clues.

¡Hola a todos! Hice este apartado como extra especialmente para burlarme en sus caras, sí, porque a lo largo del libro nadie pilló estas pistas respecto al asesinato hasta que se revelaron los secretos. Si me dicen que se dieron cuenta desde el capítulo 44 en adelante, no cuenta, no sean tramposos.

Y primero que nada, si te metiste aquí por curiosidad y aún no llegas a la gran revelación, ¿qué esperas para irte? Te vas a arruinar el libro, así que te doy cinco segundos.

Uno.

Dos.

Ya, chao.

—PISTA UNO: CAPÍTULO UNO.
Apenas empieza el libro, tercer párrafo, ¿y no entendieron? Qué pena

"Mamá de verdad se enamora y, además, no sería capaz de matar a alguien en su vida. Hasta yo tengo más instintos asesinos que ella..."

—PISTA DOS: CAPÍTULO CUATRO.
Es tan obvia, que ni la voy a explicar.

—¿Quién es ella? —preguntó con interés, señalando a la chica que salía conmigo en la selfie.

—Mi mejor amiga —contesté.

—¿Dónde vive? —inquirió, interesado—. ¿Cómo se llama? ¿Es simpática?

Su nombre era Ruby —contesté, sonriendo forzadamente—. Y no está viva, pero descansa en paz, te lo aseguro.

—Oh... —Abrió la boca en una cómica y perfecta O, evidentemente sin saber qué decir. Yo me encogí de hombros y tomé el celular para ver el mensaje del número desconocido.

—PISTA TRES: CAPÍTULO SIES.
Esto ocurre en la primera cita, capítulo que fue narrado por Ryan. Fue ahí cuando se pusieron a hablar de sus carreras universitarias y Brielle le pregunta:

—¿Estudias Medicina?

—Eso acabo de decir.

—Yo también la estudié.

—¿De verdad? ¿Y por qué ya no?

Porque ya tenía lo que quería —contestó.

¿Tan difícil era? ¿De verdad no encontraron esa frase algo sospechosa? Porque sí lo es, y mucho.

—PISTA CUATRO: CAPÍTULO SIETE.
Leandro y Brielle conversando en la habitación de la rubia sobre su anterior pareja.

—Y eso es muy triste —coincidí, mirándome al espejo—. Pero patear hombres abusivos e idiotas podría volverse mi deporte favorito.

—PISTA CINCO: CAPÍTULO NUEVE.
Las que vienen son tan obvias, que ni pienso explicarlas.

—No voy a colaborar con usted en la búsqueda del asesino de ese hombre —dije, secándome las lágrimas con la otra mano y limpiándome los nudillos salpicados de la sangre de su nariz contra los papeles en el archivador—. Eso es lo único que ahora sé; Gregory Knight era un violador, y tal vez es mejor que esté muerto.

—PISTA SEIS Y SIETE: CAPÍTULO ONCE.
(A estas alturas Nash ya había reconocido a Brielle)

—Pero es humor, rubia. —Rodé los ojos—. Ah, y también quiero matar a Jones. No sabes cuánto me gustaría sentarme a verlo desangrarse.

Brielle abrió los ojos con asombro, alejándose un paso de mí. Me reí por lo bajo de su expresión.

Y yo que empezaba a creer que tenías sentimientos —dijo.

Mira quién lo dice —murmuré.

Ella volvió a reírse. Ya había terminado su helado, así que tiró la servilleta a la basura. Se puso frente a mí, caminando de espaldas.

—Me gustaría sentarme a tu lado a ver como Jones se desangra —dijo.

No me imagino matando a alguien a tu lado. —Negué con la cabeza.

Es que no tienes imaginación —replicó—. De verdad te ayudaría a matarlo.

—PISTA OCHO, NUEVE Y DIEZ: CAPÍTULO VEINTIUNO.
Bien, este párrafo en general, después de que Nash y Brielle mataran a Clement.

Me estás malentendiendo. Me importa una mierda que él se haya muerto —me interrumpió, meneando la cabeza—. Lo que me preocupa es lo que pueda pasar si saben que fuimos nosotros.

Es demasiado poco realista que alguien como Brielle, que supuestamente nunca había matado a alguien, estuviese tan tranquila al acabar de reventarle el cráneo a una persona, ¿no? ¿Por qué a nadie le pareció sospechoso?

