Capítulo 12: Dolor.
Edgar: siéntate. Voy a mi cuarto a buscar algo.
Colette: ¿tu maquillaje?. -está ríe.-
Edgar: algo asi... -dicho eso se va.-
La peliblanca solo obedeció y se sienta en el sillón. Miró el collar que aún tenía puesto.
Es muy bonito. Realmente Bibi no se lo merece. Pensó.
Edgar: ¿que tanto piensas?. -se sienta a su lado.-
Colette: realmente en nada... -suelta un ligero suspiro.- ¿de verdad estas seguro se lo que estás haciendo?.
Edgar: si...Ya te dije que si o si, ella lo va aceptar. No creo que no acepté un hermoso collar como ese.
Colette: si tu lo dices...
Edgar: ya te había dicho lo hermosa que se te ve con el collar puesto. -dijo observandola.-
Colette sintió nuevamente sus mejillas arder. Esté chico sabía como hacerla ruborizar fácilmente.
Colette: si... supongo que si.. -totalmente sonrojada bajaba la cabeza.-
Edgar: -levanta su mentón haciendo que la miré.- Colette tengo que decirte algo...
La peliblanca totalmente prestó atención. Se sentía tan vulnerable al hacer contacto visual.
Edgar: ¿puedo besarte?.
Esa pregunta tomó desprevenida a Colette. ¿que venía todo esto?. Pensó.
Colette: ¡jaja!. -soltó una risa.- q-que gracioso eres Edgar. Buena broma. -decía entre risillas.-
Edgar: ¿cuál broma?. Estoy hablando enserio. -toma con ambas manos el rostro de Colette.- ayúdame a olvidar a Bibi por un momento... -empezó acercar su rostro hacía el de ella.-
La peliblanca se quedó paralizada sin saber que hacer. ¿Que hago?. Pensó. Sentia como la respiración de Edgar chocaba contra su rostro. Ella tenía que admitir que ansiaba besarlo nuevamente desde aquel beso en la mansión.
Colette: Edgar... -finalmente accedió tomando su rostro para luego besarlo.-
La peliblanca ansiosa movía sus labios, buscando disfrutar cada segundo. Él pelinegro no se quedo atrás igualmente estaba disfrutando. Edgar acostó a Colette en el sillón sin despegar sus labios de un beso intenso. Sus manos recorrían cada parte del cuerpo de la mayor, acariciandola, haciendo que ella soltara uno que otros suspiros.
Colette: espera...-deteniendolo.- n-no quiero hacer esto... sin protección...
Edgar: tranquila. Por algo fui a mi habitación y traje los preservativos... -acariciando sus piernas.-
Colette: ¿que?... -con el ceño fruncido.- eres un idiota ya lo tenías planeado ¿verdad?. -dijo algo molesta.-
Edgar: tal vez si, tal vez no.... -con sus manos recorre su cintura hasta llegar a sus pechos.- ¿es que acaso no quieres?.
Colette: s-si quiero...
Edgar con una sonrisa lasciva volvio a besarla con esa misma intensidad que la volvía loca. Una noche muy larga se aproximaba para ambos jóvenes.
10:00am.
La peliblanca se encontraba escribiendo en su diario. No tenía nada que hacer, estaba aburrida, solo esperaba un mensaje de Spike o que viniera a visitarla.
Colette: puff que aburrido está el día. -resopla recostandose sobre el mostrador.-
Se puso a pensar por un momento en lo ocurrido anoche. Sus mejillas se sonrojaron de inmediato. Después de todo Edgar si es muy bueno en la cama. Pensó. Luego por su mente paso Spike. Enseguida se sintió culpable y dándose cuenta de su gran error que había echo.
Spike: hola amor.
Colette escucha la esa peculiar voz y se incorpora.
Colette: hola. -mostrando una sonrisa.- sabía que llegarías a verme.~
Spike: mira que te traje. -sacando un pequeña caja color rosa.- aquí estan tus cupcakes favoritos echos por Piper.
Colette: ¡oh wow!. ¡Genial!. - enseguida le brillaron los ojos tomando la caja.-
Spike: son tus favoritos. ¿Te gusta?.
Colette: ¡me encanta!. -abriendo la caja sacando los cupcakes.-
Edgar: hola cactus parlante. -apareció detrás de su compañera.- asi que resultaste romántico ¿eh?.
La peliblanca de reojo miró mal a su compañero.
Spike: yo soy asi con la persona que amo.
Edgar: ahhh no sabia. Un cactus y una humana. Quien lo diría... -suelta una pequeña risa burlona.-
Spike: amor es amor....Pero, ¡pronto seré humano!. -decía entusiasmado.-
Edgar: que mal, muy tarde amiguito...
