║CAPITULO SIETE║

Con los demás.

—¿La encontraron? —preguntó la pelimorada una vez reunida con sus amigos.

—No, busqué en todas partes pero no la encontré por ningún lado —dijo desanimada la pelirroja.

—Yo si se donde esta.

—¿Lucien?

—¿Y tú como sabes eso? —preguntó desconfiada la menor.

—Porque hace rato estaba con ella, pero Orion llego y peleamos y en un momento que me distraje logro llevársela hacia un lugar que solo ellos conocen. No pude detenerlo y huyó con Artemis.

—¡Le dije que no se involucrará! —dijo frustrada mientras se jalaba su cabello.

—Tranquila Scarlet, los encontraremos solo debemos ir hacia donde se hallan ido, ¿puedes llevarnos Lucien? —pregunto preocupada Nix viendo al chico que recién había llegado.

—Claro, tal vez y los encontramos si buscamos cerca del camino por donde fueron.

—Entonces andando, o podemos llegar muy tarde —dijo el chico de las bombas.

El grupo comenzó a caminar siguiendo al joven de pañuelo el cual se encontraba preocupado por la diosa del espacio, no quería ni imaginar lo que el amarillento podría llegar a hacerle.

Mientras en otra parte.

—Lo que me pides... es demasiado, no puedo hacer eso.

—Me prometiste que me cumplirías cualquier favor cuando lo requeriría, anda además no te estoy pidiendo mucho solo quiero que te desahagas de ella y ya. Es lo único que te pido.

—Me pides demasiado pero lo haré, solo porque te debo el favor.

—Muchas gracias en verdad.

En la Cueva.

Ambos se encontraban abrazados, uno acurrucado sobre el otro. Después de aclarar los malentendidos ambos decidieron darse otra oportunidad claro que deberían de explicar todo a los demás.

Pero por el momento solo querían pasar tiempo juntos y aprovechar antes de que Scarlet asesinase a Orion por haberle desobedecido.

—¿Crees que podamos salir para buscar a los demás y decirles?

—Mientras no este ese pañuelon para mi esta bien —mencionó de forma celosa.

—Orion no seas así, solo es mi amigo.

—Un amigo que te pretende, se le nota a kilómetros que quiere algo contigo.

—Créeme que si me he dado cuenta pero muchas veces le he aclarado que solo lo veo como un amigo porque al que quiero es a ti y a nadie más. De eso no debes tener dudas.

—Y no las tendré. Bien, podemos salir pero si veo algo fuera de lo común con Lucien no dudaré en atacarlo.

—Nunca cambiarás —dijo comenzando a reír —. Anda vamos.

Los dos entrelazaron sus dedos y comenzaron a caminar fuera de la Cueva y fueron en busca de sus amigos.

Por el trayecto Artemis comenzó a cansarse y su cuerpo comenzaba a doler, se sentó en un tronco caído que daba vista a un barranco un poco alejado de ellos.

—Si quieres ve y buscalos tu, yo te esperaré aquí.

—¿Estas segura? Podría venir alguien y exigirte un combate, no quiero que te lastimen.

—No te preocupes, estaré bien y si viene alguien lanzaré mi poder hacia el cielo y así sabrás que tengo un problema.

—Bien, no tardaré nada y no te muevas de aquí.

—Claro.

El amarillento se fue y alguien mas llego sin que ninguno de los dos se diera cuenta. Una vez que Orion estaba lo mas alejado salió de las sombras aquel ser que había llegado, dejando ver a Artemis quien estaba ahí.

—Tú... —dijo asustada.

—Nos volvemos a ver... Mi Diosa.

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