Continuamos con el mismo capítulo, parte en la que Nash se pone a revisar las cosas de Brielle.

También había muchos más disfraces, como uno de astronauta, una capa de vampiro, unas pelucas de colores y unas joyas extravagantes de fantasía.

Y luego, cuando la madre de Brielle entra a la habitación, Nash se esconde debajo de la cama. Ahí vio el cuchillo (cosa que no se menciona en el momento, sino que luego) y confirmó sus teorías respecto a que ella había sido.

—PISTA ONCE: CAPÍTULO VEINTITRÉS Y VEINTINUEVE.
Jesse le dice esto a Brielle:

—No importa. Tú no hiciste nada para que él me odiara —me interrumpió, alejándose un poco y llevándose las manos a la cabeza mientras daba vueltas por la habitación—. Y ya no quiero saber quién lo mató, no me importa. De hecho, si tuviera al puto asesino frente a mí, lo invitaría a jugar Call of Duty o qué se yo.

Seis capítulos más tarde:

¿Jugamos Call of Duty? —me preguntó Jesse.

—PISTA DOCE: CAPÍTULO VEINTISÉIS.
Nash narra cuando habló con el "asesino". Él la relaciona con un hombre hasta que la escucha hablar.

—¿Qué haces? —pregunté, viéndolo sacar un cuchillo ensangrentado de uno de sus bolsillos. Di un paso atrás, pero estaba la puerta de mi auto.

—Nada —contestó, su voz era muy diferente a lo que me imaginaba, Volvió a avanzar, pero tan poco que casi no lo noté—. No te haré daño... si no me delatas.

—PISTA TRECE: CAPÍTULO VEINTINUEVE:
No tiene que ver con el asesinato, pero sí con el hecho de que Nash estaba vivo y su padre lo sabía, e intenta decírselo a Brielle de una forma discreta. Atención a sus diálogos.

Él te quería mucho —dijo en voz baja.

Apoyé la mejilla en su pecho, respirando el olor de un perfume muy parecido al de Nash. Sentía una presión en el corazón que no me dejaba ni siquiera llorar, estaba ahogándome.

—¿Está bien? —dijo.

Asentí con la cabeza y murmuré un débil «gracias».

Vivo por Jonny —dijo el señor Becker—, pero si te sientes muy sola puedes llevártelo.

—PISTA CATORCE: CAPÍTULO TREINTA.
Nash entra a la habitación de Brielle para sacar el cuchillo de debajo de su cama y ponerlo en el cuarto de Calvin.

Entonces vi pedazos de cristales esparcidos en el suelo, que eran poco perciptibles en el piso de color blanco. Fruncí el ceño al darme cuenta de que el ventanal estaba roto, como si le hubiese llegado una enorme piedra, pero lo raro era que esa piedra o el objeto con el que se rompió no estaba por ninguna parte.

—PISTA QUINCE Y DIECISÉIS: CAPÍTULO TREINTA Y OCHO.
Nash hackeó el sistema de seguridad para entrar a la celda de Jess.

La reja se había abierto solo con el pequeño empujón que le di, cuando en realidad el oficial tuvo que haberle puesto la tarjeta para lograr desbloquearla.

Brielle quería contarle la verdad a Jess por su cuenta.

Jess, cállate, es que tengo que decirte algo —susurró con cierta desesperación.

—¿Qué cosa? —pregunté.

—Lo que pasa es... Mira, no sé cómo vas a reaccionar y la verdad es que me da miedo...

—PISTA DIECISIETE: CAPÍTULO CUARENTA Y DOS.
A lo largo de toda la historia, ¿de verdad a nadie le pareció sospechoso el remordimiento y el odio con el que hablaba Brielle cuando se trataba de su amiga?

—La hiciste sufrir mucho —dijo entre dientes, pude ver lágrimas asomándose por sus ojos almendrados—. Y no pensabas con la cabeza, porque le diste la espalda cuando fue violada siete veces por tu amante, y por la culpa de ustedes ella ya no está. Pero luego tuviste tanto remordimiento y culpa porque tu hija se mató, que te volviste loca y asesinaste a Gregory, ¿no?


Bueno, aquí termina el recuento de pistas que fui dejando a lo largo del libro, nos vemos cuando suba otro extra.

¿Qué les parece uno de Brielle y Nash en California?

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