Artemis despertó de poco a poco aunque aún se sentía mareada, con una de sus manos masajeo su cabeza por encima del casco y con otra hacía apoyo. Se dio cuenta que era algo acolchonado y poso su mirar en donde estaba recostada.

Se dio cuenta que eran unas sabanas y que eran muy cómodas, observó detalladamente el lugar donde estaba y rápidamente lo supo.

Una cueva la cual era el lugar donde ella y el amarillento solían pasar momentos románticos y fue testigo de las veces en las que se daban una que otra caricia.

Se sonrojo por esos recuerdos y rápidamente busco con la mirada a Orion, al no haberlo encontrado se levantó como pudo y comenzó a caminar hacia la salida.

Al ya estar a unos cuantos metros de la salida de aquella cueva una voz a sus espaldas la detuvo.

—¿Te vas tan pronto? —pregunto de manera seria como ya le era costumbre.

Artemis dudo en voltear y se sentía muy incómoda por el simple hecho de estar sola con él. Cerro ambos puños y paso saliva.

—¿No vas a decir nada?

—¿Qué quieres que te diga? No entiendo porque me trajiste aquí después de todo lo que ha pasado, simplemente no te entiendo.

—Te diré que fue lo que paso, no quiero que nuestra relación termine por un malentendido pero también espero de tu parte que me digas que estabas haciendo con Lucien justamente en el lugar donde iniciamos nuestra relación —aclaró molesto pero sabía que tenía que controlar su irá o sino las cosas empeorarían.

—Esta bien, con tal de terminar con todo esto de una buena vez.

Artemis comenzó a caminar de nuevo a las sábanas y con ayuda de Orion se sentó y al lado de ella se colocó Orion.

—Verás, antes de que llegarán mandé a volar a Caspian y pues apenas iba a ir a buscarlo pero llego Ember y me entretuvo hasta que ya estaba a punto de irme pero en un movimiento rápido me beso, no se porque mi mente se bloqueo y no pude reaccionar a tiempo para apartarla. Fue cuando Queen Nai gritó cuando reaccione y me di cuenta del error que había cometido, te busque y busque para poder hablar y explicarte pero no te encontré —suspiro de forma pausada —. Me dieron muchos celos al verte con Lucien en aquel lugar donde te declaré lo que sentía, Artemis por favor perdóname se qué lo que hice tiene consecuencias pero no quiero perderte eres el tesoro mas valioso que tengo y perderte sería sin duda el peor error que pude haber cometido —comentó tomando ambas manos de la diosa del espacio la cual veía fijamente a Orion mientras se formaba un sonrojo en sus mejillas.

Se sentía nerviosa y su corazón no paraba de latir con fuerza, entrelazo sus dedos con los del amarillento apretandolos con fuerza.

—Amm, no se que decir Orion. Tu voz suena sincera y se que dices la verdad pero me cuesta creerlo, tengo aún esa imagen en mi mente —dijo cabizbaja pero al instante sintió unos dedos en su barbilla alzar su mirada nuevamente.

Orion junto ambas frentes y volvió a hablar.

—Lo único que te pido es que me creas, yo a la única que amo es a ti. Tu fuiste la única que logró entrar en mi corazón, eres la única en mi vida, tu eres la que vuelve mis días grises en días coloreados. Mi corazón y mente solo piden estar junto a ti, no a nadie más por favor; perdóname —dijo con voz lastimera.

A Artemis le causo tristeza el escuchar al amarillento así, sintió lastima por el. Alzó ambas manos pero dudo en tomar las "mejillas" de Orion.

Orion coloco su cabeza en la pequeña cobertura que había entre el hombro y el cuello de Artemis, se acurrucó allí y abrazo a la diosa sin importar lo que dijera.

Paso saliva nerviosa, jamás en su vida Orion la había puesto de esa manera y sabía que decía la verdad por la forma en la que lo decía.

Correspondió con cuidado el abrazo, Orion simplemente se relajo al sentir nuevamente los brazos de Artemis acogiendolo.

Se sentía muy bien y a ambos les gustaba aquella sensación que ambos comenzaban a sentir.