centro de atención, nunca estuvo expuesto a críticas y opinión de diferentes personas.
El niño huérfano, al que Bruce Wayne tuvo lástima y adoptó. El niño que no era digno de ser un Wayne. El huérfano mugroso y piojoso que solo daba lástima. El niño que seguramente solo era un accesorio más en la mansión. El niño que Bruce olvidaría en la menor oportunidad. El huérfano que no merecía ser un miembro de la clase alta.
A todas esas palabras hirientes no le dio importancia y tampoco permitió que las personas que las decían se vieran recompensadas para regocijarse con su dolor. Jamás dejó ver qué tanto le dolían esas palabras, jamás se permitió agachar la cabeza, jamás se permitió llorar. Solo una sonrisa amplía, esa fue su condena que tarde se dio cuenta de que fue así, porque ahora todos esperaban solo cosas positivas y buenas. Richard Grayson no podía sentir dolor o tristeza o miedo, él era fuerte y feliz.
Pero solo una persona pudo ver más allá de lo que quería mostrar, solo una persona a la que le preocupó en verdad, solo una.
Cuando conoció a Jasón, su hermano menor y quién llegará cuatro años después de su adopción, estaba más que acostumbrado a llevar su máscara. Máscara que el pequeño Alfa se encargó de destruir.
Jasón Todd el niño de bonitos ojos turquesas que le importaba muy poco lo que la gente dijera de él, que no cambiaba solo para agradar a la sociedad. El pequeño Alfa que le miro con molestia y le gritó por ser un cobarde y dejarse moldear por las estupideces que otros decían. El Alfa al que le había entregado su corazón.
No eran más que cachorros cuando, Dick, siendo un año mayor se dio cuenta de su atracción por su hermano, y se sintió un monstruo por ello, porqué que clase de persona podía sentir atracción por alguien de su familia? Quien podía sentir algo más que solo amor fraternal? No eso estaba mal y una vez más se dejó llevar por los que dirán y lo que la sociedad veía correcto e incorrecto.
Tenía 14 y Jay 13 cuando el menor pasó por su primer celo, Dick debió cuidarlo ese era su deber como hermano mayor, y más cuando Bruce estaba de viaje y Alfred estaba fuera. Dick debió llamar a Alfred y decirle lo que pasaba, no hacerse el valiente y responsable. Fue su culpa y no la de Jasón. Fue su culpa que siendo tan solo unos adolescentes ambos se hubieran apareado.
Lloro por largas noches la pérdida de Jasón y el pequeño cachorro que debía estar firmando en su vientre, el menor no debía sentirse culpable, porque no fue su culpa, pero así fue y otra vez Dick calló porque si abría la boca solo complicaría más las cosas de lo que ya estaban, así que dejó al menor echarse toda la culpa encima, porque él era el alfa y quién debía protegerlo.
Bruce tuvo que tragarse un juicio por exposición de menores, juicio que se vio empeorado por su embarazo. Y él no se dejaba de preguntar porque la ley se empeñaba en proteger cuando no debía y cuando realmente se la necesitaba pasaba de largo? Odio el tener que fingir estar bien cuando quería gritar y llorar por obligarle a deshacerse de su hijo y ver a su alfa llevado a un nuevo hogar, uno donde no sería un peligro para otro Omega. Ambos solo eran unos adolescentes que habían cometido un error y fueron condenados por ello.
Y él tuvo que aprender a vivir con el dolor y a ser fuerte para volver a sonreír, porque estaba cansado de ver a Bruce y Alfred preocuparse por él.
Luego llegó Tim su hermanito que le ayudo a sonreír una vez más con alegría verdadera, aunque muy en el fondo jamás sería así. El hermanito con el que podía compartir todo y ser escuchado y admirado. El hermanito que jamás le juzgó por nada y a quién jamás dejaría de proteger y evitar que fuera dañado.
Solo unos años después llegó Damián, el cachorro de Bruce que había sido apartado sin que su padre se enterará siquiera. El cachorro que con sus bonitos ojos verdes le hacían recordar tanto a los de Jay y que con su carácter también le hacían recordarlo aún más. El niño que le hacía pensar en qué tal vez así pudo ser su cachorro perdido. Como no encariñarse con él?
Clark Kent y Jonathan Kent, dos nuevos miembros que se entregaron a su familia. El alfa amable que siempre se encontraba al pendiente de todos ellos y los cuidaba como si fueran sus hijos propios. El pequeño Jon que era una dulzura de niño que con solo sonreír le llenaba de luz. Así que a él le importaba un pepino lo que la prensa dijera de la relación de Bruce y Clark, para el ambos estaban bien juntos y eso era suficiente que los demás se fueran a ahogar en su miseria egoísta y cizañosa.
Ese era su último año en la academia de Gotham, el último año en el que no se permitiría ser más un modelo a seguir y tampoco el joven que todos querían. Estaba cansado, si todos querían hablar que hablasen, él no desaprovecharía la oportunidad de acercarse a Jasón, no cuando podría ser la última que tuviera. El Alfa había sido becado por tres años seguidos, pero solo en este último había aceptado ir a la academia de Gotham, así que no debía dejar pasar esa oportunidad que la vida le estaba dando, quería al Alfa que amaba a su lado y nada impediría que lo lograse, ni siquiera la apariencia que tanto se dedicó a construir y mantener.
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