La albina harta de su compañero. Enseguida le mete un cupcake en la boca para lograr callarlo.
Colette: prueba esto Edgar está muy rico... -sonriendo nerviosamente.-
El cactus solo quedó confundido ante lo sucedido.
Colette: tengo que hablar algo con Edgar. Ahora vuelvo Spike ¿si?.
Spike: si. Yo te espero.
La peliblanca arrastra del brazo a su compañero hacía los casilleros.
Colette: ¿me puedes decir que estás haciendo?. -empieza a encararlo fastidiada.-
Edgar: el cupcake está muy rico. -comentó.-
Colette: no estoy para juegos Edgar. ¿Puedes dejar de actuar asi?. Solo haces que las cosas empeoren...
Edgar: ¿que?. Yo no estoy haciendo nada. Solo trate de saludar al cactus. Nada más. -se excusaba cruzado de brazos.-
El pelinegro sabía perfectamente lo que tramaba.
Colette: Edgar... la verdad yo me siento muy mal... realmente hemos echo algo muy malo...
Edgar: pero usamos protección.
Colette: tú sabes muy bien a lo que me refiero. -fastidiada.-
Edgar: bueno... -suelta un suspiro- si tienes razón. Lo lamento Colette por un momento me olvidé que tenías de novio una planta...ya sabes el momento de calentura y esas cosas...
Colette: realmente me siento la peor persona del mundo...
Edgar: tsk. Porfavor no hagas tanto drama. -se acerca hacía ella.- Colette... ¿estás segura que te gusta Spike?.
Ella no supo que responder. Esa pregunta le llegó directo al corazón... estaba confundida. No sabía que responderle.
Edgar: olvida lo que dije. Ya no me meteré más en su plática... -dicho eso se va dejandola con la duda.-
La albina quedó con una tremenda duda. ¿Que es lo que sentía realmente por Spike?.
Luego del trabajo. Edgar tomó sus cosas, en ella llevaba su pequeño regalo para Bibi. Tenía la esperanza de que ella la perdone y hacer las cosas bien. Con su mochila en su hombro fue de caminata hacía retropolis.
???: hey tú.
Escuchó una voz conocida detrás de él. Se paró en seco. Y volteó.
Edgar: ¿tú?. -mirando con el ceño fruncido.- ¿Acaso vienes por más golpes?. -sonríe burlón.-
Sandy: eres un cobarde. Me atacaste desprevenido.
Edgar: ¿cobarde yo?. No me hagas reir. Si no fuera porque llegó Bibi, te hubiera llenado de golpes.
Sandy: no debiste hacer eso Edgar. -decía seriamente.-
El pelinegro notó el cambio de voz de Sandy. Se puso totalmente confuso.
Edgar: tsk. ¿Crees que te tengo mi...
Sandy de inmediato logra neutralizarlo lanzando un peculiar polvo en el rostro del pelinegro, dejandolo completamente adormecido. Cayó enseguida al suelo.
Sandy: -bosteza.- mmm... ¿que paso Edgar?. ¿Que no tan valiente?. ¿No puedes moverte verdad?.
El pelinegro seguía inmovil, es como si estuviera dormido despierto.
Sandy: ¿que traes en esa mochila?. -preguntaba curioso.-
Logra tomar aquella mochila curioso y empieza rebuscar dentro de ella.
Sandy: ¿eh?.. -sacando el collar- pero que linda joya... -observando.-
Edgar seguía dormido. No podía hacer completamente nada.
Sandy: mmm... -bosteza.- dejame adivinar...¿es para Bibi?. -esté se pone de cuclillas frente de él.- oye amigo... sabes una cosa... es mejor que no hagas más el ridículo. -se levanta.- me llevaré esto. Si no te molesta.
Sandy toma la joya y se lo guarda en uno de sus bolsillos.
Sandy: Bibi le va encantar mi regalo. ¿Entiendes?. Agradeceme te estoy haciendo un favor que no vuelvas a humillarte... -bosteza.- mmm que sueño tengo... tranquilo el efecto se irá en unos minutos... adiós. - dicho eso retira del lugar.-
Luego de unos minutos el efecto del misterioso polvo se había desvanecido. Edgar finalmente pudo moverse, pero no del todo, ya que lo dejo con un gran dolor físico y emocionalmente. Su oportunidad con Bibi se había acabado. Gasto todas sus gemas en ella. Todo para que sea arruinado por su competencia que finalmente lo habia humillado y ganado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top